Análisis del equipo de PIA Global Europa Multipolaridad

Concepto de Política Exterior ruso: plan estratégico para un mundo multipolar

Escrito Por Micaela Constantini

Por Micaela Constantini* –
El nuevo Concepto de Política Exterior ruso se enmarca en el complejo contexto internacional de profunda transformación hacia un modelo multipolar.

El 31 de marzo, el presidente Vladimir Putin aprobó el nuevo Concepto de Política Exterior de la Federación de Rusia, reemplazando la versión anterior del Concepto creado en 2016. El contexto internacional no es el mismo que en 2016 y los intereses nacionales de Rusia se han modificado, por lo que el nuevo Concepto pretende atender a todas estas modificaciones estableciendo una planificación estratégica fuertemente enfocada en defender sus intereses nacionales en el ámbito de la política exterior.

Una de las primeras diferencias que marca el Club Valdai entre el Concepto de 2016 y el nuevo es que en este último, “primero, se definen los intereses nacionales de Rusia, luego, sobre su base, se formulan los objetivos estratégicos de la política exterior de la Federación Rusa. Sólo entonces se establecen las tareas principales. Así, en la versión actual del Concepto, la estructura recibe un sistema jerárquico tripartito: intereses-metas-tareas”. 

Además, se destaca la incorporación de dos prioridades nuevas en el Concepto de 2023 y elaboradas por separado: «garantizar los intereses de la Federación de Rusia en los océanos, el espacio exterior y el espacio aéreo» y, «proteger a los ciudadanos y organizaciones rusos de las invasiones extranjeras ilegales, el apoyo a los compatriotas que viven en el extranjero y la cooperación internacional en el campo de los derechos humanos». De esta manera, Valdai sostiene que “en la versión actual, los derechos humanos se combinaron en una prioridad con la protección de los ciudadanos contra la usurpación”.

Otro punto llamativo se da en el orden del apartado de ‘ámbitos regionales’. Incluso sin conocer los anteriores Conceptos unx puede advertir que el orden de las regiones prioritarias ha sufrido modificaciones, esto implica que “cuanto más arriba está una región en particular en esta enumeración, más significativa es en la política real”, explican desde el Club.

“Europa” y “EEUU y otros Estados anglosajones” han caído hasta casi el final del listado, sólo por encima de la Antártida, región que antes también se encontraba en la cima. África ha ascendido de lugar por encima de América Latina. El continente euroasiático destaca a China e India y es colocado en tercer lugar. 

Diseño: PIA Global.

Las “disposiciones generales” descritas en el Concepto aclaran que “el lugar de Rusia en el mundo está determinado por sus considerables recursos en todas las esferas de la vida, su condición de miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), miembro de las principales organizaciones y asociaciones intergubernamentales, una de las dos mayores potencias nucleares y Estado sucesor de la URSS”.

En el apartado “intereses nacionales de la Federación Rusa en el ámbito de la política exterior, metas estratégicas y objetivos principales de la política exterior de la Federación Rusa” se destaca que las actividades de política exterior buscarán:

  1. garantizar la seguridad de la Federación Rusa, su soberanía en todas las esferas y su integridad territorial;
  2. la creación de condiciones exteriores favorables para el desarrollo de Rusia; 
  3. reforzar la posición de la Federación Rusa como uno de los centros responsables, influyentes e independientes del mundo moderno.

Se explica que estos objetivos se alcanzarán cumpliendo con 6 tareas:

  1. la formación de un orden mundial justo y sostenible;
  2. el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, la estabilidad estratégica, la garantía de la coexistencia pacífica y el desarrollo progresivo de los Estados y los pueblos;
  3. promover el desarrollo de respuestas integradas eficaces de la comunidad internacional a los retos y amenazas comunes, incluidos los conflictos y crisis regionales;
  4. desarrollar una cooperación mutuamente beneficiosa y equitativa con los Estados extranjeros constructivos y sus asociaciones, garantizando que se tengan en cuenta los intereses rusos utilizando los mecanismos de la diplomacia multilateral;
  5. contrarrestar las actividades antirrusas de los Estados extranjeros y sus asociaciones, creando las condiciones para el cese de dichas actividades;
  6. la formación de relaciones de buena vecindad con los Estados vecinos, contribuyendo a la prevención y eliminación de focos de tensión y conflicto en sus territorios.

Resulta relevante comprender la incorporación de un nuevo Concepto de Política Exterior de Rusia dentro del marco de las profundas transformaciones en el orden y las estructuras internacionales que estamos viviendo en la actualidad, en el que Rusia juega un papel protagonista.

