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El Ártico en el punto de mira de Asia

Por Natalia Vyakhireva*- Expertos y profesionales ya están considerando la idea de conectar a los países miembros del BRICS para que trabajen juntos en la región ártica en cuestiones de desarrollo socioeconómico, protección del medio ambiente y población, incluidos los pueblos indígenas.

Hasta hace poco, representantes de la comunidad de expertos de distintos países señalaban la singularidad de la interacción internacional en la región ártica, que era la siguiente. Tradicionalmente, la política de los Estados miembros del Consejo Ártico (Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia y Suecia) ha consistido en no introducir en la cooperación regional en la región polar las diferencias existentes entre ellos en relación con las políticas de cualquiera de estos Estados en otras partes del planeta. De este modo, el Ártico gozaba de una especie de «inmunidad» frente a los desacuerdos sobre cuestiones ajenas a la agenda ártica. Desde esta perspectiva, 2022 fue un año crucial para las actividades del Consejo Ártico y la cooperación internacional en la región.

Mientras que tradicionalmente Rusia había dado prioridad a la interacción con los Estados árticos en los proyectos regionales, en las nuevas condiciones se está dando preferencia a la construcción de una política multivectorial en la región polar. Por un lado, nuestro país sigue abierto al diálogo en el marco del Consejo Ártico, que, desgraciadamente, ya no es plenamente operativo. Por otro, pretende reforzar la interacción con un amplio abanico de países.

En 2024, Rusia asumirá la presidencia del grupo BRICS (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica). Expertos y profesionales ya están considerando la idea de conectar a los países miembros del BRICS para que trabajen juntos en la región ártica en cuestiones de desarrollo socioeconómico, protección del medio ambiente y población, incluidos los pueblos indígenas. Por ejemplo, Rusia y Brasil tienen potencial para trabajar juntos en la conservación de los ecosistemas árticos.

La mayoría de los países BRICS participan activamente en la investigación científica en el Ártico. Está prevista la creación de un centro internacional de investigación en Svalbard. Los participantes de los BRICS, la CEEA y la OCS pueden considerarse socios potenciales en proyectos digitales en la zona ártica. La próxima cumbre de los BRICS se celebrará en Johannesburgo (Sudáfrica) en agosto. Evidentemente, algunas de estas cuestiones podrán abordarse y desarrollarse ya el año que viene.

Cuando se trata de ampliar el círculo de socios en el Ártico, hablamos principalmente de China e India, que son socios estratégicos de la Federación Rusa. Ambos países ya participan activamente en proyectos conjuntos con Rusia en diversos ámbitos. Como señaló Nikolai Korchunov, Embajador en Misión Especial del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores y alto funcionario del Consejo Ártico por Rusia, en el reciente Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF), estamos asistiendo a un aumento constante del papel de los Estados asiáticos en el sistema ártico de relaciones internacionales.

La cuestión del Ártico se aborda en la Declaración Conjunta Rusia-China de marzo de 2023. En ella se afirma que «las partes están a favor de preservar el Ártico como territorio de paz, estabilidad y cooperación constructiva. Esto subraya la intención de profundizar el diálogo ruso-chino sobre las cuestiones árticas.

La cooperación en el desarrollo de la Ruta Marítima Septentrional (NSR) y las infraestructuras costeras conexas se está convirtiendo en un importante ámbito de cooperación sino-rusa. La NSR se considera una ruta más corta entre Europa y la región Asia-Pacífico. Su importancia para enlazar China y los países del Sudeste Asiático con el Viejo Continente es cada vez mayor. Rusia está interesada en aumentar la inversión en el desarrollo de la infraestructura de la NSR. La soberanía de la Federación Rusa sobre la NSR y su papel clave para organizar la navegación y garantizar la seguridad siguen siendo indiscutibles.

La interacción entre Rusia e India en el Ártico y Extremo Oriente ocupa un lugar especial en la agenda de la cooperación bilateral ruso-india. Alexei Chekunkov, Ministro de Desarrollo del Extremo Oriente y el Ártico, mencionó en particular el importante volumen de inversiones de empresas indias en proyectos en Sajalín, Yakutia y Siberia Oriental. Las sumas ascienden a muchos miles de millones de dólares. A modo de ejemplo, al margen de SPIEF-2023 se firmó un acuerdo de cooperación con la empresa india SAFARM, en virtud del cual está previsto construir un complejo farmacéutico y una planta de ingredientes farmacéuticos activos en el Círculo Polar Ártico ruso.

India también ha manifestado su interés por el proyecto de desarrollo de la Ruta Marítima Septentrional. Mientras que para la mayoría de los países la NSR es un atajo de Asia a Europa, para India no es tan importante: ambas rutas, por el sur y por el norte, son iguales para India. Para India, la NSR es más bien una «carretera alternativa».

Es probable que la cooperación regional entre Rusia y los países asiáticos cobre impulso. Rusia, China e India cuentan con unidades subnacionales con capacidad suficiente para llevar a cabo actividades económicas y de política exterior. Esta interacción suele denominarse paradiplomacia. Por regla general, los contactos interregionales contribuyen a profundizar en toda la gama de relaciones bilaterales.

Los debates en el marco de la próxima presidencia rusa de los BRICS demuestran la voluntad de Rusia de entablar un diálogo con todos los países del Ártico, incluidos los extrarregionales, en aras del desarrollo sostenible de la región ártica.

*Natalia Vyakhireva es Doctora en Ciencias Políticas, experta del RIAC y gestora de programas.

Publicado originalmente en Nezavisimaya Gazeta.

Foto de portada: EFE

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