El presidente palestino, Mahmoud Abbas, firmó un decreto el 15 de enero para celebrar elecciones en los territorios palestinos, incluidos aquellos bajo ocupación y bloqueo israelí.
El decreto fija las elecciones parlamentarias para el próximo 22 de mayo, las presidenciales el 31 de julio, y los comicios del Consejo Nacional Palestino el 31 de agosto.
Tras el anuncio de Abbas, se ha debatido en el ámbito regional e internacional si las elecciones en Palestina podrán o no celebrarse, después de una pausa de 15 años.
PRESIÓN SOBRE ABBAS
Funcionarios del partido político oficial Fatah han afirmado que Abbas ha recibido presiones para que cancele las próximas elecciones, especialmente por parte de círculos israelíes y árabes.
Así lo aseguró Sabri Saydam, miembro del Comité Central del Movimiento Fatah, a través de una entrevista con el medio local Voz de Palestina el pasado 21 de marzo, «Israel rechazó que se celebraran las elecciones”.
Saydam afirmó que esto ha generado incertidumbre entre los palestinos que viven en Jerusalén.
Yibril Al-Rujub, el secretario general del Comité Ejecutivo Central del Movimiento Fatah, afirmó a la televisión estatal palestina que a pesar de que algunos elementos regionales y árabes han ejercido presión para la cancelación de las elecciones, el presidente Mahmoud Abbas ha rechazado todos los llamados.
Según reportes de medios israelíes y de algunos países de la región, el deseo de cancelación de los comicios palestinos se debe al temor a que el movimiento Hámas gane las elecciones, debido a las actuales divisiones dentro del Movimiento Fatah, movimiento al que pertenece el actual mandatario.
«POSPONER LOS COMICIOS ES DISFUNCIONAL»
Vasil Abu Yusuf, miembro de la junta ejecutiva de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), afirmó que ve como “algo remoto” la posibilidad de posponer las elecciones.
«Es disfuncional. Las elecciones son el primer paso para poner fin a la división en Palestina, revisar las instituciones estatales y garantizar el orden nacional y la democracia», afirmó el líder político de la OLP.
Yusuf señaló que la comunidad internacional es consciente de la importancia de las elecciones para establecer la democracia en Palestina, «también estamos de acuerdo en que las elecciones son la clave para poner fin a la división existente”.
«YA NO ES POSIBLE DAR MARCHA ATRÁS»
El presidente del Centro de Estudios del Futuro de Jerusalén, Ahmed Refik Avd, señaló que «se ha estado debatiendo la cuestión de posponer las elecciones, pero a pesar de ciertos riesgos y obstáculos, esto no se ve factible. Ahora las elecciones son imprescindibles para cualquier proceso de reconciliación (en Palestina). no es posible dar un paso atrás».
El experto señaló además que la nueva administración estadounidense, encabezada por Joe Biden, no se involucrará en posponer las elecciones palestinas.
El analista político Talal Avkel también señaló que el aplazamiento de las elecciones parlamentarias en Palestina era «una posibilidad remota».
«Al firmar los decretos electorales, el presidente palestino Mahmoud Abbas tomó en cuenta la postura de la comunidad regional e internacional, así como de Israel. No hay novedades que provoquen el aplazamiento», agregó Avkel.
El experto indicó que «incluso si las divisiones internas en Fatah afectan negativamente la lista de candidatos parlamentarios, esta situación no se llevará a tal nivel que perjudique el interés público o se retrase los comicios».
HISTORIA DE LAS ELECCIONES EN PALESTINA
En 1996 se celebraron por primera vez elecciones parlamentarias y presidenciales en la ocupada región de Cisjordania y la Franja de Gaza, que se consideran áreas soberanas de la Autoridad Palestina en virtud del Acuerdo de Oslo, entre la OLP e Israel. Posteriormente, los palestinos acudieron a las urnas en enero de 2005 para las elecciones presidenciales.
Mahmoud Abbas, el único candidato del Movimiento Fatah, fundado por el líder palestino Yaser Arafat, ganó las elecciones presidenciales de 2005 con un 62,52% de los votos; sin embargo, las elecciones fueron boicoteadas por Hamas y los movimientos de la Yihad Islámica.
Después de una pausa de 10 años en Palestina, Hamas ganó las elecciones parlamentarias celebradas el 25 de enero de 2006. Hamas logró enviar 74 diputados al Parlamento de 132 escaños, mientras que el Movimiento Fatah, que controlaba la Administración palestina, solo logró recibir 45 puestos.
El presidente Abbas le dio a Ismail Haniya (del movimiento Hamas) la tarea de formar el Gobierno. Mohammed Dahlan, una de las principales figuras del Movimiento Fatah en ese momento, se opuso a unirse a un Gobierno liderado por Hamas.
La lista del Consejo de Ministros presentada por Haniya el 19 de marzo de 2006 fue rechazada por la comunidad internacional, entre ellas Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.
Grupos palestinos, incluido el Movimiento Fatah, lanzaron una campaña de difamación contra las altas figuras del nuevo Gobierno, lo que provocó una ola de violencia en Cisjordania y la Franja de Gaza. De esta forma se impidió que el Gobierno de Hamas trabajara tanto en asuntos internos como externos.
Decenas de palestinos perdieron la vida en los enfrentamientos entre partidarios de Hamas y Fatah. Esto resultó en el completo estado de inactividad del Gobierno de Hamas y una completa fragmentación y división en Palestina.
Durante este período, Hamas logró obtener la soberanía total en la Franja de Gaza, una zona que está aún bajo bloqueo israelí, mientras que la administración en Cisjordania quedó una vez más en manos del Movimiento Fatah.
Aunque la constitución palestina prevé la celebración de elecciones generales cada cuatro años, los comicios no pudieron celebrarse durante los últimos años debido a la fragmentación que permanece desde 2006 en el país bajo ocupación y bloqueo de las autoridades de Israel.
Fuente: Agencia Anadolu.