El embajador de Estados Unidos en Ankara y enviado especial para Siria, Tom Barrack, expone de forma bastante explícita el plan de la administración Trump para remodelar Asia Occidental en su artículo titulado “Una perspectiva personal: Siria y Líbano son las próximas piezas para la paz del Levante”.
Al describir el acuerdo de Gaza firmado el 13 de octubre en Sharm el-Sheikh como «un momento decisivo en la diplomacia moderna de Oriente Medio», Barrack también esboza, entre líneas, los principales rasgos del plan que Washington pretende imponer en la región. Al leer el artículo a la luz de los acontecimientos en la región, llegamos a las siguientes conclusiones:
1. Estados Unidos se está preparando para tomar medidas para asegurar la normalización entre sus aliados regionales, Turquía e Israel, a través de Siria.
Para ello, Washington prevé la “integración” de las FDS y otros grupos terroristas similares en el gobierno de Damasco. Esto, por un lado, fortalecería al gobierno de Shara y, por otro, aliviaría temporalmente las preocupaciones de seguridad de Turquía. Cabe señalar que la continuación sin contratiempos del actual “proceso de paz” en Turquía también conviene a los intereses de Estados Unidos.
Una vez finalizado el proceso en Turquía y el proyecto de integración en Siria, Turquía continuaría sus actividades en Siria en coordinación con Estados Unidos, lo que a su vez limitaría la influencia de Irán en la región.
Paralelamente, se establecería una paz permanente entre el gobierno de Shara e Israel, reforzando así la “seguridad” de Israel.
En resumen, Turquía e Israel mantendrán sus esferas de influencia sobre Siria sin interferir entre sí, y Estados Unidos actuará como garante de este equilibrio.
2. Estados Unidos pretende eliminar a Hezbolá, al que consideran la principal amenaza para la “seguridad” de Israel, a través de medios tanto políticos como militares.
La caída de Siria cortó el corredor logístico entre Irán y Hezbolá, lo que condujo al debilitamiento militar del grupo.
Al mismo tiempo, la presión de Washington sobre el actual gobierno libanés ha ido en aumento. La principal exigencia de Washington es la expulsión de Hezbolá de la escena política.
En el próximo período, Estados Unidos e Israel acelerarán su plan para atacar a Hezbolá, no solo por sus propios medios sino también a través de sus aliados en el Líbano.
En este contexto, es probable que grupos cercanos al gobierno de Shara en Siria también sean utilizados contra Hezbolá.
3. El proceso de los Acuerdos de Abraham…
La normalización y la cooperación entre los Emiratos del Golfo e Israel continuarán bajo la supervisión de Estados Unidos. El proyecto para lograr que la región acepte a Israel en su forma actual no se limitará al Golfo, sino que se impondrá en todo el mundo árabe.
Paralelamente a este proyecto, se tomarán medidas para profundizar la brecha entre los estados del Golfo e Irán. En este punto, las decisiones políticas del gobierno saudí y el grado de compromiso de Riad con este plan serán de vital importancia.
4. Estados Unidos provocará nuevas acciones que exacerbarán las tensiones suníes-chiíes en toda la región. En el próximo período, dichas provocaciones podrían intensificarse en Irak y el Líbano.
5. El alto el fuego en Gaza rescató temporalmente a Israel de la difícil situación en la que había caído.
El gobierno de Sharia está dispuesto a llegar a un acuerdo con Israel sobre todos los temas…
Lo que queda es Hezbolá y la resistencia en Yemen.
Una vez que Hezbolá en el Líbano y los hutíes en Yemen estén suficientemente debilitados, es muy probable que Estados Unidos e Israel lancen una nueva oleada de ataques contra su objetivo final: Irán.
Considerando la derrota de Israel en la Guerra de los Doce Días, esta vez Estados Unidos participaría directamente y con mayor intensidad en las operaciones. Si Irán cayera, Washington obtendría las condiciones necesarias para reconfigurar por completo la región según las ambiciones israelíes.
Estas son las conclusiones extraídas del artículo de Barrack y de los acontecimientos en la región.
No sería exagerado decir que los líderes reunidos en la mesa de negociaciones en Sharm el-Sheikh han estado mayoritariamente de acuerdo con este plan.
Sin embargo, las fuerzas de la región que continúan resistiendo al imperialismo tendrán algo que decir en contra de todo esto.
*Onur Sinan Güzaltan abogado y escritor turco.
Artículo publicado originalmente en United World International.
