Estas últimas semanas la cuestión entre Taiwán y China volvió a estar en agenda, por varios hechos. El primero fue por la cumbre entre Xi Jinping y Vladimir Putin porque el principio de Una Sola China se trató de manera central, en primer lugar porque Rusia adhiere a él y reconoce a la isla como parte inalienable del territorio chino, en este sentido, se opone a cualquier forma de “independencia de Taiwán” y apoya firmemente las medidas de Beijing para salvaguardar su soberanía e integridad territorial. En segundo lugar, porque el Kremlin es un aliado estratégico en la región de Asia Pacífico en materia de seguridad, en contraposición a Estados Unidos.
El segundo hecho relevante fue la decisión del Gobierno de la República de Honduras, que lidera Xiomara Castro, quien sostuvo en un comunicado que “reconoce la existencia de una sola China en el mundo, y que el Gobierno de la República Popular China es el único Gobierno Legitimo que representa a toda China. Taiwán forma parte inalienable del territorio chino”. A partir del 26 de marzo, la nación centroamericana rompió relaciones con Taiwán y se comprometió a no tener ninguna relación de carácter diplomático con la isla.
Esto último se tomó muy mal en Taiwán, la presidenta Tsai In Weng sostuvo que “en los últimos años, China ha utilizado persistentemente todos los medios para suprimir la participación internacional de Taiwán, intensificar sus intimidaciones militares contra Taiwán y perturbar la paz y la estabilidad regionales”. Hace dos años El Salvador tomó la misma decisión que Honduras, ya que esperaba tener una relación económica más fluida con la República Popular de China.
Esta semana Tsai estuvo de gira por Estados Unidos y se reunió con el presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., Kevin McCarthy, en una visita “no oficial”. Esta gira también tuvo reuniones en Guatemala y Belice, dos de los aliados importantes en Centroamérica que aún mantienen relaciones diplomáticas con el gobierno de Taiwán.
Antes del viaje, desde Beijing expresaron que la reunión entre Tsai y McCarthy «viola gravemente el principio de una sola China, daña la soberanía y la integridad territorial de China, y destruye la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán», aseguró la portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado chino, Zhu Fenglian y agregó: «Nos oponemos firmemente a ello y tomaremos definitivamente medidas para contraatacar con determinación».
Tsai respondió que desde su gobierno están tranquilos y confiados y que no cederán ante las provocaciones de la República Popular de China (RPC): “Taiwán caminará con firmeza por la senda de la libertad y la democracia y se adentrará en el mundo. Aunque este camino sea duro, Taiwán no está sola». Es cierto lo que asegura Tsai, la isla cuenta con un apoyo muy importante de Estados Unidos, aunque Washington acepta el principio de Una Sola China (que quiere decir que Beijing es la única China y no Taipéi), lo respeta cada vez menos.
La respuesta de la RPC
Lógicamente vendría la respuesta por parte de China, el gobierno de la provincia de Fujian anunció un patrullaje de seguridad de tres días en respuesta a la reunión entre la líder de Taiwán, Tsai Ing-wen, y el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy. Según publicó China Daily el barco patrullero marítimo más grande en el Estrecho de Taiwán, el Haixun 06, estaría al frente de una flota policial para realizar la patrulla.
Sumado al barco patrulla, desde Beijing anunciaron ejercicios militares frente a Pingtan, isla ubicada en la zona costera oriental de la provincia de Fujian, el próximo 10 de abril, según informó la administración marítima provincial en un comunicado. Desde China buscan «salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial».
Además de los gobiernos, algunos académicos a ambos lados del estrecho opinaron sobre este asunto. Es el caso de Liu Xianping, un experto en estudios de Taiwán en la Universidad de Nanjing, sostuvo que los intentos de las autoridades del PDP (Partido Progresista Democrático) de buscar la «independencia de Taiwán» apoyándose en Estados Unidos han aumentado las tensiones en el Estrecho, lo que ha provocado una creciente insatisfacción y críticas en la isla.
El futuro de Taiwán está en la reunificación nacional, dijo Liu. En este sentido. llamó a la gente de Taiwán para que se oponga resueltamente a la «independencia de Taiwán» y la interferencia de fuerzas externas, y se una a sus compatriotas de la parte continental para salvaguardar los intereses generales de la nación china.
En este contexto, es necesario remarcar que si bien Tsai está muy segura de su apoyo internacional —sobre todo de Estados Unidos—, lo cierto es que hay si bien el PDP gobierna la isla desde 2016, el año pasado perdió las elecciones municipales, el partido oficialista ganó cinco de las 22 regiones y ciudades independientes en juego.
Si bien este conflicto lleva muchos años, en este último tiempo se convirtió en una olla a presión. El 2024 será clave porque no sólo son las elecciones presidenciales en Taiwán, sino también en Estados Unidos que hoy es el aliado principal en la idea de la “independencia” de la isla. Es posible que el gobierno norteamericano se concentre en la política interna y sea un gran punto de inflexión para China y la cuestión Taiwán. Por lo pronto, parece que este año será de idas y vueltas con el gobierno del PDP de Tsai Ing-wen.
*Erika Gimenez es Licenciada en Comunicación, escribe en PIA Global y otros medios.
Foto de portada: Tsai Ing Wen da un discurso. EFE