Islamabad ha iniciado conversaciones avanzadas con Pekín para adquirir sistemas de defensa aérea de última generación, con el objetivo de modernizar sus capacidades y prepararse ante posibles escenarios de confrontación, especialmente con India.
El interés de Pakistán por sistemas integrados de defensa aérea como los misiles HQ-19, aviones furtivos J-35 de quinta generación y aeronaves de alerta temprana KJ-500 responde directamente a las vulnerabilidades expuestas durante los enfrentamientos aéreos con India.
Se trata de un paso ambicioso para cerrar brechas críticas en su defensa, aumentar la disuasión y asegurar una postura más sólida frente a amenazas regionales.
Una señal que India no puede ignorar
Más allá de los aspectos puramente técnicos, esta nueva cooperación militar representa un claro mensaje geopolítico. La posible venta de equipamiento avanzado por parte de China no es un simple contrato comercial, sino una señal estratégica que posiciona capacidades militares de primer nivel en el flanco occidental de India, una región históricamente sensible.
Expertos como Walter Ladwig, profesor del King’s College de Londres, interpretan esta maniobra como un movimiento deliberado de China para aumentar los costos de cualquier futura escalada en la región.
Según el analista, esto forma parte de un patrón en el que Pekín apoya discretamente a Islamabad, fortaleciendo su defensa sin comprometerse abiertamente, lo que complica los cálculos estratégicos de Nueva Delhi.
Ladwig subraya que, aunque China niegue una alineación explícita, India no puede ignorar el hecho de que Pakistán está siendo equipado con tecnología militar de vanguardia china, lo que reduce el margen para cualquier tipo de entendimiento entre las dos grandes potencias asiáticas.
Un aliado clave en la Franja y la Ruta
Esta sinergia militar se inserta en un marco más amplio: la activa participación de Pakistán en la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés). A través del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), Islamabad se ha convertido en un socio estratégico fundamental para los planes globales de Pekín.
Este eje no solo promueve infraestructura y comercio, sino también una interdependencia estratégica que ahora se extiende al ámbito de la defensa.
El anuncio oficial paquistaní, publicado durante el festival de Eid al-Adha, ha tenido repercusiones inmediatas en los mercados chinos, impulsando al alza las acciones de empresas como AVIC Shenyang Aircraft Company y Aerospace Nanhu Electronic Information Technology Company, vinculadas al desarrollo de los sistemas en cuestión. Aunque ni Islamabad ni Pekín han dado detalles posteriores, el impacto geopolítico es evidente.
El refuerzo de la cooperación militar entre China y Pakistán confirma que la Franja y la Ruta no es solo un proyecto económico, sino también un instrumento de influencia política y militar en expansión.
La región del sur de Asia, ya marcada por tensiones históricas, podría experimentar nuevos equilibrios en función del desarrollo de esta alianza. ¿Será este el inicio de una arquitectura de seguridad alternativa al dominio occidental en Asia?
Foto de la portada: CHINA DAILY