Análisis del equipo de PIA Global Europa

El destino de la República Srpska está en juego

Escrito Por Micaela Constantini

Por Micaela Constantini* –
El ataque contra el presidente de una de las entidades de Bosnia y Herzegovina evidencia el papel que occidente ejerce sobre los Balcanes y la importancia geopolítica de la región.

¿Cómo nació y dónde se ubica la República Srpska?

La República Srpska nació oficialmente en 1995 con la firma de los Acuerdos de Dayton negociada en la base aérea Wright-Patterson, en Ohio, EEUU, y firmada en París, Francia,  que supuso el fin de la Guerra de Bosnia.

Con los Acuerdos de Dayton se fundó oficialmente un Estado único reconocido internacionalmente, Bosnia y Herzegovina (BiH), integrado por dos entidades autónomas: la Federación de Bosnia y Herzegovina y la República Srpska (RS). La RS ocupa el 49% del territorio de Bosnia y Herzegovina, mientras que la Federación de Bosnia y Herzegovina ocupa el 51% restante. Existen fronteras fijadas entre las entidades que poseen control internacional.

La RS posee como capital, la ciudad de Banja Luka, mientras que la Federación de BiH posee como capital, la ciudad de Sarajevo. La RS limita con Serbia al este, Croacia al norte y oeste, y la Federación de Bosnia y Herzegovina al sur y centro. La RS está compuesta mayoritariamente de población serbia ortodoxa, mientras que la Federación de BiH posee mayoría bosniaca musulmana y croata católica.

La RS posee una ubicación clave en los Balcanes. Es el centro de la región que se considera puente entre Europa Central, el Mediterráneo y Asia Occidental. Es decir, es central para rutas energéticas, militares y comerciales.

El gobierno central se compone de una presidencia tripartita integrada por un bosníaco, un croata y un serbio; el Parlamento bicameral; el Banco Central Único; y el ejército unificado. 

Con los Acuerdo de Dayton se creó el Tribunal Constitucional (TC), compuesto por 9 jueces: 6 jueces nacionales, en donde 4 son de la Federación de BiH y 2 de la RS; y los otros 3 jueces son internacionales, no ciudadanos de BiH, nombrados por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El rol del TC consta en interpretar la Constitución nacional, resolver disputas y hacer la constitucionalidad de las leyes. Las decisiones del TC son vinculantes.

Los Acuerdos de Dayton también crearon la figura del Alto Representante para Bosnia y Herzegovina con el objetivo de supervisar la implementación del acuerdo. Este representante posee, lo que se llama, “poderes de Bonn”, esto es, la potestad de imponer y derogar leyes, así como el nombramiento y la destitución de funcionarios electos sin aprobación parlamentaria y la anulación de decisiones institucionales.

El Alto Representante es propuesto por el Consejo de Implementación de la Paz, un organismo informal conformado por diversos países y organizaciones del mundo que apoyan dicho proceso de paz. La designación debe ser aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU, para contar con el respaldo legal internacional, ubicándolo por encima de las autoridades nacionales.

De hecho, el actual Alto Representante de la Comunidad Internacional para BiH, Christian Schmidt, no fue aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU, es decir ocupa un cargo sin haber cumplido con los requisitos establecidos en los propios Acuerdos de Dayton. Este estatus de ilegal conlleva a que no sea reconocido por ni por la RS, ni por Rusia ni China. 

Incluso, la Constitución nacional de BiH no se redactó en territorio propio ni fue debatido por procesos constituyentes internos, sino que es parte del Anexo 4 de los Acuerdos de Dayton. Si bien contó con la participación de representantes de las tres partes del conflicto, la Constitución Nacional fue redactada en el marco de una fuerte presión exterior, en específico por EEUU. Aunque se le han realizado algunas enmiendas, también por presión exterior, la Constitución nunca se reemplazó por otra redactada en el territorio de BiH con participación popular. 

Sobre la cuestión de seguridad, en principio se creó la IFOR de la OTAN, luego sustituida por SFOR y más tarde por la misión militar de la UE, EUFOR Althea, que opera actualmente. Existe una prohibición acerca del establecimiento de fuerzas extranjeras sin autorización internacional.

Actualmente la EUFOR se define como la presencia militar de la UE en BiH, del cual uno de los objetivos principales es “apoyar la estrategia global de la UE para BiH”; es decir, velar por los intereses europeos en el territorio. Además de supervisar los acontecimientos en el país, la EUFOR está presente en equipos de soldados que viven en comunidades de todo el país, denominados “Equipos Observaciones de Enlace”. El Batallón Multinacional de EUFOR, con base en Camp Butmir, puede desplegarse por tierra y aire, y está equipado y entrenado para responder a distintos tipos de situaciones en caso necesario. Además, el personal de EUFOR en el teatro de operaciones puede ser reforzado en breve plazo por fuerzas de reserva en el horizonte de la UE y en coordinación con la OTAN en el marco de los acuerdos “Berlín Plus”.