El Concepto de 2016 se había trazado después de la reunificación de Crimea a Rusia (2014), por lo que las relaciones con Estados Unidos ya se encontraban bastante tensionadas. No obstante, el contexto actual, el proceso de profunda transformación que está aconteciendo involucra y trastoca mucho más que los vínculos EEUU-Rusia. Podríamos decir que el contexto de tensiones de hace unos años sumado a la violación por parte de EEUU/OTAN de las líneas rojas que Putin había establecido en diciembre de 2022 y la posterior Operación Militar Especial rusa en Ucrania aceleraron y detonaron la arena internacional, que ya arrastraba una enorme crisis estructural y civilizatoria.

En el punto número 13 del nuevo Concepto, en un extenso párrafo, explican desde su punto de vista e intereses cómo EEUU y sus satélites “desencadenaron una guerra híbrida de nuevo tipo contra Rusia”. Se explica que, aunque el objetivo de occidente “consagrado a nivel doctrinal” que busca debilitar a Rusia de todas las formas posibles, “Rusia NO se considera enemiga de Occidente, no se aísla de él, no tiene intenciones hostiles hacia él y espera que en el futuro los Estados pertenecientes a la comunidad occidental se den cuenta de la inutilidad de su política de confrontación y sus ambiciones hegemónicas, tengan en cuenta las complejas realidades de un mundo multipolar y vuelvan a una interacción pragmática con Rusia, guiada por los principios de igualdad soberana y respeto de los intereses de cada uno”.

En la cumbre que reunió al presidente chino Xi Jinping y al presidente ruso Vladimir Putin, el mes pasado, se vio una icónica y muy simbólica conversación en la puerta de salida en la que supuestamente Jinping le dice a Putin: “se avecina un cambio que no ha sucedido en 100 años y estamos impulsando este cambio juntos”. 

El reposicionamiento de las prioridades geopolíticas de Rusia virando de Europa a Eurasia, como consecuencia de las sanciones impuestas por el bloque occidental debido a la guerra en Ucrania, ha acelerado y reforzado los vínculos con los países más próximos a su frontera hacia el Este, pero también hacia el llamado ‘Sur Global’. Esto involucra procesos diplomáticos; comerciales; económicos; de divisa; bancarios; militares; acuerdos bilaterales estratégicos que se desglosan desde África a China e India; su papel mediador en la resolución o negociaciones en conflictos históricos entre países; la logística y el transporte del mercado mundial; el fomento de los procesos de integración económica regional e interregional como el marco del Estado de la Unión, la CEEA, la CEI, la OCS, los BRICS o la Gran Asociación Euroasiática…

Y el punto más importante, la consolidación de la entente Rusia-China. Asunto sumamente importante para el bloque occidental anglosajón que durante años tuvo como objetivo que esta unión no sucediera. Claramente no sólo fracasó, sino que aportó a que la entente se fortaleciera.

Cada uno de estos puntos se insertan en un objetivo mayor explicitado en el nuevo Concepto, en los numerosos discursos presidenciales de Putin, en la línea de política exterior de China seguidos por diversos aliados regionales: la construcción de “un sistema internacional multipolar, garantizando las condiciones para el desarrollo pacífico y progresivo de la humanidad sobre la base de una agenda unificadora y constructiva”.

El año pasado se realizaban muchas especulaciones sobre qué es y cómo se llevaría adelante el proyecto multipolar; si sólo quedaría contenido en la región euroasiática; qué sucedería con la hegemonía e influencia estadounidense; qué países estarían dispuestos a tomar decisiones soberanas y autónomas afrontando las posibles consecuencias; cuáles serían las posibles represalias del bloque occidental contra esos países; qué sucedería con los organismos e instituciones internacionales o con los sistemas de pagos mundiales…

Este año se comenzaron a tomar medidas y decisiones muy concretas para avanzar hacia un ya constituído nuevo orden internacional en proceso de desarrollo. Ya no existen más dudas ni especulaciones. Aunque, por supuesto, si posee resistencia. “Los cambios que se están produciendo, aunque en general favorables, están siendo resentidos por una serie de Estados acostumbrados a pensar en términos de dominación global y neocolonialismo”, se explica en el Concepto.

El gran aliado y socio de Estados Unidos en Medio Oriente (o Asia occidental), el Reino de Arabia Saudita ya había comenzado a tensar la relaciones con Washington el año pasado cuando se decidió en el espacio de la OPEP+ el recorte de la producción de petróleo, contra las exigencias explícitas de EEUU, haciendo que el precio del barril aumente y beneficie en gran medida a Rusia. 

Este año, sólo en el mes de marzo, Arabia Saudita decidió formar parte de la Organización de Cooperación de Shangai (OCS); tomar préstamo en yuanes para el proyecto comercial China-Arabia Saudita en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta y; retomar las relaciones diplomáticas con Irán. 

