El mandatario ugandés, como anfitrión de la XIX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Movimiento de Países No Alineados realizó un enérgico discurso en que se destaca el llamamiento a la unidad de la organización para evitar caer en los mismos errores que cometieron los líderes de los pueblos de África durante la colonización europea, cuyo “egoísmo” no les permitió unirse para luchar juntos.
Museveni dijo durante su primer discurso como líder de la MNOAL en la ceremonia de apertura de la cumbre que: “El mundo debe concentrarse en los problemas comunes de las personas, la prosperidad a través del comercio, los avances de la tecnología, el medio ambiente y la lucha contra el crimen y el terrorismo. El futuro es brillante si actuamos de una manera brillante”, estas afirmaciones van de la mano de la grave situación en la que se encuentran muchos países del eje Sur-Sur. Además el jefe de Estado ugandés tuvo tiempo para retratar y reflejar los efectos del coloniaje europeo, que aún hoy utiliza diferentes métodos para subyugar a los pueblos empobrecidos. El mandatario hizo esta singular analogía, “Como matones, los europeos usaron el poder de su tecnología para oprimir al resto de la humanidad”, sentenció el presidente ugandés en el Centro de Convenciones de Speke, en el sur de Kampala, que acoge la reunión.
La cumbre reunió en la capital ugandesa a 24 jefes de Estado y Gobierno, sobre todo de África, además, estuvieron presentes el vicepresidente de Cuba, Salvador Valdés, y los ministros de Asuntos Exteriores de Colombia, Álvaro Leyva; Venezuela, Yván Gil; Nicaragua, Denis Moncada; y Bolivia, Celinda Sosa, entre otros.
Debemos recordar aquí que el Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) es una de las organizaciones de Estados más numerosa del planeta, está compuesto por 53 países de África, 39 de Asia, 26 de Latinoamérica y el Caribe y dos de Europa. Es un fiel representante de lo que conocemos como el Sur Global.
Por otra parte, Uganda también acogió a la III Cumbre del Sur del Grupo de los 77 (G77) + China, en la que el mandatario ugandés se también se convirtió en el nuevo líder de esa organización, reemplazando, en este caso, al presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel. El G77, grupo integrado por 133 Estados miembros sin incluir a China, es la mayor coalición de países del Sur Global.
La ONU tuvo presencia en la Cumbre
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, se reunió con los líderes del G77 y durante las reuniones de trabajo y los posteriores discursos el titular de la ONU no vislumbra que el cambio venga de parte de quienes más se están beneficiando del sistema, por lo que anima a los países del Sur Global a impulsar el cambio del gobierno del mundo.
“Los países en desarrollo deben liderar los esfuerzos para reformar las anticuadas instituciones y marcos internacionales”, afirmó el Secretario General de la ONU, en su intervención en la tercera cumbre del Grupo de los 77 (G-77) y China. Guterres agregó que: «Seamos realistas: es poco probable que quienes más se benefician del actual sistema de gobernanza mundial lideren su reforma. Por tanto, el impulso para el cambio debe venir de ustedes», dijo a los líderes. «Les insto a que sigan impulsando estos esfuerzos».
El Secretario General esbozó muchos de los retos a los que se enfrenta el mundo hoy en día, la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para la fecha límite de 2030, así como garantizar la recuperación económica de la pandemia COVID-19, el respeto de los derechos humanos y la acción climática. «Si bien la cooperación Sur-Sur es sólida y se está profundizando, no sustituye la necesidad de respetar los compromisos del Norte global, es decir, de un compromiso sostenido para reducir la pobreza y la desigualdad, apoyar el crecimiento y fomentar la resiliencia en los países en desarrollo», afirmó.
Además, la paz «se está quebrando en medio de un clima de impunidad mundial», con guerras en Sudán, Ucrania, Oriente Medio y otros lugares que devastan vidas, alimenta desplazamientos masivos, interrumpen las cadenas de suministro mundiales y amenazan con incendiar regiones enteras.