De hecho, en 2010, BiH recibió la invitación formal por parte de la OTAN al Plan de Acción para la Adhesión, una última instancia para unirse como miembro pleno a la Alianza. No obstante, la invitación venía con la condición de registrar todas las propiedades militares como bienes del Estado central, y no de las entidades. La RS se opuso y se sigue oponiendo tajantemente, tanto a la centralización de los cuarteles militares que significa otro paso contra las autonomías, como al ingreso directo de BiH a la OTAN. De esta manera, mientras la Federación de BiH intenta profundizar el camino otanista, la RS ha aplicado su poder de veto.

Tras los Acuerdos de Dayton se impulsó una reforma por presión externa a partir de la cual se creó, en el 2000, el Tribunal Estatal que posee una gran influencia de la Oficina del Alto Representante y el Consejo de Implementación de la Paz, y tiene el poder de intervenir sobre situaciones que son competencia de las cortes de cada entidad. En 2003 se constituyó la Fiscalía Estatal también bajo instrucciones exteriores. En algunos casos, el sistema judicial funciona bajo la lupa del Alto Representante que diseña e impone leyes y reformas.

Incluso, el área económica también se encuentra fuertemente condicionada a actores externos, ya que existe una gran presencia de organismos como el FMI, el BM, la UE y EEUU a través de préstamos que financian el presupuesto y proyectos estatales. Esto condiciona la política del país ya que deberá alinear sus proyectos con la agenda que imponen estos actores externos. El caso de la presión/extorsión de la UE es evidente cuando las “ayudas” financieras están dirigidas exclusivamente hacia las obligaciones y exigencias para alcanzar el camino a la integración europea. 

Todos estos elementos constitutivos de la historia de BiH dan cuenta que este país posee un fuerte tutelaje internacional construídos a partir de instrumentos que se aseguran el control desde el exterior, en específico, con los objetivos de alinear al país al camino otanista y proeuropeo.

Es decir, existe un fuerte interés en mantener al territorio unificado para un control internacional más directo y eficaz hacia la agenda atlantista, sin posibilidad de revertir ni siquiera debatir, ya que cualquier avance hacia una camino soberano por parte de las entidades, como la RS, es acusada de separatista y de violación con los Acuerdos de Dayton. 

De esta manera se mantiene a BiH en un Estado sin soberanía, endeble y maleable, con una fuerte dependencia del tutelaje exterior occidental que no permite trazar un camino propio por parte de sus ciudadanos.

¿Que está pasando en la República Srpska?

Milorad Dodik asumió como primer ministro de la RS en 1998, incluso con el apoyo de Estados Unidos y la UE. Cumplió mandato como presidente en 2010, 2014 y 2018. En las últimas elecciones de 2022, Dodik ganó con el 48% de los votos.

En octubre de 2023 el Tribunal Constitucional de Bosnia y Herzegovina inició un juicio contra el presidente de la República Srpska, Milorad Dodik, luego de que este mandatario firmara un decreto para dar curso a un ley que invalidara las decisiones del mismo Tribunal Constitucional en el territorio de la República Srpska.

Dodik acusaba al Tribunal Constitucional (TC) de atentar contra la autonomía de la República Srpska (RS) ya que el TC, que tiene potestad de anular leyes y actos de las entidades si las considera una violación a la Constitución nacional, se comenzó a entrometer contra una serie de decisiones y debates que se desarrollaban en el territorio de la RS y, en algunos casos, suspendió y luego anuló un conjunto de leyes, entre ellas la llamada ley de “agentes extranjeros”, o las que excluían a la RS de la jurisdicción estatal en ámbitos como justicia, seguridad, fiscalía o SIPA (la agencia de investigación estatal). 

Las acusaciones contra Dodik se referían a intentos de separatismo e insubordinación ante el Alta Representante de la Comunidad Internacional, Christian Smidth. 

En febrero de este año el TC declaró culpable a Dodik de insubordinación ante Schmidt y lo condenó a 1 año de prisión y 6 años de inhabilitación política. Dodik rechazó el fallo y apeló la decisión del TC además de presentar una medida cautelar para suspender la ejecución de la sentencia. 

La Asamblea de la República Srpska declaró que el Tribunal de Bosnia y Herzegovina «perpetró un acto de golpe de Estado y el colapso completo del orden constitucional de Bosnia y Herzegovina» porque emitió un veredicto basado en la decisión de «un extranjero no electo, Christian Schmidt», y no sobre la base de una ley adoptada por la Asamblea Parlamentaria de Bosnia y Herzegovina.

