Para entender un poco la importancia geográfica de este país asiático es necesario conocer algunos datos básicos. Mongolia está dividida en 21 provincias y un municipio con estatuto independiente: Ulán Bator (su capital). A su vez, las provincias están divididas en 315 distritos. Su moneda es Tugriks y la religión con mayor cantidad de fieles es el Budismo.
Si bien Mongolia no es un país muy mencionado en la política mundial, es cierto que en este último tiempo, con el foco puesto en la totalidad de países del continente asiático está atrayendo a que existan más análisis políticos, económicos y geopolíticos sobre la nación mongola. Esto se debe no sólo a su ubicación geográfica sino también a la competencia entre países como Rusia, China y Estados Unidos.
Mongolia es importante porque está en una posición clave entre China y Rusia. También comparte frontera con una parte «vulnerable» de Rusia. También tiene relaciones diplomáticas con muchos países y participa en organizaciones internacionales para fomentar la cooperación global. No hablamos de una nación aislada del mundo.
También da para destacar que nación mongola se encuentra en dos situaciones diferentes: una a nivel regional, influenciada por Rusia al norte y China al sur, y otra a nivel internacional, donde tiene menos conexiones e influencia.
Para Mongolia, es de suma importancia mantener relaciones equilibradas con China y Rusia ya que esto afecta su seguridad y a su política exterior, e incluso a su independencia como país. Si Rusia o China intentan fortalecer la seguridad de Mongolia, esto puede preocupar a la otra potencia. Por eso, ambas potencias se comprometen a no intervenir militarmente en Mongolia.
Los líderes mundiales quieren evitar conflictos innecesarios con Rusia y China por este país. Los líderes mongoles también quieren evitar elegir bando entre Beijing y Moscú, ya que eso podría generar tensiones y rivalidades en su territorio. Esto convertiría a Mongolia en un escenario de conflicto entre grandes potencias.
La mejor estrategia que viene sosteniendo hasta la actualidad, es mantener una neutralidad militar hacia todas las grandes potencias. Debe buscar un equilibrio suave sin caer en un conflicto geopolítico entre Rusia y China.
La definición en política exterior de equilibrio suave se basa en una escalada armamentista limitada, en acuerdos o en ejercicios cooperativos en el marco de las instituciones, tanto regionales como internacionales, que pueden transformarse en estrategias explícitas de equilibrio duro, siempre y cuando la competencia por la seguridad se vuelva más intensa y el Estado poderoso se convierta en un actor amenazante [1].
La relación de Mongolia con Rusia
Las últimas visitas de Vladimir Putin a Mongolia fueron en 2014 y en 2019, esta última con una significación más histórica entre ambos países. La visita de septiembre de 2019 coincidió con el aniversario de la victoria de la URSS en la batalla de Jaljin Gol, que tuvo lugar en territorio mongol durante la guerra fronteriza no declarada entre Japón y la Unión Soviética en 1939.
En 2019 se conmemoró el 80 aniversario de la victoria de las tropas soviéticas y mongolas en esa batalla, en la que Zhúkov lideró la operación ofensiva. Los enfrentamientos que ocurrieron en Jaljin Gol entre mayo y septiembre de 1939 son eventos significativos en la historia compartida de Rusia y Mongolia.
La victoria de las tropas mongolas y soviéticas también influyó en la decisión del Imperio japonés de no entrar en guerra con la URSS como aliados de la Alemania nazi entre 1941 y 1945. Este hecho tiene una fuerte connotación histórica y es de suma importancia para Mongolia y Rusia.
La reunión entre los líderes de Moscú y Ulan Bátor se llevó a cabo en una yurta, una vivienda tradicional de las tribus nómadas de Asia Central. Ahí debatieron sobre la cooperación bilateral y cómo fomentar la asociación económica, el comercio y las inversiones entre ambos países.
En esa gira de Vladimir Putin se firmó un Acuerdo de Asociación Estratégica Integral entre Rusia y Mongolia para mejorar y fortalecer las asociaciones en política, economía, comercio, negocios, infraestructura y humanidad.
Se creó además, el Fondo de Cooperación para las Inversiones Ruso-Mongol, cuyo principal objetivo fue el de mejorar sustancialmente la cooperación en materia de inversiones entre las naciones. El enfoque inicial del fondo conjunto fue para inversiones en la infraestructura de transporte de Mongolia, con planes de extenderse a los sectores de minería, energía y agricultura en el futuro.
