Este jueves, el Teniente General Alexander Sollfrank, Jefe del Mando Logístico JSEC de la OTAN, declaró en una entrevista a Reuters que “le gustaría ver un «Schengen militar», un área de libre paso militar similar a la zona Schengen política que permite la libre circulación en la mayor parte de la UE”.
«Nos estamos quedando sin tiempo. Lo que no hagamos en tiempos de paz no estará listo en caso de crisis o guerra», dijo Sollfrank.
El Comando Conjunto de Apoyo y Habilitación (JSEC) de la OTAN, situado en la ciudad de Ulm, al sur de Alemania, es un cuartel general operativo estático con personal multinacional directamente subordinado al Comandante Supremo Aliado en Europa (SACEUR) y su Cuartel General Supremo de las Potencias Aliadas en Europa (SHAPE) en Mons, Bélgica.
Según informan desde su sitio web oficial, el JSEC tiene dos objetivos. Uno, en tiempos de paz, su misión es contribuir a la habilitación y ayudar a la Alianza a preparar el escenario para el refuerzo de las fuerzas cuando sea necesario. Otro, en tiempos de crisis y conflictos, su misión consiste en coordinar el refuerzo de fuerzas y posterior mantenimiento.
Cumplir sus misiones requiere de “una red eficiente de contactos que integre a todas las autoridades relevantes, instituciones civiles, gubernamentales y no gubernamentales de los miembros de la OTAN y la UE. El JSEC tiene un papel de coordinación y reunirá a naciones soberanas para crear una red integral de partes interesadas, trascendiendo las fronteras nacionales dentro de los límites de la Alianza”.
En el cuartel general trabajan cerca de trescientos soldados y civiles aliados, todos bajo el mando del teniente general alemán Alexander Sollfrank.
La propuesta del Teniente General se basa, por un lado, ante la necesidad de cubrir y desplegarse en territorios nuevos tras la ampliación de la OTAN (ampliaciones legítimas y ampliaciones de facto).
«La extensión del espacio, el hecho de que no todas las fuerzas tengan bases avanzadas, todo esto significa que la alianza tiene que ser rápida a la hora de trasladar tropas desde sus bases al lugar adecuado en el flanco oriental», dijo Sollfrank, aclarando que esto requería de preparación.
Por otro lado, se necesita sortear con mayor rapidez las burocracias y reglamentaciones entre países que dificulta y atrasa cualquier eventual movimiento de tropas.
«Tenemos un exceso de reglamentos, pero lo único que no tenemos es tiempo», advirtió el almirante Rob Bauer, jefe del comité militar de la OTAN. «La guerra de Rusia contra Ucrania ha demostrado ser una guerra de desgaste – y una guerra de desgaste es una batalla de logística».
En su entrevista, Sollfrank, mencionó en reiteradas ocasiones a Rusia como ejemplo de posible enemigo al cual enfrentarse, y a la actual guerra en Ucrania para demostrar su punto.
«En el apogeo de la guerra en Ucrania, Rusia disparaba 50.000 proyectiles de artillería al día. Estos proyectiles tienen que llegar a los obuses… Así que hay que crear almacenes: para munición, combustible, piezas de repuesto y provisiones». Además advirtió que la OTAN no debe dar la impresión de no estar preparada para enfrentarse a Moscú, “tenemos que adelantarnos a los acontecimientos. Tenemos que preparar el teatro de operaciones mucho antes de que se invoque el Artículo 5”.
Es por eso, que para Sollfrank la creación de un «Schengen militar», permitiría avanzar sobre un área de libre paso militar, incluso entre países de la región que no formen parte de la Alianza. Esto se traduce en una clara búsqueda de fortalecimiento de la hipermilitarización de Europa.
Las declaraciones y pedido del Teniente General del Comando Conjunto de Apoyo y Habilitación de la OTAN se dan luego de la propuesta del Comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, quien hace pocos días propuso que la UE adopte una Estrategia Europea de la Industria de Defensa (EDIS) y un Programa Europeo de Inversiones en Defensa (EDIP). Y aunque podríamos pensar que no existe contradicción entre ambas propuestas que tienen como fin la hipermilitarización de Europa, la OTAN no está dispuesta a que la UE desarrolle una industria de defensa propia y autónoma, lejos de los tentáculos de la Alianza.
Esta tensión se da especialmente en el ámbito militar, y ya la hemos visto cuando se propuso el desarrollo de un ejército europeo, el fortalecimiento de la industria armamentística europea, y también en el plano político, que abarca muchas más áreas (incluyendo la militar), cuando se estaba debatiendo la posibilidad de transitar el camino de una autonomía estratégica europea.
Luego del abandono de Washington sobre Europa durante el gobierno de Donald Trump, el rol de la OTAN se encontraba sin propósitos, en “muerte cerebral” en palabras del presidente francés, Emmanuel Macron. Con el cambio de gobierno estadounidense, Biden aseguró que Estados Unidos volvería a ser un aliado sólido de Europa, y Rusia un enemigo y amenaza común para la seguridad nacional estadounidense y europea.
Durante la Conferencia Virtual de Seguridad de Múnich, anunció las líneas generales que estuvimos viendo en los acontecimientos de los últimos años: remilitarización en Europa con la ‘resurrección’ de la OTAN pero también con el reposicionamiento de tropas estadounidenses en territorio europeo y el aumento del gasto en defensa de los países de la región; la guerra en Ucrania declarando la necesidad de “defender la soberanía e integridad territorial de Ucrania como una preocupación vital”; y frenar el avance chino en la región.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, fue muy contundente también en aquella Conferencia de Múnich, y recalcó que “la defensa de Europa depende de estrechos vínculos transatlánticos y no de la búsqueda de la autonomía estratégica del continente”.
