Europa

LA POLÍTICA OCULTA EN EL FESTIVAL DE EUROVISIÓN

Por Carlos Palomino* – ¿Cómo contribuye a la integración europea? ¿Qué tiene que ver la OTAN con Eurovisión? ¿Por qué no participa Hungría? ¿Qué es el Pinkwashing?

Quedan escasas horas para que dé comienzo el Festival de la Canción de Eurovisión 2021, donde Blas Cantó representará a España con la canción Voy a quedarme. Este certamen que históricamente no ha traído grandes alegrías a los representantes españoles, esconde bajo la música y el entretenimiento un trasfondo político y de creación de identidad especialmente relevante.

Antonio Obregón, profesor de Derecho y Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas, que imparte una novedosa asignatura sobre Eurovisión como factor de integración europeo, explica a 20minutos lo que hay detrás de este fenómeno: “Eurovisión nace con el propósito de cohesionar a los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial. Buscaba a través de la vía cultural lograr acelerar y promover valores comunes”.

En la actualidad este festival “se sigue considerando un factor que contribuye a la integración europea, como ocurre con proyectos como el Erasmus o la Champions”, agrega Obregón.

No obstante, el Festival de Eurovisión es también un reflejo de lo que sucede en la Unión Europea, un organismo que en los últimos años ha sufrido numerosos desafíos como el Brexit o el aumento de partidos euroescépticos.

“Precisamente por las tensiones con la Unión Europea y la falta de sintonía con los valores que predica Eurovisión, Hungría no ha participado este año en el festival”, expone Obregón como caso paradigmático de la relación entre el certamen y la sociedad europea. “Otro ejemplo es el de Bielorrusia, que ha sido descalificada por haber enviado una canción cuyo contenido era político y favorable al actual presidente, que ha sido cuestionado por la Unión Europea”.

La política y la diplomacia han estado muy presentes durante los 65 años de historia de este concurso: desde países que usan el certamen para mejorar su imagen, hasta los entresijos que se esconden tras la creación del festival.

LA OTAN TRAS LOS INICIOS DEL EUROVISIÓN

El 24 de mayo de 1956 se celebró en Lugano, Suiza, el primer Festival de Eurovisión, creado por la Unión Europea de Radiodifusión. Siete países fueron los encargados de poner en marcha un evento cuyo origen se remonta mucho más atrás.

Documentos de la OTAN desclasificados en 2015 revelaron que esta alianza militar -creada con el objetivo de hacer frente a la Unión Soviética- había estado detrás de la creación de Eurovisión con el nombre de Festival del Atlántico Norte.

“Desde el punto de vista científico se estudia con bastante detalle que lo cultural permea lo político”, aclara Obregón. “Una adecuada composición cultural puede llegar a lograr una mayor integración política, porque resalta los valores comunes que pueden llegar a tener distintos países, aunque sus orígenes e historia sean diferentes”, añade.

DE LOS 7 PAÍSES INICIALES A LOS MÁS DE 40 ACTUALES

A lo largo de su longeva historia más de 50 países han participado en el certamen, incluidos muchos países no europeos. Países tan dispares como Israel, Turquía o Azerbaiyán participan desde hace años en el festival, una cuestión que genera debate cada año. “Algunos países usan el festival como un elemento de identidad nacional, de la marca de su país y de proyección de su diplomacia cultural”, indica el profesor Obregón, que añade que “se puede trasladar la imagen del país y su modernidad a través del mensaje de la canción o la representación”.

Países de regímenes más autoritarios pero con inicios de apertura utilizan el festival de eurovisión para enviar un mensaje al exterior. “Este fue el caso de España en el régimen de Franco, de Yugoslavia con el régimen de Tito y ha sido hace unos años el caso de Azerbaiyán”, manifiesta Antonio Obregón.

“Azerbaiyán estuvo persiguiendo la victoria en Eurovisión durante varios años, dedicando muchos recursos a ello, hasta que lo consiguió finalmente en 2011”, recuerda. Gracias a esa victoria pudo celebrar el certamen en su país al año siguiente, utilizando el evento como promoción y “como elemento de reconocimiento y de intentar una cierta homologación con los países europeos”.

Por otro lado, Israel -que participa en Eurovisión desde 1973- ha sido acusado de realizar Pinkwashing; un término que se refiere a la supuesta estrategia política de usar la apertura de los derechos LGTB para suavizar su imagen en otros aspectos. “Israel siempre ha tenido interés en demostrar que son un Estado que participa de los valores democráticos europeos y la mejor forma de demostrarlo es a través de este tipo de eventos”, explica Obregón.

¿UN FORMATO AL ALZA?

Pese a lo que se pueda pensar, Eurovisión no es ni mucho menos un evento que solo ven unos pocos. Este concurso atrae a grandes cantidades de espectadores de todo el mundo, un motivo fundamental por el que muchos países usan el certamen como acto diplomático.

“Hay un mito que tacha Eurovisión de casposo y desfasado, pero los datos no dicen eso”, señala Obregón. “En España tenemos una concepción equivocada sobre el tipo de gente que ve el certamen. Pensamos que son solo personas nostálgicas de aquella época, pero curiosamente la franja de edad que más consume Eurovisión son los jóvenes de 15 a 24 años, y luego adultos jóvenes de 25 a 44, hasta el punto de que casi doblan las audiencias de mayores de 65”.

Además, dice Obregón, “Eurovisión no tiene parangón con ningún programa de televisión del mundo en sus audiencias, se sitúa en los países que lo emiten en torno a un 40% de cuota de pantalla…en un programa que dura 4 horas”, indica este profesor experto en la materia.

Las posibilidades que da un escaparate de estas características hacen que más países quieran participar o crear sus propios concursos. “Para el año 2022 se ha anunciado que posiblemente haya un American Song Contest, donde probablemente el ganador participe en Eurovisión”, señala Obregón, que recuerda que “hace años estuvo muy avanzado un proyecto de Asiavisión, que por problemas económicos y la pandemia se ha frustrado. Están empezando a surgir spin off en otros lugares del mundo, pero vinculados a Eurovisión e incluso asesorados y acompañados en la producción por la Unión Europea de Radiodifusión”.

Podría llegar el momento donde más que Eurovisión “pueda ser casi un Mundovisión”, dice riendo el profesor Obregón. Mientras tanto, este sábado se celebrará en Países Bajos el esperado evento. Un festival que, en realidad, es mucho más que un concurso musical.

*Carlos Palomino, periodista.

Artículo publicado en 20 Minutos.

Foto de portada: Hurricane, la apuesta de Serbia para Eurovisión 2021.LA 2

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