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Argentina: Una batería de medidas para los que siempre ganan

El ministro de Economía, Martín Guzmán, anunció un paquete de medidas que apuntan a mejorar los márgenes de rentabilidad de las empresas exportadoras que operan en el país. Se anunciaron además opciones financieras en pesos para asegurar especulación en moneda nacional.

 

Ayer el Indec informó que, según relevamiento estadístico, un 40,9% de las personas que habitan este país son pobres. Los hogares que sobreviven debajo de la línea de la pobreza promedian los 25.000 pesos de ingresos por mes.

Apenas 9000 empresas que operan en el país logran exportar, un puñado de 15 grandes corporaciones logra superar el umbral de 1.000 millones de dólares de exportación anual, según el relevamiento del Ministerio de la Producción para el año 2019.

Una simple observación de esos indicadores económicos, permitirían marcar como claro aprendizaje para esta bisagra impuesta en la historia por la trágica pandemia, que las decisiones económicas que apuntan a conceder demandas de los sectores que especulan para devaluar la moneda nacional, engrosar la rentabilidad en dólares y mejorar sus balances comerciales, no sólo no generan trabajo y salarios dignos, siquiera pueden empujar a acortar los márgenes de pobreza.

Sin embargo, mas allá de lo nítido del aprendizaje de la política reciente, Martín Guzmán anunció hoy por la tarde una batería de medidas que tienen como único objetivo asegurar margenes de rentabilidad al puñado de grandes corporaciones que exportan en la Argentina y que generar nocivas cadenas de intercambio con la producción nacional.

Las medidas para el agro, la minería y las grandes exportadoras industriales:

Para impulsar las exportaciones, y para el desarrollo del sector agrícola presentaremos «una compensación y estímulo a pequeños productores de soja y cooperativas que implicarán una inversión pública de hasta $11.550 millones para el sector», dijo Guzmán.

Además, «se reducen hasta fin de año las alícuotas para las ventas al exterior de grano de soja como para sus principales derivados», agregó el ministro.

De esta forma, los derechos de exportación de la soja se reducirán de 33% a 30% en octubre, para luego aumentar paulatinamente en noviembre (31,5%), diciembre (32%) y regresar al 33% en enero.

En cuanto a las medidas vinculadas al sector industrial, Guzmán dijo que se reducirán «los derechos de exportación de los bienes finales industriales a 0% y de los insumos elaborados industriales al 3%».

«En el caso automotriz, la baja al 0% de bienes finales es solo para las exportaciones automotrices incrementales extra Mercosur», precisó.

Además «subimos el piso de reintegros a la exportación en función del valor agregado: subimos los bienes finales industriales a 7% y de los insumos elaborados industriales a 5%», agregó.

Con respecto al sector minero, se reglamentará la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva que estableció un tope del 8% para los derechos de exportación de los metales.

Sobre el sector de la construcción, al que calificó de «central para la recuperación de la economía», Guzmán anunció que el Gobierno enviará al Congreso dos proyectos de Ley: Beneficios impositivos para estimular la inversión en proyectos nuevos, y exención durante tres años del pago de Bienes Personales sobre los activos financieros que se apliquen a nuevas construcciones.

Además, se diferirá el pago del Impuesto a las Ganancias y del Impuesto sobre las Transferencias de Inmuebles correspondiente al aporte de un inmueble (por ejemplo, un terreno) a un proyecto de construcción hasta el momento de finalizada o cobrada la obra.

Guzmán anunció la creación de Fondo Fiduciario de Cobertura y Promoción para brindar sustentabilidad al sistema de Crédito Hipotecario.

También se creará un fondo que será autosustentable, que se financia con aportes de las entidades financieras y con una porción de la cuota del crédito.

El economista Horacio Rovelli, explica los anuncios y remarca que “El gobierno presenta el 15 de septiembre su plan en el Presupuesto 2021, ante la demora en la liquidación de las exportaciones, adopta medidas que reducen temporal o estructuralmente las retenciones y concede aumentos en los reintegros, se supone previo conocimiento de la situación y compromisos de los exportadores, para que el ingreso de divisas disipe la presión devaluatoria, por un lado.”

Por otra parte, Rovelli destaca que “se busca mejorar el perfil de las exportaciones con mayor valor agregado que permita generar más trabajo y elaboración local.”

Sin embargo, el economista advierte que “Pero en un marco de pobreza y desocupación creciente, se posterga la reanimación del consumo  y con ello el nivel de vida de la población, se encarecerán los precios de los alimentos, sobre todo de la carne  y el costo del dinero, que es una combinación que deprimirá más el mercado interno, que es la antípoda del plan económico  presupuestado para el año que viene. “

Y remata recordando, “Don José de San Martín afirmaba: “Serás lo que debas ser, sino no será nada”.

La timba financiera:

Como si los Bancos no hubieran sido uno de los sectores que mayor rentabilidad obtuvo durante la pandemia, y de aquellos vinculados estrechamente en la búsqueda de poner en jaque el valor de la medida nacional, su capacidad de articulación con las corporaciones agroexportadoras, tambén lo puso en la fila de aquellos actores que se beneficiarán groseramente con las medidas.

En lo que respecta al plano financiero y la búsqueda de ahorro e inversión en moneda local, el titular del Palacio de Hacienda anticipó que el martes “estaremos licitando una herramienta -un bono- en pesos, atado a la variación del dólar”.

Además, adelantó que el Banco Central, «presentará una tasa que será referencia de todos los sectores», y destacó que los rendimientos de los depósitos a plazo fijo «serán positivos» respecto a la inflación.

En paralelo, el Banco Central anunció una serie de medidas tendientes a preservar su nivel de reservas internacionales entre las que se encuentran abandonar la «devaluación uniforme» para evitar la especulación, subir la tasa de interés y alentar el ingreso de inversiones del exterior, con la promesa de que podrán repatriar los fondos en un año.

La entidad que dirige Miguel Ángel Pesce a través de un comunicado de prensa, dio cuenta que la tasa de pases pasivos a un día aumentará el 24%, cinco puntos porcentuales respecto del nivel vigente.

La decisión «busca incrementar el atractivo de los instrumentos financieros en moneda local de corto plazo, en vistas de desalentar comportamientos que podrían afectar el mercado de cambios», dijo el Central.

Por otro lado, la entidad adelantó que abandonará «el mecanismo de devaluación uniforme otorgando mayor volatilidad y manteniendo el nivel competitivo del tipo de cambio real multilateral».

El Banco Central también anunció que se bloquearán los CUIT para la compra para atesoramiento de divisas de los funcionarios del máximo nivel de la administración pública nacional hasta el rango de subsecretarios o equivalentes, de legisladores nacionales (diputados y senadores), y los directores de bancos públicos incluidos los del BCRA.

A esperar el derrame:

Las decisiones económicas aseguran una pronta rentabilidad a los sectores especuladores, y ponen a rezar a los funcionarios para que con estos nuevos instrumentos, los grupos económicos cumplan con el objetivo de liquidar dólares para satisfacer las exiguas reservas del Banco Central.

En lo que respecta a la mayoría silenciosa de este país que trabaja por salarios que no le ganan a la inflación o se ubican por debajo de la línea de la pobreza, le resta esperar el derrame en ingresos, salarios y trabajo que no están en la agenda de los grupos económicos para los que se asume una profunda sangría fiscal que se compensará con el esfuerzo de la mayoría.

Fuente: Infonativa