Según datos de Rusia Briefing, durante los últimos 25 años, las exportaciones de Rusia a Mongolia han aumentado a una tasa anualizada del 8,8%, de 218 millones de dólares en 1996 a 1.810 millones de dólares en 2021. Para 2022, el comercio ruso-mongol aumentó casi un 50% en comparación con 2021 y alcanzó los 2.700 millones de dólares, un máximo histórico entre los países. Se espera que las cifras alcancen los 3.000 millones de dólares a finales de este año. Casi el 95% del volumen de negocios comercial corresponde a las exportaciones rusas.
Es para destacar que el desarrollo y la estabilidad de Mongolia dependen en gran medida del apoyo y la asistencia de Rusia. En cuanto ambos países continúen ampliando su cooperación, con un una línea de proyectos e inversiones a futuro, su asociación promete resultados beneficiosos y una mayor prosperidad para ambos países.
La relación de Mongolia con China
Así como la relación con Rusia es destacable en materia histórica y de inversión estratégica. Es preciso decir que Mongolia es cada vez más importante para el abastecimiento energético de China. En 2022 el gobierno mongol inauguró una línea ferroviaria para aumentar sus exportaciones de carbón a China de 30 a 50 millones de toneladas anuales.
Dicha línea ferroviaria tiene 233 kilómetros de longitud y conecta Tavan Tolgoi con Gashuun Sukhait, un cruce mongol en la frontera con la Mongolia Interior china. La industria minera representa una cuarta parte del PIB de Mongolia, y además, Beijing aumentó las compras de carbón para hacer frente a los problemas energéticos debido a las temperaturas extremas y los precios altos del petróleo y el gas en el mercado a nivel mundial.
La relación de Mongolia con China y Rusia debe entenderse a «tres bandas», si bien es difícil sostener un equilibrio, Ulan Bátor se preocupa mucho por tenerlo todo el tiempo. Aún así, a pesar de esto último, los números indican que el 90% de las exportaciones mongolas van a China, mientras que las importaciones de productos chinos representan un tercio del total. En una visita a Mongolia entre el 10 y el 12 de septiembre del año pasado, el presidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, Li Zhanshu, sostuvo que los intereses a largo plazo de los dos países coinciden y que además tienen un enorme potencial para la cooperación.
Las visitas de autoridades chinas o mongolas suelen ser recurrentes, al menos hay un encuentro al año. El último entre el presidente Xi Jinping y presidente de Mongolia, Khurelsukh Ukhnaa, fue el pasado 19 de octubre en el marco del Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional.
Xi Jinping manifestó que Mongolia es un socio natural en la construcción conjunta de la Franja y la Ruta y uno de los primeros países en apoyar la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
El mandatario chino, agregó además que existe un amplio espacio para la cooperación entre la construcción conjunta de la Franja y la Ruta y la estrategia de desarrollo Ruta de la Estepa de Mongolia. Por otro lado, Xi sostuvo que espera que Mongolia aproveche su ubicación geográfica de conexión entre Europa y Asia para desempeñar un papel más relevante en la construcción conjunta de alta calidad de la Franja y la Ruta.
Otro dato importante para tomar en cuenta es que el próximo año se cumplirá el 75º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Mongolia y China, y el décimo aniversario tanto de la visita del presidente Xi Jinping a Mongolia como del establecimiento de la asociación estratégica integral entre los dos países.
Así como con Rusia, Mongolia busca promover con Beijing la cooperación en ámbitos como economía y comercio: minerales y energía, prevención y control de la desertificación y desarrollo verde, entre otros.
El viaje del Papa
Más arriba destacamos la dos relaciones más importantes para Mongolia en términos económicos y geopolíticos. Por otro lado, teniendo en cuenta lo que mencionamos más arriba también destacamos la visita del Papa Francisco en septiembre de este año.
Francisco decidió viajar a Mongolia y el lema del viaje fue «Para esperar juntos», lo que refleja su objetivo ecuménico de unir diferentes religiones ya que como mencionamos más arriba, la mayoría de la población mongola es budista. Durante su visita, el Papa habló junto a líderes de varias religiones: budistas, musulmanes, chamanes, así como representantes de distintas ramas del cristianismo. Este fue su 43º viaje desde que se convirtió en el líder de la Iglesia Católica hace diez años.
El Papa Francisco busca acercarse a Mongolia a través de la Iglesia Católica. Nombró a un misionero italiano, Giorgio Marengo, como líder de la iglesia en Ulán Bator. Más tarde, lo hizo cardenal, convirtiéndolo en uno de los cardenales más jóvenes. Esto es importante porque la Iglesia en Mongolia puede ser un signo de esperanza para toda la Iglesia Católica.