No sólo podemos observar la crisis del dólar en la crisis financiera de los últimos meses en los que vimos grandes bancos en quiebra o con enormes pérdidas, también podemos ver la pérdida de de hegemonía del dólar en este tipo de acuerdo bilaterales en los que se decide comerciar en monedas locales, en especial con yuanes.

Además de Arabia Saudita, Brasil miembro de los BRICS, negoció con China para que el comercio y las inversiones entre ambos países se realicen directamente entre el real y el yuan. Esto significa que los bancos centrales de ambos países harán sus transacciones a partir de una “cámara de compensación” en donde un banco elegido por el gobierno chino realizará directamente la compensación de divisas, es decir, la conversión de monedas. 

Esta última semana, Francia vendió 65 mil toneladas de GNL a China pagado en yuanes. Esta operación es la primera transacción de GNL que se realiza con moneda que no sea el dólar. 

El profesor de geografía e historia, Kevin Bryan detalló en el siguiente posteo los últimos movimientos de China buscando la regionalización monetaria.

“Adaptar los sistemas comerciales y monetarios mundiales a las realidades de un mundo multipolar y a las consecuencias de la crisis de la globalización económica”, claramente es un objetivo sumamente importante para la entente sino-rusa, “sobre todo para reducir las oportunidades de los Estados hostiles de abusar de su posición monopolística o dominante en determinados ámbitos de la economía mundial y aumentar la participación de los Estados en desarrollo en la gobernanza económica mundial”, se explica en el nuevo Concepto.

Podríamos seguir mencionando diversos acuerdos que se encuentran en desarrollo, como el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur o decisiones diplomáticas encaradas a afianzar influencia en otras regiones, como la próxima gira de Serguei Lavrov por Nuestra América y que hacen al gran proyecto euroasiático y la consolidación de un nuevo orden internacional multipolar.

En el nuevo Concepto ruso se explica detalladamente que “para contribuir a adaptar el orden mundial a las realidades de un mundo multipolar, la Federación Rusa tiene como prioridad: 

  1. eliminar los rudimentos de la dominación de EEUU y otros Estados no amigos en los asuntos mundiales, creando las condiciones para que cualquier Estado abandone las ambiciones neocoloniales y hegemónicas;
  2. mejorar los mecanismos internacionales de seguridad y desarrollo a escala mundial y regional;
  3. reinstaurar el papel de la ONU como mecanismo central de coordinación para alinear los intereses de los Estados miembros de la ONU y sus acciones hacia la consecución de los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas;
  4. reforzar la capacidad y el papel internacional de los BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), la Comunidad de Estados Independientes (CEI), la Unión Económica Euroasiática (UEEA), la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la RIC (Rusia, India, China) y otras asociaciones interestatales y organizaciones internacionales, así como mecanismos con una importante participación rusa;
  5. apoyar la integración regional y subregional a través de instituciones multilaterales amigas, plataformas de diálogo y agrupaciones regionales en Asia-Pacífico, América Latina, África y Oriente Medio;
  6. potenciar la sostenibilidad y el desarrollo progresivo del sistema jurídico internacional;
  7. garantizar el acceso equitativo de todos los Estados a los beneficios de la economía mundial y la división internacional del trabajo, así como a la tecnología moderna para un desarrollo equitativo y sostenible (incluida la seguridad energética y alimentaria mundial);
  8. intensificación de la cooperación en todas las esferas con los aliados y socios de Rusia, suprimiendo los intentos de Estados hostiles de obstaculizar dicha cooperación;
  9. consolidación de los esfuerzos internacionales encaminados a garantizar el respeto y la protección de los valores espirituales y morales universales y tradicionales (incluidas las normas éticas comunes a todas las religiones del mundo), neutralizando los intentos de imponer entornos ideológicos pseudohumanistas y otros neoliberales, que conducen a la pérdida de las directrices espirituales y morales tradicionales y de los principios morales de la humanidad;
  10. diálogo constructivo, asociación y enriquecimiento mutuo entre diferentes culturas, religiones y civilizaciones.

Debemos enmarcar el nuevo Concepto de Política Exterior de la Federación de Rusia en este enorme y complejo contexto internacional de transformación. Algunos puntos ya se vienen desarrollando, otros reforzando y otros aún queda por ver cómo se irán implementando. 

A lxs lectores interesados invito a acceder al Concepto y leer aquellos apartados o puntos que más le interese profundizar.

*Constantini Micaela, periodista y parte del equipo de PIA Global.

Foto de portada: Rawpixel.

Acerca del autor

Micaela Constantini

Comunicadora Social, periodista. Miembro del equipo de investigación de PIA Global. Investigando cibergeopolítica y virtualidad. Feminista, antiimperialista y autodidacta. Nuestra americana Trabajo con redes sociales, edición de video y comunicación digital.

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