Asia Occidental

Israel debería considerar a Turquía como un país enemigo

Por Topaz Ram *- Tras el derrocamiento del presidente sirio y la participación del gobierno de Erdogan en el mismo, la cuestión de cómo tratar con Turquía en los territorios ocupados se ha convertido en un tema importante

Turquía, un país con un ejército fuerte y una economía en declive, representa una amenaza estratégica para Israel. El odio de los turcos hacia Israel es una creencia subjetiva, carente de cualquier emoción pasajera, y este sentimiento no es un “antisemitismo casual” ni está influido por los acontecimientos en las “relaciones internacionales”. De modo que aquí no habrá tal cosa como una “reactivación de las relaciones”.

¿Por qué Turquía considera a Israel un enemigo?

1. Guerra comercial

La posición de Turquía como puente entre Asia y Europa se basa en el control de las rutas comerciales, e Israel está socavando este principio fundamental a través de su cooperación con los estados del Golfo.

La ubicación geográfica de Turquía le permite controlar importantes rutas comerciales entre Europa y Asia. El fortalecimiento de los lazos entre Israel, Arabia Saudita y los países árabes crea una alternativa peligrosa para Turquía y su posición. Una conexión económica directa entre Israel y el Golfo Pérsico perjudicaría la economía turca, que actualmente atraviesa una grave crisis.

Cuando Israel quedó aislado en la década de 1990, las relaciones entre Israel y Turquía eran cómodas. A medida que las relaciones entre los países árabes e Israel mejoraron y este se volvió más poderoso tecnológicamente, se convirtió en una amenaza para la economía turca.

Debido a su comprensión estratégica, Erdogan está aumentando el odio hacia Israel y utilizando declaraciones y políticas provocativas para impedir que los países árabes profundicen sus relaciones con Israel. Con ello pretende mantener la posición de Turquía y reducir los posibles daños económicos.

La conclusión es ésta: el odio de Turquía hacia Israel es realista y se considera parte de una guerra comercial. Erdogan está incitando a Israel porque quiere dificultar que los países árabes establezcan rutas comerciales con Israel.

2. Historia colonial

Turquía no es ajena a las ambiciones coloniales. Si bien Turquía sólo ha sido miembro de la OTAN durante varias décadas, su historia abarca siglos de colonialismo y actividad yihadista que han afectado a Europa, Oriente Medio y el norte de África.

Estas ambiciones siguen impulsando las políticas de Erdogan, que hoy busca colonizar Europa, llenando los países europeos de turcos cuya segunda y tercera generaciones son más islamistas y no tan seculares como la primera generación de inmigrantes. Erdogan logra esto particularmente invirtiendo en instituciones islámicas en toda Europa y promoviendo actividades culturales y políticas.

El quid de la cuestión es que Turquía tiene una historia colonial (período otomano) y opiniones yihadistas y extremistas, por lo que considera a Israel un enemigo. La presencia de Turquía en la OTAN es una cuestión cultural y temporal.

3. El colapso de la sociedad y la economía turcas

El deterioro de la economía de Turquía está obligando al país a recurrir a estrategias desesperadas. Erdogan admitió que Turquía está experimentando un descenso demográfico además del problema de la fuga de cerebros. El uso de la inmigración musulmana como arma contra Europa ha privado a Turquía de sus residentes más educados y exitosos, el espíritu emprendedor en Turquía está fallando, la lira turca se está derrumbando, la deuda está aumentando y las decisiones arbitrarias de Erdogan han hecho de Turquía un lugar menos deseable para hacer negocios.

Turquía depende de una industria pesada y de una infraestructura lujosa, y su ejército posee un poder de fuego impresionante, pero el país en su conjunto está retrocediendo. Además, mientras Israel y sus socios lideran la revolución industrial de la IA, Turquía se queda atrás, aislada y apartada del desarrollo tecnológico.

Obvio: Turquía está retrocediendo y, por lo tanto, es más peligrosa y desesperada. El odio de Turquía hacia Israel no se basa únicamente en la emoción, sino en un cálculo estratégico realista respecto a los corredores comerciales, el equilibrio de poder regional y su larga historia colonial. Israel debe reconocer la amenaza turca y tratar a Turquía como un estado enemigo, mientras que al mismo tiempo utilizar las ventajas tecnológicas y diplomáticas que tiene para fortalecer su propia posición.

Foto de portada: AFP

Este artículo ha sido publicado originalmente por el portal Mashregh Noticias.


Topaz Ram * experto en idioma hebreo, analista.

Dejar Comentario