Este 19 de septiembre llegaba la noticia de que el régimen de Azerbaiyán lanzó una operación “antiterrorista” contra la población de Artsaj. Las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán utilizaron artillería para atacar las posiciones del personal militar armenio y las unidades de la milicia local.
La razón formal fue la explosión de dos equipos con minas en la “zona gris”: los azerbaiyanos afirman que murieron civiles. Esto sucede un día después de que las fuerzas de paz rusas lograran resolver la cuestión del bloqueo humanitario de la República de Artsaj y desbloquear el corredor humanitario tanto desde Aghdam como desde Lachin.
Más tarde la noticia que circuló es que el viernes los armenios negociaban con Azerbaiyán la retirada de sus tropas de este territorio luego de declarar un “alto el fuego” de dos días.. «Están en curso negociaciones con la parte azerbaiyana, bajo los auspicios de los soldados de mantenimiento de paz rusos», dijeron en un comunicado las autoridades.
Entre las informaciones que circulan actualmente está la de que los armenios en Artsaj se rindieron y el territorio de Nagorno Karabaj se integrará a Azerbaiyán y el enclave habitado por armenios en territorio de ese país, habría aceptado su propio desarme como condición para el cese de las hostilidades.
«Los términos del acuerdo incluyen: el cese total de las hostilidades , la retirada de las restantes unidades y militares de las Fuerzas Armadas de la República de Armenia de la zona de despliegue del contingente ruso de mantenimiento de la paz.lo que abarca la disolución y el desarme completo de las formaciones armadas del Ejército de Defensa de Artsaj, así como la retirada del equipo pesado y las armas del territorio de Artsaj», sostiene el periodista Harut Zarikian.
Personas evacuadas y fallecidas, ataques a población civil y a almacenes de la paz de Rusia, este conflicto está lejos de encontrar una solución en las próximas horas. Hay algunos puntos a tener en cuenta para entender qué sucede en este territorio.
El contexto histórico
En 1988 en plena guerra fría, las repúblicas de Armenia y Azerbaiyán formaban parte del bloque soviético. Fue en ese año que Armenia pasó a reclamar como propio el territorio de Nagorno Karabaj/República de Artsaj, una región donde la mayor parte de su población es de origen armenio.
La ocupación por parte de las fuerzas de la nueva Armenia independiente en el territorio reclamado desató la reacción azerí y generó masacres y desplazamientos de ambos lados. En 1991, la caída de la URSS propició las condiciones para una guerra que se prolongó hasta 1994, cuando finalmente Armenia derrotó a Azerbaiyán y logró la independencia de la región en disputa, llamada República de Artsaj, sin ningún reconocimiento internacional y con la tutela de Armenia.
Como resultado, estos enfrentamientos dejaron cerca de un millón de refugiados armenios y azeríes, además de una hostilidad que hasta este 2023 permanece intacta.
Desde aquel momento, la tensión entre ambos países nunca se disolvió y diversos enfrentamientos se sucedieron a lo largo de los años. En 2016, las fuerzas movilizadas de ambos países dejaron cerca de 200 muertos, conflicto que fue interrumpido tras la intervención de Rusia, aliada a Armenia pero con buenas relaciones con Azerbaiyán. Aún con la intervención extranjera, el conflicto se prolongó.
En 2020, luego de 44 días de combates, el 10 de noviembre los líderes de Armenia, Azerbaiyán y Rusia firmaron una declaración para finalizar los enfrentamientos en la región del Alto Karabaj.
Azerbaiyán y Türkiye
El ex imperio otomano es un aliado clave de Azerbaiyán, por proximidad cultural y hasta idiomática. A su vez, Armenia tiene una disputa histórica con el ex imperio por negar hasta el día de hoy el genocidio perpetrados por otomanos contra armenios.
Desde 1915 a 1923 se produjo la matanza de la población masculina, la sumisión a trabajos forzados y la expulsión de mujeres, niños, adultos mayores y enfermos al desierto sirio. El saldo de esa cruzada contra el pueblo armenio fue de más de 1,5 millones de muertes y varias generaciones de exiliados.
Este hecho, conocido como genocidio armenio o Medz Yeghern ha sido históricamente negado por Turquía, que afirma que el término “genocidio” no se aplica a los asesinatos en masa con el fin de exterminar a la población armenia impulsados por el ex imperio otomano.
Desde el comienzo de las hostilidades con Azerbaiyán, la alianza entre azeríes y turcos se profundizó, enmarcada en un proyecto histórico de unión de todos los pueblos de habla turca.