El conflicto en Oriente Medio presente durante las Cumbres
Destacando el conflicto de Gaza, el Secretario General advirtió de que «Oriente Medio es un polvorín» e instó a actuar para evitar que se extienda por toda la región. Volvió a insistir en la necesidad de un alto el fuego humanitario inmediato, el acceso de la ayuda humanitaria y la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes. Por supuesto nada dijo el Secretario general de la ONU del genocidio que está llevando a cabo el Estado sionista israelí en contra del pueblo palestino. Si tuvo tiempo para destacar y hacer general el pedido de un cese al fuego por parte de ambos Estados, colocándolos en igualdad de condiciones, una cuestión que ya hemos visto que no es así. Con respecto a esto último Guterres dijo que: «La negativa reiterada a aceptar la solución de dos Estados para israelíes y palestinos es totalmente inaceptable”, agregando además (y aquí si hace un reconocimiento a la lucha del pueblo palestino) que: «La negación del derecho del pueblo palestino a tener un Estado prolongaría indefinidamente un conflicto que se ha convertido en una gran amenaza para la paz y la seguridad mundiales; exacerbaría la polarización y envalentonaría a los extremistas en todas partes».
Condena de la agresión militar ilegal israelí contra Gaza
Durante la 19ª cumbre de los Estados miembros del Movimiento de Países no Alineados se oyeron voces que se levantaron en contra del genocidio que está cometiendo Israel en los territorios ocupados de Palestina, en Gaza Y Cisjordania, de hecho estas voces y posturas quedaron reflejadas en el documento final de la Cumbre, con la publicación de la Declaración de Kampala en la que se critica la agresión militar israelí contra la Franja de Gaza y pide la implementación de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para permitir la entrada de ayuda humanitaria.
La declaración, de un total de 47 artículos, “condena enérgicamente la agresión militar ilegal israelí en la Franja de Gaza, los ataques indiscriminados contra civiles palestinos y bienes de carácter civil, el desplazamiento forzado de la población palestina y pide, además, un alto el fuego humanitario inmediato y duradero”. Además reitera la necesidad de lograr avances sustanciales y urgentes para lograr el fin de la ocupación israelí, incluido el logro de la independencia y soberanía del Estado de Palestina, con Jerusalén Este como su capital, para lograr una solución de dos Estados basados en las fronteras anteriores a 1967, y afirmó su apoyo a que el Estado de Palestina sea admitido como Estado miembro de las Naciones Unidas para ocupar el lugar que le corresponde entre la comunidad de naciones.
Además la Declaración de Kampala “condena todas las medidas tomadas por Israel, la potencia ocupante, para alterar el estatus físico y demográfico legal del Golán sirio ocupado, y exige una vez más que Israel respete las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y se retire completamente del Golán sirio hacia las fronteras del 4 de junio de 1967”. También “condenó la injusticia histórica contra África y expresó su apoyo a una mayor representación de África en un Consejo de Seguridad reformado, apoyando así la Posición Común Africana reflejada en el Consenso de Ezulwini y la Declaración de Sirte”. La cumbre también se comprometió a defender y promover el respeto a la Carta de la ONU y el derecho internacional, especialmente los principios de soberanía, igualdad soberana, integridad territorial, no interferencia y la solución pacífica de disputas.
¿Qué es el Movimiento de Países no Alineados? La ‘ONU alternativa’
Aunque no tiene la relevancia de la ONU o el G20, el Movimiento suma 120 estados miembros y en él está representada más de la mitad de la población mundial. La historia de esta organización, en la que no participan ni Estados Unidos ni la inmensa mayoría de los países de Europa, hunde sus raíces en la historia del siglo XX y pese a su progresiva pérdida de influencia, es un foro internacional cuyos miembros tendrán mucho que decir en los próximos años.
El Movimiento de los Países No Alineado surgió en contra del mundo bipolar en plena Guerra Fría y en él se agruparon países que no vieron respuesta en la ONU, la organización creada al finalizar la Segunda Guerra Mundial con el objetivo primordial de preservar la paz y la seguridad a nivel mundial.
