África Subsahariana

Daesh libera a mas de 800 presos de una cárcel en Nigeria

Por PIA Global.-
El ataque, perpetrado a través de la campaña yihadista “breaking the walls”, ha permitido que 64 presos terroristas escapen de las autoridades nigerianas.

El DAESH protagonizó el pasado martes un asalto violento a la prisión de Kuje, en el estado nigeriano de Abuja. La autoría fue confirmada el miércoles por el propio grupo yihadista. En un vídeo difundido a través de las redes sociales, pueden apreciarse a decenas de prisioneros corriendo fuera de la prisión al canto de “Allahu akbar”. Las autoridades penitenciarias del país confirmaron que 879 prisioneros escaparon, la práctica totalidad de la población presidiaria, mientras que 443 continúan fugados. Además, un guardia fue asesinado durante el ataque y otros cuatro presos murieron a causa del tiroteo, junto con otros 16 que resultaron heridos.

El ataque sucedió al mismo tiempo que una emboscada realizada, por el mismo grupo terrorista, al convoy del presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, que se encontraba de camino a su ciudad natal en el estado norteño de Katsina. Por suerte, el presidente no se encontraba en ese momento con el convoy y pudo escapar del ataque, que no hace sino resaltar nuevamente las carencias de seguridad que sufre Nigeria. El propio Buhari tuiteó horas después del ataque un mensaje donde expresaba su “descontento” con los servicios de inteligencia nigerianos: “¿Cómo pueden los terroristas organizarse, conseguir las armas, atacar una instalación de seguridad y salir impunes?”

Una campaña global

En el comunicado emitido por el Gobierno se reconoce que los yihadistas atacaron la prisión “con la intención de liberar a sus compañeros” pero que “algunos se encontraban con presos por otros delitos, entonces permitieron que escaparan estos también, aunque muchos han regresado a la cárcel por voluntad propia”. Los presos yihadistas, sin embargo, que se calcula que son 64, pudieron escapar y se da por hecho que han regresado a las filas de esta filial del Daesh, que nació de una escisión de Boko Haram en 2016. El Ministerio de Interior nigeriano ha señalado la “fuerte determinación” de los atacantes, indicando que utilizaron armas ligeras y “explosivos de alto nivel” para completar el asalto a la prisión, mientras el Ministerio de Defensa ha querido amparar a las fuerzas de seguridad, indicando que “hicieron todo lo posible” para contener el ataque.

No es la primera vez que los yihadistas irrumpen en una cárcel en Nigeria. Han sido varios los ataques sucedidos en los últimos años, integrados en la campaña global del DAESH denominada “breaking the walls” (rompiendo los muros) y que comenzó en Irak en 2012. Esta campaña consiste en el asalto sistemático a prisiones que albergan presos yihadistas, tanto con el fin de recuperarlos para la lucha como para asestar duros golpes en la moral de los Gobiernos implicados. También organizan motines entre los presidiarios de las diferentes cárceles que guardan amenazas yihadistas, precisamente con fin de liberar a sus compañeros del cautiverio. Más de 2.500 presos fueron liberados a causa de estos ataques en 2021, mientras el periódico nigeriano The Cable calcula que más de 4.300 presos han sido liberados desde 2017 de las cárceles de Nigeria. Otro famoso ejemplo de esta campaña sucedió el pasado mes de enero en Siria, donde cien yihadistas vestidos con chalecos suicidas y conduciendo coches bomba consiguieron penetrar en una prisión de la provincia de Al Hasakah, liberando así a un número por determinar de presos yihadistas.

La mayoría de los ataques a prisiones siguen una pauta similar, según los analistas de seguridad: son golpes rápidos y violentos donde el uso de explosivos es norma fundamental. La mayoría de los yihadistas liberados este martes se encontraban a la espera de juicio, encerrados en facilidades menos seguras y, por tanto, de fácil acceso para los grupos terroristas. Este asalto a la cárcel de Kuje evidencia nuevamente las fuertes carencias de seguridad en Nigeria, un país donde Boko Haram es responsable de más de 35.000 muertes desde su creación y donde el asesinato de cristianos ha sufrido un doloroso incremento en los últimos meses.