El 12 de marzo, fiscales estatales de BiH emitieron órdenes de arresto contra Dodik, y otros dos funcionarios, acusándolos de conducta anticonstitucional. Al día siguiente, Dodik anunció que la República Srpska comenzó con el proceso de adopción de una nueva constitución.

“La Constitución no es una aventura, sino el acto supremo de un pueblo, y por eso la estamos adoptando con cuidado, con debate público y análisis de expertos. Tenemos un año y medio para crear una constitución que coloque a la República Srpska donde corresponde: como una entidad igual de acuerdo con el Acuerdo de Dayton, y no como un territorio subordinado abusado por usurpadores políticos y judiciales”, escribió en un tweet.

Durante una entrevista a RT Balkans, Dodik recordó que «Kosovo y Bosnia y Herzegovina son creaciones de la OTAN». Casualmente en esos días el secretario general de la OTAN, Mark Rutte realizó una gira por los Balcanes y visitó Sarajevo, capital de la Federación de Bosnia y Herzegovina, y Pristina, en Kosovo.

“No permitiremos que se produzca un vacío de seguridad”, dijo Rutte, “la comunidad internacional está aquí y se ha comprometido a seguir brindándole un fuerte apoyo, incluso a través de la EUFOR y la OTAN”. Inmediatamente la EUFOR envió fuerzas de reserva de República Checa, Italia y Rumanía a Bosnia y Herzegovina.

El 17 de marzo, Dodik anunció que altos dirigentes de la República Srpska concluyeron en la formación de un grupo de trabajo para crear una policía de fronteras de entidad, afirmando que se haría “de acuerdo con el Acuerdo de Dayton y su Anexo 2”.

El primer día de agosto el tribunal de apelaciones confirmó la condena en primera instancia, por lo que ante la prisión e inhabilitación política, de acuerdo a la ley electoral, la Comisión Electoral (CEC) decidió, el 6 de agosto, revocar el mandato de Dodik como presidente de la República Srpska.

En estos días el abogado de Dodik confirmó que apelarán ante la decisión de la CEC, por lo que la destitución no será efectiva hasta que se agoten las instancias de apelación.

“El mandato me lo dio el pueblo, por lo que lo escucharé en un referéndum sobre mí y el cargo que desempeño, que se celebrará en el próximo período, según la decisión de la Asamblea Nacional”, afirmó Dodik anunciando el llamado a un referéndum.

La actual presidenta de la Comisión Central Electoral de BiH es Irena Hadžiabdić, quien ocupa el cargo desde enero de 2024. Además es parte del Consejo Directivo de la International Foundation for Electoral Systems, una organización internacional que cuenta con financiamiento de la USAID, el Departamento de Estado de EEUU y el  Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido. 

Estos puntos que venimos nombrando a lo largo del artículo continúan sosteniendo la idea de la falta de autonomía y soberanía de BiH, y la fuerte presión que se ejerce desde el exterior para el control del país. La destitución de Dodik, que probablemente conlleve al intento de colocar un funcionario que no cuestione y que si acate las órdenes de occidente, neutralizando otros liderazgos similares, permite un control sobre la integridad territorial ya que evita cualquier intención de soberanía del pueblo serbio, al mismo tiempo que previene tener que recurrir a una intervención militar que sería costosa y muy riesgosa. 

No es aleatoria, ni responde al respeto del derecho internacional, el accionar de occidente sobre las decisiones políticas en los países europeos. Este último tiempo se ha evidenciado de forma más explícita cómo occidente ejerce una fuerte injerencia interna en los países que están al borde de cambiar el rumbo político de un país hacia un camino de soberanía nacional que, aún en casos que no se oponen directamente a la UE y la OTAN si cuestionan las decisiones de estas instituciones debido a que centralizan el poder y afectan las decisiones soberanas. Los casos de Ucrania, Rumanía, Moldavia, Georgia, Francia han sido claros ejemplos. 

El caso de la República Srpska se complejiza aún más al entenderse dentro de una estrategia histórica más amplia dirigida contra el pueblo serbio en su conjunto. No es casual que, en paralelo, se estén intensificando los intentos de desestabilización en Serbia, tanto en el plano político como económico y mediático, pero también en las calles, como se viene observando desde hace meses. Este interés, que se remonta a la desintegración de Yugoslavia, combina la fragmentación territorial con la erosión de la soberanía política, el condicionamiento económico, la presión internacional y la utilización de las ONG para la desestabilización interna, con el objetivo de debilitar la capacidad de acción soberana del pueblo serbio en toda la región balcánica.

