En los días siguientes, la tensión siguió escalando dado que, por un lado, la Corte Suprema israelí demoró (creemos que intencionalmente) su pronunciamiento sobre la constitucionalidad del desalojo de familias palestinas, y, por otro lado, dos importantes conmemoraciones caldeaban los ánimos de Las Partes: “La Noche del Destino” para los palestinos, que se celebra cada 8 de mayo, y, el “Día de Jerusalén” para los israelitas, que se lleva a cabo el 10 de mayo. Finalmente, el grado desproporcionado de la represión contra los palestinos, a todas luces, una lucha asimétrica en favor de Tel-Aviv, fue respondido por Hamas y otros grupos insurgentes con el lanzamiento de un primer cohete desde Gaza.
Para este artículo, entrevistamos al internacionalista venezolano, Jean-Paul Mertz, experto en Medio Oriente, quien nos hablará en profundidad sobre esta nueva embestida colonial e imperialista de Israel contra el pueblo palestino. Finalmente, analizaremos cuál ha sido la reacción del gobierno argentino y qué podemos esperar del desarrollo de este conflicto.
¿Cómo catalogaría lo que está sucediendo hoy entre Palestina e Israel?
La situación forma parte de una serie de acciones sistemáticas de la entidad sionista, tendientes a imponer mediante el terror la imposibilidad real de supervivencia al pueblo palestino, aún en los territorios que por el Acuerdo de Oslo de 1993 deberían quedar bajo su control. La mediática sionista, con mucha fuerza en medios tradicionales y modernas redes sociales en occidente, trata, cuando no directamente de justificar toda acción israelí, de hacer llamados a la paz en los que se pretende equiparar las acciones de la entidad sionista con la de la satanizada resistencia palestina.
¿Cuál es la razón del uso desproporcional de la fuerza israelita contra la población civil palestina?
Netanyahu muestra con ello el éxito de su visión política armamentista y militarista, mientras que las muertes de civiles palestinos, lejos de generar una presión internacional para frenar las acciones, son precisamente acentuadas, en una política de terror sistemático dirigida al pueblo palestino en particular, y a la solidaridad internacional en general. A ello se suma las posturas favorables a prácticas genocidas por parte de la extrema derecha israelí. Mientras la normalización del terror por parte de las Fuerzas de Defensa Israelíes prepara al estamento militar para la represión del creciente movimiento civil contra el Primer Ministro y su partido. Por otra parte, esta acción representa para Tel Aviv el poner a prueba qué tanto se ha podido debilitar Israel a nivel internacional luego de la derrota de Trump.
¿Quiénes son los actores visibles y a qué actores no se ven en el conflicto, pero están implicados en el mismo?
En primer lugar, es importante analizar la política interna en ambos países. En Israel la consolidación política de Netanyahu ha superado el hecho de su alianza con el presidente Trump, cuya administración además obtuvo un logro de primera importancia al conseguir que varias monarquías del Golfo establezcan relaciones diplomáticas con Tel Aviv (entre los países árabes, hasta la llegada de la Administración Trump, solo Egipto y Jordania, a consecuencia de la guerra de 1973, y Marruecos, reino al que Israel ha apoyado materialmente en su ocupación del territorio saharaui, mantenían reconocimiento a la entidad sionista), e incluso se mantiene un acercamiento aún solapado entre Israel y Arabia Saudita, dirigido contra Irán. Estas acciones reforzaron la presencia internacional de Israel, evitando que haya una condena unánime de los países árabes a sus acciones. A su vez, Palestina atraviesa desde la muerte de Yasser Arafat por una crisis política, en la que la resistencia laica nacionalista de Al Fatah se ha venido debilitando ante las necesarias negociaciones que deben tener con Tel Aviv, bajo la amenaza constante de que la situación empeore aún más, y el crecimiento del apoyo popular a Hamas y una resistencia más extrema, amparada en el islamismo político, y que ha logrado mantener el control político en la Franja de Gaza, mientras el gobierno de Al Fatah mantiene el reconocimiento internacional y el control de áreas de Cisjordania, dificultando incluso esto la solidaridad al interior del pueblo palestino.
¿Quién se beneficia con este conflicto?
