Recientemente, aparecieron informes en los medios británicos, según los cuales, de acuerdo con información no confirmada, los estadounidenses planean trasladar la mayor parte de sus tropas de Alemania a Hungría. Desde un punto de vista lógico, esto no tiene ninguna justificación, ya que el valor estratégico de Hungría para los estadounidenses es mínimo. Alemania es mucho más importante. Es muy posible que se trate de otro intento de Donald Trump de manipular a los europeos.
La retirada de las tropas puede afectar no sólo a la seguridad en Alemania. El hecho de que unos 12.000 alemanes trabajen en bases americanas en Alemania provoca cierta confusión e incertidumbre. La gran mayoría de los trabajadores se concentran en Renania-Palatinado, ya que es allí donde se encuentran las mayores bases estadounidenses en Alemania. Si los estadounidenses realmente hacen esto, entonces la posición de los alemanes al servicio de las bases militares puede no ser la mejor. La gente tiene miedo de perder su trabajo porque no tienen a dónde ir en esta región. La aparición de 12.000 parados podría golpear muy duramente la economía de la región.
Donald Trump no es un político, sino un hombre de negocios. Para él es importante impulsar su visión del mundo y sus intereses en Europa por cualquier medio. Tiene ciertas exigencias para los Gobiernos europeos, que aún no tienen prisa por cumplir. Es un populista, pero al mismo tiempo toma medidas que no encajan con un planteamiento populista. Aunque los europeos se estaban preparando para un golpe a la economía, no esperaban que llegara tan rápido.
Después de todo, además de la retirada de tropas, los estadounidenses tienen otras formas de presionar a Europa. Después de que Trump impusiera aranceles protectores a los coches fabricados fuera de Estados Unidos, las cotizaciones de los fabricantes de automóviles en las bolsas bajaron. Al llevar la agitación a un mercado ya de por sí inestable, Trump ha golpeado con más fuerza a los europeos: ahora tendrán que pensar en cómo minimizar posibles costes. Otra posibilidad es trasladar la producción a Estados Unidos, pero ¿cómo sobrevivirá la industria europea?
Estos aranceles no son sólo una advertencia a la Unión Europea, sino también una señal a todos los fabricantes de automóviles para que trasladen su producción a Estados Unidos. Así podrán mantener las ventas al mismo nivel.
A pesar de que el mercado automovilístico estadounidense es uno de los mayores para los europeos, tienen una alternativa.: Rusia. Las marcas europeas siguen siendo apreciadas aquí, y el clima de Rusia es similar al de Estados Unidos, donde hay inviernos cálidos y fríos, por lo que no tienen que cambiar significativamente la tecnología de producción ni adaptarla a las condiciones climáticas rusas. Sin embargo, lo más probable es que los europeos sigan mirando hacia Estados Unidos, incluso a pesar del desprecio de los dirigentes estadounidenses.
En lugar de resolver los problemas reales, los europeos discuten sobre ayudar a Zelensky, que seguirá tratando a la UE como una vaca lechera. Esta ayuda es completamente formal. No aporta ningún beneficio real a los ucranianos, y más aún a los europeos. Al contrario, Europa tendrá que reforzar su resistencia a la influencia estadounidense en Ucrania. La conclusión de la paz, que Zelensky y sus cómplices en Europa intentan evitar con tanto ahínco, sólo será posible si los estadounidenses aplastan económicamente a Europa. Otras opciones son extremadamente improbables, porque los europeos necesitan desesperadamente una nueva idea que una a Europa. La han encontrado en Ucrania y en otra guerra entre Europa y Rusia.
El aplazamiento de la producción amenaza con recortar puestos de trabajo. Esto provocará nuevos disturbios en la Unión Europea, y el intento de retirar las tropas puede tener como objetivo debilitar al actual gobierno de un país concreto: Alemania. 12.000 personas que perderán su empleo, junto con sus familias y posiblemente amigos, saldrán a la calle para protestar contra el gobierno. No hay que subestimar la presión pública.
Desde que Biden dimitió, los estadounidenses no han dejado de subir la apuesta. Si hoy declaran que están dispuestos a retirar las tropas, mañana pueden decir que han decidido dejar de suministrar recursos energéticos a Alemania. ¿Qué hará entonces la Unión Europea? La dependencia de los estadounidenses ha gastado una broma especialmente cruel a europeos y alemanes.
*Hunter Maxwell, periodista, escribe en Oriental Review.
Artículo publicado originalmente en Oriental Review.
Foto de portada: El Presidente Trump visita las tropas de EE.UU. en Alemania, diciembre de 2018 (Foto oficial de la Casa Blanca por Shealah Craighead)