Lo primero que hay que señalar es que a mediados del siglo XX en el territorio palestino se implantó una entidad jurídico política como nuevo Estado nacional judío; Israel. Esta implantación artificial y forzada provocó el despojo del territorio propio del pueblo palestino.
A partir de allí esta entidad nacional sostuvo campañas de colonización militares (guerras) contra sus países vecinos y contra la población originaria en un proceso de expansión territorial permanente con la venia, a veces sorda a veces elocuente, del imperialismo anglo-norteamericano.
Con el tiempo y con el triunfo aplastante contra los países árabes en la guerra de los seis días (1967) y su desempeño en la guerra de Yon Kippur (1973), además de la multimillonaria asistencia logística y operativa, militar y doctrinaria, de parte de los anglo-norteamericanos; el Estado inventado se convirtió en una potencia militar y de inteligencia con sus operaciones (muchas de ellas ilegales y violatorias de soberanía) de caza de nazis.
Por ello, la operación del pasado 7 de octubre, donde la Resistencia Palestina de Gaza incursionó en el territorio ocupado (Israel), superando los enormes y militarizados paredones con que el Estado sionista delimita sus límites, mediante vuelos de parapentes, escalamientos, y llevándose por delante los chek point (puestos de frontera que controlan el acceso a Israel de parte del ejército), penetrando en profundidad en el territorio, capturando un centenar de pobladores y destruyendo infraestructura; constituyó una terrible derrota moral para Israel.
Dicha operación puso en cuestionamiento la efectividad de los mecanismos de defensa del Estado confesional hebreo, lo mismo que evidenció la incapacidad de la ponderada inteligencia israelí que no pudo advertir semejante operación.
La respuesta del muy cuestionado gobierno de Netanyahu fue la previsible; una operación punitiva que en su génesis se convirtió en operación de limpieza étnica, en mega-pogromo, en genocidio, tal cual lo relatan los mismos ejecutores en sus alocuciones refiriéndose al pueblo palestino con términos ofensivos, animalizándolos, despojándolos de valores para producir una otredad fácil y necesariamente aniquilable.
Esta operación genocida provocó el creciente aislamiento del gobierno de Israel, incluso de parte de sus más dilectos aliados. La complejísima ingeniería diplomática que desde Oslo en adelante se había venido anudando de parte de Occidente en Acuerdos de Abraham y demás, que permitía pensar en una contraofensiva de abordaje territorial, comercial y de desarrollo de infraestructura, como respuesta a la iniciativa de un cinturón y una ruta de China, fue implotada y demolida. Ningún país árabe, ni los más pro atlantistas hasta entonces como Emiratos, Arabia Saudí o Qatar (de muy estrechas relaciones con la Casa Real británica) aceptó normalizar relaciones con la entidad sionista desde entonces; condenan las operaciones, exigen alto el fuego y reivindican el derecho palestino a un Estado nacional con membresía en la ONU.
La operación militar lleva cerca de 200 días de bombardeo constante sobre población civil sin lograr absolutamente ningún avance en cuanto a sus objetivos políticos que fueron explicitados como aniquilamiento de Hamas (la organización política más prestigiosa junto a jihad Islámica, en Gaza); el aseguramiento de fronteras mediante desplazamiento poblacional forzado de palestinos; recuperación de los rehenes en manos de la resistencia palestina. Nada de esto han logrado y se alejan cada día más de poder hacerlo, lo único que logran y son sumamente efectivos es perpetrar el daño de infraestructura y aniquilamiento poblacional, ya se contabilizan cerca de 40 mil asesinatos por bombardeos sobre una población cercada y asolada de 14 millones de personas.
En este marco el decadente gobierno de Netanyahu, ante el creciente aislamiento y su fracaso político, la única salida que encuentra es sostener el guerrerismo en una suerte de fuga hacia delante, por lo cual intenta internacionalizar su guerra y convertirla de una guerra colonial genocida en una guerra defensiva.
El llamado “Eje de la Resistencia”, que nuclea y articula en una misma maniobra operativa a milicias poderosas y organizaciones políticas muy prestigiosas de la región, acudió en auxilio del pueblo Palestino saboteando posiciones israelíes e intentando abrirle nuevos frentes para dispersarle fuerzas. Hizbullah en Líbano, las milicias en Irak del frente de Movilización Popular de Kataib Hizboullah, Al Nujaba y otros; lo mismo milicias jordanas y sirias.
Un párrafo aparte merecen los llamados Hutíes del partido Ansar Allah que desde el país más pobre del mundo árabe, Yemen, recién victoriosos de una cruenta guerra en la que se involucraban facciones yemeníes aliadas a Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, se dispusieron a impedir el aprovisionamiento de Israel mediante el Mar Rojo creando una verdadera crisis comercial a todo occidente.