El contexto de la Guerra Fría hizo que muchas naciones se adscribieran a una u otra potencia en el marco del nuevo mundo bipolar: los aliados de Estados Unidos o los partidarios de la Unión Soviética. Además, la posibilidad de veto de ambos países en el Consejo de Seguridad de la ONU impidió gran parte de la labor de mediación de Naciones Unidas en conflictos en los que las dos superpotencias estuvieran implicadas, militar o políticamente.
En este contexto se fundó el Movimiento de Países No Alineados en la Conferencia de Bandung (Indonesia) de 1955. El país asiático acogió una reunión de 29 países de África y Asia (muchos de ellos nuevas naciones surgidas del fin de la era colonial). Ante la conformación de un mundo bipolar divido por las diferencias entre capitalismo y comunismo, Indonesia, India y Egipto propusieron la conformación de una organización que tuviese por bandera la neutralidad y los intereses nacionales frente a la confrontación de americanos y soviéticos.
De aquella conferencia salieron los Diez Principios de Bandung, entre los que destacaban el respeto a la Carta de las Naciones Unidas, el respeto a la soberanía de las naciones y a la igualdad de todos los seres humanos, así como el rechazo a la participación en alianzas militares (como la OTAN) y la abstención de participar «en acuerdos de defensa colectiva con vistas a favorecer los intereses particulares de una de las grandes potencia».
Su papel se fue reduciendo pese al aumento de países
Seis años después de estos acuerdos, en una cumbre de 1961 en Belgrado, se estableció formalmente la organización, liderada por Yugoslavia, Egipto, India, Ghana e Indonesia, y priorizando sus intereses nacionales y posiciones independientes en la Guerra Fría. En un principio estuvo formada por 25 países y fue aumentando su número de miembros hasta los 120 actuales. Todos los países tienen el mismo peso dentro de la organización y se suelen convocar cumbres cada tres años, en las que se fija la postura del grupo respecto a un asunto internacional.
Sin embargo, la organización pronto vio frustrados sus valores originales: varios países, pese a su teórica independencia, se adscribieron a bloques de la Guerra Fría en la práctica: fue el caso de Vietnam, Corea del Norte, Laos, Camboya o Cuba, apoyando a la URSS. Pese al crecimiento en número de miembros, el Movimiento iba reduciendo su importancia en un mundo cada vez más polarizado. Aún así, la organización continuó sirviendo a uno de sus motivos fundacionales: dar voz a los países en vías de desarrollo e impulsar su participación en los asuntos mundiales: fue un altavoz en el contexto internacional de temas como la descolonización, el desarme y la distensión de la Guerra Fría, la lucha contra el racismo y la condena al apartheid en Sudáfrica.
¿Cuál es su papel en la actualidad?
El final de la Guerra Fría y el surgimiento de nuevas organizaciones de características similares, como los BRICS, o foros como el G20 donde están representados algunos de sus miembros, ha reducido la trascendencia del Movimiento de Países no Alineados, que actualmente se reduce a reclamar el respeto a la Carta de Naciones Unidas o a la demanda de la reforma del veto en esta organización. En esta última cumbre, los países han reclamado unidad para que el grupo exija de forma conjunta el final de la guerra en Gaza.
Aun así, sigue suponiendo un foro de encuentro y debate para diferentes naciones con escasa representación o voz en otros escenarios: países del »Tercer Mundo» que reclaman su voz en un mundo siempre cambiante en el que, quizá en el futuro, la organización recupere su relevancia.
Más del 55% de la población mundial está representada en el Movimiento, incluyendo potencias regionales, demográficas y económicas como Arabia Saudí, India, Indonesia, Argelia, Sudáfrica, Egipto o Colombia. Otros países, como Rusia y Brasil, juegan un papel de observador en la organización.
*Beto Cremonte es docente, profesor de Comunicación social y periodismo, egresado de la Unlp, Licenciado en Comunicación social, Unlp, estudiante avanzado en la Tecnicatura superior universitaria de Comunicación pública y política. FPyCS Unlp.