Análisis del equipo de PIA Global Asia Occidental

El plan de la Riviera de Oriente es un hecho en Gaza

Escrito Por Gianna Rosciolesi

Por Gianna Rosciolesi*. – ¿Cuánto influye el poder político estadounidense en la región? Los dichos de Trump ya no son dichos, y los esfuerzos por detener su plan fueron anulados con la reanudación de los asedios en Gaza.

A principios de este año Donald Trump propuso un plan de desplazamiento de los gazatíes hacia países árabes vecinos como Egipto y Jordania. El concepto era desalojar la zona, quitar los escombros y reconstruirla como una localidad turística para empresas israelíes, estadounidenses e internacionales. 

Ante este hecho, los líderes de la región repusieron fuertemente los dichos del provenientes de Washington en declaraciones públicas y en reuniones con otros dirigentes. 

En contraposición, Egipto creó un plan de reconstrucción de Gaza, conservando a los gazatíes en la ciudad, mientras un gobierno provisional se establecería para concentrar el poder político. Entre vítores y aplausos, se determinó que esa sería la propuesta que se llevaría adelante para recuperar el territorio gazatí destrozado en grandes dimensiones.

Sin embargo, Trump y Netanyahu estropearon las oportunidades para que ese plan se llevara adelante, y en cambio, se pusiera en marcha el suyo, el llamado “Riviera de Medio Oriente”.

Si bien el proyecto egipcio tenía ciertas disfuncionalidades, como por ejemplo que la administración gubernamental quedaría en principio en manos de una autoridad autocrática y que el movimiento Hamas estaría obligado a abandonar su influencia política, prometía ser una alternativa al plan de deterioro humano que pronunció Washington. 

En la cumbre árabe de emergencia, se consideró que se necesitarían unos 53.000 millones de dólares para llevarlo a cabo, y no se definió quiénes serían los auspiciantes del mismo. Así como tampoco se aclaró quién poseería la potestad de gobernar. Estas incongruencias en el proyecto, generaron un retraso en las operaciones para llevarlo a cabo. De esto, y mucho más se aprovechó la entidad sionista.

Netanyahu, desde un primer momento se mostró en desacuerdo ante la alternativa egipcia, pues ninguno de sus intereses se veía beneficiado en una visión que permitiera la reconstrucción del espacio que intentó destruir.

La cumbre árabe se dio en épocas de un aún inestable fijado alto al fuego. Esa primera instancia de tregua fue prorrogada unilateralmente por Estados Unidos, en una declaración poco seria y que demostraba su nulo compromiso a la negociación. 

Al fijar el cese al fuego, iniciado el 19 de enero de 2025, la primera fase establecía un intercambio de rehenes israelíes por prisioneros palestinos, así como la retirada progresiva del ejército hebreo de las tierras gazatíes. Esta instancia podría haberse dado con mucha más anterioridad, ya que para el 6 de mayo de 2024, Hamas había aceptado el marco para el cese al fuego, hecho que se interrumpió a causa de que Estados Unidos bloqueó la resolución del Consejo de Seguridad,que permitía que se llevara adelante, cuatro veces. Mientras tanto Washington y Tel Aviv continuaban incrementando el presupuesto en armamento, valuado en más de 20 de millones.

Al llegar el final de la fase uno del alto al fuego, Israel buscó retrasar y esquivar cualquier negociación para su continuidad. A pesar de que enviados de Hamas se encontraron con mediadores qataríes y estadounidenses.

Posponer la continuidad de la tregua fue una estrategia israelí para concentrar y recomponer sus fuerzas a fin de lograr una nueva escalada. Así lo hizo, el 18 de marzo, cuando bombardeó sorpresivamente Gaza, asesinando a más de 900 personas e hiriendo a otras 2.000.

Razones sionistas

Con el bombardeo de marzo se desencadenaron una serie de ataques a Gaza, los mismos que ya se venían desarrollando en Cisjordania, alcanzando niveles de muertos alarmantes. Al mismo tiempo, los ataques no son solo con armamento, sino que Tel Aviv desarrolló un bloqueo al ingreso de alimentos, medicamentos y ayuda humanitaria, así como detiene el acceso al agua, electricidad y combustible. A esta altura, el ejército israelí no puede seguir justificando que la guerra es contra Hamas.

Al poner sobre la mesa sus intereses, podemos ver ciertas tendencias del primer ministro israelí que han podido desencadenar esta perturbadora decisión.

