Análisis del equipo de PIA Global Nuestra América

Argentina: el FMI y el imperativo geopolítico de Estados Unidos: un préstamo, múltiples intereses

Escrito Por Fernando Esteche

Por Fernando Esteche*. –
“La Argentina ha demostrado que esta vez es diferente”, afirmó Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), durante las Reuniones de Primavera 2025 del FMI y el Banco Mundial. Lo que podría haber sido leído como una observación técnica, fue en realidad un acto político: la validación explícita de un experimento ultraliberal promovido y financiado por Washington.

Georgieva elogió sin matices al gobierno de Javier Milei por su “disciplina fiscal” y sus “reformas estructurales profundas”. Señaló que, tras una economía en caída y una inflación descontrolada, “ahora el país está en control”. Pero el tramo más preocupante de su intervención fue el que puso en evidencia la dimensión injerencista del FMI: “Argentina tendrá elecciones en octubre y es fundamental que no descarrile la voluntad de cambio”. Una frase que, desde el mayor acreedor multilateral del país, y en los hechos desde la Casa Blanca, implica una intervención directa en el proceso político interno argentino.

Lejos de generar escándalo o rechazo entre la clase dirigente, estas declaraciones fueron celebradas por la superestructura política, ideológicamente colonizada. Mauricio Macri, por ejemplo, se apresuró a reafirmar que su espacio garantizaría la continuidad de las políticas que el Fondo promueve, revelando una vez más la íntima imbricación entre las derechas locales y los intereses del capital financiero global.

Un préstamo sin precedentes… y con riesgos conocidos

El nuevo acuerdo con el FMI, aprobado gracias al respaldo directo de Estados Unidos a pesar del rechazo de casi la mitad del directorio del organismo, contempla un crédito de 20.000 millones de dólares. El primer desembolso, de 12.000 millones, es de libre disponibilidad: algo inédito en la historia de los acuerdos del Fondo con Argentina.

Este carácter de libre disponibilidad implica que el gobierno puede utilizar el dinero sin restricciones específicas. En términos prácticos, permite la intervención en el mercado de divisas —por ejemplo, para contener el precio del dólar o generar una apariencia de estabilidad—, pero también habilita la fuga de capitales, tal como ocurrió con los fondos del acuerdo firmado por el gobierno de Mauricio Macri en 2018. Aquella experiencia dejó al país con reservas drenadas, inflación desbordada y una deuda impagable.

Hoy se repite la escena, pero con una novedad aún más preocupante: el propio diseño del préstamo habilita la especulación financiera. Corporaciones como JP Morgan han emitido recomendaciones explícitas a sus clientes para aprovechar el contexto argentino mediante operaciones de carry trade: una estrategia que consiste en ingresar capitales especulativos de corto plazo para obtener rendimientos extraordinarios gracias a las altas tasas de interés internas y la ilusión de un tipo de cambio contenido.

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Argentina como pieza geoestratégica

Entonces, ¿por qué insistir en este modelo fracasado? Porque Argentina no es solo un problema fiscal o monetario: es un nodo estratégico en la disputa por el control del Sur Global. Su ubicación geográfica privilegiada, su capacidad exportadora de alimentos y energía, sus reservas de litio y otros minerales críticos, su plataforma marítima extendida, su proyección antártica y su disponibilidad de agua dulce, la convierten en un objetivo prioritario para la reorganización del poder global liderada por Estados Unidos.

Washington no está dispuesto a perder el control sobre este territorio clave frente al avance de China, Rusia u otros polos emergentes. La presencia del FMI —como brazo técnico de ese control— se combina con visitas diplomáticas de alto nivel. La reciente llegada del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, fue el sello final de este blindaje geopolítico. Bessent elogió las medidas económicas del gobierno y prometió respaldos adicionales si se mantiene el rumbo, demostrando que, más allá de cualquier diferencia ideológica o insulto público —como los lanzados por Milei en Davos contra la comunidad LGBT, a la que él mismo pertenece—, business is business.

El riesgo: una nueva burbuja y un nuevo colapso

Este nuevo ciclo de endeudamiento y tutela externa no busca el desarrollo nacional ni el bienestar de la mayoría, sino la consolidación de un clima de negocios atractivo para los capitales financieros globales. La “estabilidad” que se persigue no es la del empleo, la producción o la equidad, sino la previsibilidad para las ganancias del capital transnacional.

Pero esa misma lógica ha demostrado ser inestable, explosiva e insostenible. La dependencia de fondos especulativos genera burbujas que, cuando se pinchan, dejan al país en condiciones más precarias que antes. En este sentido, la libre disponibilidad del crédito no representa una autonomía, sino una peligrosa libertad para repetir errores ya conocidos: la fuga, la deuda, la recesión, el ajuste.

Una advertencia para el futuro

El crédito no es un premio, sino una trampa. Se otorga no por mérito económico, sino por obediencia geopolítica. Y se paga no solo en dólares, sino en soberanía, justicia social y capacidad de autodeterminación. El FMI —lejos de cualquier neutralidad— es hoy un actor político y estratégico, articulado con las agencias de poder estadounidense y subordinado a su agenda de control del Sur Global.

Argentina, con este nuevo acuerdo, se convierte nuevamente en experimento y advertencia. La advertencia no es solo para nuestro país, sino para toda América Latina: la deuda como mecanismo de dominación, y la política económica como campo de batalla geopolítica.

El desafío, por tanto, no es simplemente renegociar mejor. Es reconstruir soberanía política, capacidad productiva nacional y un proyecto económico que no dependa de la buena voluntad de los acreedores, sino de la fuerza organizada del pueblo.

Dr. Fernando Esteche* Dirigente político, profesor universitario y director general de PIA Global

Este artículo fue publicado originalmente en ingles en el portal
United World International

Foto de portada: UWI Data

Acerca del autor

Fernando Esteche

Doctor en Comunicación Social (UNLP)
Profesor titular de Relaciones Internaciones (FPyCS - UNLP)
Profesor de Historia Contemporánea de America Latina (FPyCS - UNLP)

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