Análisis del equipo de PIA Global Área Árabe Islámica

Matar a Mileikowsky (alias Netanyahu) sólo fortalecería a la entidad sionista

Escrito Por Fernando Esteche

Por Fernando Esteche*. –
El asesinato en Irak del comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de República Islámica de Irán, el General Qasem Suleimani, en 2020, expuso una oscura etapa de táctica de guerra mediante atentados antipersonales contra mandos del oponente que violan todas las normas del derecho internacional (jus in bellum), pero a esta altura esgrimir semejante cosa parece de una ingenuidad monumental.

Al no existir un conflicto armado explícito y evidente entre Estados Unidos e Irán, el asesinato del general, mediante un dron norteamericano, tratándose de dos países que no están en guerra declarada habilita a Irán a sostener el jus ad bellum, es decir su derecho a una respuesta militar.

Las mismas tácticas de terrorismo que se han usado en el escenario de Europa oriental, alentadas por el guerrerismo atlantista, se exponen obscenamente en el terreno de Asia occidental, llamado por la geopolítica británica medio oriente.

En la primavera y el verano asiático de este año, el régimen sionista asesinó numerosos dirigentes, comandantes y líderes de la Resistencia Islámica.

El jefe de las fuerzas de élite de Hezbolah, Wissam al-Tawil, fue víctima de un ataque con un dron; Habib Matouk, su sucesor en el mando de Fuerzas Rawdan, fue también víctima de las operaciones antipersonales del ejército sionista.

Con 80 toneladas de bombas norteamericanas, Israel bombardeó un populoso sector de Beirut para cobrarse la vida de Hasan Nasrallah, jefe de Hezbollah.

Anteriormente con dispositivos operados a distancias pudo ejecutar el asesinato de Ismail Haniyah, huésped de honor en República Islámica de Irán.

Mohammed Deif comandante de las Brigadas Qassam, considerado uno de los ingenieros de la ofensiva de Resistencia Islámica sobre territorios ocupados del pasado 7 de octubre de 2023 podría haber sido asesinado en un raid de las FDI en Mawasi, al sur de Gaza, en julio pasado.

Fuad Shukr, virtual segundo a cargo de Hezbollah fue asesinado en un ataque aéreo en Beirut. Fue un estrecho colaborador del fallecido comandante del Partido de Dios, Imad Mughniyah. Shukr, conocido también como Hajj Mohsin, formaba parte del Consejo de la Yihad.

Rafaa Salameh es asesinado en julio pasado en el ataque israelí en Mawasi, era el comandante de la Brigada Khan Yunis de Hamás, una pieza clave del despliegue militar de la facción islámica que hasta ahora ha enfrentado la operación terrestre israelí en la Franja.

Muhammad Naama Naser, comandante de la unidad ‘Aziz’ de Hezbollah, apodado ‘Abu Naama’, fue asesinado el 3 de julio por un dron en la zona de Tsur. Su unidad es responsable de un extenso sector en el sur del Líbano.


Taleb Sami Abdullah hombre de alto rango de las fuerzas armadas de Hezbollah, apodado ‘Abu Taleb’, fue asesinado el 12 de junio pasado en un ataque aéreo en el pueblo de Joya (sur del Líbano).

Mohamad Reza Zahedi, El general iraní fue asesinado el 1 de abril pasado en un ataque israelí en Damasco. Era el líder más antiguo del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución (IRGC) y el más importante en perder la vida en un ataque tras el asesinato de Qassem Soleimani.

Saleh al Aaruri , Vicejefe de la oficina política de Hamás y exjefe del brazo militar de la organización en Cisjordania, fue eliminado el 2 de enero pasado en Beirut.

El 20 de septiembre de 2024, Ebrahim Aqeel, el comandante en jefe, y otros 12 comandantes de la Brigada de Fuerzas Especiales de Radwan fueron martirizados en un ataque a un edificio en los suburbios de Beirut.

En los días siguientes, los sionistas llevaron a cabo un fallido asesinato contra Ali Karki, el comandante del frente sur, y un exitoso asesinato contra Ibrahim Al-Qubaisi, sucesor de Fawad Shekar y comandante de misiles de Hezbollah.

El ejército israelí ha anunciado que, en uno de los ataques sobre Beirut, eliminó a Muhammad Rashid Shakafi, responsable de la red de comunicaciones de la milicia libanesa Hezbolá.

las Brigadas al-Qassam, ha confirmado la muerte de uno de sus comandantes, Zahi Yaser Oufi, en el ataque israelí contra la ciudad cisjordana de Tulkarem.

Debemos consignar además el asesinato en Beirut de Hashem Safi al-Din uno de los probables sucesores de Nasrallah.

Asesinar líderes de resistencia no cambia nada la disposición de combate. No se puede negar que sean golpes duros poque incluso han llegado a descabezar toda una promoción de mando operativo, pero en cuanto a la dimensión política y de largo plazo, la resistencia está segura de su victoria.

