Petro aseguró este martes que “muchos de los que se oponen” a la asamblea constituyente propuesta por él lo hacen porque son “amantes de la gobernanza paramilitar”, en referencia a los vínculos de políticos con grupos como las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Petro abrió el viernes pasado un inesperado debate sobre la Constitución al proponer la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente ante la dificultad que tiene para lograr que el Congreso apruebe sus reformas.
“Para sincerar el debate: muchos de los que se oponen a un proceso constituyente que haga protagonista a la ciudadanía de las reformas fundamentales, no lo hacen porque sean amantes de la Constitución del 91, sino porque son amantes de la gobernanza paramilitar y el régimen de corrupción que después de expedida la Constitución se impuso de facto en el país”, señaló Petro, quien insistió en que no pretende “reemplazar” la Constitución de 1991, “fruto del acuerdo de paz del Estado y el M-19”, guerrilla de la que él formó parte. En su cuenta de la red social X, expuso ocho puntos centrales sobre los que debe girar el proceso de una asamblea constituyente, entre ellos, el cumplimiento del Acuerdo Final de 2016, la reforma agraria, la inclusión de los territorios y la reforma a la justicia.
Señaló que estos problemas fundamentales no han sido resueltos en “las más de tres décadas que han pasado desde 1991” y, en lugar de eso, los poderes públicos establecidos en la carta magna “fueron penetrados por un régimen de corrupción impune y de facto y por una gobernanza paramilitar que reemplazó el Estado Social de Derecho”.
Explicó que, en vez de aplicarse a cabalidad la Constitución de 1991, ese régimen de corrupción “asesinó a más de 100.000 colombianos para concentrar sanguinariamente la riqueza”.
Los ocho puntos
En su publicación en la cuenta X, el presidente Petro expuso ocho puntos sobre los que debe girar el debate de un proceso constituyente:
- El cumplimiento del acuerdo de paz: Este punto abarca: a) una reforma agraria, b) la inclusión del territorio y la población abiertamente excluida, y c) la verdad como eje de la justicia. El Estado incumplió el acuerdo de paz y la sociedad debe hacerlo cumplir.
- Condiciones básicas para la población mayor: Garantizar en el corto plazo las condiciones básicas de existencia, agua potable, salud y renta para la población colombiana más vieja. “En los últimos 30 años, la inversión pública se concentró en los sectores y los sitios más pudientes, contrario a lo ordenado por la Constitución y el Acuerdo de Paz. Las sentencias de la Corte Constitucional en esta materia fueron desacatadas impunemente. Hoy, el que debía ser el Estado Social de Derecho es un espacio de grandes negocios para sectores poderosos de la sociedad”.
- Educación pública y reforma agraria: Recuperar y priorizar estos objetivos de la Constitución de 1991, que han sido contrarreformados.
- Cambio climático y descarbonización de la economía: Elevarlos a rango constitucional.
- Priorizar empleo y producción: Garantizando la política monetaria y la independencia del Banco de la República.
- Reordenamiento territorial: Cumplir la orden de la Constitución de hacer un reordenamiento territorial que los poderes constituidos, léase el Congreso, no cumplieron porque su base electoral depende del actual ordenamiento territorial que es el de la Constitución de 1886. “El ordenamiento territorial es imperativo hacerlo alrededor del agua como criterio estructurante. Proponemos garantizar la región autonómica, pero con un fuerte proceso de inclusión con los territorios olvidados, que compense la actual y aberrante desigualdad territorial”.
- Separar la política de la financiación privada.
- Reforma a la justicia: Durante estos 30 años, la justicia se reformó para construir un sistema de justicia basado en la venganza punitivista y politizada que terminó encubriendo los grandes crímenes y se alejó de la ciudadanía.
“Proponemos llevar el sistema judicial hacia obtener la verdad para buscar la reparación de las víctimas y lograr como fin máximo la reconciliación social como punto final de la era de la violencia. La verdad es la antesala de toda reconciliación y perdón. El pueblo está convocado por la Presidencia de la República a expresarse, a decidir. Para ello proponemos la constitución de coordinadoras municipales de fuerzas populares que desaten la organización y la movilización general de la ciudadanía”, convocó Petro.