Tratándose de Yemen; Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia no dudaron en acometer operaciones de escarmiento con bombardeos sobre el país llevando sus artillados navíos al Mar Rojo. El resultado fue que sus propias naves, las anglo-norteamericanas también fueron víctimas de la furibunda defensa hutí. Acá por ahora hay un impass donde claramente el Departamento de Estado intenta establecer un canal de descompresión con los yemeníes a cambio de reconocimiento y demás promesas. Por ahora hay un punto muerto.
En este contexto y en la desesperación por internacionalizar y reconvertir su guerra colonial en un problema de todo el planeta, Netanyahu bombardea y ataca directamente a Irán. Primero en su territorio durante las celebraciones recordatorias del martirio del Gral. Soleimani donde asesinan a cientos de asistentes, en una operación de falsa bandera que atribuyen a su brazo paramilitar Daesh (ISIS); y luego directamente bombardeando el consulado iraní en Siria matando un grupo de comandantes y combatientes de la Guarda Revolucionaria en una operación que perseguía dicho objetivo.
La ampliación de los BRICS pacificó como nunca antes la región, normalizando las relaciones entre Arabia e Irán, ambos actores principales del estrecho de Ormuz (choke point por donde pasa el 35% de la energía comercializada por mar mundial), concentrando en el bloque a los principales productores y varios de los principales consumidores globales de petróleo y proteínas. Esa parte del mundo que expresa además la emergencia de la multipolaridad claramente apuesta y necesita la paz para desarrollar sus proyectos, lo mismo que la Iniciativa de un cinturón, una ruta de China, y las distintas iniciativas de integración como la Rusa-India-Iraní.
A nadie le sirve la guerra. Al único que le sirve la guerra es al agónico gobierno de Netanyahu y al complejo militar industrial, al keynesianismo guerrerista.
Por ello la República Islámica respondió a las afrentas y provocaciones que venía haciéndole Israel. Anticipó su maniobra tanto a Estados Unidos como a Rusia y China. Con Rusia y China directamente a través de conversaciones diplomáticas entre cancilleres. Con Estados Unidos está la versión del reputado y respetado analista Pepe Escobar que habla de una reunión entre Burns (Estado profundo norteamericano, ex secretario de Estado) y la Guardia Revolucionaria iraní; pero también Irán afirma haber comunicado en ONU su resolución.
No fue un ataque sorpresa sino todo lo contrario.
Tampoco fue un ataque a mansalva como los bombardeos ciegos que desata Israel sobre Gaza. Fue contra objetivos muy precisos y fueron efectivos al 100% en cuanto a esto.
Las dos bases aéreas desactivadas por destrozos eran las bases que, además, albergaban “nenúfares” británicos y norteamericanos; con aeronaves de esos países, y desde las que la Fuerza Aérea bombardeadora israelí despegaba para sus incursiones contra Gaza y países vecinos.
Los cientos de misiles balísticos, drones, bombarderos no tripulados, misiles de racimo, vectores disuasivos y toda la parafernalia que se nos ocurra enumerar y que iluminaron la oscura noche de Israel, tenían el declarado objetivo de asolar Israel y activar todas sus defensas para evidenciarlas. Los misiles que tenían que impactar impactaron, eso es inapelable.
La defensa israelí que salió a propagandizarse diciendo que había neutralizado el 90 % de los disparos tuvo que ser asistida por cuatro países en esa tarea (Francia, Reino Unido, Estados Unidos y Jordania), es claro que en soledad son altamente vulnerables como lo demostraron los parapentes de Hamas y Jihad en octubre pasado. En esa ecuación está la victoria iraní.
Se demostró la vulnerabilidad israelí, ni Irán ni las milicias del Eje de la Resistencia desataron todo su poder ni mucho menos en este ataque. Se evidenció el aislamiento israelí al punto que construyeron la fake news de la colaboración saudita cuestión que la propia casa real saudí se encargó inmediatamente de desmentir. Esa noche Gaza no fue bombardeada, en Al Aqsa (Jerusalén) y en Gaza el pueblo palestino celebró. El registro poético de que esa noche los niños palestinos no durmieron bajo bombardeo tiene además un registro militar que toda la resistencia pro-palestina en los pueblos de la región tomó nota, Israel si se defiende no puede atacar.
Los grandes actores globales fueron contundentes en evitar el escalamiento y la internacionalización. Una cosa es el escalamiento de la crisis del Mar Rojo, que sería baja intensidad y que a pesar de eso hoy mismo están repensando. Otra cosa es hacer entrar en operaciones a uno de los más grandes actores militares de la región. Está muy claro que todos apostaron al enfriamiento y recomendaron a Israel, que es muy consciente que depende para su defensa de sus “curadores”, que no siga provocando con nuevas respuestas.
