La Policía de la República Checa estimó la asistencia en unas 70.000 personas, mientras que los organizadores la cifraron en más de 100.000, informó la televisión del país europeo.
Los manifestantes instaron al Gobierno de coalición del primer ministro liberal-conservador Petr Fiala a limitar el aumento de los precios o retirarse.
Petr Fiala declaró que el pueblo tiene derecho a protestar, pero afirmó que los manifestantes estaban siendo manipulados por «fuerzas prorrusas».
A su vez, el ministro del Interior, Vit Rakusan, aseguró que el Gobierno se toma en serio las preocupaciones de la población.
Los organizadores de la movilización afirman que su país debería declararse neutral y «liberarse de la sumisión política directa a la Unión Europea, la OMS (Organización Mundial de la Salud) o la ONU», además de garantizar los suministros de gas barato desde Rusia y «liberar a la industria checa de la dependencia de las compañías extranjeras».
Asimismo, los manifestantes piden poner fin «a la dilución planificada de la nación» con el flujo de refugiados ucranianos. Entre otras demandas sociales, se destacan los llamamientos a restaurar la libertad de expresión en los espacios públicos y en las redes sociales, al tiempo que piden que los médicos «vuelvan a hacer cirugías en vez de consultas por teléfono».
«El objetivo de nuestra manifestación es la necesidad de un cambio, especialmente en el tratamiento de las cuestiones de los precios y de la energía, sobre todo de la electricidad y el gas, que provocarán la destrucción de nuestra economía ya este otoño», enfatizó Jiri Havel, uno de los coorganizadores del acto.
El primer ministro del país, Petr Fiala, también fue invitado por los organizadores para que pueda rendir cuentas y defender la postura de su Gobierno, pero no respondió. Las autoridades denunciaron que la protesta fue convocada por «fuerzas que reivindican una orientación prorrusa, se acercan a posiciones extremas y están en contra de los intereses de la República Checa».
Por su parte, Havel remarcó que los manifestantes seguirán con su presión, demandando la dimisión del actual Ejecutivo, incluido Fiala.
En paralelo, decenas de individuos contrarios a la masiva movilización de hoy se reunieron cerca del Museo Nacional con banderas de la OTAN y de la UE.
«Se espera que el ciclo autosostenido de malestar socioeconómico y político desencadenado por los líderes europeos que cumplen con las demandas de los EE. UU. de promulgar políticas contraproducentes continúe por un futuro indefinido. El resultado final es que la UE seguirá siendo desestabilizada por la gran estrategia maquiavélica de Estados Unidos de armar el caos en un intento de crear oportunidades que, en consecuencia, puede explotar para prolongar indefinidamente el declive de su hegemonía unipolar. Millones de personas sufrirán, la influencia de Estados Unidos aumentará en todo el bloque y Europa nunca podrá volver a competir colectivamente con Estados Unidos», reflexiona el analista geopolítico Andrew Korybko.
El precio del gas sube un 30% en Europa y supera los $2.900 por mil metros cúbicos
El precio de los futuros de gas en Europa subió más del 30%, al situarse por encima de los 2.900 dólares por 1.000 metros cúbicos, según los datos de la bolsa ICE Futures.
El valor de los futuros de gas para entrega en octubre en la apertura de la bolsa, según el índice TTF holandés, fue de 2.810,5 dólares por 1.000 metros cúbicos (+26,6%).
Luego el precio continuó creciendo y alcanzó la cifra máxima de 2.917,4 dólares por 1.000 metros cúbicos, lo que supone un aumento del 31,4% frente al precio estacionado el día anterior.
Para las 6.18 GMT el precio se corrigió ligeramente hasta 2.733,2 dólares por 1.000 metros cúbicos (+23%).
El crecimiento de los precios se debe, en particular, al paro del gasoducto Nord Stream por un fallo técnico.
La noche del 2 de septiembre Gazprom anunció haber parado la última turbina operativa en la estación compresora Portóvaya, la única que todavía garantizaba el suministro de gas a la Unión Europea por el gasoducto Nord Stream.
Según el comunicado de la compañía, durante el mantenimiento rutinario de la turbina «se detectó una fuga de aceite».
La compañía alemana Siemens confirmó una fuga de aceite, pero aclaró que no es motivo suficiente para suspender la operación de la turbina.
A mediados de junio pasado, Gazprom redujo el flujo por la tubería Nord Stream 1 al 40% de la capacidad nominal, también por motivos técnicos, y luego rebajó el volumen hasta el 20% a finales de julio.
El pasado 31 de agosto, el trasiego del gas se suspendió del todo, debido al mantenimiento rutinario de un compresor, el único operativo, en la estación Portóvaya. Iba a reanudarse el 2 de septiembre, pero quedó en suspenso hasta nuevo aviso.
El segundo gasoducto submarino que conecta a Rusia con Alemania, Nord Stream 2, quedó paralizado en la fase de certificación debido a las medidas restrictivas que Occidente impuso a Moscú en relación con la crisis en Ucrania.
Artículo construído con información de Sputnik, RT y One World.
Foto de portada: © AP Photo / Petr David Josek.