La postura y el accionar de Occidente frente a los procesos de autodeterminación deja en evidencia una marcada hipocresía y doble rasero. Por ejemplo, en 2008, gran parte de la UE y Estados Unidos reconocieron la independencia de Kosovo incluso sin la celebración de un referéndum vinculante. En 2010, el Tribunal Internacional de Justicia concluyó que la declaración de independencia de Kosovo no violaba el derecho internacional, lo que sirvió a Occidente como argumento político para legitimar su reconocimiento. Sin embargo, en casos como el referéndum de Crimea en 2014, donde más del 90% de los votantes apoyó la reunificación a Rusia, las aspiraciones de la República Srpska, o los intentos de Transnistria y Gagauzia de afianzar su estatus político, Occidente se opone rotundamente acusándolos de ilegales, incluso nombrandolos como violaciones a la integridad territorial de los Estados. Este doble rasero demuestra no sólo la falta de coherencia del discurso occidental, dando cuenta que el reconocimiento o no de un nuevo Estado no responde a principios del derecho internacional, sino a intereses geopolíticos concretos.

Para mantener este incoherente accionar, occidente aplica estrategias de presión política y económica. En el caso de BiH, la UE y Estados Unidos emplean sanciones, condicionamientos financieros e injerencia directa en las instituciones para impedir cualquier avance de la República Srpska hacia un cambio de estatus o cualquier intento de aplicar un proyecto político autónomo. Como en Crimea, el Donbass, Transnistria o Gagauzia, en la RS el objetivo no es garantizar principios jurídicos consistentes para velar por la paz y estabilidad de los pueblos, sino que se busca preservar configuraciones territoriales que favorezcan sus intereses estratégicos, incluso a costa de tensar las relaciones internas y perpetuar conflictos congelados.

Esto también implica prevenir una suerte de “efecto dominó separatista”, o de alzamientos de los pueblos que se sienten oprimidos ante la imposibilidad de decisión sobre su propio destino, una situación que podría desestabilizar las regiones europeas cuestionando y poniendo en jaque las mecanismos de control de gobernabilidad de la UE y la OTAN.

Incluso para quienes aún sostienen que BiH necesita dicha interferencia extranjera para discutir y trazar un proyecto propio, cabe preguntarse si, en un contexto donde las instituciones internacionales y europeas que deberían actuar como garantes de la estabilidad en Bosnia y Herzegovina atraviesan una profunda crisis de legitimidad, y donde organizaciones como la OTAN han adoptado una agenda marcadamente belicista, que no refleja necesariamente la voluntad de todos los pueblos europeos, ¿estos actores están en condiciones reales de seguir ejerciendo ese rol de garantes?. Cuando los propios pilares institucionales muestran evidentes fisuras y dobles raseros, incluso declaman intereses geopolíticos específicos, su capacidad para preservar la estabilidad de un país tan frágil como BiH queda seriamente cuestionada.

Esta situación pone en riesgo el proyecto geopolítico que occidente posee sobre Europa oriental. Esto implica la expansión de la OTAN en todo el territorio europeo, cortar o limitar la influencia rusa y china en la región, a la vez que se frena el avance de proyectos multipolares sobre Europa, como la franja y la ruta china. 

En este sentido, los Balcanes, y en particular BiH, situada en pleno corazón de la región, ocupan una posición geoestratégica de primer orden. Su territorio funciona como un auténtico puente terrestre y marítimo entre Europa Occidental y Asia Occidental, así como entre el Mediterráneo y Europa del Norte. Esta ubicación la coloca en el cruce de importantes rutas comerciales, energéticas y logísticas, incluyendo corredores de transporte que conectan puertos del Adriático con el interior del continente, y potenciales trazados de oleoductos y gasoductos que podrían diversificar el suministro energético europeo. Además, su proximidad a otras regiones actualmente inestables como el Mediterráneo Oriental y Asia Occidental, y su rol como punto de paso hacia Europa Central, la convierten en un espacio clave para la proyección de poder tanto de actores europeos como de potencias externas interesadas en influir en la región.

Incluso, desde el punto de vista militar, BiH es un territorio de alto valor para la OTAN, ya que constituye un corredor estratégico para el despliegue y movimiento rápido de tropas, armamento pesado y sistemas de defensa entre el Mediterráneo, Europa Central y el flanco oriental de la Alianza. Su geografía permite conectar bases y puertos del sur de Europa con teatros de operaciones en el Mar Negro, los Balcanes Orientales y más allá, sirviendo como plataforma de apoyo logístico, entrenamiento y preposicionamiento de material militar.

*Micaela Constantini, periodista y parte del equipo de PIA Global.

Foto de portada: Discurso del Presidente de la República Srpska el 8 de agosto / Oficina del Presidente de la República Srpska / Borislav Zdrinja.

Acerca del autor

Micaela Constantini

Comunicadora Social, periodista. Miembro del equipo de investigación de PIA Global. Investigando cibergeopolítica y virtualidad. Feminista, antiimperialista y autodidacta. Nuestra americana Trabajo con redes sociales, edición de video y comunicación digital.

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