Análisis del equipo de PIA Global Área Árabe Islámica

Al-Hudaydah bajo fuego: Guerra colonial de Israel alcanza a Yemen

Escrito Por Tadeo Casteglione

Por Tadeo Casteglione*. – En los últimos meses, la campaña de colonización y exterminio de Israel contra Palestina, ha experimentado una intensificación sin precedentes, con repercusiones que se extienden mucho más allá de las fronteras de Gaza.

Una de las consecuencias más notables ha sido la participación activa de Yemen en la defensa de sus hermanos palestinos, lo que ha llevado a una serie de enfrentamientos y ataques que amenazan con desestabilizar aún más la región del Asia Occidental.

El reciente ataque israelí contra la provincia yemení de Al-Hudaydah marca un punto de inflexión en esta creciente crisis, planteando serias preocupaciones sobre la legalidad de estas acciones militares y las graves consecuencias humanitarias que conllevan.

El ataque a Al-Hudaydah: Un golpe a la infraestructura civil

El bombardeo israelí contra Al-Hudaydah ha sido ampliamente condenado por la comunidad internacional debido a su naturaleza indiscriminada y su objetivo aparente de dañar infraestructura civil crítica.

El puerto de Al-Hudaydah, uno de los principales puntos de entrada de ayuda humanitaria para Yemen, fue severamente dañado en el ataque, al igual que varias centrales eléctricas de la región. Estos ataques contra instalaciones civiles no solo violan el derecho internacional humanitario, sino que también amenazan con exacerbar la ya precaria situación humanitaria en Yemen.

El puerto de Al-Hudaydah ha sido durante mucho tiempo un salvavidas para millones de yemeníes que dependen de la ayuda internacional para sobrevivir. Su destrucción parcial podría tener consecuencias catastróficas para una población que ya enfrenta una de las peores crisis humanitarias del mundo. Según estimaciones de la ONU, más del 80% de la población yemení depende de algún tipo de asistencia humanitaria, y el puerto de Al-Hudaydah es crucial para la distribución de esta ayuda vital.

La destrucción de centrales eléctricas agrava aún más la situación, privando a miles de civiles de acceso a electricidad, un recurso esencial para el funcionamiento de hospitales, sistemas de agua potable y otros servicios básicos. Este ataque a la infraestructura civil no solo viola las normas internacionales, sino que también representa un intento deliberado de socavar la capacidad de Yemen para sostener a su población civil.

Contexto del conflicto: Yemen en el eje de resistencia

Para entender la participación de Yemen en este conflicto más amplio, es necesario examinar el contexto regional. Yemen, a través de las fuerzas Houthi, se ha alineado con lo que se conoce como el «eje de resistencia», una coalición de grupos y estados que se oponen a la influencia sionista y estadounidense en la región. Esta alianza ha llevado a Yemen a tomar medidas activas en apoyo de la causa palestina, principalmente a través de ataques contra embarcaciones israelíes, británicas y estadounidenses en el Mar Rojo y el Golfo de Adén.

Estos ataques, que han incluido el uso de drones y misiles, han tenido un impacto significativo en la economía israelí, interrumpiendo las rutas comerciales y aumentando los costos de seguridad. El bloqueo efectivo del puerto israelí de Eilat, junto con los ataques contra posiciones estratégicas en Tel Aviv, ha ejercido una presión considerable sobre Israel, tanto económica como militarmente.

La escalada de violencia por parte de Israel en la Franja de Gaza ha provocado una crisis humanitaria sin precedentes, con decenas de miles de civiles muertos y una destrucción masiva de infraestructura vital. Estas acciones han sido ampliamente condenadas como violaciones flagrantes de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario.

La magnitud de este sufrimiento ha resonado profundamente en Yemen, un país que ha experimentado sus propias dificultades, generando un sentido de solidaridad y responsabilidad moral hacia sus hermanos palestinos. Esta conexión ética ha impulsado a Yemen a tomar medidas en defensa del pueblo palestino, considerando sus acciones como un deber moral frente a lo que perciben como injusticias sistemáticas.

La gravedad de la situación se ha visto subrayada por la reciente acusación de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Esta acusación, que sugiere la posibilidad de crímenes de guerra, ha añadido peso a las preocupaciones internacionales sobre las acciones de Israel en Gaza y ha proporcionado un contexto legal adicional para la postura de Yemen.

En este escenario, Yemen argumenta que sus acciones no son de agresión, sino de defensa de los derechos humanos y la dignidad de un pueblo asediado, posicionándose como un actor en la resistencia contra lo que considera una opresión sistemática y violaciones continuas del derecho internacional por parte de Israel.

