Colaboraciones Nuestra América

El Salvador: el país verdadero y las mentiras de la Canciller

Por Raúl Llarull*. Especial para PIA Global. – El régimen implementado en El Salvador desde hace cinco años y usurpador del poder del Estado desde junio, funciona en base a la mentira permanente esgrimida como política oficial.

Las debilidades de un régimen de este tipo resultan evidentes, en la medida que cada mentira puede ser contrastada con los hechos, desnudando así la farsa.  Puestos en evidencia suelen recurrir a una de tres opciones: atacar a quien los desnuda; volver a mentir para hacer olvidar la primera mentira; o hacer ambas cosas. La verdad jamás es una de sus opciones.

El país verdadero se compone de un pueblo abandonado a su suerte, que sufre con aumentos descomunales del precio de los servicios, eliminación de subsidios, desempleo galopante, ingresos de hambre, persecución a trabajadoras informales, precios de la canasta básica disparados. Amenazas, persecución y encarcelamiento contra opositores o defensores de derechos. Un pueblo sin salud ni educación, testigo de su propia expulsión, para ser transformado en emisor de remesas.

Ese panorama no oculta el hecho de que alguien se lucra de tanta desgracia, que la especulación inmobiliaria, el desprecio hacia el medioambiente con fines de explotación comercial o industrial, y la voraz concentración de riqueza continúan inapelables. Que las políticas basadas en esas mentiras no tienen otro objetivo que enriquecer a unos pocos y poner a la venta el país al mejor postor.

Para que esa “oferta” pueda ser atractiva a posibles “compradores” de un país en remate, enajenando a su antojo libertades y soberanías, recursos y riquezas, resulta instrumental la estrafalaria ministra de relaciones internacionales.La Canciller salvadoreña, Alexandra Hill Tinoco, quien, inmutable y solemne, expresa las burdas mentiras y calumnias del régimen en las más altas tribunas diplomáticas del mundo.

Alexandra Hill participó recientemente en la 54º Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) realizada en Asunción, Paraguay. Su intervención se centró en destacar los logros de su gobierno en el primer quinquenio en temas de seguridad, migración y democracia.

La funcionaria repitió la manoseada letanía de su capataz, mintiendo al afirmar que El Salvador es el país más seguro del hemisferio occidental, algo ya demostrado como falso con mediciones independientes y no antojadizas o financiadas por el propio gobierno. Tal el caso del Índice de Paz Global, que en su informe de 2023, sitúa a El Salvador en el puesto 122 de 163, en el ranking de países más seguros.

La funcionaria olvidó, en cambio, un récord del cual sí es acreedor el país: la tasa de encarcelamiento más alta del mundo, con más del uno por ciento de la población entre rejas a principios de 2024.

La Canciller llegó a afirmar que en el pasado “no existían organizaciones de derechos humanos que se pronunciaran ante tal atrocidad (la violencia)”.  No es necesario irse muy atrás en la historia para demostrar la falsedad de estas argumentaciones, baste listar algunas prominentes organizaciones de derechos humanos, reconocidas mundialmente, para hacer pedazos el ridículo argumento.

Citaremos tres, aunque hay decenas de ellas: el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (IDHUCA), activa desde los tiempos del conflicto armado; Cristosal, organismo de derechos humanos activo desde el año 2000; FESPAD, entidad dedicada a la defensa de derechos humanos y sociales de los sectores más desposeídos de El Salvador desde el año 1988.

Existen además decenas de ONG, periódicos de investigación y denuncia, operando en el país desde los años del conflicto armado (1980-1992), y aún antes. Sin embargo, esta verdad resulta incómoda para los mentirosos compulsivos del gobierno que tan adecuadamente representa la Canciller.

Si hay alguna afirmación que muestre el engaño descarado, es la siguiente:

Generar oportunidades para reducir la migración irregular es una prioridad en nuestra agenda de sostenibilidad; la inseguridad y la falta de oportunidades que por décadas fueron las causas estructurales de migración irregular están siendo erradicadas. Hoy en día, la migración inversa de salvadoreños es una tendencia al alza” 

Es falso que las causas estructurales de la migración se están erradicando . La migración continúa al alza, como lo muestra la cantidad de salvadoreños detenidos en la frontera sur, las solicitudes de asilo en México y otros países.

En la primera administración de Bukele, 348,472 salvadoreños fueron interceptados en la frontera sur de los Estados Unidos, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), del Departamento de Seguridad Nacional. La cifra es un 25% más que los detenidos en el periodo de Sánchez Cerén y un 163% más que los retenidos en la gestión de Mauricio Funes.

