El político populista y nacionalista Andrej Babis está a punto de volver a la presidencia tras la victoria de su partido en las últimas elecciones. Carecen de mayoría, pero se espera que formen una coalición con algunos de los partidos más pequeños que comparten su visión del mundo. Se trata de un avance importante, ya que Chequia ha estado bajo el control liberal-globalista desde que Babis perdió la reelección en 2021 y, aunque el expresidente de la OTAN Petr Pavel sigue siendo presidente, el primer ministro tiene más poder. He aquí por qué su regreso es tan importante:
1. Chequia podría inclinarse pronto hacia la derecha en cuestiones socioculturales
La coalición que se espera que forme con partidos más pequeños afines podría empujarle hacia la derecha en cuestiones socioculturales debido a sus opiniones más radicales. Una de las plataformas mediáticas de Reuters está muy preocupada por este escenario y ha advertido de que «las elecciones checas ponen en peligro el matrimonio entre personas del mismo sexo y los derechos LGBTQ+». Según su valoración, podría intentar redactar su propia versión del proyecto de ley húngaro contra la propaganda LGBT y/o consagrar los dos géneros en la Constitución, como acaba de hacer la vecina Eslovaquia.
2. También es probable que aplique una política más pragmática hacia Ucrania
La era en la que Chequia proporcionaba el máximo apoyo político-militar a Ucrania podría llegar pronto a su fin, a juzgar por los comentarios de Babis tras las elecciones. Declaró que no está preparada para entrar en la UE y sugirió encarecidamente que se suspendiera también la ayuda técnico-militar. Esto último podría llevar a Chequia a disolver la iniciativa occidental que lidera para buscar munición para Ucrania en todo el mundo o a transferir el control de la misma a la OTAN, lo que, según el New York Times, podría provocar interrupciones en el suministro que debilitarían el frente.
3. El «modelo Orbán» podría demostrar así su aplicabilidad en la región
Si Babis se comporta como se espera en los frentes de la política interior y exterior, esto demostraría la aplicabilidad del llamado «modelo Orbán» en Europa Central. El regreso al cargo del primer ministro eslovaco Robert Fico en octubre de 2023 le llevó a seguir rápidamente los pasos de su homólogo húngaro, pero algunos observadores se preguntaron si esto era realmente el comienzo de una tendencia. Todas las dudas se disiparían si Babis hiciera lo mismo, lo que confirmaría la relevancia de este modelo para la región.
4. Podría haber motivos para reactivar gradualmente el Grupo de Visegrado
El Grupo de Visegrado, formado por esos tres países y Polonia, ha sido suspendido de manera informal debido al rechazo de Varsovia al enfoque de Orbán respecto al conflicto ucraniano. Sin embargo, el nuevo presidente conservador-nacionalista de Polonia, Karol Nawrocki, declaró durante el verano que dará prioridad a este grupo, por lo que sus visiones nacionales compartidas y su pragmatismo comparativo en materia de política exterior podrían sentar las bases para hacerlo. Su Gobierno liberal-globalista sigue odiando a Orbán, pero las dos políticas exteriores de facto de Polonia podrían dar lugar a algunos avances.
5. La importancia geopolítica de Europa Central sigue aumentando
La gran atención prestada a las últimas elecciones checas y las consecuencias más probables de las mismas, mencionadas anteriormente, confirman que la importancia geopolítica de Europa Central sigue aumentando. Esto es especialmente significativo en lo que respecta a los grandes planes estratégicos de Polonia para restaurar su estatus de gran potencia a través de la «Iniciativa de los Tres Mares», que lidera y que abarca toda Europa Central. La reactivación del Grupo de Visegrado tras el regreso de Babis al cargo crearía un núcleo de países que facilitaría la consecución de estos planes.
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En vista de lo anterior, las elecciones checas son importantes porque representan la expansión del «modelo Orbán» en Europa Central, lo que proporciona la base interna para reactivar gradualmente el Grupo de Visegrado si Nawrocki realmente tiene la voluntad política para ello. Las diferencias entre sus miembros con respecto a Rusia podrían seguir siendo un obstáculo para una cooperación más estrecha, pero si las deja de lado de forma pragmática en pos de los grandes objetivos estratégicos de Polonia, este grupo podría volver pronto a ocupar un lugar destacado en la política regional.
*Andrew Korybko, analista geopolítico internacional.
Artículo publicado originalmente en Substack del autor.
Foto de portada: extraída del substack del autor.