Si una mayoría formada en la Comisión Séptima del Senado anula los proyectos de ley discutidos arduamente en el Congreso, anulará el proceso de una transición tranquila y ordenada. El sistema de salud ya colapsó por su propia corrupción y el pensional privado se acerca a lo mismo por otras razones. Así que, hundidas las transiciones ordenadas, entramos a actuar de inmediato para garantizar los derechos de la población.
Petro aseguró que la reforma en realidad contempla varios puntos que “requieren atención urgente”, como la implementación del acuerdo de paz que condujo al desarme de la guerrilla de las FARC en 2016, acelerar una reforma agraria, modificar el sistema judicial e incluir un capítulo sobre cambio climático y descarbonización de la economía. Este martes el Clan del Golfo, la mayor banda criminal de Colombia, anunció que acepta la invitación del gobierno para llevar a cabo una “negociación jurídica” que los lleve a un acuerdo de paz.
Críticas
Ante la dificultad para conseguir que el Congreso apruebe sus reformas, el presidente abrió un inesperado debate sobre la Constitución. La iniciativa fue criticada por políticos de todas las corrientes, incluidos algunos que apoyaron a Petro en las elecciones presidenciales de 2022. Sin embargo, la propuesta del presidente recibió este martes un “apoyo” inesperado del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, líder del partido derechista Cambio Radical y uno de los principales opositores de Petro.
“Apoyemos la Constituyente de Petro, no más chantajes, no más amenazas, que se convoque y derrotémoslo en su constituyente. Tiene razón el presidente Petro, es muy importante que el pueblo decida, pero el pueblo es la totalidad de colombianos, no solo los afiliados” a los sindicatos, expresó Vargas. El ex vicepresidente, que estuvo en ese cargo entre 2014 y 2017, propuso a “millones de colombianos” que están “sumidos en la incertidumbre” que se organicen ante una eventual convocatoria de asamblea nacional constituyente.
Mientras, el el medio socialdemócrata Desde Abajo, señala que la máxima de Petro parece ser la de evitar que las derrotas políticas se traduzcan en derrotas mentales de su base, así como en la pérdida de la iniciativa. Una actitud consecuente, de igual manera, con una de las lecciones del marketing moderno: ser noticia cada día, copando la opinión pública y colocando a girar el sistema informativo alrededor de una opción de gobierno, de un modelo económico, un liderazgo personal, etcétera.
“En esa línea, día a día Gustavo Petro lanza una y otra propuesta, sobre lo divino y sobre lo humano. Copa la agenda, aunque al mismo tiempo genere la impresión de improvisación, desorden, incapacidad de gestión, toda vez que no concreta ninguna de ellas. Esto pese a que sus más fieles seguidores lo defienden en todo y tratan de concretar o hacer realidad esa multiplicidad de iniciativas”, dice el editorial de Desde Abajo.
Consecuente con ello, y ante la derrota que se avizora en el horizonte para el paquete reformista del Gobierno del Cambio, cuya primera pérdida notable provendrá –si no ocurre algún milagro– del ahogamiento de la reforma a la salud, lanza el globo de la reforma constituyente. Una propuesta, por su agenda y objetivos, más allá de si logra su concreción en el tiempo que le queda de mandato, orientada a la activación, organización, deliberación y movilización de la militancia del Pacto Histórico y fuerzas afines, señala.
Añade que, de esta manera, Petro extiende una cortina de humo que minimiza el impacto de la derrota del paquete reformista e impide que el gobierno caiga en la defensiva, lo que ahondaría la sensación de derrota
En tales circunstancias, consciente el gobernante que la agenda de un posible Cambio va mucho más allá de sus cuatro años de mandato, energiza fuerzas, las que al tiempo que actúan en pro de la reforma constituyente, se apropian de un programa mínimo que amplía en la opinión pública el imaginario del paquete reformista que debe acometer el país para alcanzar necesarios niveles de justicia. Un programa mínimo que servirá para agitar desde ya la necesidad del triunfo electoral en el 2026, concluye el medio socialdemócrata.
Camilo Restrepo Marín* Economista y docente universitario colombiano, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)
Este artículo ha sido publicado en el portal estrategia.la
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