La crisis alemana ha llegado al punto de no retorno causando una inevitable y profunda desestabilización de gobernabilidad. Se espera que el próximo 16 de diciembre el canciller alemán, Olaf Scholz, se someta a una moción de confianza en el Bundestag y así confirmar la aprobación de disolución del Parlamento y llamar a elecciones anticipadas.
Tras la ruptura de la coalición semáforo, alianza entre los socialdemócratas (SPD), los verdes y los liberales (FDP), el gobierno alemán atraviesa, lo que se espera sea, su última crisis. El voto de confianza que se realizará en diciembre se trata sólo de una formalidad para respetar el proceso constitucional, legal y político correspondiente que legitime la disolución del Bundestag y se admitan las elecciones anticipadas.
Por su parte, Scholz ya puso fecha para la cita electoral que se celebraría el 23 de febrero y presiona al Parlamento para la aprobación de leyes que él considera claves para garantizar la estabilidad que queda hasta febrero, como reformas fiscales y medidas de estímulo económico.
Desde su conformación en 2021, la coalición semáforo planteó la dificultad de convivencia, acuerdo y unidad para gobernar. Los principales focos de tensión en estos 3 años se dieron en torno a la política económica y fiscal, la política energética y climática, la política migratoria y la política exterior. En 2023 el Tribunal Constitucional alemán declaró parcialmente inconstitucional la política presupuestaria del gobierno federal que había presentado Scholz, momento en el que los analistas aseguran que la alianza perdió la base financiera de su gestión, acelerando el proceso de tensiones y desacuerdos en la estrategia de gobierno.
La gota que rebalsó el vaso se dió este 6 de noviembre cuando Scholz anunció la destitución de Christian Lindner, el ministro de Finanzas y líder del Partido Liberal (FDP) a quien acusó de actuar de forma irresponsable e ideológica, y la coalición confirmó su ruptura sin retorno dando paso formalmente a la crisis política.
“Con demasiada frecuencia, los acuerdos necesarios quedaban ahogados por disputas puestas en escena públicamente y ruidosas exigencias ideológicas. Demasiado a menudo, el ministro federal Lindner ha bloqueado leyes. Demasiadas veces ha incurrido en mezquinas tácticas partidistas, demasiadas veces ha quebrantado mi confianza”, aseguró Scholz. “Como Canciller Federal, no puedo tolerar esto”, dijo.
No obstante, la crisis política de la coalición había comenzado hace mucho tiempo cuando en septiembre de 2022 se concretó el ataque, sabotaje y atentado contra los gasoductos más importantes de Europa, el Nord Stream y el Nord Stream II. Los Nord Stream representaban el principal centro desde donde se repartía el gas al resto de los países europeos, dejando a Estados Unidos y su lobby energético fuera de la ecuación y a Alemania comerciando exclusivamente con Rusia.
El sabotaje se dió 6 meses después de iniciada la operación militar especial rusa en Ucrania, las sanciones de la Unión Europea (UE) contra Rusia ya iban por el séptimo paquete de sanciones, mientras se inauguraba el gasoducto Baltic Pipe, las múltiples crisis calaban hondo en toda la región producto de las sanciones, Scholz rompía con la tradicional política de Estado alemana de no proporcionar armas en zonas de conflictos y aprobaba el envío de armas a Ucrania. Scholz ya había pronunciado su discurso ante el Bundestag en donde la nueva era “Zeitenwende” auguraba una nueva política de defensa de Alemania que incluía la creación de un fondo especial de 100 millones de euros, el aumento del gasto militar al 2% del PBI y la reducción del suministro energético ruso.
Cada uno de estos pasos posicionaron a Alemania del lado de los intereses de la OTAN bajo las alas de Washington. El sabotaje de los gasoductos Nord Stream junto al vergonzoso silencio e inacción de la coalición semáforo fue la concreción del principio del fin del gobierno de Scholz y del hundimiento de Alemania.
