Esta semana informaron desde Arabia Saudita que el país se unió como “socio de diálogo” a la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Una organización intergubernamental fundada el 15 de junio de 2001 por los líderes de la República Popular de China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán, India, Pakistán y el último en sumarse fue Irán (en septiembre de 2022).
La OCS observa bien a sus miembros, el concepto de “socio de diálogo” es previo a tener un lugar permanente, incluso es un proceso que puede durar años. La organización desde su creación se centró principalmente en cuestiones de seguridad regional, la lucha contra el terrorismo regional, el separatismo étnico y el extremismo religioso, así como el desarrollo regional.
Es falso decir que la OCS equivale a la OTAN (la Organización del Tratado del Atlántico Norte) en la región. La OCS defiende un principio de no alineación y de no dirigir sus esfuerzos contra ningún otro país u organización. No intenta dividir el mundo en diferentes campos ni instigar prejuicios ideológicos u odio contra terceros. Aunque se oponga a Occidente, no se trata sólo de un acuerdo de seguridad exclusivamente, sino que la cooperación también está dentro de otros espacios.
Si bien es súper relevante la noticia de la OCS no fue lo único que hizo Arabia Saudita durante este mes que lo acercó a Rusia y China, sobre todo a este último. Hace unas semanas, se firmó el primer préstamo en yuanes a Arabia Saudita. El Banco de Exportación e Importación de China y el Banco Nacional de Arabia Saudita obtuvieron con éxito la primera cooperación de préstamos en RMB, y los fondos del préstamo darán prioridad a satisfacer las necesidades de capital del proyecto comercial China-Arabia Saudita en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
El Banco Nacional de Arabia es el banco más grande de dicho país. A fines de 2022, sus activos totales representaban el 29% de los activos de la industria bancaria local. Es uno de los bancos comerciales estatales más influyentes en los Países árabes. Este acuerdo, además debe leerse en el marco en el que otros países también deciden comerciar con yuanes y que el dólar hoy tiene un competidor directo.
Otro de los movimientos de Arabia Saudita, no menos importante, fue el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con la República Islámica de Irán con quienes se había cortado relación en 2016. Bajo la observación china se propuso reabrir sus embajadas en unos meses.
En este sentido, desde el RIAC indican que los acuerdos actuales entre Arabia Saudí e Irán no deben sobrevalorarse, ya que el proceso abierto de desescalada no ha hecho más que empezar y podría ser fácilmente víctima de «cisnes negros». Resulta más apropiado considerar el actual acercamiento entre Arabia Saudita e Irán dentro de la lógica de la Guerra Fría regional; es decir, sigue siendo una distensión más que una reconciliación de viejos rivales.
Por otro lado, los representantes de ambos países emitieron declaraciones al respecto:
«La normalización de las relaciones entre Irán y Arabia Saudí ofrecerá grandes oportunidades a los dos países, a la región y al mundo islámico», sostuvo El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Hossein Amir Abdollahian. Por su parte, El ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí, Faisal bin Farhan, dijo que «La reanudación de las relaciones diplomáticas entre Irán y Arabia Saudí se debe a nuestra visión que da prioridad a las soluciones políticas y al diálogo y a nuestro deseo de hacer que esta visión sea sostenible en la región».
Si bien Arabia Saudita sigue teniendo relación con Estados Unidos que hasta hace nada era su principal socio estratégico, es cierto que hubo un cambio en sus acciones con respecto a China y es interesante ver qué puede ocurrir en el futuro.
Lo cierto es que el gigante asiático ha demostrado a los países del área árabe islámica y del resto del mundo que puede ser una alternativa a Estados Unidos no sólo en cuanto a energía, comercio o tecnología, sino también a la hora de abordar cuestiones de seguridad. En este sentido, además de elegir a China, Arabia Saudita también eligió a la OCS con todo lo que significa la oposición a Occidente ¿Logrará ser un miembro pleno?
*Erika Gimenez es Licenciada en Comunicación, escribe en PIA Global y otros medios.
Foto de portada: El presidente chino, Xi Jinping, estrecha la mano del príncipe heredero adjunto de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, durante la cumbre del G20 en Hangzhou, provincia china de Zhejiang, el 4 de septiembre de 2016. Damir Sagolj/Reuters.