El gobierno de Netanyahu, que se había visto sometido a nivel interno por problemas sociales presentes, que generaron una serie de movilizaciones políticas en su contra, refuerza su posicionamiento interno, gracias al hecho de calificar a Hamás como una amenaza a toda la nación, desviando la opinión pública hacia el conflicto. A su vez, la Administración Biden muestra al poderoso lobby sionista estadounidense que la alianza de Washington con Tel Aviv trasciende la orientación de los gobiernos norteamericanos. Por su parte, y aunque parezca sorprendente, tanto Hamás como Al Fatah se consolidan como opciones políticas de resistencia y reconocimiento, pues Ramala recibe las muestras de solidaridad internacional, mientras en Gaza la lucha por la supervivencia lleva a segundo plano cualquier discusión sobre militancia política. Ello ha implicado que actores importantes de resistencia laica de izquierda y contrarios a los Acuerdos de Oslo, como el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), resulten marginados de la opinión pública internacional e interna, e incluso su militancia sea a su vez perseguida por la entidad sionista y las autoridades de Cisjordania y Gaza.
¿Por qué las grandes potencias imperiales, supuestos estandartes de la democracia y el respeto a los Derechos Humanos, permiten el genocidio palestino?
La propia existencia de Israel implica una fortaleza sobre el sistema internacional y sus actores. La noción de una nacionalidad judía ha llevado a que el movimiento sionista logre una decisiva influencia económica y política en muchas comunidades judías en el mundo, que a su vez utilizan su influencia en los países donde viven, generando una situación en la que el liderazgo económico de una comunidad étnico-religiosa utiliza todos los medios a su alcance para que los países donde viven subordinen sus intereses nacionales al apoyo al régimen de Tel-Aviv, independientemente de la orientación política o las acciones del mismo. En este sentido, la influencia sionista es particularmente fuerte en tres de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, mientras que en Rusia la comunidad judía también tiene un peso económico importante, si bien no resulta tan decisiva su influencia en la política exterior de Moscú. Destaca el hecho de que, a su vez, la imposición de un estado con una élite política occidentalizada, que debe su existencia al mantenimiento del vínculo colonial con Europa y Norteamérica, resulta de vital importancia para servir de punto de partida de la penetración neocolonialista de estas potencias en oriente medio, norte de África y el mediterráneo oriental.
¿Está Palestina sola en esta lucha asimétrica?
Muchos pueblos del mundo han mostrado su disposición a solidarizarse con la causa palestina, más allá de la propaganda sionista. Sin embargo, la influencia de Israel en países con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU implica una impunidad en la práctica para el accionar del régimen sionista. La presión sobre Israel solo puede ser efectiva desde el punto de vista económico o militar, sin embargo, ambas opciones se ven muy poco realistas, ni siquiera a largo plazo. Quizá la victoria de Siria e Irak sobre el DAESH permita la conformación de un eje Beirut-Damasco-Bagdad-Teherán-Islamabad, que presione de manera efectiva a Israel, sin embargo, Washington está haciendo todo lo posible para alargar el conflicto en Siria e Irak, y de alejar a Ankara de Damasco, pero a nivel geopolítico este eje del norte de medio oriente sería la principal oportunidad para Palestina de tener un apoyo directo y efectivo.
Es un enigma político, pero ¿Cree usted que tendrá fin este conflicto? y ¿Cuál es la salida más realista en miras de la pacificación de la región?
Es muy importante resaltar que el mantenimiento del conflicto resulta conveniente para varios de los actores participantes, siendo éste el principal obstáculo al momento de visualizar una salida al mismo. Entre los países vecinos, la voluntad política de los gobiernos de Egipto, Jordania y Arabia Saudita es proclive a Israel, mientras Líbano y Siria sufren directamente de agresiones militares por parte de la entidad sionista. Un primer paso al momento de buscar la superación del conflicto puede ser el tratar de que las poblaciones de los principales actores regionales sean conscientes de ciertas falsas dicotomías establecidas por las élites políticas, a fin de generar un crecimiento de opciones como el nasserismo en Egipto, el Partido Comunista Libanés, y el mencionado FPLP en Palestina. A su vez, es importante que en América Latina, América del Norte y Europa se comience a mostrar que la sociedad de Israel es mucho más compleja que el gobierno de Netanyahu, y fomentar el crecimiento de opciones políticas y mediáticas para la comunidad judía como Neturei Karta, mientras se identifica al lobby sionista no como judío, sino como una amalgama de extremistas religiosos, sobretodo provenientes del protestantismo calvinista. Una mayor claridad de los pueblos en la comprensión de los procesos políticos ayudará a tomar las decisiones políticas necesarias para superar este y muchos otros problemas.
