El Tribunal declaró a Le Pen culpable de malversación de fondos públicos entre el 2004 y el 2016. Junto a ella también fueron declarados culpables, con distintas condenas, antiguos eurodiputados. Además, Marine Le Pen deberá pagar una multa de 100 mil euros, y su partido una multa de 2 millones de euros.
La aplicación de la inhabilitación a ejercer cargos públicos es inmediata según declaró el Tribunal, lo que dejaría a Marine Le Pen fuera de la carrera electoral presidencial en 2027. La líder ha declarado que apelará la decisión del Tribunal pero, de acuerdo a los especialistas, en tiempos burocráticos es poco probable que pueda llegar antes de dichas elecciones.
El Parlamento Europeo fue quien inició la denuncia por malversación, y de acuerdo a la acusación, el partido de Le Pen, Agrupación Nacional, desvió fondos del Parlamento Europeo para ser utilizados en el partido nacional, es decir, “habría creado un «sistema de gestión centralizada» de las dietas abonadas a los eurodiputados para remunerar a sus asistentes parlamentarios y que realmente servían para pagar los salarios de trabajadores del partido en una maniobra por «aliviar» las finanzas de la formación ultraderechista”.
Además, la presidenta del Tribunal consideró probado el desvío de fondos de Agrupación Nacional entre 2004 y 2016 y calificó de «ficticios» los contratos de 12 de los asistentes parlamentarios de los diputados europeos del partido en las tres últimas legislaturas. La magistrada señaló que, aunque estaban a sueldo del Parlamento Europeo, en realidad trabajaban para el partido. Asimismo, la sentencia considera que el sistema puesto en marcha por el partido «no condujo a un enriquecimiento personal» de los eurodiputados, pero sí «un confort de vida de los dirigentes del partido y un enriquecimiento del mismo».
Las primeras declaraciones de Le Pen fueron en una cadena televisiva y aseguró que “fue una decisión política que se tomó. La magistrada se encargó de hacer efectiva la ejecución provisional de la inelegibilidad, de hacer inútil mi recurso sobre este particular a fin de impedir presentarme y ser elegida Presidente de la República”.
Le Pen también dijo que “el estado de derecho ha sido completamente violado”, y que “no permitiré que me eliminen de esta manera y buscaré todos los recursos legales posibles”.
“No estoy dispuesta a aceptar tan fácilmente una negación de la democracia. Ningún juez puede decidir interferir en una elección tan importante como la presidencial y, además, violando el estado de derecho”, declaró a TF1
Marine Le Pen aseguró que “el sistema lanzó la bomba nuclear porque estamos a punto de ganar”.
Me dicen que es una decisión judicial, no, ¡es una decisión política!
Marine Le Pen.
La líder de extrema derecha acusó a los magistrados de que la decisión de impedir su candidatura ya la tenían tomada, un objetivo declarado en un comunicado lanzado por el Sindicato de la Magistratura en junio de 2024 tras los resultados electorales al Parlamento Europeo que llevó a la disolución de la Asamblea Nacional y el llamamiento a elecciones anticipadas.
En dicho comunicado, el Sindicato de la Magistratura aseguraba que “los riesgos para la eficacia del Estado de Derecho se multiplican cada vez que la Agrupación Nacional y sus afiliados están a punto de ampliar aún más su dominio sobre los poderes legislativo y ejecutivo”. En este sentido, el Sindicato “hace un llamamiento a todos los jueces y a todos los actores de la actividad judicial para que actúen contra la llegada al poder de la extrema derecha”.
Durante su última conferencia de prensa, Marine Le Pen recordó este comunicado acusando al Tribunal de amenazar a los magistrados, y tachó de escandaloso, inaceptable y una amenaza “para nuestros electores” que el Sindicato de Magistrados llame a impedir que su partido llegue al poder.
No se trata sólo de eliminar al candidato presidencial, se trata también de matar al partido político.
Marine Le Pen.
“Este día, 31 de marzo de 2025, quedará en la historia de la democracia francesa como una fecha extremadamente oscura, una fecha en la que los jueces quisieron distorsionar la parrilla de salida de las próximas elecciones presidenciales”, dijo Jordan Bardella, el presidente de Agrupación Nacional en la conferencia de prensa junto a Le Pen.
Ambos líderes del partido de extrema derecha hicieron un llamado a la movilización para este domingo en Paris.
Le Pen recibió varios apoyos, entre ellos el del viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, quien consideró el veredicto como una «declaración de guerra de Bruselas».
El vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvedev, comentó “hoy, tras embarcarse en el camino de la política simple y repugnante, la Quinta República Francesa finalmente se ha desacreditado. Es muy probable que el pueblo de este país piense en establecer una Sexta República (no insinúo nada)”.
Medvedev también recordó que “el mundo entero presenció recientemente una desgracia similar en Rumania, donde el popular candidato Calin Đorđescu fue descalificado del proceso electoral con un pretexto igualmente inverosímil. Incluso los estadounidenses, representados por su vicepresidente Vance, se vieron obligados a reprender a la turba liberal europea en el mitin de Múnich”.