Por lo que, en tres años Alemania, que antes era potencia industrial con un perfil fuertemente regional y se encontraba en auge de desarrollo y liderazgo de los asuntos europeos, tuvo una pérdida sustancial de competitividad en sus industrias; sufrió un drástico aumento de los costes energéticos; la desindustrialización; movilizaciones y medidas de fuerzas de distintos sectores de trabajadores; el desplome de las exportaciones de la industria automovilística; el aumento de la tasa de desempleo; el descenso del gasto en alimentación de los hogares alemanes; el incremento significativo de aprobación del partido radical Alternative für Deutschland (Afd); el desplome de las exportaciones; la drástica reducción de la financiación de todos los sectores excepto el militar; el aumento de los gastos para el pago de los suministros energéticos estadounidenses, la subvención de la energía a empresas y hogares y la reposición de los depósitos de armas vaciados por las entregas a Ucrania, mediante la compra de sistemas de armamento fabricados por el complejo militar-industrial estadounidense.
A partir del sabotaje a los gasoductos Nord Stream y las sanciones europeas contra Rusia, la crisis energética se disparó para Europa, lo que llevó a un acuerdo entre Bruselas y Washington para que EEUU sea el proveedor energético para Europa, una energía no sólo mucho más costosa sino que también contaminante, lo que contradice también los valores europeos pero esa es otra discusión. Con una Unión Europea en crisis energética, las industrias comenzaron a afrontar fuertes consecuencias para la producción, luego para mantenerse, luego para sostener empleos, y por último para no cerrar sus puertas. Varias grandes empresas, como Volkswagen, planean o ya han cerrado sus puertas. Algunas simplemente no resistieron y otras decidieron mudarse de territorio.
Estados Unidos es el mayor responsable del hundimiento alemán y la crisis energética de toda europea, de hecho fue uno de los principales objetivos de los socios transatlánticos, someter a Europa. Generando la dependencia energética, a partir de las sanciones contra Rusia y saboteando a los Nord Stream; destruyendo su industria y a sus principales competidores comerciales, aumentando/quitando la energía barata para la producción, estableciendo una ley nacional -IRA- que invite a las industrias europeas a abandonar el continente e ir a producir a EEUU con incentivos financieros y energía barata, y desabasteciendo el mercado de productos críticos.
La Ley de la Reducción de la Inflación (IRA por su sigla en inglés) promulgada en agosto de 2022 por Estados Unidos ofrece alrededor de 400 mil millones de dólares para la reducción de las emisiones de carbono, la reducción de los costos de atención médica, la financiación del servicio de Impuestos Internos y la mejora del cumplimiento de los impuestos de los contribuyentes. Estos fondos serán entregados como incentivos fiscales, subvenciones, rebajas y garantías de préstamos.
“Con el IRA, algunos fabricantes europeos que deseen beneficiarse de las subvenciones podrían trasladar su producción a EEUU o, al menos, desarrollar cadenas de suministro integradas en EEUU”, aseguraba el Parlamento Europeo enojado cuando su socio y aliado promulgó la IRA.
Alemania preocupaba a EEUU como competidor industrial, como potencia con fuerte peso en las decisiones europeas, por su enorme crecimiento vinculado a las relaciones con Rusia y China, y por la posibilidad del fortalecimiento del eje franco-alemán. EEUU ha logrado borrar el potencial alemán aislandolo de Rusia, China y Francia, mientras lo ha sometido a sus intereses y decisiones.
Esta motivación y consecuencias no se acaban con el triunfo de Trump, por un lado significa la profundización por parte de los Estados Unidos que ya no disfrazarán las medidas bajo la máscara de la crisis climática, sino que contundentemente como lo ha dicho y hecho en su gestión anterior, Trump buscará un proteccionismo nacional enfocado en una política arancelaria. Aunque por otro lado podría significar una nueva posibilidad para Alemania de reencauzar su política energética y vínculos con Rusia, dependerá de lo que suceda en diciembre y en febrero.
Otros de los puntos importantes del descontento social alemán que también ha repercutido en la crisis de gobernabilidad de la coalición semáforo ha sido el tipo de política exterior de Scholz enfocado en el apoyo ferviente a Ucrania y financiamiento a Kiev mientras su país atravesaba profundas múltiples crisis.