Es cierto que Francisco piensa a Mongolia como una llave, ya que puede ayudar al Vaticano a tener mejores relaciones con países en Asia Oriental, especialmente China, India y Pakistán, donde el catolicismo está creciendo aunque aún tiene dificultades.
Para el Papa, China es un objetivo importante. Él cree que el catolicismo tiene un papel crucial en la India y en China, aunque enfrenta desafíos. Si bien no tienen relaciones diplomáticas oficiales, Francisco envió un mensaje de saludos al presidente Xi Jinping mientras sobrevolaba China.
Por su parte, la respuesta de China fue positiva, expresando interés en un diálogo constructivo. Sin embargo, las autoridades chinas no permitieron que los obispos y fieles católicos de China viajaran a Mongolia para participar en los eventos papales.
La visita de Francisco a Mongolia se destaca por dos razones principales: porque el Papa se piensa a sí mismo como el Papa “de las periferias” y porque Ulan Bátor le abre a Bergoglio un sin número de posibilidades para desarrollar su estrategia evangelizadora y diplomática.
Una llave geopolítica
Mongolia se puede pensar de dos maneras, como un «Estado tapón» para las principales potencias asiáticas o como una llave geopolítica que es lo que demostró Francisco en su visita de este año. Estos dos conceptos también están presentes en los corredores económicos o energéticos, por ejemplo.
En la cumbre triple en la ciudad uzbeka de Samarcanda en 2022, los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, China, Xi Jinping, y Mongolia, Ukhnaa Khurelsukh, acordaron prolongar otros cinco años el corredor económico común entre los tres países, creado en 2016.
«Teniendo en cuenta nuestra experiencia en la cooperación trilateral proponemos centrar los esfuerzos en la consecuente implementación del programa para el desarrollo del corredor económico ruso-chino-mongol», expresó Vladimir Putin en dicha reunión.
En cuanto a energía, está planeada la construcción del gasoducto Power of Siberia-2 hacia China, planeado por Rusia para 2024. Se trata de una tubería que transportará grandes cantidades de gas desde el norte de Rusia a China a través de Mongolia.
La guerra en Ucrania ha significado un quiebre también en materia energética, debido a esto, Rusia está enfocando sus exportaciones de energía hacia Asia. Actualmente, exporta gas a China a través del gasoducto Power of Siberia 1 y planea aumentar este suministro para 2025. Se espera que los trámites de diseño para la parte mongola del Power of Siberia-2 sean aprobados en el primer trimestre del próximo año.
Sobre esta asociación entre los tres países, Putin precisó que se debe prestar especial atención a la ampliación de la infraestructura conjunta y una coordinación más estrecha de los programas nacionales de desarrollo. Con Mongolia como llave, claro.
En cuanto a su lugar de «Estado tapón» entre China y Rusia, Mongolia tiene un papel importante a la hora de garantizar que la frontera sur de Rusia esté separada de un vecino poderoso, reduciendo el riesgo de conflictos directos y proporcionando cierto grado de seguridad a las regiones del sur de Rusia.
Sin embargo, otro actor que no hemos mencionado Estados Unidos, una gran potencia lejos de las tierras mongolas, que a su vez intensifica su rivalidad geopolítica con Rusia por el conflicto en Ucrania, Mongolia nuevamente enfrenta otro momento difícil. Por un lado, EE. UU. exige un equilibrio suave de Mongolia frente a Rusia. Por otro lado, Moscú está presionando a Mongolia para que permanezca leal, como lo fue durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría.
Aunque la situación actual parece mucho peor para Mongolia, ya que EE. UU. y sus aliados del Indo-Pacífico intensifican su estrategia para contener a China. Aunque Mongolia no está en el centro de estos eventos, como muchos estados del sudeste asiático, eventualmente será presionada por China, Estados Unidos o Japón para tomar partido.
Tal vez la política exterior del equilibrio suave sea difícil de sostener teniendo en cuenta la estrategia norteamericana en Asia y la relación que Mongolia tiene con Rusia y China. Ulan Bátor tiene esa doble función de ser llave y «Estado tapón», aunque no siempre elije qué lado le toca.
*Erika Gimenez es Licenciada en Comunicación, escribe en PIA Global y otros medios.
[1] Paul, T. V. 2022. «Las Potencias En Ascenso Y El Equilibrio Del Poder En El Siglo XXI». Revista Mexicana De Política Exterior, n.º 94 (marzo):95-116.Con información de Centro Katehon, Rusia Briefing y agencias.
Foto de portada: Extraída de ONU.