Análisis del equipo de PIA Global Asia

Una gira que redefine la geopolítica regional: Pakistán y China refuerzan su alianza estratégica

Escrito Por Tadeo Casteglione

Por Tadeo Casteglione* – La reciente visita de diez días del presidente pakistaní Asif Ali Zardari a China representa un momento definitorio en las relaciones bilaterales entre ambas naciones, consolidando una alianza estratégica que trasciende las fronteras geopolíticas tradicionales y se posiciona como un pilar fundamental del orden multipolar emergente.

Esta gira, que se extendió desde el 12 de septiembre por 10 días, no constituye simplemente un intercambio diplomático de cortesía, sino una demostración palpable del fortalecimiento de los vínculos entre dos potencias que han encontrado en su cooperación mutua la clave para enfrentar los desafíos del siglo XXI.

El presidente Zardari fue recibido en territorio chino con los más altos honores, comenzando su itinerario en la ciudad de Chengdu, provincia de Sichuan, donde fue acogido por el viceministro de Relaciones Exteriores de China, Sun Weidong, y el vicegobernador de Sichuan, Huang Ruixue.

La presencia simultánea del embajador de Pakistán, Khalil Hashmi, y el embajador chino en Pakistán, Jiang Zaidong, durante esta ceremonia de bienvenida, subraya la importancia bilateral que ambas naciones otorgan a este encuentro.

Este protocolo diplomático de alto nivel refleja la naturaleza de lo que Beijing e Islamabad han denominado desde 1950 como una “asociación de cooperación estratégica para todo clima”, una caracterización que cobra especial relevancia en el contexto geopolítico actual, donde las alianzas tradicionales enfrentan nuevos desafíos y reconfiguraciones.

La elección de Chengdu como punto de partida no es casual; esta ciudad representa el dinamismo económico del interior chino y simboliza las oportunidades de desarrollo que la cooperación bilateral puede generar.

El Corredor Económico China-Pakistán

El núcleo de las conversaciones entre los altos funcionarios chinos y el presidente Zardari se centra en el desarrollo continuo del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), una iniciativa de infraestructura valorada en 64.000 millones de dólares que conecta estratégicamente la provincia china de Xinjiang con el puerto de Gwadar en Baluchistán.

Este proyecto trasciende la mera construcción de infraestructura física para convertirse en un instrumento de transformación geoeconómica que redefine las rutas comerciales euroasiáticas.

El CPEC representa la materialización práctica de la Iniciativa de la Franja y la Ruta en el subcontinente indio, proporcionando a China acceso directo al Océano Índico mientras ofrece a Pakistán una plataforma para modernizar su economía y diversificar sus socios comerciales.

Las inversiones chinas han fluido hacia sectores críticos incluyendo energía, transporte, telecomunicaciones e infraestructura digital, creando un ecosistema económico integrado que beneficia a ambas naciones.

Durante su visita, Zardari enfatizó la expansión de esta cooperación hacia nuevos sectores, incluyendo agricultura, manufactura, ganadería, industria, minería y tecnologías emergentes. Esta diversificación sectorial demuestra la madurez de la relación bilateral, evolucionando desde proyectos de infraestructura básica hacia colaboraciones tecnológicas avanzadas que posicionan a ambos países en la vanguardia de la innovación regional.

Xinjiang: El encuentro que desmonta narrativas occidentales

Uno de los aspectos más significativos de la gira presidencial fue la visita a la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, donde Zardari se reunió con Chen Xiaojiang, secretario del Partido Comunista de la región, y con el gobernador Erkin Tuniyaz.

Este encuentro adquiere particular relevancia en el contexto de las campañas de desinformación occidentales que buscan desestabilizar las relaciones sino-pakistaníes mediante la propagación de narrativas infundadas sobre supuestas “persecuciones religiosas” en Xinjiang.

La presencia del presidente pakistaní en Xinjiang, reuniéndose directamente con las autoridades regionales y observando de primera mano la realidad de la región, constituye un testimonio irrefutable del progreso y la estabilidad que caracterizan a esta importante provincia china.

Chen Xiaojiang destacó durante el encuentro que Xinjiang se ha transformado en un “centro de prosperidad, estabilidad social y paz duradera”, con un PIB que supera los 5,6 billones de yuanes, datos que contradicen categóricamente las narrativas de crisis y conflicto promovidas por ciertos sectores internacionales.