Según la CBP, fueron 20,652 los inmigrantes salvadoreños que han sido detenidos en la Frontera Sur de Estados Unidos entre enero y mayo de 2024. Para los últimos tres meses de 2023 (octubre a diciembre) señala que fueron retenidos 21,034, lo que hace un total de 41,686 personas de origen salvadoreño que viajaron de manera irregular en los siete meses transcurridos de este periodo. De este total, el 34.95% (14,569) corresponde a adultos, el 51.79 % (21,590) corresponde a individuos en unidad familiar, y el 13.25% (5,525) son niños no acompañados.

Por su parte, el Instituto Nacional de Migración México (INM) coloca a El Salvador entre los 10 principales países de origen de los migrantes.

La migración hacia EEUU sosteniene en buena parte la economía de El Salvador. Según datos del BCR, en 2022 aumentó el número de familias que reciben remesas. Estas representan el 25% del PIB y superan a las exportaciones.

Hill Tinoco habló de “migración inversa”, que se entiende como la llegada a un país de más personas de las que salen. Eso no sucede en El Salvador. Según los datos oficiales de la DGME, son más los salvadoreños que dejan el país cada año que los que regresan. En 2022, salieron 73,300 más de los que entraron. Y en 2023, solo en los primeros seis meses fueron 68,900 más.

Huyen de una desastrosa situación económica que hunde al país, pero que ni Hill Tinoco ni su jefe jamás reconocerán. Prefieren mentir descaradamente, seguir expulsando compatriotas y que sus remesas financien el consumo familiar, e indirectamente un régimen devorador de recursos que traslada del ámbito público al privado, hacia las manos de la nueva burguesía, empeñada en convertirse en oligarquía a fuerza de terror y persecución, de robos y latrocinios, de entrega del país al mejor postor y, sobre todo, a fuerza de mentiras y manipulación descarada, para ocultar sus crímenes y el abandono de sus obligaciones para con del pueblo.

Miente la Canciller descaradamente y pretende dar clases de democracia, para hacerle creer al mundo que no representa a una dictadura y que su sistema debería ser emulado. Los fascistas europeos del siglo XX, que se empeñaban en afirmar que su modelo era el de la sociedad perfecta, tomarían sus discursos como ejemplares:

“El Salvador considera que en situaciones de crisis institucional es primordial reafirmar los valores esenciales que sustentan la democracia, en particular, asegurar la primacía del Estado de derecho, asegurando el respeto por los derechos individuales, la independencia de los poderes públicos y el compromiso con la voluntad popular”

Reafirmar la democracia, el Estado de derecho y la separación de poderes contrastan con la realidad de El Salvador y de la que se han hecho eco importantes instituciones internacionales.

La concentración de poder en manos del presidente y el debilitamiento de la democracia resultan innegables. El Informe sobre democracia 2024 del Instituto Variedades de la Democracia (V-Dem Regional Center)[1] indicó que el país pasó de ser una democracia imperfecta a una autocracia electoral. “Casi todos los logros democráticos de las últimas dos décadas habrán desaparecido para fines de 2023”, reza su informe. Y acierta.

El país se ubica en el puesto 141 de 179 países evaluados en ese informe, detrás de Turquía y delante de Etiopía, con una calificación de 0.11 de IDL (Índice de Democracia Liberal), donde 0 corresponde a la autocracia y 1 a las democracias liberales.

El Índice de Estado de Derecho del World Justice Project 2023[2], ubica a El Salvador en el puesto 108 de 142 países y en el 25 de 32 en el ámbito regional, en su informe de octubre pasado.

Comparado con 2019 y 2020, años en que se ubicaba en el puesto 84, el país registra una caída de 24 lugares. En los ocho factores que se miden para la elaboración del estudio figuran, entre otros: ausencia de corrupción, derechos fundamentales, orden y seguridad.

Mienten al mundo y creen que el mundo cree sus mentiras, pero la marcada desconfianza internacional en las finanzas nacionales demuestra que las palabras siguen sin derrotar a los hechos. El Indicador de Bonos o Mercados Emergentes (EMBI) de El Salvador muestra una tendencia alcista desde abril y cerró junio en 751 puntos básicos, la tasa más alta de Centroamérica.

La desesperación empieza a aflorar en el autócrata usurpador, y ante la imparable alza de los precios de la canasta básica, “ordena” a los comerciantes rebajar los precios de los alimentos, como si más del 80% de los productos alimenticios consumidos en El Salvador no fuesen importados, como si la especulación no se originara entre sus socios y amigos importadores, y como si los mercados respondieran a sus órdenes.

Sus afirmaciones y las de su Canciller son tan falsas como su preocupación por el pueblo.

Raúl Llarull* Periodista y comunicador. Militante internacionalista. Miembro del FMLN.

Foto de portada: La Prensa/ OEA

Referencias:

[1] https://v-dem.net/documents/47/V-Dem_DR_2024_Spanish_lowres.pdf

[2] https://worldjusticeproject.org/rule-of-law-index/global/2023/El%20Salvador/

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