Europa

Ucrania: todo estaba escrito en el plan de la Rand Corp.

Por Manlio Dinucci* –
Si uno está dispuesto a dar un paso atrás en algunos acontecimientos muy angustiosos, la guerra en Ucrania no es una iniciativa rusa, aunque Rusia tomó la iniciativa en los combates al pasar por encima de las fuerzas ucranianas que estaban a punto de atacar Crimea y el Donbass.

Estaba previsto ya en 2019, como demuestra el plan de la Rand Corporation presentado a la Cámara de Representantes el 5 de septiembre de 2019.

El plan estratégico de Estados Unidos contra Rusia fue elaborado hace tres años por la Rand Corporation [1]. La Rand Corporation, con sede en Washington D.C., es “una organización mundial de investigación que desarrolla soluciones a los retos políticos”: cuenta con un ejército de 1.800 investigadores y otros especialistas contratados en 50 países, que hablan 75 idiomas, distribuidos en oficinas y otras sedes en Norteamérica, Europa, Australia y el Golfo Pérsico. El personal estadounidense de la Rand vive y trabaja en más de 25 países. La Rand Corporation, que se autodenomina “organización sin ánimo de lucro y no partidista”, está financiada oficialmente por el Pentágono, el Ejército y la Fuerza Aérea de Estados Unidos, las Agencias de Seguridad Nacional (CIA y otras), agencias de otros países y poderosas organizaciones no gubernamentales.

La Rand Corp. se jacta de haber contribuido a desarrollar la estrategia que permitió a Estados Unidos salir victorioso de la Guerra Fría, obligando a la Unión Soviética a consumir sus propios recursos en el agotador enfrentamiento militar. Este modelo ha inspirado el nuevo plan desarrollado en 2019: “Sobreextender y desequilibrar a Rusia” [2], es decir: forzar al adversario a sobreextenderse para desestabilizarlo y derribarlo. Estas son las principales líneas de ataque esbozadas en el plan de Rand, que EE.UU. ha adelantado efectivamente en los últimos años.

En primer lugar, según el plan, hay que atacar a Rusia por su flanco más vulnerable, el de su economía, que depende en gran medida de la exportación de gas y petróleo: para ello, se utilizarán sanciones comerciales y financieras y, al mismo tiempo, Europa reducirá sus importaciones de gas ruso, sustituyéndolo por gas natural licuado procedente de Estados Unidos. En el ámbito ideológico e informativo, es necesario fomentar las protestas internas y, al mismo tiempo, socavar la imagen de Rusia en el exterior. En el ámbito militar, es necesario operar para que los países europeos de la OTAN aumenten sus fuerzas en función antirrusa. EE.UU. puede tener una alta probabilidad de éxito y grandes beneficios, con riesgos moderados, invirtiendo fuertemente en bombarderos estratégicos y misiles de ataque de largo alcance contra Rusia. El despliegue de nuevos misiles nucleares de alcance intermedio en Europa dirigidos a Rusia les da una alta probabilidad de éxito, pero también conlleva altos riesgos. Calibrando cada opción para conseguir el efecto deseado -concluye Rand- Rusia acabará pagando el precio más alto en el enfrentamiento con EEUU, pero EEUU y sus aliados tendrán que invertir grandes recursos que se apartarán de otros objetivos.

Como parte de esta estrategia -preveía el plan de la Rand Corporation para 2019- “proporcionar ayuda letal a Ucrania explotaría el mayor punto de vulnerabilidad externa de Rusia, pero cualquier aumento de las armas y el asesoramiento militar de Estados Unidos a Ucrania tendría que ser cuidadosamente calibrado para aumentar los costes para Rusia sin provocar un conflicto mucho mayor en el que Rusia, debido a la proximidad, tendría importantes ventajas”. Es precisamente aquí -en lo que la Rand Corporation definió como “el mayor punto de vulnerabilidad externa de Rusia”, que podría explotarse armando a Ucrania de una manera “calibrada para aumentar los costes para Rusia sin provocar un conflicto mucho mayor”- donde se produjo la ruptura. Atrapada en el estrangulamiento político, económico y militar que Estados Unidos y la OTAN estaban estrechando cada vez más, y haciendo caso omiso de las repetidas advertencias y propuestas de negociación de Moscú, Rusia reaccionó con una operación militar que destruyó más de 2.000 estructuras militares en Ucrania que, en realidad, no fueron construidas y controladas por el gobierno de Kiev, sino por los mandos de Estados Unidos y la OTAN. El artículo que informaba sobre el plan de la Rand Corporation hace tres años terminaba con las siguientes palabras: “Las ‘opciones’ del plan son en realidad variantes de la misma estrategia de guerra, cuyo precio en términos de sacrificio y riesgo lo pagamos todos.

Lo estamos pagando ahora, los pueblos de Europa, y lo pagaremos cada vez más, si seguimos siendo peones sacrificados en la estrategia de Estados Unidos y la OTAN.

*Manlio Dinucci, geógrafo y geopolítico.

Artículo publicado en Voltaire.

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