En primer lugar, podemos considerar la decadente reputación del líder israelí en su país. Luego del fracaso de la guerra perpetrada desde octubre del 2023 hasta enero del 2025, el pueblo hebreo avistó la sanguinaria máquina de terror que los comanda. Sin embargo, pese a desarrollar tecnologías de alta modernidad y de depravar cualquier principio moral, la ofensiva en Gaza no logró debilitar la moral de Hamas ni la Palestina, sino que permitió visibilizar ante los ojos del mundo el proyecto genocida sionista. Esto significa un fracaso para el gobierno dirigido por Netanyahu, incluso fue descrito como tal por un jefe del Estado Mayor israelí retirado, quien reconoció el éxito de la Resistencia en engañar a Israel y lograr avances significativos. Retomar los ataques ayudaría a avivar su imagen dentro de los grupos más extremistas que apoyan la devastación y anexión de Palestina.

En segundo lugar, observamos cómo Israel y Estados Unidos están pujando por el poder en la región de Asia Occidental. Trump busca bajar la influencia de Irán en la región quien se presenta como aliado de Hezbollah y tiende a inducir su apoyo a los hutíes en Yemén, al mismo tiempo de haber perdido poder en Siria.

Israel bombardeó el Líbano y Siria, sumado a que continúa ocupando bases militares en territorios de ambos países y que destina fondos a los drusos sirios a fin comprar su apoyo. Con intenciones de desestabilizar el Levante y demostrar a lo que puede llegar, induce el caos buscando la respuesta de los grupos de resistencia. Los hutíes de Yemen responden y soportan las represalias por demostrarse en apoyo a Palestina. Hezbollah en el Líbano no posee el mismo peso en el gobierno que tenía en el enfrentamiento de octubre del 2024, y respeta el acuerdo del alto al fuego. El presidente de facto sirio parece olvidar que su apodo, Al Golani, proviene de territorios sirios usurpados por Israel, y no demuestra oposición a que el ejército sionista continúe generando influencia en el país. 

En tercer lugar, podríamos resaltar ciertos hechos que no representan razones puntuales para retomar el fuego, sino que indujeron a la toma de decisiones. En este caso, mencionamos que las disputas internas en el gobierno israelí se ven visualizadas en el despido del jefe del Shin Bet, que es su Servicio de inteligencia y Seguridad nacional, logrando que parte del oficialismo se coloque contra de su dirigente. Además, con los bombardeos de marzo, Netanyahu logró convencer a su Ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, de volver a su cargo, luego de haber renunciado tras sentirse disgustado con el tratado con Hamas. 

La Riviera 

Si hay algo que sabemos es que Israel no tiene intenciones de permitir que los palestinos continúen viviendo en sus ciudades de origen, tanto en Gaza como en Cisjordania. El sionismo se guía por la ideología de la “transferencia de población”, un eufemismo para la reubicación forzada del pueblo.

El plan de la Riviera de Medio Oriente es un proyecto ideal para Tel Aviv; logra desplazar a la población, construir sus propios edificios, y gestionar la gobernabilidad de la zona, sin tener que recurrir a métodos de vigilancia y prohibición, ya que los gazatíes no habitarían esos suelos.

Funeral de los ocho médicos de la Media Luna Roja Palestina asesinados por las fuerzas israelíes en Rafah. Foto: PRCS 

La propuesta árabe, por supuesto buscaba detener este desplazamiento, dado que la historia ha demostrado que una vez que Israel logra trasladar a la población palestina hacia otras tierras, no hay un regreso asegurado. 

Lograba imponerse de cierta forma al plan de Trump, pero su desarrollo fue muy lento y poco calculado, teniendo en cuenta que ese anuncio no haría feliz a Netanyahu ni a sus socios.

Ya la estrategia de la Riviera no es evacuar a los gazatíes, directamente optaron por eliminarlos, y esto se ve reflejado en el alto porcentaje de infancias asesinadas: el futuro de Palestina. 

El objetivo de anexionarse el territorio se volvió un hecho desde los bombardeos del 18 de marzo, en palabras del ministro de Defensa Israelí, el objetivo es “eliminar y depurar la zona de terroristas” y apoderarse “de amplias zonas que serán anexionadas al Estado de Israel”.

El 1 de abril una serie de panfletos fueron lanzados sobre Gaza con un dron, en los cuales se observaban fotografías de los líderes de Washington y Tel Aviv, con frases como “El mapa mundial no cambiará si toda la gente de Gaza desaparece. Nadie sentirá vuestra ausencia y nadie preguntará por vosotros” y “Os han dejado solos para enfrentar vuestro destino inevitable”. Deshabilitar la moral de los ciudadanos a través de un imperialismo psicológico se ha vuelto parte también del proyecto de la Riviera. 

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Gianna Rosciolesi

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