La decisión del presidente Zardari de incluir Xinjiang en su itinerario oficial no es meramente simbólica; representa una declaración política de apoyo a la integridad territorial china y un rechazo explícito a las campañas de desinformación que buscan instrumentalizar cuestiones étnicas y religiosas para desestabilizar la región.

Este gesto cobra particular significado considerando que Pakistán, como nación de mayoría musulmana, está en una posición única para evaluar y testimoniar la verdadera situación de las comunidades musulmanas en Xinjiang.

Combatiendo el terrorismo y el extremismo

Un elemento crucial de las conversaciones entre Zardari y los funcionarios de Xinjiang fue el compromiso renovado en materia de seguridad y lucha antiterrorista. El presidente pakistaní reafirmó que “Pakistán continuará cooperando con China para eliminar el terrorismo y el extremismo”, una declaración que adquiere especial relevancia en el contexto regional donde ambas naciones enfrentan amenazas similares por parte de grupos extremistas transnacionales.

Chen Xiaojiang enfatizó durante las reuniones que China y Pakistán “continuarían manteniendo tolerancia cero contra los grupos terroristas que atacan a ambos países”, estableciendo un marco de cooperación de seguridad que trasciende las fronteras nacionales.

Esta coordinación en materia de seguridad es fundamental para proteger las inversiones chinas en territorio pakistaní, particularmente considerando que proyectos del CPEC y ciudadanos chinos han sido objeto de ataques por parte de elementos extremistas en años recientes.

La cooperación antiterrorista sino-pakistaní se inscribe en un contexto más amplio de estabilización regional, donde ambas naciones reconocen que la seguridad y el desarrollo económico son interdependientes. Los grupos terroristas que operan en la región frecuentemente reciben apoyo, directo o indirecto, de potencias extrarregionales interesadas en desestabilizar los proyectos de integración económica euroasiática, lo que convierte la cooperación de seguridad en un imperativo estratégico.

Neutralizando las narrativas de desestabilización

La visita de Zardari a Xinjiang y su encuentro con las autoridades regionales desempeña un papel fundamental en la neutralización de las campañas de desinformación que buscan utilizar narrativas de “persecución religiosa” para generar tensiones entre las comunidades musulmanas globales y China.

Estas campañas, frecuentemente orquestadas desde centros de poder occidentales, buscan crear fisuras en las relaciones sino-islámicas y obstaculizar el avance de la Iniciativa de la Franja y la Ruta en regiones de mayoría musulmana.

La presencia del presidente de una nación musulmana de 240 millones de habitantes en Xinjiang, observando directamente la realidad de la región y estableciendo acuerdos de cooperación con las autoridades locales, constituye una refutación práctica de estas narrativas desestabilizadoras.

Pakistán, con su profunda tradición islámica y su posición de liderazgo en el mundo musulmán, está singularmente posicionado para ofrecer una perspectiva auténtica sobre la situación de las comunidades musulmanas en China.

Las declaraciones del presidente Zardari durante su visita a Xinjiang, enfatizando la cooperación en agricultura, industria y nuevas tecnologías, demuestran que las comunidades de la región están integradas en procesos de desarrollo económico sostenible, contradiciendo las narrativas de marginalización y represión promovidas por ciertos sectores internacionales.

Fortalecimiento del eje económico bilateral

Los intercambios comerciales entre China y Pakistán han alcanzado niveles históricos, superando los 25.000 millones de dólares en años recientes, consolidando a Beijing como el principal socio comercial de Islamabad. Esta cifra representa no solo un intercambio comercial robusto, sino la base de una interdependencia económica que fortalece la estabilidad regional y crea incentivos poderosos para la cooperación continua.

Durante su visita, Beijing e Islamabad firmaron múltiples memorandos de entendimiento destinados a fortalecer la cooperación en agricultura, protección ambiental y transporte público. Estos acuerdos reflejan la evolución de la relación bilateral hacia sectores de alta tecnología y sostenibilidad ambiental, demostrando que la asociación sino-pakistaní está alineada con las tendencias globales de desarrollo verde y tecnología limpia.

La cooperación agrícola reviste particular importancia considerando los desafíos de seguridad alimentaria que enfrenta la región. Las tecnologías agrícolas avanzadas chinas, combinadas con los recursos naturales y la fuerza laboral pakistaní, pueden generar sinergias productivas que beneficien no solo a ambas naciones, sino que contribuyan a la estabilidad alimentaria regional.

