El extraordinario protocolo de bienvenida, donde convergieron simultáneamente el presidente vietnamita, el primer ministro y el secretario general del Partido Comunista en el aeropuerto, constituyó un gesto diplomático que transmite un mensaje inequívoco sobre la importancia estratégica que Vietnam otorga a China en el actual contexto internacional.
Un recibimiento sin precedentes
La llegada de Xi Jinping a Hanói fue escenificada con un ceremonial pocas veces visto en la diplomacia internacional. La presencia conjunta de las tres máximas autoridades del Estado y del Partido Comunista vietnamita en la pista del aeropuerto —el presidente de Vietnam, el primer ministro y el secretario general del partido— representa un gesto calculado para transmitir el nivel de prioridad que Vietnam asigna a su relación con China, especialmente en momentos de creciente tensión comercial internacional.
Este protocolo excepcional rompe con las convenciones tradicionales, donde normalmente solo una de estas figuras participa en la recepción inicial de un dignatario extranjero.
La ruptura del protocolo habitual pone de manifiesto la voluntad vietnamita de elevar la relación bilateral a un nivel superior, señalando al mundo la solidez de la alianza entre ambas naciones socialistas.

Fortalecimiento de lazos en tiempos de guerra arancelaria
La visita de Estado se produce en un momento particularmente significativo del panorama económico internacional, caracterizado por la intensificación de las tensiones comerciales y la imposición de políticas arancelarias agresivas por parte de Estados Unidos. En este contexto, el recibimiento ofrecido a Xi Jinping cobra especial relevancia como declaración política.
Durante su encuentro con el presidente de la Asamblea Nacional de Vietnam, Tran Thanh Man, Xi hizo un llamamiento explícito a la necesidad de que ambos países trabajen conjuntamente para “inyectar más estabilidad y energía positiva en el mundo”, una alusión apenas velada al turbulento panorama comercial internacional.
El mandatario chino fue contundente al afirmar que “no hay ganadores en una guerra comercial ni en una guerra arancelaria”, posicionando claramente a ambas naciones como defensoras del multilateralismo comercial frente a las tendencias proteccionistas.
Esta declaración adquiere especial peso considerando que Estados Unidos ha elevado hasta un 125 por ciento los aranceles contra productos chinos, mientras que ha anunciado una suspensión temporal de 90 días para la mayoría de los demás países.
La comunidad de futuro compartido
Un elemento central del discurso de Xi durante su visita fue la reiteración del concepto de “comunidad China-Vietnam de futuro compartido”, una formulación diplomática que trasciende las nociones tradicionales de cooperación bilateral para plantear una visión de destino común entre ambas naciones.
“Ante un panorama internacional plagado de cambios y turbulencia”, destacó Xi, “China y Vietnam deben reforzar la confianza en sus vías y sistemas, ampliar la solidaridad y la coordinación, seguir construyendo la comunidad China-Vietnam de futuro compartido que conlleva una importancia estratégica”.
Esta doctrina estratégica, presentada como una respuesta a la inestabilidad global, cobra especial significado en el contexto actual, donde ambos países se enfrentan a presiones externas similares.
La visión compartida de futuro representa un compromiso de respaldo mutuo ante los desafíos comerciales internacionales, particularmente relevante cuando ambas economías son objeto de políticas arancelarias restrictivas.