Con el comienzo de las hostilidades, apareció también la disputa por recursos. Algunas lecturas sostienen que el objetivo turco es el de recuperar el control de los oleoductos que atraviesan su territorio hacia Europa Occidental desde el Mar Caspio a través de Georgia.
La relación con Rusia y las críticas del gobierno armenio
Desde la disolución de la URSS Rusia ha mantenido relaciones cordiales con ambos países y hasta intervino para frenar los enfrentamientos en diversas oportunidades. Los lazos económicos y la colaboración militar con Armenia y Azerbaiyán también representan factores claves para una negociación de paz.
En un escenario cada vez más convulsionado, la mediación de Rusia resulta fundamental para frenar el avance turco-azerí sobre los territorios de Armenia y Artsaj. Sin embargo, a principios de septiembre, el primer ministro armenio Nikol Pashinian dijo en una entrevista a un medio italiano que Rusia no era capaz de garantizar la seguridad de Armenia ante lo que calificó de agresión del vecino Azerbaiyán por la región de Nagorno Karabaj.
Pashinian explicó en la misma entrevista que “La arquitectura de seguridad de Armenia estaba vinculada en un 99,9% a Rusia, incluso en lo que respecta a la adquisición de armas y municiones”. Ereván esperaba ampliar dichas capacidades militares con otros países.
Una semana después el gobierno armenio mencionaba la necesidad de diversificar sus acuerdos de seguridad y el Ministerio de Defensa dio detalles de los ejercicios Eagle Partner 2023 se realizaron entre el 11 y el 20 septiembre y que según un comunicado de la cartera fueron: “tareas de estabilización entre partes opuestas durante una misión de pacificación”.
“El objetivo de estas maniobras es incrementar el nivel de interoperabilidad en la unidad que participe en misiones internacionales de pacificación en el marco de operaciones de pacificación, intercambiar las mejores prácticas en control y comunicación táctica e incrementar la preparación de la unidad armenia para la evaluación sobre capacidades operativas de la OTAN”, sostenia el comunicado del Ministerio de Defensa armenio.
Protestas contra el gobierno armenio
Además de la situación bélica en Nagorno Karabaj, militantes de la oposición armenia realizaron este sábado una concentración enfrente del Parlamento en la capital exigiendo la renuncia del primer ministro, Nikol Pashinian, por la “entrega” de la región a Azerbaiyán.
El edificio del Consejo de Ministros quedó vallado por la Policía, soldados de las fuerzas especiales también se acercaron al edificio en grupos organizados. Mientras los manifestantes expresan su enojo con la frase «Nikol es un traidor», en referencia al primer ministro armenio.
Esta jueves, el Miembro de la Asamblea Nacional de Armenia, y jefe del bloque «Madre Armenia», Andranik Tevanyan, ya había anunciado en un video por Facebook que se llevarían a cabo en el país protestas indefinidas contra el Gobierno de Nikol Pashinián por no involucrarse en un conflicto directo con Azerbaiyán.
Como si fuera poco para este contexto, una delegación del Congreso de Estados Unidos estará Armenia hasta el 25 de septiembre para reunirse con las autoridades del país y abordar la situación en torno a Nagorno Karabaj. Por otro lado, desde Rusia, entregaron más de 50 toneladas de ayuda humanitaria para la población civil de Nagorno Karabaj además de evacuar a 826 civiles, entre ellos 440 niños, que actualmente no pueden regresar a sus hogares y a los que se presta toda la asistencia necesaria, informó Sputnik.
La solución a este conflicto histórico no está del todo clara, aún no está declarado que los armenios se hayan rendido o que Nagorno Karabaj esté oficialmente en manos azeríes. Sólo tendrá que esperar qué transcurre en el resto de las semanas o tal vez años.
Es necesario tener en cuenta que este conflicto está en pleno escenario multipolar, el rol de Asia Central en la actualidad es un espacio territorial de disputa geopolítica ¿Qué ganarían y qué perderían Armenia y Azerbaiyán más allá de este enclave? y ¿Qué ocurriría con sus vecinos? Así como hace algunos años era impensado que Arabia Saudita e Irán retomen relaciones ¿Se puede dejar la puerta abierta a que ocurra lo mismo con estos actores?
*Erika Gimenez es Licenciada en Comunicación, escribe en PIA Global y otros medios.
Con información de agencias, ArgMedios y Sputnik.
Foto de portada: IO.WP
