Análisis del equipo de PIA Global Nuestra América

Argentina: 192 años de la invasión a Malvinas. La lucha por la soberanía y la independencia

Escrito Por Oscar Rotundo

Por Oscar Rotundo*. –
Esta nota no es el recordatorio de una fecha simbólica, es la reafirmación de un justo reclamo que se prolonga en el tiempo y trasciende a la demanda formal de soberanía sobre un territorio porque hay mucha sangre y dolor detrás de él.

El 3 de enero de 1833 la disputa hegemónica internacional llegaba a nuestras islas Malvinas con la invasión por parte del Reino Unido de un territorio estratégico que había estado en manos del reino de España y que luego de la independencia del mismo, quedó bajo la administración de las Provincias Unidas del Rio de la Plata.

Hubo una incursión militar británica y una resistencia de los pobladores y funcionarios del gobierno de Buenos Aires que duró un año. Hubo un gaucho Rivero y un gobernador Vernet, hubo una invasión y un desplazamiento forzado de los habitantes de las islas.

Desde 1820 el gobierno de Buenos Aires había llevado a cabo actos institucionales y administrativos para afianzar su soberanía sobre la región marítima del Atlántico sur, como la designación de gobernadores, y generó una legislación sobre los recursos pesqueros y el otorgamiento de concesiones territoriales para explotar el comercio y la producción en el lugar.

Por decreto de Martín Rodríguez, gobernador de Buenos Aires, el 10 de junio de 1829, se creaba la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas para la jurisdicción en islas adyacentes y el cabo de Hornos- a cargo de Luis Vernet.

Como vemos Malvinas no era un territorio deshabitado o carente de una presencia oficial del gobierno de Buenos Aires. Las islas estaban habitadas por una población registrada en Buenos Aires y luego de sufrir el desplazamiento, la corona británica depositó a sus súbditos en las islas, colonos provenientes de Gran Bretaña, por eso no tiene lugar el reclamo que se pretende establecer sobre la autodeterminación de sus habitantes ya que se trata de usurpadores ilegítimos.

Malvinas es un enclave colonial producto de la invasión de los ingleses y de la forma de pensar y actuar de un sector de la clase gobernante argentina que históricamente ha coaligado sus intereses económicos con los del imperialismo, sea español, inglés o norteamericano.

Con el paso del tiempo y a medida que la recomposición imperialista, concluida la segunda Guerra Mundial, extendía sus tentáculos hacia los cuatro puntos cardinales, la cuestión de la soberanía se transformaba en un tema clave que superaba la lucha por un espacio de tierra.

La soberanía es la consolidación de la independencia, existe una relación estrecha entre la independencia y la soberanía, no puede ser soberano un país que no es independiente y cuando no se es independiente no se pueden garantizar la estabilidad y el desarrollo.

La soberanía sobre Malvinas y las islas del atlántico sur y la Antártida Argentina nos permitirá un desarrollo independiente que aportará a la consolidación nacional.

Territorio en disputa no en negociación

Desde 1833 estamos en disputa con un país colonialista, usurpador de un territorio que legalmente no le corresponde y esto figura claramente en la Constitución Nacional, que plantea, “La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional”, y si bien siempre se ha reivindicado, como vemos, en la carta magna y en los organismos internacionales, los intereses británicos en nuestro país nunca han sido afectados en el marco de la disputa. Y es que al no tener independencia económica es imposible tener soberanía política.

La oligarquía nunca ha roto las cadenas que lo atan tanto a Europa como a Estados Unidos y siempre se las han ingeniado para mantenerse en el poder, alentados, apoyados o auxiliados por las potencias extranjeras a las que le rinden tributo. Es por ello que la lucha por la soberanía y la independencia también es una lucha contra esas fuerzas retrógradas que negocian la soberanía desde sus intereses dependientes de los negocios con las potencias extranjeras desde una posición subalterna.

Con el auge de la globalización la existencia de los Estados Nacionales se ha puesto en el centro de la escena política, económica, cultural y bélica en todo el planeta. Alineados detrás de este proceso, los gobiernos liberales en Argentina, han profundizado la desmalvinización junto a la liquidación de los intereses nacionales.

Dentro de los intereses nacionales, la soberanía y la autodeterminación de nuestro pueblo forman una parte indivisible para la construcción de un sistema democrático al servicio del pueblo, que garantice los derechos fundamentales a sus habitantes en la construcción de una sociedad justa y equitativa. La soberanía reside en el pueblo.

La oligarquía y sus empleados arremeten contra los derechos del pueblo porque un pueblo sin derechos no es ni soberano ni libre, por lo tanto, quienes vulneren los derechos al trabajo, a la salud y a la educación, entre otros, y su acceso a ellos, están atacando las bases mismas de la nación.

La oligarquía habla de “Libertad” y “Democracia”, pero esa libertad no es más que el dejar a los capitales las manos libres para hacer lo que les convenga, sin ningún tipo de control por parte del Estado que es quien debería velar por los intereses y derechos de la colectividad. En cuanto a la “Democracia”, sólo se trata de una formalidad para complementar desde el ámbito legislativo y judicial la dictadura del capital.

Nuestro derecho a ser libres y vivir en democracia, está en íntima relación con nuestros intereses sobre los destinos del territorio argentino, porque se trata de nuestro destino. Por eso debemos velar por la soberanía y la independencia para construir nuestro futuro, y este no puede estar atado a un paquete de negocios de un grupo apátrida que desconoce lo que es la libertad, porque vive dependiendo de los intereses extranjeros, y la democracia porque los rige la dictadura del capital.

Las Malvinas son del pueblo argentino y la lucha por la soberanía y la independencia es una lucha contra la oligarquía y contra toda forma de colonialismo que nos aparte de nuestro derecho de vivir en una Patria con independencia Económica, Justicia Social y Soberanía Política.

Oscar Rotundo* Analista político internacional, editor de PIA Global

Foto de portada: revistaresistencias.com

Acerca del autor

Oscar Rotundo

Analista político y editor del equipo de Periodismo Internacional Alternativo PIA Global Miembro del consejo editorial de la Revista "PUEBLO EN ARMAS", del CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIONES DE LAS RELACIONES CÍVICO-MILITARES (FUNDAPAS)" República Bolivariana de Venezuela

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