Esto se vió por un lado en el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo en donde AfD quedó en segundo lugar quedándose con 15 escaños, 6 más que en 2019, y ubicando al SPD al tercer lugar con 14 escaños, mientras los verdes de Die Grüne perdieron 9 escaños. Por otro lado, se reflejó en el resultado de las elecciones regionales en los Lander (Estados) alemanes de Sajonia y Turingia en donde la CDU, BSW y AfD protagonizaron los resultados.
Estos resultados nos indican la crisis y el colapso de los partidos políticos tradicionales de Alemania, pero en especial el fuerte rechazo de las políticas belicistas encabezadas por Scholz y el amplio apoyo que ganaron los partidos que se oponen a la política de alineamiento otanista en política exterior, a la participación alemana en la guerra en Ucrania y a las tensiones entre la UE y Rusia.
Tanto AfD, ubicado como extrema derecha, como BSW, ubicado como extrema izquierda, comparten una visión de oposición de involucrar a Alemania en la guerra de Ucrania, como también una política conservadora en el aspecto migratorio. El único partido tradicional que se mantiene en competencia es la CDU. Una CDU que gobernó con Angela Merkel un proyecto de país alineado al desarrollo de un europeísmo que posicionó a Alemania como la potencia industrial regional y como actor geopolítico y competitivo relevante en el escenario internacional.
Diferencias importantes con el proyecto de Scholz en donde uno se somete a los designios y ambiciones estadounidenses en la región mientras que el otro busca la proyección estratégica con un marcado carácter de protección de lo nacional. En uno de los proyectos se considera a Rusia como enemigo declarado sin muchos argumentos sólidos alrededor de los intereses alemanes, mientras que en el otro se comprende la importancia de los vínculos estratégicos con Rusia para el crecimiento nacional.
La principal política exterior de Scholz que tuvo como objetivo posicionar a Alemania como líder del militarismo europeo basado en el aval estadounidense, el apoyo de la OTAN y la potencial amenaza rusa a partir de la guerra en Ucrania también se encuentra amenazado por la victoria de Trump. En los días siguientes del triunfo del republicano se habló de diálogos secretos entre un grupo de Trump y un grupo de Putin en donde ya se estarían trazando las negociaciones para dar fin a la guerra en Ucrania, incluso el Wall Street Journal filtró un supuesto plan de paz de Trump que incluía 5 ejes.
Ninguna de estas suposiciones fueron confirmadas, no obstante, Scholz tuvo como primer reflejo volver a reunirse con Macron al igual que sus ministros de defensa, tal vez en un intento de revivir la entente francoalemana, pero también se comunicó telefónicamente con Putin luego de 2 años, en una conversación de 1 hora en donde buscó exhibirse como actor decisivo para las negociaciones. Ambas acciones evidencian la importancia de seguir posicionando a Alemania como actor europeo clave en el acontecer geopolítico.
Aún así, la retórica belicista no disminuyó y la ambición de liderar el militarismo europeo sigue intacta. El 19 de noviembre Alemania, con la representación de la Ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, participó de la Cumbre de los Ministros de Asuntos Exteriores del Triángulo de Weimar (Alemania, Francia y Polonia) realizada en Varsovia para discutir los desafíos de la política de seguridad de Europa junto a los Ministros de Asuntos Exteriores de Italia, España y el Reino Unido, así como con la nueva Alto Representante designada de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Kaja Kallas.
Luego de la Cumbre, denominada como “la reunión de los Cinco Grandes de la UE y Gran Bretaña” por parte del Ministerio polaco, los Ministros elaboraron una breve declaración conjunta en la que vuelven a reafirmar el discurso de que la “seguridad común está amenazada como nunca antes en nuestras vidas” en donde “Rusia está atacando sistemáticamente la arquitectura de seguridad europea”.
En dicha declaración también se establecen 8 puntos de compromisos conjuntos:
- reafirmar el papel duradero de una OTAN fuerte y unida como piedra angular de la defensa y la seguridad europeas, basada en un fuerte vínculo transatlántico, un compromiso férreo de defensa mutua y un reparto justo de la carga;
- fortalecer la OTAN incrementando nuestro gasto en seguridad y defensa, en consonancia con nuestros compromisos anteriores, reafirmando al mismo tiempo que, en muchos casos, será necesario gastar más allá del 2% del PIB para hacer frente a las crecientes amenazas a la seguridad y cumplir los requisitos de disuasión y defensa en todos los ámbitos de la zona euroatlántica.