¿Francia envía a Le Pen a la cárcel y le prohíbe presentarse como candidata? ¿Simplemente están tratando de demostrar que @JDVance tenía razón en todo?, escribió Trump Jr. en la red social X, haciendo alusión a la declaración de Vance acerca de que los países europeos están en peligro de «suicidio civilizatorio» debido a la restricción de la libertad de expresión de los ciudadanos .
El presidente de Hungría también mostró su apoyo a Marine Le Pen publicando en su cuenta de X, «Yo soy Marine». Por su parte, el presidente de la República Srpska, Milorad Dodik, anunció que condena enérgicamente el abuso del poder judicial para tratar con los opositores políticos.
«Apoyo su resistencia al globalismo. Por eso condeno con la mayor firmeza el abuso del poder judicial para lidiar con los opositores políticos. Creo en la fuerza de Marine Le Pen y creo en su victoria final», escribió Dodik.
«Tenemos que hacer más como Occidente que simplemente hablar de valores democráticos, debemos vivirlos», dijo en una conferencia de prensa, dijo la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Tammy Bruce.
“La exclusión de personas del proceso político es particularmente preocupante, dada la agresiva y corrupta guerra legal librada contra el presidente Trump aquí en Estados Unidos”, añadió el portavoz.
¿Cuál es el contexto francés y europeo de la condena contra Le Pen?
Francia viene atravesando fuertes crisis internas, como en la mayoría de los países europeos, como consecuencia de las decisiones políticas de las élites europeas de Bruselas tras el inicio de la operación militar especial rusa en Ucrania. En Francia, los sectores más golpeados, además de los propios ciudadanos, han sido el energético, las industrias y los agricultores, quienes vienen protestando desde hace más de un año.
El gobierno de Macron se encuentra sumido en una profunda crisis política y social a nivel interno y en política exterior. La crisis interna se refleja en las protestas y represión por la reforma de las pensiones, por las protestas de los agricultores, por el escaso apoyo popular que mantiene Macron, por las mociones de censura y las dimisiones de tres Primeros Ministros. Desde su última reelección, Macron vió dimitir tres Primer Ministros, Elisabeth Borne, Gabriel Attal y Michel Barnier. Actualmente se encuentra François Bayrou como Primer Ministro, quien ha superado una moción de censura por falta de unidad entre los partidos opositores, entre los cuales Agrupación Nacional no apoyó la moción.
El liderazgo nacional de Macron pende de un hilo muy finito, recordemos que en la reelección del 2022 Macron ganó frente a Le Pen gracias al llamamiento a formar un “cordón sanitario” frente a la extrema derecha. Además, en los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo quedó evidenciada la falta de apoyo electoral hacia el partido y coalición de Macron, ante lo cual, el presidente francés decidió disolver la Asamblea Nacional y llamar a elecciones. Los resultado sólo confirmaron que no existe más vida política presidencial para Macron, y que Marine Le Pen se consolidó como la principal candidata para las elecciones del 2027, ya que, si bien la gran y diversa coalición de izquierda quedó en primero lugar, Agrupación Nacional fue el único partido que en solitario logró el mayor apoyo. Este fue el primer llamado de alerta para el globalismo atlantista de Bruselas.
Macron no sólo ve peligrar su liderazgo dentro de sus fronteras, sino que la crisis se extendió hacia fuera. En lo regional, se vió desde el quiebre del eje franco-alemán; el fracaso del desarrollo del proyecto europeísta; el debilitamiento de su industria militar; el ninguneo por parte de Putin y Biden al comienzo de la crisis ucraniana; la contradictoria apuesta a liderar ‘el proceso de negociaciones’ en Ucrania que implicaba discutir con el globalismo belicista, mientras que ahora se encuentra aferrado a este bloque intentando liderar el proyecto de militarización y profundización de la guerra con la retórica antirusa.
De hecho, la semana anterior a la sentencia contra Le Pen, Macron acogió en París la segunda reunión de “coalición de voluntarios”, llamada así ya que busca incluir países más allá de Europa, porque no han logrado generar unidad dentro de la Unión Europea para continuar con el proyecto belicista sustentado en la retórica antirusa. Así, en la reunión participaron Turquía, Reino Unido, Canadá, la OTAN y todos los países miembros de la UE, excepto Hungría. Tampoco estuvo presente EEUU, ni siquiera con un enviado especial.
En la Cumbre se decidió que no iban a aceptar quitar las sanciones contra Rusia, un punto que se había dialogado en la reunión entre EEUU y Rusia en Arabia Saudita. Se reforzó el discurso antiruso, en especial el que sostiene la necesidad de armar a los países europeos frente a unas supuestas ambiciones de Putin de avanzar sobre suelo europeo, más allá de Ucrania.
