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China-Swap: posibilidad de autogolpe comercial en Argentina

Por Favio Vidal*. Especial para PIA Global. –
Taiwán y el recientemente gobierno nacional argentino tramitaron contactos bilaterales en el último mes desde las cancillerías. Al igual que las Islas Malvinas, la provincia china de Taiwán es un territorio soberano en diplomática disputa. De esta manera, nuestro país se trasforma en “carne de cañón” para los intereses occidentales.

La política exterior de la República Popular China manifestó recientemente su decisión de sostener el principio de “una sola China”, comunicándolo mediante su Cancillería en la cuenta de Twitter de la Embajada de nuestro país.

Taiwán es considerada como parte íntegra de China, reafirmado por los organismos vigentes dependientes de la ONU desde el 25 de octubre de 1971. Los intentos de socavar las relaciones diplomáticas de la unificación china en trato directo con la provincia de Taiwán por parte de algún país, configuran puntos de amenazas para la política económica de las partes que se involucren en torno al gigante asiático, ya que obedecen al mandato de la soberanía e integridad territorial de China. La no injerencia en los asuntos internos de un país fundamentados en los principios de la Carta de las Naciones Unidas, respaldan las decisiones unilaterales que pueda aplicarse a una nación cuando un país extranjero violente esos principios, también resueltos en el Consejo de Seguridad de la ONU.

La Canciller del gobierno nacional, Diana Mondino, contactó recientemente a representantes de Taiwán considerándolo como “Estado independiente”. Esto responde a los lineamientos planteados por el presidente Javier Milei, quien implementó lo que él mismo considera un alineamiento directo a EE. UU., Gran Bretaña e Israel; manifestado con impulso anterior durante la campaña presidencial e implementado con fervoridad desde el 10 de diciembre en varios frentes exteriores.

El agravante se da en el marco de momentos en que China aumenta ligeramente su defensa comercial con “sanciones” como las que recientemente el gobierno chino empleó como respuesta a cinco empresas de Estados Unidos de Norteamérica referidas a la fabricación de chips y semiconductores, reportados por The New York Times.

En esta oportunidad, según publicó el medio LaPoliticaOnline citando fuentes “cercanas a la tensión bilateral”, la reserva en Swap que Argentina posee en el país asiático puede ser cobrada por el gobierno chino en una suma de 5000 millones de dólares a lo que se agrega un 6% de intereses. Esto se reduce a la probabilidad de que el Estado nacional del país logre reducir drásticamente la seguridad de la reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) junto a la negativa previsión proyectual del ingreso de divisas por ventas anuales del sector agropecuario, en la que la soja y el maíz como predominios de cultivo en la región pampeana puedan quedar sin seguridad de venta exterior y atados a las “manos del mercado” que pregonan tanto Javier Milei como Mauricio Macri, ex presidente 2016/2019 y aliado electoral de La Libertad Avanza, en el caso de darse un retiro de compras de producción agraria por parte del segundo territorio con mayor población del planeta.

Con la desregulación de mercado emprendida por el gobierno de Milei, en solo un mes, el primer mandatario argentino comienza a sepultar las relaciones con países socios y recayendo en la inseguridad de un alineamiento con EE. UU. que nos considera como una competencia comercial y no como complemento en ese sentido, al contrario de lo propuesto por el Mercosur. Mientras, en el plano interno, se debate una Ley Ómnibus en el Congreso nacional a colación del mega-decreto de necesidad y urgencia firmado el 20 de diciembre que desató una seguidilla de “cacerolazos” en varios puntos del país y la posterior convocatoria de un paro y movilización de la Confederación General de Trabajo para el 24 de enero próximo.

La hazaña de desintegración geopolítica se visibilizó con el rechazo formal en diciembre pasado a la invitación del BRICS por parte del presidente argentino, que ofició de quiebre socio-comercial con el Brasil de Lula Da Silva y el gobierno de Xi Jinping, los cuales representan el mayor intercambio económico para las importaciones y exportaciones de Argentina. El cuadro se sumó al retiro de representantes y embajadores en la ONU, el Vaticano, la Unión europea, Reino Unido, Francia, Rusia, India, y Etiopía que el gobierno signó a mediados de diciembre sin comunicar los motivos de su decisión a dichos representantes diplomáticos.

Así, el riesgo a la estabilidad comercial de nuestra nación es latente, ya que las relaciones beneficiosas, cosechadas por los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner y de Alberto Fernández -Mauricio Macri las sostuvo- con China, y otros países que componen el BRICS, están puestas en crisis por el manejo irresponsable de un gobierno que ejecuta una libertad de mercado que es crítica desde la caída de Lehman Brothers en el año 2008.

Favio Vidal* Periodista y Técnico Superior en Comunicación Popular.

Foto de portada: Internet

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