Impacto económico en Israel

El conflicto ha tenido repercusiones económicas devastadoras para Israel. Según los informes, más de 60.000 empresas israelíes se han declarado en quiebra en 2024 como resultado directo de la guerra contra Gaza y las consecuencias regionales asociadas. Esta cifra alarmante señala el fin de la era del «país Start-up», una imagen que Israel había cultivado cuidadosamente durante décadas.

La quiebra del puerto de Eilat es particularmente significativa, ya que este puerto era un punto clave para el comercio israelí con Asia y África. Su crítica situación económica gracias a la acción del eje de la resistencia, ha obligado a Israel a salvarlo económicamente y redirigir el tráfico marítimo, aumentando los costos y los tiempos de transporte.

Además, la incertidumbre creada por los continuos ataques de Yemen ha llevado a muchas compañías navieras internacionales a evitar la región, lo que ha aislado aún más a Israel económicamente.

La respuesta de Yemen: Una postura de defensa

Es importante señalar que, a pesar de sus acciones, Yemen no se considera oficialmente en guerra con Israel. Las autoridades yemeníes han caracterizado sus acciones como medidas defensivas en apoyo del pueblo palestino y en respuesta a la agresión israelí en Gaza.

Esta postura se refleja claramente en las declaraciones del portavoz militar yemení, Yahya Sarea, quien enfatizó que las acciones de Yemen son una respuesta directa a la «agresión brutal» de Israel.

Sarea declaró: «El enemigo israelí ha lanzado una agresión brutal contra la gobernación de Al-Hudaydah, atacando con varios ataques la central eléctrica que suministra electricidad a la ciudad costera de Al-Hudaydah. También ha atacado el puerto de Hudaydah y los tanques de combustible, todos los cuales son objetivos civiles.» Esta declaración subraya la percepción yemení de que sus acciones son defensivas y justificadas en el contexto del derecho internacional.

Además, Sarea advirtió que Yemen está preparado para una «larga guerra» si es necesario, indicando que «Las Fuerzas Armadas de Yemen, bajo la dirección de sus fieles dirigentes, y con el firme apoyo de todos los miembros del pueblo yemení libre, grande, firme y luchador, no detendrán sus operaciones en apoyo de nuestros hermanos en Gaza, cualesquiera que sean las repercusiones, y cualesquiera que sean los resultados.»

Implicaciones regionales y globales

La campaña de genocidio de Israel conta la Franja de Gaza suma también la agresión contra Yemen la cual tiene implicaciones que se extienden mucho más allá de las fronteras de ambos países. A nivel regional, ha intensificado las tensiones existentes y ha fortalecido la alianza del «eje de resistencia». Esto podría llevar a una mayor polarización en el Medio Oriente, con el potencial de arrastrar a más actores al conflicto.

A nivel global, la situación plantea desafíos significativos para la comunidad internacional. La limitada navegación e interrupción parcial del comercio marítimo en el Mar Rojo y el Golfo de Adén tiene implicaciones económicas globales, afectando las cadenas de suministro y potencialmente aumentando los precios de los productos básicos. Además, el conflicto pone a prueba la capacidad de las instituciones internacionales para mediar y resolver disputas complejas que involucran a múltiples actores estatales y no estatales.

La crisis humanitaria en Yemen

El ataque a Al-Hudaydah no hace más que exacerbar la ya grave crisis humanitaria en Yemen. Después de años de guerra e intervención extranjera en el país, Yemen se encuentra entre los países más pobres y vulnerables del mundo. La destrucción de infraestructura vital como puertos y centrales eléctricas agrava aún más esta situación.

La ONU y otras organizaciones humanitarias han advertido repetidamente sobre las consecuencias catastróficas de la interrupción de la ayuda humanitaria en Yemen. Con el puerto de Al-Hudaydah parcialmente destruido, la capacidad de entregar alimentos, medicamentos y otros suministros esenciales se ve severamente comprometida. Esto podría llevar a un aumento en las tasas de desnutrición, enfermedades y muertes entre la población civil yemení.

Además, la destrucción de infraestructura eléctrica tiene un impacto directo en la capacidad de los hospitales para funcionar, en el suministro de agua potable y en otros servicios esenciales. En un país donde el sistema de salud ya está al borde del colapso, estas interrupciones podrían tener consecuencias devastadoras.

