Economía Multipolaridad

El comercio entre China y Estados Unidos es mutuamente beneficioso

Por Andrew Korybko*- Los últimos datos comerciales muestran que el empresariado estadounidense no está de acuerdo con continuar con la contraproducente guerra comercial del expresidente Trump.

China publicó sus últimos datos comerciales a principios de octubre, mostrando que el comercio se disparó un 35,4% de enero a septiembre en comparación con el mismo periodo del año anterior, hasta alcanzar los 543.000 millones de dólares. Esto debe ser celebrado por ambas partes a pesar de que la administración del ex presidente estadounidense Donald Trump y su sucesor Joe Biden lo consideren un tema sensible. La razón es que tales datos son una señal de relaciones mutuamente beneficiosas teniendo en cuenta el contexto económico y geopolítico.

En cuanto al primero, esto demuestra que China está desempeñando un papel importante para ayudar a los minoristas estadounidenses a rellenar las estanterías vacías, según economistas anónimos citados por Associated Press. La actual crisis de la cadena de suministro en EE.UU. está fuera del control de China para solucionarlo, ya que se debe a problemas internos relacionados con el mercado laboral estadounidense y otros factores similares, pero no obstante demuestra que las importaciones chinas son beneficiosas para los consumidores de ese país. Sin ellas, su crisis económica sería mucho más difícil.

En cuanto al contexto geopolítico, los últimos datos comerciales muestran que la comunidad empresarial estadounidense no está de acuerdo con continuar la contraproducente guerra comercial del expresidente Trump, ni boicotean los productos chinos debido a las tensiones que el presidente estadounidense en funciones, Biden, ha provocado con la República Popular. Esta comunidad es el epítome del pragmatismo y sus razonables intereses deberían ser escuchados en Washington. Los responsables políticos deben darse cuenta de que el comercio puede desescalar las tensiones, no exacerbarlas.

Estas dos observaciones se combinan para inspirar un nuevo camino para las relaciones chino-estadounidenses. Está claro que la hostilidad antichina del gobierno estadounidense no ha afectado negativamente al comercio bilateral. Al contrario, como confirman los últimos datos, el comercio sigue siendo sorprendentemente fuerte. Los últimos datos comerciales demuestran la compleja interdependencia económica entre China y EE.

Imaginando por un momento que el ex presidente estadounidense Trump hubiera logrado «desacoplar» sus economías o que la comunidad empresarial boicoteara los productos chinos por solidaridad con el actual presidente estadounidense Biden, la situación económica para los estadounidenses de a pie habría sido mucho peor de lo que es actualmente. Es precisamente porque las políticas antichinas de esos dos líderes han fracasado en el sentido económico que el nivel de vida de los estadounidenses no se ha desplomado aún más. Por lo tanto, China es responsable de ayudar al pueblo estadounidense.

Algunos podrían negar esta afirmación «políticamente incorrecta» por razones ideológicas interesadas, pero es innegable teniendo en cuenta los dos contextos examinados anteriormente. Aunque los responsables políticos estadounidenses se resistan a admitirlo, reconocen, sin embargo, el papel positivo que China está desempeñando en la ayuda a su pueblo, aunque nunca hayan tenido la intención de hacerlo. Esto da un cauto optimismo sobre la posibilidad de que no intensifiquen aún más la hasta ahora estática guerra comercial entre ellos en aras del pragmatismo, al menos no en un futuro próximo, esperemos.

Por supuesto, los influyentes grupos de presión del complejo militar-industrial en el Congreso y los ideólogos neoconservadores en el gobierno estadounidense tienen razones egoístas para esperar que las relaciones empeoren ampliamente entre China y Estados Unidos, pero los responsables políticos deben darse cuenta de lo contraproducente que sería. Los demócratas en el poder no pueden permitirse que la economía estadounidense sufra más de lo que ya lo está haciendo al reducir los lazos comerciales con China si esperan mantener el control del Congreso durante las elecciones de mitad de período del próximo año.

El escenario ideal sería que la Administración Biden considerara seriamente un acercamiento significativo con China. La continuidad de las políticas antichinas del ex presidente estadounidense Trump no ha logrado «desacoplar» sus economías, que están más entrelazadas que nunca y en un momento tan crucial de la historia mundial. El comercio debe constituir la base sobre la que pueden mejorar los lazos bilaterales. No hay que permitir que las fuerzas egoístas saboteen esta prometedora posibilidad. Esperemos que el sentido común, el pragmatismo y los intereses mutuos se impongan.

*Andrew Korybko es analista político.

Este artículo fue publicado por OneWorld.Press

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