Asia

Punjab bajo el agua: el granero de la India ahogado por las inundaciones

Por PIA Global*- El estado de Punjab, conocido durante generaciones como el granero de la India, atraviesa uno de los momentos más duros de su historia reciente.

Lo que hasta hace apenas unas semanas eran verdes extensiones de arrozales, hoy es un paisaje marrón y marchito, cubierto por aguas estancadas y el olor penetrante de cultivos y ganado en descomposición. Las lluvias monzónicas récord transformaron la región agrícola más productiva del país en un pantano devastado.

Las cifras hablan por sí solas: las inundaciones han cubierto tierras de cultivo equivalentes al tamaño combinado de Londres y Nueva York, una comparación que ayuda a dimensionar la magnitud del desastre.

El ministro de Agricultura de la India reconoció en una visita al estado que “los cultivos han sido destruidos y arruinados”, mientras que el ministro principal de Punjab lo calificó como “uno de los peores desastres por inundaciones en décadas”.

Para los veteranos del campo, el recuerdo más cercano remite a 1988, la última vez que Punjab vivió una tragedia semejante. Pero esta vez, la intensidad del monzón y los efectos del cambio climático combinados con décadas de desarrollo desordenado, han dejado al descubierto una vulnerabilidad mucho mayor.

Impacto humano y económico

Más de 52 personas han perdido la vida y más de 400.000 resultaron afectadas por las aguas, según cifras oficiales. Familias enteras han visto cómo sus casas se agrietaban bajo la presión del agua, y miles de agricultores quedaron sin medios de subsistencia, atrapados en el barro que antes daba vida a sus cultivos.

Punjab no es cualquier estado agrícola: aporta la mayor parte del arroz y trigo que sostiene el programa de seguridad alimentaria nacional, del cual dependen más de 800 millones de indios.

La buena noticia es que las existencias de reserva son aún lo suficientemente grandes como para que la crisis no amenace el suministro interno. Sin embargo, los mercados internacionales de arroz basmati premium ya sienten el golpe.

Avinash Kishore, investigador del Instituto Internacional de Políticas Alimentarias, lo explica claramente: “El principal efecto será en la producción, los precios y las exportaciones de arroz basmati debido a la menor producción en el Punjab indio y paquistaní”.

Repercusiones internacionales

Las pérdidas en Punjab coinciden con tensiones comerciales que ya afectaban al basmati indio. Los aranceles punitivos de Estados Unidos habían reducido la competitividad de las exportaciones, y ahora, con las inundaciones, el panorama se complica aún más.


Lo que para los agricultores de Punjab es un drama humano y económico, para los mercados globales del arroz significa menos oferta y precios más altos, un golpe adicional en un mundo donde los alimentos básicos son cada vez más vulnerables a crisis climáticas.

Aquí entra en juego la geopolítica. Estados Unidos ya había impuesto aranceles que restaron competitividad al basmati indio frente a otros productores. Ahora, con las inundaciones devastando los campos de Punjab, India no solo enfrenta un problema de producción, sino también de acceso a mercados.


El resultado es un doble golpe: por un lado, agricultores que pierden sus cosechas y su sustento; por otro, un Estado que ve reducidas sus ganancias de exportación en un momento en que cada dólar cuenta en la batalla por estabilizar la balanza comercial.

Un camino cuesta arriba

El gobierno central anunció un paquete de ayuda de 180 millones de dólares, una cifra significativa pero que difícilmente cubra el daño real en los campos y las comunidades. Para colmo, Punjab había decidido no participar en el plan de seguros federales, al considerarse un estado de bajo riesgo gracias a su red de riego. Esa decisión, que en su momento parecía lógica, hoy deja a miles de agricultores desprotegidos frente al desastre.

La reconstrucción será lenta y desigual. Los cultivos de arroz que sobrevivieron ya no son aptos para el consumo ni para la exportación, y las familias que dependen de ellos enfrentan meses, quizás años, de incertidumbre.

Punjab, símbolo de la abundancia agrícola india, se ha convertido en el ejemplo más reciente de cómo el cambio climático redefine la seguridad alimentaria global. Aunque India no enfrentará una crisis interna inmediata, el impacto sobre las exportaciones y la economía de los agricultores es profundo. El monzón de 2025 quedará en la memoria colectiva como un recordatorio de que ni siquiera los graneros más fértiles están a salvo en la era de la inestabilidad climática.

*Foto de la portada: AP

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