Reacciones en Argentina
Dado los fuertes lazos entre Buenos Aires y Tel-Aviv, la reacción del gobierno de Argentina ante el conflicto Palestina- Israel, fue una de las de mayor importancia, principalmente, por la fuerte presencia judía en la cultura de dicho país. El 11 de mayo de 2021, la Cancillería sureña, emitió la siguiente Nota de Prensa:
La República Argentina expresa su honda preocupación por el dramático agravamiento de la situación en Israel y Palestina, el uso desproporcionado de la fuerza por parte de unidades de seguridad israelíes ante protestas por posibles desalojos de familias palestinas de sus hogares en los barrios de Sheikh Jarrah y Silwan, así como por la respuesta a través del lanzamiento de misiles y artefactos incendiarios desde la Franja de Gaza.
La Argentina insta a todos los actores a respetar plenamente sus obligaciones de conformidad con el derecho internacional, evitar acciones y declaraciones que escalen aún más la situación, y a proteger y respetar los derechos de las poblaciones civiles afectadas como consecuencia de estos enfrentamientos. Exhorta a apoyar todos los esfuerzos internacionales para establecer un cese del fuego inmediato y duradero, como primer paso para la búsqueda de una convivencia pacífica para todos a través del diálogo en la mesa de negociaciones.
En estos momentos, como fuera expresado por el Papa Francisco refiriéndose a los enfrentamientos en Jerusalén, debe tenerse presente que la violencia sólo genera más violencia y que todos deben buscar soluciones compartidas para que prevalezca la paz en toda la región; concluye el Comunicación Oficial.
Las relaciones bilaterales entre Argentina e Israel tienen oficialmente más de 70 años. Pero, la historia de la colonia judía en el país austral se remonta a finales del siglo XIX, dada la migración proveniente de Europa, incluso podemos hablar de “gauchos judíos”. Además, en términos proporcionales, Buenos Aires cuenta con una de las mayores comunidades judía del mundo, con una población que ronda los 300 mil habitantes.
Asimismo, las asociaciones judías en el país sureño han manifestado que estos vínculos no se han visto afectados a pesar, por ejemplo, de los atentados terroristas contra la Embajada de Israel en Buenos Aires (1992) y la Mutual AMIA (1994). También es conocido el secuestro de Adolf Eichmann, un ex oficial nazi que se encontraba bajo otra identidad en Buenos Aires, quien, en 1960, fue aprendido ilegalmente en la capital argentina por el Mossad, y llevado para ser ejecutado en Jerusalén, sin que los servicios de inteligencia israelíes notificaran de la operación al Gobierno argentino. Ya en años más recientes, surgió la controversia en torno a la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán y la muerte del fiscal Alberto Nisman.
Sobre el alcance del pronunciamiento argentino o sobre cómo afectará éste a la relación bilateral, consideramos que las tensiones con Israel no deberían extenderse demasiado en el tiempo, en particular, porque: “Israel es considerado socio estratégico y un mercado prioritario para Argentina”, y bajo ese lineamiento, Buenos Aires continuará dando un trato especial a Tel-Aviv. A pesar de lo dicho, es importante señalar que el Comunicado Oficial de la Cancillería argentina no se debe desmerecer, todo lo contrario, solicitar a Israel el fin de las operaciones militares contra Gaza, aun cuando se haya hecho en un tono moderado, resulta muy significativo a nivel regional e internacional.
De este modo, Argentina se suma a los gobiernos de Venezuela, Bolivia, México, entre otros países de Nuestra América y del orbe, que se han pronunciado contra los ataques de Israel. Por otro lado, pese a que la ONU tiene entre sus principales objetivos “salvaguardar la paz del mundo,” la Administración Trump demostró (y ahora sucede con Biden) hasta qué punto la llamada Sociedad Internacional depende de la voluntad política de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, para resolver -o no- conflictos del calibre de una Palestina Libre y Soberana.
Notas:
* Micaela Ovelar es politóloga e internacionalista argentina venezolana.