Dimensión militar-estratégica de la alianza

China se ha consolidado como el principal proveedor de armamento a Pakistán, una relación que trasciende los aspectos comerciales para adentrarse en consideraciones estratégicas de largo plazo. Esta cooperación militar-técnica permite a Pakistán modernizar sus capacidades defensivas mientras ofrece a China un socio confiable en una región de importancia geopolítica crítica.

La cooperación militar sino-pakistaní incluye transferencia de tecnología, coproducción de sistemas de armas y entrenamiento de personal militar, creando capacidades defensivas que contribuyen a la estabilidad regional. Esta dimensión de la relación bilateral es particularmente relevante en el contexto de las tensiones regionales y la necesidad de mantener balances estratégicos que favorezcan la paz y el desarrollo.

Los acuerdos de cooperación militar también incluyen componentes de seguridad marítima, especialmente relevantes para la protección de las rutas comerciales que conectan el puerto de Gwadar con los mercados globales. La seguridad de estas rutas es fundamental para el éxito del CPEC y para la proyección comercial china hacia mercados occidentales y africanos.

Implicaciones para la arquitectura de seguridad regional

La profundización de la alianza sino-pakistaní tiene implicaciones que trascienden las fronteras bilaterales para influir en la arquitectura de seguridad de toda la región de Asia-Pacífico y Asia Central.

Esta cooperación estratégica proporciona un contrapeso a las iniciativas de contención promovidas por potencias extrarregionales y contribuye a la emergencia de un orden multipolar más equilibrado.

La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), donde tanto China como Pakistán participan activamente, proporciona un marco institucional para la coordinación de políticas de seguridad regional que complementa la cooperación bilateral. Los acuerdos alcanzados durante la visita de Zardari refuerzan la capacidad de estas organizaciones multilaterales para abordar desafíos de seguridad transnacionales.

La cooperación antiterrorista sino-pakistaní también tiene implicaciones para la estabilidad de Afganistán, donde ambas naciones comparten intereses en prevenir el surgimiento de santuarios terroristas que puedan amenazar la seguridad regional. La coordinación de políticas hacia Afganistán representa una dimensión adicional de la cooperación bilateral que puede contribuir significativamente a la pacificación de la región.

La visita de Zardari a China y los acuerdos alcanzados durante la misma consolidan a Pakistán como el socio más importante de la Iniciativa de la Franja y la Ruta en Asia del Sur. El éxito del CPEC sirve como modelo de desarrollo para otros países de la región que buscan diversificar sus socios económicos y acceder a financiamiento para proyectos de infraestructura.

Las Zonas Económicas Especiales establecidas en Gilgit-Baltistán, mencionadas específicamente durante las conversaciones en Xinjiang, representan laboratorios de integración económica que pueden replicarse en otras regiones fronterizas.

Estas zonas combinan las ventajas de la conectividad física con marcos regulatorios favorables para la inversión, creando ecosistemas económicos que benefician a todas las partes involucradas.

La cooperación sino-pakistaní en el marco de la Franja y la Ruta también está generando efectos positivos hacia países vecinos, incluyendo Irán, Afganistán y las repúblicas de Asia Central, que observan con interés los beneficios de la integración económica euroasiática y evalúan su propia participación en estos procesos.

Una alianza estratégica para el siglo XXI

La visita de diez días del presidente Asif Ali Zardari a China representa mucho más que un intercambio diplomático tradicional; constituye la reafirmación de una alianza estratégica que está redefiniendo la geopolítica regional y global. Los acuerdos alcanzados durante esta gira, particularmente el compromiso renovado de cooperación en Xinjiang y la expansión de la colaboración económica hacia nuevos sectores, demuestran la madurez y la profundidad de la relación sino-pakistaní.

La alianza estratégica sino-pakistaní, fortalecida por la visita de Zardari, se posiciona como un modelo de cooperación Sur-Sur que puede inspirar a otras naciones en desarrollo a buscar alternativas al orden económico tradicional dominado por potencias occidentales.

En un mundo cada vez más multipolar, esta asociación representa una demostración práctica de que es posible construir relaciones internacionales basadas en el beneficio mutuo, el respeto a la soberanía y la cooperación para el desarrollo común.

El éxito de esta alianza estratégica no solo beneficia a China y Pakistán, sino que contribuye a la estabilidad y prosperidad de toda la región euroasiática, estableciendo las bases para un orden internacional más equilibrado y justo en el siglo XXI.

Tadeo Casteglione* Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales, Periodista internacional acreditado por RT, Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Miembro del equipo de PIA Global.

*Foto de la portada: Xinhua

Acerca del autor

Tadeo Casteglione

Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales.

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