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Arabia Saudita: ¿Parte de los BRICS?

Por Gianna Rosciolesi* Especial para PIA Global. –
En medio de la crisis mundial, Arabia Saudita juega con los intereses económicos de los bloques interesados en los recursos del Reino, y aún no define su adhesión plena al bando de los BRICS.

El pasado 24 de octubre se encontraron los líderes del grupo de los BRICS, en Kazán, Rusia. La cumbre, encabezada por el presidente ruso, Vladímir Putin, tuvo como invitados a los países incorporados al grupo y a miembros colaboradores, entre ellos Arabia Saudita, quien aún no confirma su membresía absoluta.

La reunión abordó diversos temas, entre los que destacaron la creación de una nueva bolsa internacional de cereales y un llamado a encontrar una solución urgente a la guerra en Palestina y Líbano. El Príncipe heredero de Arabia Saudita no se hizo presente, más quien lo reemplazó, el Ministro de Relaciones Exteriores, Faisal bin Farha, concordó con lo desarrollado en el encuentro y condenó las acciones militares de Israel en Gaza, advirtiendo una amenaza para la seguridad regional.

Sin embargo, la participación del Reino en los BRICS es una cuestión que aún se mantiene entre signos de pregunta, dado que su interés por formar parte del grupo se palpa gracias a su fiel participación en los encuentros organizados por el bloque, pero su indefinición y la no presencia del Príncipe heredero y actual Primer Ministro, genera dudas e inquietudes entre los miembros.

Por qué sí y por qué no

El bloque de los BRICS representa hoy el 45% de la población mundial y el 28% del PIB mundial. Estos números reflejan la fuerza del grupo, y a su vez evidencian que la creencia de un mundo unipolar dirigido por Estados Unidos, ya no es compatible con los mercados actuales.

De igual forma, el 37% de las exportaciones actuales de Arabia Saudita, pertenecen a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, superando en gran medida las distribuidas a Occidente. La continuidad de los negocios de Riad con sus aliados asiáticos, podría ayudar a su imagen con otros consumidores potenciales. Con Rusia, coordina sus esfuerzos dentro de la OPEP+ para garantizar nuevos socios comerciales en el mercado del petróleo.

También, China y Rusia han demostrado interés en invertir en nuevos proyectos propuestos por Arabia Saudita, con los cuales busca adentrarse en nuevos mercados por fuera del petróleo, pareciendo virar hacia el desarrollo de sectores verdes y la sostenibilidad.

A pesar de ello, Estados Unidos continúa posicionándose como un fuerte aliado de los saudíes, ya que logra mantenerse como su principal proveedor de armas, habiendo suministrado entre 2019 y 2023 el 75% de los equipamientos. Esta relación estrecha que mantiene con Washington, y por lo tanto sus aliados, refuerza la política ambivalente de Arabia, país que no se ve dispuesto a aliarse plenamente con sus opositores y enfrentar las sanciones internacionales que sufren quienes se animan a desafiarlo.

Al mismo tiempo, el Príncipe Mohamed bin Salmán, observa los conflictos internos en el bloque BRICS, en el cual se contraponen intereses diversos entre India y China al momento de sentar posicionamiento frente a cuestiones internacionales críticas.

Negocios propios

Mientras Putin continúa impulsando la entrada efectiva de Arabia a su grupo, el Estado árabe prioriza su defensa militar, celebrando una reunión entre el SAMI (Industrias Militares Sauditas) y la empresa norteamericana, Lockheed Martin, para la producción de componentes del sistema THAAD (Terminal High Altitude Area Defense). Este encuentro, favoreció al interés saudí por el cese de la Guerra en Gaza, buscando una solución a través de un acuerdo de paz histórico con Israel, pensado en la proyección de un reacomodamiento del Estado palestino, en el cual Arabia se vería fuertemente involucrado en pos de sus beneficios.

De la misma forma, a mediados de septiembre, el Príncipe Mohamed bin Salmán, tomó la decisión de aumentar su producción petrolífera a fin de presionar el precio del barril, sosteniendo la idea de «mantener un equilibrio en los precios de la energía y apoyar las economías mundiales». Esta estrategia, plantea un incremento de 83.000 barriles diarios para diciembre de este mismo año, llevando su producción total a 1 millón de barriles diarios para diciembre de 2025. La propuesta se contrapone a lo pactado con los BRICS y en la OPEP+, donde se acordó sostener políticas que les aseguren el control de la producción petrolera.

Frente a esto, Rusia presenta una pérdida en sus ganancias en el mercado del petróleo, el cual simboliza una gran parte de su presupuesto nacional, reduciendo en varios millones sus ingresos fiscales, utilizados para financiar la guerra en Ucrania. Al mismo tiempo, China ha disminuido sus exportaciones en el mercado energético, y esta nueva competencia de precios podría afectar aún más sus ganancias económicas.

Sin embargo, es importante recordar que a mediados del 2024 el Rey Árabe, Salmán bin Abdulaziz, dejó sin efecto el acuerdo realizado con Estados Unidos en 1974, en el cual se le exigía a Arabia vender su petróleo en dólares, como respuesta a la crisis del petróleo de 1973. Así, el Reino deja de comercializar su producto en dólares y da lugar a la utilización de otras divisas.

Este quiebre, pone en riesgo la posición del dólar como moneda mundial y reserva internacional. Pero a su vez, le otorga un nuevo lugar en el juego a países como China y Rusia, que buscan generar un proceso de desdolarización global e imponer una nueva moneda consensuada por el bloque BRICS.

En una época en la que Arabia Saudita busca posicionarse como una economía sólida a nivel mundial, mantiene fuerte su alianza con Washington y se asegura las potenciales conexiones que puede brindarle. Sin embargo, también precisa de sus vecinos del Este global, quienes le aseguran la entrada de capitales por medio del mercado.
En conclusión, podría pensarse que Arabia Saudita ha decidido jugar su propio juego, en donde participa de ambas polaridades: con los BRICS, manteniendo relaciones económicas y políticas, y haciéndose presente de sus encuentros, para obtener diversos acuerdos que le favorezcan; y por el otro, no abandonando las facilidades que le proporciona su relación con Estados Unidos, dejando sin extremas seguridades de alianza a su principal rival, Rusia, y al grupo como tal. 

Gianna Rosciolesi* Técnica en Relaciones Públicas y Ceremonial, Estudiante del Profesorado en Comunicación Social en la UNLP.

Foto de portada: cryptorank.io/news/

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