El consejo de seguridad en su impotencia consuetudinaria no fue más que un escenario de trivialidades y rezongos. El G7 impostó condenas y sobreactuó sanciones. Unión europea lo mismo. Los BRICS siguen con su socio dilecto sin ningún reclamo lo mismo que la Asociación de Cooperación de Shangai. Irán no está aislado, aislado está Israel. Cuando en el Consejo de Seguridad tomó la palabra el miembro permanente israelí, se pusieron de pie y se retiraron todas las delegaciones árabes.
Los israelíes a pesar de la pretensión de su seguridad corrieron abrazados por el pánico a los bunkers antibombas. Los palestinos no tienen bunker a dónde correr. Es la población del estado de Israel la que tiene en sus manos detener el capricho demencial de su gobierno para a partir de allí empezar a construir otra realidad en la región donde inexorablemente estará Palestina soberana, con membresía en ONU y con Hamas como una organización popular de su pueblo.
Finamente corresponde señalar, simplemente porque estas líneas se están desanudando desde el rincón sur de Nuestraamérica, la sobreactuación del presidente argentino Javier Milei convocando un Comité de Crisis que encabezó el embajador israelí quien fue además quien ofició de vocero de dicho comité frente a la prensa mundial y local. Nada con más peso simbólico que esas escenas que evidencian la penetración sionista en el curioso y estrafalario grupo que gobierna Argentina.
El trabajo del embajador israelí, empleado de Netanyahu, es empujar a todos a alinearse con Israel. Pero en Argentina está además el otro embajador, el de nombre de termo, que llamó al presidente Milei para pedirle que atenúe su sobreactuación de fanático converso. Le dieron una rápida lección de geopolítica explicándole que ninguna de las potencias acompañaría a Israel en aventuras peligrosas contra Irán.
Curiosamente un par de días antes (luego de la visita del jefe de la CIA, de la general jefa del Comando Sur y del Secretario de Estado) se puso en operaciones un dispositivo de lawfare mediante la implantación de una fake news a cargo del propio Carlos Mahiques (uno de los operadores junto a sus hijos del lawfare macrista, Gestapo sindical y demás) en el programa de la servicial Romina Manguel y propalado por todos los titulares de los medios, que daba cuenta que la Cámara de Casación había resuelto la autoría intelectual de Irán en los atentados terroristas de los 90 en la Argentina. Nada de eso es real, pero en dos de los cuatro párrafos de la declaración de la oficina del presidente sobre la crisis mundial se hace referencia a ese fallo que no existe y advierte sobre la responsabilidad del kirchenrismo y su equipo de cancillería en el supuesto encubrimiento a partir del Protocolo de entendimiento con Irán votado por los legisladores argentinos. Revivieron la fantasiosa denuncia de Nisman, los mismos actores, ahora es Mahiques el perejil que se ofrece de mártir de su propia banalidad, mendacidad y ego. El libreto es el mismo, escrito por los amanuenses de Jaimito quien mandara a sus chicos a comandar la excursión por Lago Escondido de la que fueron parte los Mahiques.
Últimos acontecimientos de una nota en desarrollo
Israel evidencia su debilidad y desgaste, producto de su guerra colonial genocida, exponiéndose al suicidio enviando un ataque de docenas de drones (cuadricópteros) hacia Irán, sabiendo que sufrirá represalias.
No hay información de ningún otro tipo de acción israelí contra Irán. Por ahora, la defensa antiaérea iraní demostró ser más eficiente que la israelí. Es perentorio lograr que los neocons y guerreristas anglo-norteamericanos y sionistas tengan un baño de realismo sobre su fracaso histórico, que seguramente ya dejaran de hablar de la destrucción de Irán, de que Israel borraría a Irán del mapa, de que se acabó para Irán, etc.
La modestia del ataque israelí es la mayor demostración de la inseguridad del Estado de Israel. Sin poder hacer nada, Israel tampoco puede reaccionar de manera desproporcionada contra Irán, un país que simplemente puede causar daños inconmensurables contra el Estado genocida.
Israel ha tenido un inmenso desgaste en las operaciones contra Gaza, en el enfrentamiento con Hizbullah y en la defensa contra los ataques hutíes. Lo mismo el desgaste que significó la defensa contra la respuesta iraní a sus provocaciones que costó 1300 millones de dólares.
Recordemos que Irán utilizó menos del 1% de su equipo contra Israel el fin de semana pasado, y todo lo que se usó fue artillería y armamento antiguo.
Netanyahu se burla de Biden y el Departamento de Estado que habían recomendado no responder contando con el apoyo y aliento de algún oscuro sector del guerrerismo.
El bloqueo en la ONU de la membresía plena de Palestina evidencia el naufragio y desconcierto norteamericano sobre cómo resolver la cuestión.
Dr. Fernando Esteche* Dirigente político, profesor universitario y director general de PIA Global
Este artículo ha sido publicado en el portal de la revista zoom con el título de «Israel – Irán y el genocidio en Gaza»
Foto de portada: Internet