Desde allí el debate por la autonomía estratégica europea se empezó a achicar y a ser cooptada por la línea atlantista bajo la idea de que Europa debía asumir una mayor responsabilidad por su seguridad sin que eso significara que los líderes europeos no esten comprometidos con la OTAN.
Por eso, en primer lugar podemos advertir que el pedido de un Schengen Militar por parte del Teniente General Alexander Sollfrank es una excusa más por parte de la OTAN, y del bloque EEUU/Reino Unido, para frenar cualquiera intento de que la comunidad europea se autonomice, especialmente, en el ámbito militar.
Otra excusa que se puede advertir tras el pedido de un Schengen Militar si se presta atención a las declaraciones de Sollfrank está relacionado a la posibilidad de acción de la Alianza sin necesidad de recurrir al Artículo 5 que establece que un ataque a un miembro de la OTAN representa un ataque a todas las naciones de la organización, y por ende deben responder.
Altamente importante tener en cuenta este punto ante la actual situación de desgaste y fatiga que está atravesando Ucrania en el frente de guerra, y la posibilidad de que se activen otros focos de enfrentamiento con Rusia en territorio europeo.
Esto lleva a preguntarnos el alcance que podría tomar un Schengen Militar ante los intereses atlantistas en la región. ¿Se incluirá el elemento nuclear? ¿Sólo incluye un despliegue territorial cercano? o ¿se extiende sobre mares? pensando en específico en los mares que rodean a Europa y que son geoestratégicamente muy importantes para la Alianza, como el Mar Negro, y el Mediterráneo, o el Báltico, que sin bien ya es practicamente un “lago de la OTAN”, se están elevando la tensiones allí. ¿Se extenderá sobre el Ártico? “nuevo” territorio geoestratégico en disputa con Rusia.
Por último, y no menos importante, resulta importante atender a los “detalles”. Thierry Breton es francés y aboga por la autonomía estratégica europea, mientras que Sollfrank es alemán y parte de la OTAN. El JSEC tiene sede en Alemania, una Alemania que ha roto la entente franco-alemán; que ha aumentado el gasto militar incluso en el actual contexto de grave crisis que atraviesa su población; una Alemania que abre las puertas al militarismo atlantista y en especial a las fuerzas militares y al complejo militar estadounidense; una Alemania que se encuentra disputando el rol de líder de la región, en principio con Francia, pero en especial con Polonia respecto al liderazgo atlantista en Europa Oriental.
Para el analista geopolítico internacional, Andrew Korybko, la propuesta de Sollfrank “se revela como un juego de poder apenas disimulado de Alemania sobre Polonia. El líder informal de la UE intensificó su competencia regional con Polonia a mediados de agosto a través de su prometido patrocinio militar de Ucrania. En resumen, Polonia aspiraba a convertirse en el líder de Europa Central y Oriental (ECE) en el transcurso de la guerra por poderes OTAN-Rusia, pero Alemania se puso a la altura de las circunstancias para desafiar sus ambiciones”.
Como bien explica Korybko, tras el resultado de las elecciones en Polonia, que posiciona al ex primer ministro y presidente del Consejo Europeo Donald Tusk como posible nuevo jefe de Estado polaco, implica que “este político alineado con Alemania podría subordinar voluntariamente su país a Berlín, con lo que Polonia cedería a ese país su prevista esfera de influencia regional y se convertiría indefinidamente en su mayor vasallo”.
Si se impone el Schengen Militar, dice el analista, “las fuerzas alemanas podrían regresar a Polonia en masa con el pretexto de defender a la UE de Rusia. Esto no contradice las tendencias a la desescalada de la guerra por poderes entre la OTAN y Rusia, sino que las complementa, ya que podría utilizarse para compensar la falta de garantías similares a las del Artículo 5 para Ucrania”.
Esto posiciona a Alemania, no solamente en clara ‘victoria’ sobre Polonia, sino como títere de Washington “encargado por EEUU de «contener» a Rusia en Europa como parte de la estratagema de Washington de «liderar desde atrás». Una vez que la hegemonía continental de ese país esté plenamente asegurada, Estados Unidos podrá «pivotar (de nuevo) hacia Asia» con más confianza para centrarse en contener a China”, concluye Korybko.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró que la propuesta de «Schengen militar» aumenta las tensiones y preocupa a Moscú, y también aseguró que en caso de que se hiciera realidad, Rusia respondería.
«La Alianza siempre ha considerado a nuestro país como un supuesto enemigo teórico. Ahora considera abiertamente a nuestro país como un adversario evidente. Esta (declaración) no es más que alimentar las tensiones en Europa, lo que tiene consecuencias», declaró Peskov a la prensa.
Peskov también advirtió que la construcción de un «Schengen militar» demostraba una vez más que Europa no estaba dispuesta a escuchar las legítimas preocupaciones de Moscú y estaba dispuesta a reforzar su propia seguridad a costa de Rusia.
«Es la OTAN la que está desplazando constantemente su infraestructura militar hacia nuestra frontera. Nosotros no nos movemos hacia la infraestructura de la OTAN. La OTAN se mueve hacia nosotros. Y esto no puede sino causar preocupación y no puede sino dar lugar a medidas de represalia para garantizar nuestra propia seguridad», afirmó el funcionario ruso.
*Constantini Micaela, periodista y parte del equipo de PIA Global.
Foto de portada: diseño de PIA Global.
[…] Schengen militar: fortalecimiento atlantista e hipermilitarización europea […]