El sustento material de la relación
La sustancia de esta relación privilegiada quedó materializada en la firma de 45 acuerdos bilaterales que abarcan sectores estratégicos cruciales para ambas economías.
Los convenios incluyen áreas de vanguardia como la inteligencia artificial, pero también aspectos fundamentales del comercio bilateral como el intercambio de productos agrícolas y la cooperación aduanera.
Xi aseguró durante las conversaciones que China está “lista” para recibir más productos vietnamitas y para fomentar una mayor inversión de empresas chinas en Vietnam. Este compromiso resulta especialmente valioso para la economía vietnamita en un momento en que se enfrenta a potenciales restricciones en su acceso al mercado estadounidense.
La cooperación en sectores tecnológicos estratégicos como el 5G, la inteligencia artificial, los semiconductores y las energías limpias fue destacada como una prioridad compartida.
Por su parte, el máximo dirigente vietnamita, To Lam, propuso elevar la transformación digital a pilar fundamental de la relación bilateral, evidenciando la visión de futuro que ambas naciones comparten respecto al desarrollo económico.
El “gen rojo”: la base ideológica de la relación
Un aspecto particularmente significativo del discurso de Xi fue la referencia al “gen rojo” compartido, una expresión que alude a las raíces ideológicas comunes de ambos estados.
“Las dos partes deben aprovechar el 75° aniversario de las relaciones diplomáticas y el Año de Intercambios entre Pueblos y Culturales China-Vietnam como una oportunidad para transmitir el ‘gen rojo'”, señaló el mandatario chino.
Esta referencia no es meramente retórica, sino que constituye un recordatorio de que la relación entre China y Vietnam trasciende los intereses económicos coyunturales para anclarse en una visión compartida del orden mundial y del desarrollo nacional.
Xi enfatizó que “tanto China como Vietnam son países socialistas dirigidos por un partido comunista, y que la dirección política es crucial para el futuro de los partidos y los países”.
Esta comunión ideológica sirve como contrapeso a las presiones occidentales y proporciona un marco de entendimiento mutuo que facilita la coordinación ante desafíos comunes.
La mención explícita a la necesidad de “hacer buen uso de los recursos revolucionarios” subraya la voluntad de ambas naciones de mantener su identidad política distintiva en el escenario internacional.
Una visión compartida del orden mundial
Durante su visita, Xi articuló una visión que trasciende las consideraciones meramente comerciales para abordar cuestiones fundamentales del orden mundial. El presidente chino instó a “salvaguardar firmemente el sistema multilateral de comercio, la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro globales, y un entorno internacional abierto y cooperativo”.
Esta declaración posiciona a China y Vietnam como defensores de un orden económico internacional basado en reglas multilaterales, en contraposición a las tendencias unilateralistas representadas por las guerras arancelarias. Xi realizó un llamamiento explícito a “rechazar el unilateralismo”, construyendo así un frente diplomático común.
La referencia a la necesidad de garantizar “la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro globales” resulta particularmente significativa en un contexto donde la fragmentación de estas cadenas constituye una preocupación creciente para las economías emergentes. China y Vietnam, como importantes centros manufactureros, comparten un interés estratégico en preservar la integridad del sistema comercial global.
Profundizando la cooperación institucional
Un aspecto destacado de la visita fue el énfasis puesto en la cooperación entre los órganos legislativos de ambos países. Xi reconoció los “frecuentes intercambios y la cooperación fructífera entre la Asamblea Popular Nacional de China y la Asamblea Nacional de Vietnam”, señalando que estos órganos “deben hacer más para reforzar la amistad tradicional, garantizar la cooperación práctica y fortalecer la coordinación multilateral”.
Esta dimensión institucional de la relación bilateral es fundamental para su sostenibilidad a largo plazo, ya que establece canales de comunicación y colaboración que trascienden las figuras individuales de los líderes.
La propuesta de llevar a cabo “intercambios sobre el desarrollo de la democracia socialista y el Estado de derecho” revela una voluntad de compartir experiencias de gobernanza dentro del marco ideológico común.
Por su parte, Tran Thanh Man expresó que la Asamblea Nacional de Vietnam “espera mantener una estrecha comunicación y cooperación con la Asamblea Popular Nacional de China” e “implementar el importante consenso alcanzado por los máximos líderes de los dos partidos y países”. Esta declaración confirma la reciprocidad del interés en profundizar la cooperación institucional.

Una estrategia regional más amplia
La visita a Vietnam se inscribe en una gira regional más amplia que incluye también paradas en Malasia y Camboya, configurando un mensaje claro sobre las prioridades diplomáticas de Pekín. Esta secuencia de visitas constituye el primer desplazamiento internacional de Xi en 2025 y revela el interés chino por consolidar una red de alianzas estables en el sudeste asiático.
En Malasia, Xi se reunió con el primer ministro Anwar Ibrahim, mientras que en Camboya fue recibido con honores por el rey Norodom Sihamoni. El primer ministro camboyano, Hun Manet, ha llegado a calificar a Pekín como “amigo indispensable”, evidenciando el éxito de la estrategia diplomática china en la región.
Esta ofensiva diplomática se produce precisamente cuando estos países enfrentan la amenaza de aranceles significativos por parte de Estados Unidos. Camboya, por ejemplo, se encuentra entre los países que afrontarían uno de los aranceles más elevados, con un potencial impuesto del 49% sobre sus exportaciones una vez que expire la suspensión temporal de 90 días.
Un mensaje al mundo en tiempos de incertidumbre
El recibimiento sin precedentes ofrecido a Xi Jinping en Vietnam constituye mucho más que un gesto protocolario excepcional. Representa una declaración geopolítica calculada en un momento de reconfiguración del orden internacional.
La presencia conjunta de las tres máximas autoridades vietnamitas en el aeropuerto simboliza la voluntad de Vietnam de alinearse estratégicamente con China frente a las presiones arancelarias y comerciales provenientes de Occidente.
La firma de 45 acuerdos bilaterales y la articulación de una visión común del orden económico internacional demuestran que esta relación privilegiada no es meramente retórica, sino que se sustenta en intereses concretos y una visión compartida del desarrollo.
El énfasis en sectores estratégicos como la inteligencia artificial, los semiconductores y las energías limpias revela la orientación hacia el futuro de esta cooperación.
En un contexto internacional “plagado de cambios y turbulencia”, como señaló Xi, la alianza entre China y Vietnam emerge como un factor de estabilidad regional y un modelo alternativo de cooperación internacional basado en principios de respeto mutuo y beneficio compartido.
El extraordinario recibimiento ofrecido al mandatario chino quedará registrado en los anales diplomáticos como el símbolo no menor de una nueva era en las relaciones entre ambas naciones, caracterizada por una “camaradería más hermandad” que aspira a contribuir a la “prosperidad y el desarrollo común”.
Es de destacar que tras la llegada del general To Lam como secretario general del partido comunista de Vietnam, las relaciones entre ambos países se han potencializado por lo cual lo sucedido a lo largo de la semana no es un hecho menor y debe tenerse en consideración en medio del reacomodo del escenario mundial entre las disputas globales.
Tadeo Casteglione* Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales, Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Miembro del equipo de PIA Global.
Foto de la portada: VNA