Asesinar a  Mileikowsky,  alias Netanyahu, traería paz inmediata, pero el cambio de gobierno con la consiguiente oxigenación política y pasada la experiencia de la amenaza bélica, fortalecería al estado de Israel, sumido hoy en día en una profunda crisis moral y política.

la táctica de eliminación de líderes que aparenta efectividad (victorias tácticas en el marco de una derrota estratégica) , contrasta con la ineficacia de sus incursiones convencionales en las que, obviamente, como cualquier ejército de ocupación, Israel lleva todas las de perder; sólo aplicando el método de «tierra arrasada» ensaya una idea de logro, aunque todo el mundo sabe que sólo se trata de estrepitosas derrotas operativas.

La eliminación de prestigiosos dirigentes, que además son dirigentes operativos (no simbólicos), resultan duros golpes para la Resistencia, pero no cambian la ecuación en cuanto a correlación de fuerzas y disposición de combate.

Por el contrario si una operación semejante fuese llevada a cabo por alguna expresión de la resistencia y eliminaran al genocida Netanyahu ( Mileikowsky), esto cambiaría radicalmente la disposición de combate de los colonialistas sionistas, les permitiría resolver su crisis política inmediatamente, y probablemente apagaría en lo inmediato los tambores de guerra sólo para postergarlos. Resolverle la crisis política interna significa fortalecer el régimen de ocupación. No hay posibilidad de paz duradera en tanto exista intención de despojo y supremacismo.

Ataques terroristas como la explosión de dispositivos electrónicos buscapersonas y transmisores durante dos días consecutivos con centenares de heridos graves y muertos, en una operación de amplio espectro habiendo infiltrado un cargamento entero de electrónicos a comercializare en Líbano no tiene precedentes y solamente puede ser tolerado por el rígido control policial que tiene el sionismo de la narrativa periodística occidental.

Después de la operación Tormenta de Al Aqsa, se sabía que se trataba de una guerra asimétrica en términos de armamento y tecnología, pero también se trataba de una guerra donde ambos contendientes luchan por su propia supervivencia, lo cual la vuelve singular, no hay posibilidades de derrota del oponente como no sea su aniquilamiento. En este entendimiento Israel acomete ataques de devastación y opera un verdadero genocidio sin siquiera ensayar la posibilidad similar a los tiempos de la primera Nakba donde la población fue expulsada; ahora es acorralada para ser aniquilada.

Con la emisión de la orden de operación en el frente norte para el regreso de los residentes del norte a sus hogares , comenzó una nueva y más intensa ola de ataques terroristas por parte del régimen sionista; cambió los objetivos iniciales y definió la generalización regional de la guerra colonial.

El regreso de los residentes al norte israelí condiciona al sur de Líbano, pues importa la expulsión de la zona de las defensas de artillería y unidades antitanques de Hezbollah.

La intención manifiesta es apropiarse del complejo hídrico del rio Litani en una entidad de ocupación acostumbrada a robar tierra fértil y agua dulce a sus vecinos.

Entre las opciones operativas para una incursión terrestre en Líbano, que viene fracasando pero no deberíamos desdeñar que pueda acometerse todavía, está el paso por Damasco Rif, Siria, en base a la experiencia del fracaso del rio Litani en 2006 que resultó un estrago militar para el sionismo. Esta opción redundaría en la invasión militar sionista a territorio sirio con el consecuente involucramiento del ejército sirio en la cuestión.

Es una verdad de Perogrullo que los resultados de las elecciones norteamericanas de noviembre determinaran el destino y oxigenación o ahogo de los escenarios bélicos de Europa oriental y Asia occidental.

Kamala Harris la candidata demócrata ha sido una entusiasta impulsora del militarismo, junto a la republicana Victoria Nuland, que hace preveer que continuará en esa línea.

El ex demócrata Donal Trump, candidato republicano no se cansa de decir que si de él depende no habría guerra en Ucrania, el demócrata Kennedy lo secunda en su cruzada de reinversiones productivistas que activen la caída economía del imperio. Su amistad con  Mileikowsky abre interrogantes sobre la situación en la región.

Lo que no debe perderse de vista es la sobredeterminación que el lobby sionista askenazi tiene sobre Wall Street y sobre la Reserva Federal y que facilitan la neutralización de cualquier recomendación de pacificación de parte del poder estatal norteamericano.

Pero tampoco debe menospreciarse que en el nuevo orden mundial esta guerra de Asia occidental, con serio riesgo de generalizarse, es inconveniente para todos los grandes actores.

En ese perverso juego donde un puñado de degenerados decide el aniquilamiento de cientos para buscar cobrarse la vida de uno, o el aniquilamiento de miles para asegurarse sus fronteras; en ese mundo de violencia y guerrerismo consuetudinario, donde el infanticida es recibido en los altares de las menguadas Naciones Unidas como un defensor de la democracia; en este mundo del revés que asomamos desde el occidente enajenado y decadente, afirmamos sin lugar a dudas que la paz y el sosiego de los pueblos es posible, pero es una posibilidad precaria que exige la guerra total al imperialismo y al colonialismo. Eso lo tienen claro los hombres y mujeres del Eje de la Resistencia que no tiene duda alguna de su victoria final.

Dr. Fernando Esteche* Dirigente político, profesor universitario y director general de PIA Global

Foto de portada:  Ronen Zvulun / REUTERS

Acerca del autor

Fernando Esteche

Doctor en Comunicación Social (UNLP)
Profesor titular de Relaciones Internaciones (FPyCS - UNLP)
Profesor de Historia Contemporánea de America Latina (FPyCS - UNLP)

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