- reforzar la seguridad y la defensa de Europa, utilizando todos los instrumentos a nuestra disposición, incluido el poder económico y financiero de la Unión Europea, y reforzando la base industrial de Europa. Para ello, nos basaremos en el trabajo de la OTAN , la Unión Europea, entre grupos de aliados y con países afines, debatiremos sobre financiación innovadora y eliminaremos los obstáculos al comercio y la inversión en defensa;
- invertir en nuestras capacidades militares críticas, incluida la defensa aérea, los ataques de precisión profunda, los drones y la logística integrada, así como en infraestructura crítica y ciberdefensa, al tiempo que invertimos en investigación y desarrollo y utilizamos nuevas tecnologías;
- Mejorar la resiliencia ante la guerra cognitiva y las amenazas híbridas en Europa, también a través de los mecanismos pertinentes de la UE , y promover la resiliencia de nuestras sociedades,
- intensificar aún más nuestro apoyo militar, económico y financiero a Ucrania, al tiempo que acogemos con satisfacción el préstamo de 50.000 millones de dólares del G7 para garantizar que Ucrania disponga de recursos suficientes para el próximo año;
- Nos mantenemos firmes en nuestro apoyo a una paz justa y duradera para Ucrania, basada en la Carta de las Naciones Unidas , reafirmando que la paz sólo puede negociarse con Ucrania, con sus socios europeos, estadounidenses y del G7 a su lado, y asegurándonos de que el agresor asumirá las consecuencias, también financieras, de sus actos ilegales que violen las normas establecidas en la Carta de las Naciones Unidas ,
- seguir disuadiendo a Rusia, frustrando la capacidad de Putin de sostener su guerra de agresión y restringiendo el desarrollo de las capacidades militares de Rusia, incluso mediante medidas restrictivas.
El grupo de “los Cinco Grandes de la UE y Gran Bretaña” mantiene su esperanza viva de que la OTAN no caiga en desgracia en cuanto asuma Trump por lo que cierran la declaración conjunta expresando que “se trata de una oportunidad única para renovar los cimientos de nuestras relaciones transatlánticas con los Estados Unidos de América, fortaleciendo la OTAN y garantizando un reparto justo de las cargas en el seno de la Alianza”.
Aunque la declaración no lo dice explícitamente, el Ministerio de Asuntos Exteriores polaco aseguró en un tweet que en la Cumbre se aprobó la creación de bonos pro-defensa de la propia Unión Europea.
“Las crecientes actividades híbridas de Moscú contra los países de la OTAN y la UE también carecen de precedentes en su variedad y escala, y crean importantes riesgos de seguridad. En la reunión de los Cinco Grandes de la UE y Gran Bretaña, por primera vez los cinco países más grandes declararon su apoyo a la creación de bonos pro-defensa de la propia Unión Europea”.
💬Na spotkaniu Wielkiej Piątki Unijnej i Wielkiej Brytanii po raz pierwszy pięć największych państw 🇪🇺 zadeklarowało poparcie dla stworzenia obligacji proobronnościowych samej Unii Europejskiej.
— Ministerstwo Spraw Zagranicznych RP 🇵🇱 (@MSZ_RP) November 20, 2024
| Min. @sikorskiradek w @Radio_TOK_FM
El rumbo de Alemania, y por lo tanto el de la Unión, podría cambiar en febrero tras los resultados electorales de las elecciones anticipadas que inaugurará un nuevo gobierno en donde existen actores muy diversos en la carrera de la contienda electoral, y en donde la asunción de Trump traerá sus propias consecuencias. Seguiremos de cerca los próximos meses de campaña.
Micaela Constantini, periodista y parte del Equipo de PIA Global.
Foto de portada: El canciller alemán Olaf Scholz pronuncia un discurso en el Parlamento alemán Bundestag en Berlín, Alemania, el 13 de noviembre de 2024. EFE/EPA/FILIP SINGER