A tres días de las elecciones presidenciales en Brasil, el candidato y actual presidente Jair Bolsonaro adoptó una vieja y conocida estrategia para justificar su derrota. Con las encuestas apuntando una cada vez más probable victoria de Luis Inácio Lula Da Silva ya en primera vuelta, el Partido Liberal por el cual Bolsonaro concurre a la reelección presentó ayer una nota en la cual cuestiona el sistema electoral del país.
La presentación fue hecha en el mismo día que las autoridades del Tribunal Superior Electoral convocaron a todos los candidatos y partidos que participarán de la disputa para despejar cualquier duda acerca de la integridad de las urnas electrónicas. El presidente del PL, Valdemar Costa Neto, participó de la visita tras la cual declaró a la prensa que no existen riesgos. Pocas horas después fue divulgada la nota cuestionando nuevamente a las urnas con el sello del partido pero sin la firma de ninguna autoridad.
Tras la divulgación de la misma, las autoridades del TSE encaminaron la nota a la Corte Suprema, donde se la incluyó en una investigación sobre divulgación de noticias falsas que involucran directamente al presidente y a varios miembros de su gobierno.
La opción por el cuestionamiento del proceso electoral es entendida por muchos analistas como el “plan B” de Bolsonaro en caso de una derrota, lo cual a tres días de la disputa pareciera ganar más fuerza. A su vez, la estrategia esconde tanto el reconocimiento de las encuestas de intención de voto -hasta hace poco blanco de las críticas del presidente y su tropa- como la lectura de que no será a través de la vía electoral que el presidente conseguirá mantenerse en el poder.
Si bien esta es una estrategia que el presidente comenzó a usar en 2021 y que llevó a que en el Congreso llegue a ser tratado un proyecto de ley para implementar el voto impreso para reemplazar el sistema de voto electrónico, a pocos días de la disputa y con la violencia política aumentando contra los opositores, existe una preocupación cada vez mayor acerca de cuál será la reacción que generará el resultado que arrojen las urnas entre los electores del presidente.
Dicha preocupación tiene razón de ser. Como férreo defensor de las armas de fuego e impulsor de varios proyectos para flexibilización del porte de las mismas, se teme que muchos de los electores del mandatario puedan querer hacer uso de ese armamento una vez que quede confirmada la derrota. Dicha situación ya se vio en varias oportunidades, siendo el caso más relevante el asesinato de Marcelo Arruda, policía civil y militante del Partido de los Trabajadores que fue atacado por un fanático bolsonarista en su fiesta de cumpleaños en Foz de Iguaçú.
Con el aumento de la violencia incentivada por el presidente contra adversarios ya antes de la disputa, se teme que Bolsonaro inste a sus seguidores a tomar las armas para contestar el resultado de las urnas.
El voto útil
Si bien ya queda claro que por más contundente que sea, Bolsonaro no reconocerá otro resultado que no sea su victoria -lo cual ya parece estar prácticamente descartado-, una victoria de Lula en primera vuelta podría desgastar la estrategia aún antes de que sea completamente implementada.
Sucede que en esta elección, además de presidente se eligen gobernadores y cargos legislativos, con lo cual una contestación de una eventual victoria en primera vuelta arrastraría un cuestionamiento de todos las candidaturas que resulten victoriosas. Entre ellas, las de los propios legisladores aliados de Bolsonaro en el Congreso e incluso las del propio partido por el cual concurre a la reelección.
Es a partir de esta lectura que desde la campaña del ex presidente Lula hace ya varias semanas que se viene apelando al llamado “voto útil”. La idea busca convencer a los indecisos y a aquellos que se resisten a votar en el ex líder sindical de que la elección de Lula en la primera vuelta dejaría a Bolsonaro fuera de juego y con poco o nulo sustento en este contexto de amenazas contra la democracia.
La estrategia parece haber ganado fuerza. En los últimos días, varias figuras importantes del ámbito político, intelectual y artístico declararon apoyo al ex presidente y dicha tendencia comienza a verse traducida en las encuestas. Según la última Datafolha publicada este jueves, Lula tiene 50% de los votos válidos, lo cual hasta el momento garantiza la victoria en primera vuelta.
A tres días de la elección que ya se presenta como la más violenta de la historia del país, el voto útil puede ser determinante para dar por concluída la disputa el próximo dos de octubre. Sin embargo, parece quedar claro que aún con un resultado más que contundente, habrá resistencia y hasta incentivación a la violencia por parte de Bolsonaro para no aceptar su derrota.
*Ana Dagorret es periodista de política internacional del equipo de PIA Noticias.