El acuerdo, en algunos de sus aspectos, se eleva a nivel del tratado en sus dimensiones políticas, en cuanto a garantizar los intereses chinos y trasladar al dragón chino a las costas del Golfo, el Mar Arábigo y el Océano Índico para enfrentar al burro y al elefante estadounidense.
El acuerdo abarca la incorporación de las empresas chinas en el desarrollo del sector del transporte en sus diversos aspectos; el proyecto estratégico comienza con el desarrollo del puerto de Chābahār en el extremo suroriental de Irán y busca convertirlo en un puerto internacional comparable con los puertos de Dubái, Nueva York y San Francisco.
En un paso posterior, China ampliará el puerto de Bandar Abbas en el sur de Irán, uniendo ambos puertos por medio de una red de vías rápidas y ferrocarriles de una longitud que supera los mil ochocientos kilómetros con el extremo norte de Irán.
Ambos puertos, Bandar Abbas y Chābahār, están ubicados en la ruta del cinturón sur que se extiende desde Shanghái hasta Sudáfrica y el plan chino-iraní se basa en unir esta ruta en el sur con el extremo norte comunicándolo con la Ruta de la Seda que se extiende desde el noroeste de China, pasando por Pakistán, atravesando el Cáucaso y llegando hacia el este de Europa a través de Turquía.
En el sector de las industrias del petróleo, China estará a salvo de cualquier tormenta económica o sanciones después de haber asegurado el flujo continuo de exportaciones de petróleo iraní durante un cuarto de siglo; a cambio, China comenzará a desarrollar la industria petrolera en Irán, la cual se encuentra agotada a causa de décadas de sanciones.
Lo más importante en el aspecto económico del acuerdo, es lo mencionado en el último artículo que se refiere a: que Irán se incorporará al sistema financiero internacional que China está creando lejos del sistema financiero occidental que representa un palo amenazante contra cualquiera que viole las sanciones impuestas a los países que se oponen a las políticas estadounidenses.
Sumado a esto, está el gran cambio que la tecnología china producirá en el sector de la informática y la tecnología cibernética en Irán al introducir tecnología de quinta generación; en el acuerdo ambos países declararon su intención de cooperar en los ámbitos de la defensa y de la seguridad a nivel regional e internacional, especialmente con lo que respecta a la lucha contra el terrorismo.
IRÁN Y LA CONEXIÓN ASIÁTICA – EUROPEA
El acuerdo estipula que Irán participará en la ampliación del alcance de la Franja y la Ruta a nivel regional, lo que significa que no será solo uno de las decenas de países que se encuentran a lo largo del recorrido de la Franja y la Ruta, sino que será un estación principal en este enfoque económico global y contribuirá a la reconstrucción de la economía internacional, extenuada por la pandemia del COVID-19, al reducir las distancias que recorren las exportaciones chinas desde el origen a su destino en Europa y a través del Mediterráneo.
En otras palabras, la ubicación geográfica de Irán representa la columna vertebral en el recorrido de la Franja y la Ruta; Irán será el punto de conexión con dos proyectos que China aspira concretar y cuyas facetas se están discutiendo con Iraq y Kuwait, con el fin de establecer el canal seco que conectará el extremo norte del Golfo comenzando por los puertos de al Faw y Mubarak, hasta alcanzar a Baniyas en la costa sirias y Trípoli en la costa de Líbano.
LA POSTURA DE ESTADOS UNIDOS DEL ACUERDO CHINO-IRANÍ
La comunicación telefónica entre el presidente estadounidense Joe Biden y el primer ministro británico, por medio de la cual ambos acordaron enfrentar el proyecto chino, implica que el sistema occidental se ha percatado de que China ha adoptado una (acción hostil) y que Beijing está atentando contra la doctrina económica occidental y la zona de intereses occidentales en la región del occidente de Asia.
Supongo que, si el Partido Republicano gobernara aún la Casa Blanca, este hubiera librado una guerra contra Irán inmediatamente después de que Teherán firmará el acuerdo con China, pero los demócratas que buscan enfriar los frentes que heredaron de su predecesor Trump, no parecen estar dispuesto para responder a Irán, la cual (violó) un gran número de líneas rojas, desde el punto de vista estadounidense.
Al firmar el acuerdo con China, Irán prácticamente ha firmado el fin de las sanciones estadounidenses y occidentales, esto se percibe cuando se empieza a hablar de inversiones superiores a los cuatrocientos millardos de dólares en proyectos iraníes.
Irán el país que occidente quería colocar en la esquina del cuadrilátero después de firmar el acuerdo nuclear y para poder dirigirle golpes cada vez que intentaba alejarse de esa esquina, ahora ha logrado zafarse y está de vuelta sobre el terreno y preparándose para una nueva ronda del conflicto.
EL CAPITALISMO DE ESTADO DESAFÍA AL LIBERALISMO ECONÓMICO IMPERIALISTA
El éxito que ha logrado la alianza chino – iraní junto con Rusia en el trasfondo, dará como resultado la producción de una teoría diferente sobre la gestión de la economía global, porque el éxito de la República Popular China con el proyecto la Franja y la Ruta, significa el éxito del capitalismo de estado y la derrota de la economía liberal y es la advertencia que había hecho recientemente el erudito estadounidense Henry Kissinger.
Por lo tanto, el éxito del capitalismo de estado y su supremacía al liderar un grupo económico que incluye a decenas de países, de hecho, es una gran derrota para la ideología en la que se basó el “establishment” imperialista occidental, que libró dos guerras mundiales junto con cincuenta guerras y agresiones durante los últimos cien años y eso en defensa de su ideal según el cual fijó su visión política y cultural para liderar el mundo.
Según esta variante utilitaria e intelectual, Estados Unidos pronto enfrentará una dura realidad y casos de rebeldía de parte de países como Iraq, Kuwait y Turquía, que forman parte políticamente del campo estadounidense, cuando estos países se percaten que su prosperidad depende de la integración dentro del marco del proceso de la Franja y la Ruta.
En consecuencia, creo que muchos de los conceptos de seguridad estratégica de occidente cambiarán por completo, como lo son: la seguridad del Golfo, la seguridad de los estrechos y el control de las fuentes de energía, luego de que el dragón chino llegará a las costas del Golfo, para reemplazar aquellos conceptos por una visión de acción colectiva, donde dirigirse al este se convertiría en una necesidad material y espiritual después de que el oriente logró poseer la tecnología además de los valores morales y culturales.
Fuente: Al Mayadeen Español
Abdul-Jalil Al-Zubaidi especialista en asuntos iraniés