© El presidente senegalés, Macky Sall, pronuncia el discurso durante la llegada de las vacunas chinas al aeropuerto internacional Dakar Blaise Diagne. (Créditos: people.cn)
El 17 de marzo, el presidente senegalés, Macky Sall, organizó una ceremonia en el aeropuerto internacional Blaise Diagne de Dakar para recibir las vacunas fabricadas por el Grupo Farmacéutico Nacional de China. El 23 de marzo, el país lanzó oficialmente el plan nacional de inmunización, cuya primera fase se dirige a grupos prioritarios como el personal médico y las personas mayores de 60 años. El 25 de febrero se vacunó al presidente Sall, junto con Idrissa Seck, titular del Consejo Económico, Social y Ambiental, y otros funcionarios del gobierno. Senegal se esforzará por proporcionar vacunas a todos los que deseen vacunarse para 2022.
Al decidir poner a disposición de los países en desarrollo 10 millones de dosis de vacunas Covid-19 como parte del plan COVAX, China se ha distinguido una vez más como una potencia humanitaria unida, preocupada por el bien. Además, esto lo refuerza, en su posición de poder que aplica los principios del multilateralismo.
© Las vacunas del Grupo Farmacéutico Nacional de China han llegado al Aeropuerto Internacional Blaise Diagne de Dakar. (Créditos: people.cn)
Estados Unidos y Europa han optado por centrarse en la gestión del Covid-19 en sus propios territorios, reservando existencias de vacunas. Así han creado un «acceso desigual» a la vacuna entre los países más avanzados y los países de bajos ingresos, como lamentó Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional, a diferencia de China, que pensó en compartirlos, especialmente con los países en desarrollo. Así, la llegada de la vacuna china a determinados países africanos (Senegal, Sierra Leona, Seychelles, Zimbabwe, Guinea Ecuatorial, Egipto, Marruecos…) supuso un soplo de aire fresco ante una situación alarmante de la segunda ola de COVID-19.
Senegal, que actualmente está experimentando un repunte de las contaminaciones, especialmente las basadas en la comunidad, puede estar satisfecho con la llegada de dosis de la vacuna Sinopharm a su territorio. La elección realizada por esta vacuna atestigua así las excelentes relaciones de cooperación entre los dos países. Y China, que siempre ha adoptado una postura encaminada a hacer de la vacuna «un bien público mundial» y, por tanto, accesible para todos, se ha ilustrado de la manera más hermosa en su apertura, su humanitarismo y su deseo de promover el multilateralismo.
Hoy, con la curva ascendente de personas vacunadas en Senegal desde el inicio de la campaña de vacunación, las poblaciones depositan claramente su confianza en aceptar vacunarse, mientras que nada las obliga a hacerlo. Al igual que las autoridades políticas y sanitarias del país que se encargaron de vacunarse en primera línea a la vista de todos.
Ayuda ya efectiva antes de la vacuna.
China ha ofrecido sobre todo la posibilidad a diferentes países de disponer de vacunas fiables con óptimas condiciones de almacenamiento. Esto también es una señal del cumplimiento del compromiso del gobierno chino de hacer de esta vacuna «un bien público mundial» si sabemos que las condiciones ideales de almacenamiento son un prerrequisito, más allá de los diez millones de dosis, ya previstas en el plan COVAX. Al ofrecer tantas posibilidades al mundo, y en vista del apoyo sustancial que brindó a África y a muchos otros países al comienzo de la pandemia (en personal de salud, en insumos médicos, etc.), queda claro que la ambición de China va a ser parte de una oleada de solidaridad global activa, lejos de una supuesta «diplomacia de la vacuna» como piensan otros hombres o líderes políticos occidentales.
Querer actuar frustrando a China sería entonces una acción política interesada de posicionamiento y no una ambición primordial de acudir en ayuda de los países en desarrollo. Para que conste, recordamos el suministro de kits de prueba, respiradores y mascarillas, destinados a la Unión Africana, sin mencionar la cancelación de préstamos sin intereses otorgados a países africanos. Esto muestra la lógica de compartir, de apoyo, operada por China desde el inicio de la pandemia.
Occidente tendrá entonces que adoptar una postura mucho más comprometida y humanitaria para apoyar de cerca a los países en desarrollo y de acuerdo con sus prioridades, pero no para encontrar en China un chivo expiatorio en su falta de ayuda mutua, desacreditando las acciones. China hasta ahora, especialmente en el contexto de una pandemia que ha destruido la economía mundial.
Notas:
*periodista especializado en temas médicos y ciencia.
Fuente: https://www.jeuneafrique.com/