Además, se determinó más apoyo financiero a Ucrania, mientras Francia con Macron y Reino Unido con Starmer insisten en crear una fuerza europea para enviar a Ucrania luego del proceso de paz. En principio se había hablado de un “misión de paz” y luego fue mutando, hasta esta Cumbre en París en donde se le llamó, “fuerza reaseguradora” que pretendería funcionar como fuerza de disuasión contra Rusia. La idea sigue sin entusiasmar a sus pares europeos, algunos países como Italia y Croacia ya aseguraron que no iban a participar. Macron y Starmer llegaron a aclarar que la fuerza reaseguradora necesitaría contar con el apoyo de EEUU, pero aún si Washington no acepta, están preparando una alternativa para concretar el envío militar. Incluso, Macron, ofreció a Francia, único país de la UE con armas nucleares, como paraguas nuclear al resto de aliados comunitarios.
Esto muestra la falta de lectura geopolítica regional e internacional de la élite europea globalista belicista, el poco valor que le otorgan a la defensa de los intereses reales de la ciudadanía europea, y que están dispuestos a todo con tal de no perder influencia en la región, ya que la idea de enviar tropas europeas a suelo ucraniano sólo socava los intentos de negociación y acuerdos de paz. Evidencia por sobre todo, que la crisis que atraviesa Europa no es de índole de defensa e hipermilitarización, sino que es exclusivamente política y estratégica ante una élite que se encuentra resistiendo a su caída frente a un cambio geopolítico internacional y regional que los ha vaciado de argumentos que sostengan su accionar belicista, y ante la eventual pérdida de centralidad de Bruselas sobre los países miembros en donde los partidos nacionalistas críticos de la UE puedan obtener la victoria electoral.
Macron intenta constituirse como el líder de Europa, y junto a Starmer, buscan ser los mediadores europeos en la crisis ucraniana y presentarse como la “garantía de seguridad”, manteniendo el apoyo a lo que Zelensky exige. Aunque aún ninguno de los tres actores forman parte de las conversaciones de paz entre EEUU y Rusia. Recordemos que Macron, Starmer y Zelensky fueron ridiculizados y humillados en la Casa Blanca, mientras que Trump aún no ha hablado con ningún líder de la UE.
Queda reflejado que la crisis de Macron también es internacional. Lo han dejado fuera del AUKUS, de todas las mesas de negociaciones, lo han expulsado de África mientras que en otras ‘zonas de influencia’ continúa profundizandose crisis, también ha perdido peso dentro de la OTAN, ni tampoco tienen impacto las iniciativas de Macron sobre la situación en la Franja de Gaza o Yemen. Esto sólo lo deja en una crisis de liderazgo global sin precedentes para Francia.
Todo este contexto en el que se encuentra la Francia liderada por Macron, nos permite abrir la interpretación a que el panorama de crisis nacional pueda profundizarse aún más, poniendo en duda la posibilidad de que el gobierno de Macron no llegue a finalizar su mandato y, como consecuencia, que el contexto nacional cambie a favor de Le Pen. Quedan dos largos años en un contexto nacional, regional e internacional muy complejo y que viene golpeando duramente al gobierno de Macron, esto puede significar algo positivo para Le Pen, en sus intentos de apelar la decisión del Tribunal, aunque también la maniobra judicial puede implicar una última medida del globalismo con el objetivo de ganar tiempo para lograr posicionar a otro candidato que pueda hacerle frente a Agrupación Nacional.
Por el momento, se observa un accionar antidemocrático por parte de las élites europeas del globalismo atlantista que busca sacar del tablero a cualquier actor o partido político que se posicione críticamente contra la OTAN y la UE y/o que busque proteger los intereses nacionales; además de la evidente crisis democrática liberal que se sucede en el mundo, pero en especial en Europa.
Este accionar lo venimos analizando en los casos de Georgescu en Rumanía, con Sueño Georgiano en Georgia, en Moldavia con Stoianoglo y Hutsul de Gagauzia, en la propia Ucrania que no ha celebrado nuevas elecciones mientras Zelensky extiende la prórroga de su poder.
El caso de Le Pen puede pensarse dentro de este contexto ya que ha sido una de las principales voces en Francia con relevancia electoral, que ha sido crítica de las políticas de la OTAN en Europa del Este, que se ha opuesto a la adhesión de Ucrania a la Alianza Transatlántica, que defiende los buenos vínculos con Moscú y por lo tanto se opone a las políticas antirusas de la UE, que considera a la OTAN una estructura de EEUU ante la cual Francia debe recuperar su independencia militar. Le Pen ha sido un enorme fastidio para los líderes de las instituciones europeas, Agrupación Nacional es, lo que llaman, euroescéptico criticando la burocracia y centralidad de la UE y sus instituciones, como el BCE, sobre los países europeos considerando esto como un peligro para la soberanía nacional.
Le Pen representa una amenaza para el globalismo atlantista aferrado en las élites europeas al frente de las instituciones de Bruselas, ya que podría significar un profundo debilitamiento de la UE y el cambio de la política exterior de Francia, una potencia europea nuclear clave para el mantenimiento del status quo.
Micaela Constantini, periodista y parte del equipo de PIA Global.
Foto de portada: REUTERS/Benoit Tessier.