La legalidad de los ataques

Los ataques israelíes contra infraestructura civil en Yemen plantean serias cuestiones legales bajo el derecho internacional. El derecho internacional humanitario prohíbe explícitamente los ataques contra objetivos civiles y exige que todas las partes en un conflicto distingan en todo momento entre objetivos militares y civiles.

El bombardeo de puertos comerciales, centrales eléctricas y otras infraestructuras civiles viola estos principios fundamentales. Además, el impacto desproporcionado de estos ataques en la población civil yemení podría considerarse una violación del principio de proporcionalidad en el derecho internacional humanitario.

Esto indudablemente se suma al ya oscuro historial de violaciones reiteradas de los derechos humanos llevada a cabo por el gobierno de Tel Aviv que parece no respetar ni reconocer la legislación internacional.

El futuro del conflicto

Este escenario de agresión de Israel contra Yemen presenta una gran preocupación para el futuro de la región. La declaración de Yahya Sarea de que Yemen está preparado para una «larga guerra» sugiere que el conflicto podría prolongarse indefinidamente, con consecuencias potencialmente catastróficas y que marcaría un cambio permanente del mapa regional.

Para la entidad de Israel, la continuación del conflicto podría resultar en un mayor aislamiento económico y diplomático. La imagen de Israel como un «país Start-up» y un centro de innovación ya ha sufrido un golpe significativo, y la prolongación del conflicto podría erosionar aún más su ahora débil posición económica y geopolítica.

Para Yemen, el costo humano de una guerra prolongada sería inmenso. Un país ya devastado por años de conflicto y crisis humanitaria podría enfrentar un sufrimiento aún mayor si se convierte en un campo de batalla directo con la entidad de Israel.

Una locura total.

El ataque israelí contra Al-Hudaydah marca una escalada peligrosa en un conflicto que ya ha causado un sufrimiento incalculable. La destrucción de infraestructura civil vital no solo viola el derecho internacional, sino que también amenaza con profundizar una crisis humanitaria ya grave en Yemen.

La participación de Yemen en el conflicto más amplio entre Israel y Palestina subraya la naturaleza interconectada de los conflictos en el Medio Oriente. Lo que comenzó como un conflicto localizado en Gaza se ha expandido para incluir a actores regionales, con consecuencias potencialmente globales.

A medida que el conflicto se intensifica, se hace cada vez más evidente la peligrosa estrategia del gobierno de Tel Aviv. Las acciones de Israel, lejos de buscar una resolución pacífica, parecen estar calculadas para provocar una escalada regional. La expansión del conflicto más allá de Gaza, atacando ahora objetivos en Yemen, sugiere una voluntad alarmante de «ver arder la región».

Esta aparente búsqueda de una conflagración más amplia podría interpretarse como un intento desesperado de Israel por arrastrar a sus aliados, principalmente Estados Unidos y Reino Unido, a una intervención directa.

Al expandir el teatro de operaciones, Tel Aviv parece estar apostando por una estrategia de alto riesgo: escalar el conflicto hacia una guerra continental que obligue a sus aliados occidentales a intervenir militarmente para «salvar» a Israel de las consecuencias de sus propias acciones agresivas.

Esta táctica no solo pone en peligro la estabilidad de toda la región del Medio Oriente, sino que también amenaza con desencadenar un conflicto de proporciones globales. La destrucción de infraestructura civil en Yemen, las provocaciones en el sur del Líbano, los bombardeos contra Siria, los continuos ataques en Gaza, y la provocación deliberada de otros actores regionales revelan una mentalidad belicista que parece decidida a arrastrar a más naciones al conflicto.

El mundo observa con creciente preocupación cómo las acciones de Israel amenazan con sumir a toda la región en un caos aún mayor. La comunidad internacional se encuentra ahora en una encrucijada crítica, enfrentando el desafío de contener esta espiral de violencia antes de que se transforme en un conflicto incontrolable.

La paz en el Medio Oriente parece más lejana que nunca, mientras el gobierno de Tel Aviv continúa su peligroso juego de escalada. Solo un cambio radical en el enfoque, priorizando la diplomacia y el respeto al derecho internacional, con los culpables de estas crisis juzgados y condenados como pide la CPI podría evitar que la región se sumerja en un conflicto de proporciones catastróficas. Sin embargo, mientras persista la actual estrategia israelí de expansión y provocación, la sombra de una guerra más amplia seguirá cerniéndose ominosamente sobre la región y el mundo.

Tadeo Casteglione* Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales, Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Miembro del equipo de PIA Global

Foto de portada: AFP

Acerca del autor

Tadeo Casteglione

Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales.

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