En este sentido el presidente ruso Vladimir Putin destacó un ambicioso proyecto que busca transformar el mercado global de cereales: la creación de una bolsa de valores soberana para determinar los precios de los cereales a nivel mundial.
Este innovador planteamiento llega en un contexto en el que el BRICS se consolida como un contrapeso frente a las tradicionales economías occidentales. Con Rusia, China e India entre los principales productores de cereales del mundo, esta propuesta apunta a romper la dependencia de las naciones productoras de los precios fijados en la Bolsa de Chicago, entidad que hasta ahora ha monopolizado la determinación de los precios de los granos a nivel mundial.
La creación de una bolsa de productos básicos dentro del BRICS adquiere una relevancia aún mayor si se considera el peso que este grupo ya tiene en la producción mundial de cereales. Según estimaciones de la Unión de Exportadores de Cereales (RUSGRAIN), esta bolsa consolidaría entre el 30% y el 40% de la oferta global de los principales cultivos de cereales, como el trigo, el maíz y el arroz, elementos clave para la seguridad alimentaria mundial.
Esto lógicamente sitúa al BRICS como un actor indispensable no solo en términos de producción, sino en la capacidad de estabilizar y regular los precios, desafiando así el monopolio que durante décadas han mantenido los mercados occidentales.
La solidez de esta propuesta queda respaldada por el informe de la alianza BRICS publicado en agosto, que destaca cómo, a través del Plan de Cooperación Agrícola 2021-2024, el bloque ha alcanzado el 40% de la producción global de cereales.
Este enfoque estratégico en la agricultura y los alimentos consolida al BRICS como un pilar esencial para el abastecimiento global, otorgándole no solo peso económico, sino también influencia geopolítica sobre el suministro y los precios de un recurso tan vital.
La Centralización de Chicago
El sistema actual de precios en el mercado de cereales se encuentra centralizado en la Bolsa de Chicago, donde los valores se fijan según los intereses de una estructura financiera que, en última instancia, beneficia a grandes corporaciones y gobiernos occidentales.
Los precios se establecen con criterios que a menudo no reflejan las realidades de los grandes países productores, sino que responden a especulaciones e intereses que benefician a intermediarios financieros.
Además, el control de los precios de cereales permite a Occidente ejercer una forma de poder blando sobre los países productores. Las fluctuaciones de precios han sido utilizadas en repetidas ocasiones para desestabilizar mercados emergentes y poner en desventaja a los productores, quienes, a pesar de producir y exportar grandes cantidades, se ven obligados a ajustarse a precios impuestos y artificiales.
Esta “trampa” financiera ha sido especialmente perjudicial para países de Asia, América Latina y África, que dependen en gran manera de la exportación de estos productos agrícolas primarios.
Hacia un Mercado de Cereales Soberano
La creación de una bolsa de valores soberana de cereales representa una respuesta estratégica a la hegemonía de la Bolsa de Chicago. Este proyecto busca establecer desde los bancos centrales de cada país un mecanismo de precios que esté alineado con las realidades y necesidades de los productores y consumidores de cereales dentro del BRICS y sus países asociados.
Así, Rusia, China e India, como principales actores del mercado, tendrían la capacidad de coordinar precios que reflejen sus costos reales de producción y exportación.
Esta iniciativa tiene varios beneficios potenciales, primero que nada, mencionar la reducción de la especulación, al ser una bolsa controlada por los propios países productores, se reduce la especulación agresiva que caracteriza a los mercados de commodities en Occidente. Los precios reflejarán las dinámicas reales de oferta y demanda, más que los intereses de inversores en busca de ganancias rápidas.
También podemos mencionar que esto traerá un aumento de la estabilidad en precios y producción, ya que los precios fijados en esta nueva bolsa serían menos volátiles, al no estar sujetos a las influencias de los fondos de inversión. Esto otorga una mayor estabilidad económica y permite a los productores una mejor planificación a largo plazo.
Esta idea planteada por el presidente Putin va en claro lineamiento con la Independencia financiera que busca el BRICS lo que podría manejar su mercado de cereales sin la intermediación del dólar estadounidense.
Al fijar precios en monedas locales o en una moneda común del BRICS, los países integrantes reducirían su dependencia del dólar, un avance más hacia la desdolarización que el grupo ha planteado en varias ocasiones y que se ha reforzado en la Cumbre de Kazan.
Por último mencionar también que la creación de una bolsa soberana de cereales implica desarrollar la infraestructura financiera y tecnológica necesaria. Esto generará un fortalecimiento de las capacidades económicas regionales y promoverá la cooperación financiera entre los miembros del BRICS.
Los Beneficios Geopolíticos y Económicos para el BRICS
Desde una óptica geoestratégica, la creación de una bolsa soberana de cereales representa un avance crucial hacia la consolidación de un sistema multipolar en el mercado global de alimentos.
En el contexto actual, las naciones del BRICS abarcan una proporción sustancial de la oferta mundial de cereales, con una capacidad productiva que influye decisivamente en el equilibrio de este sector.
Rusia, por ejemplo, se posiciona como uno de los mayores exportadores de trigo a nivel global, mientras que China e India dominan la producción de arroz, esencial para la seguridad alimentaria de millones de personas en Asia y otras regiones estratégicas.
El establecimiento de esta bolsa soberana fortalecerá la autosuficiencia económica de estos países y permitirá que controlen los flujos de cereales en función de sus intereses, garantizando la seguridad de sus mercados internos y favoreciendo la estabilidad en sus acuerdos comerciales.
Adicionalmente, este proyecto refuerza al BRICS como un bloque económico y geopolítico con un creciente protagonismo, configurando un nuevo centro de influencia en el sistema internacional en constante transformación.
Implicaciones para Occidente y el Monopolio de Chicago
La creación de una bolsa de cereales soberana tendría profundas implicaciones para el sistema económico occidental. Al establecer precios de referencia autónomos, los países del BRICS podrán reducir la dependencia de los mercados de Chicago, disminuyendo así la capacidad de Occidente para influir y, en ciertos casos, manipular los precios globales a su favor.
Este cambio limitaría el uso de herramientas que hasta ahora han impuesto políticas de precios desfavorables o generado crisis artificiales en detrimento de los grandes productores. En esencia, el proyecto de una bolsa soberana desafía directamente el dominio financiero de Occidente, cuestionando el rol tradicional de Chicago como punto de referencia global en el comercio de granos.
Dada esta situación, Occidente podría responder siguiendo su derrotero con una serie de presiones políticas y económicas, como ya ha ocurrido con otros países que han buscado alternativas a sus sistemas financieros. El éxito de esta nueva bolsa podría así desencadenar aún más reacciones punitivas contra los miembros del BRICS, en un esfuerzo por mantener la influencia sobre el mercado mundial de cereales.
La Dimensión de Seguridad Alimentaria
El control de los precios de los cereales también tiene un componente clave de seguridad alimentaria. La fluctuación de precios de los productos agrícolas tiene un impacto directo en la disponibilidad de alimentos y en el costo de vida de millones de personas.
Al establecer precios estables y justos, los países del BRICS buscan asegurar un suministro adecuado y asequible para sus poblaciones, protegiéndose de las crisis alimentarias que en ocasiones son exacerbadas por la manipulación de precios en Occidente.
Además, esta propuesta es una herramienta para proteger a los pequeños y medianos productores dentro de los países del BRICS, quienes a menudo enfrentan dificultades para competir en un mercado global dominado por grandes corporaciones occidentales.
Un Hito en la Construcción de un Nuevo Orden Económico
La creación de una bolsa de cereales soberana representa un paso significativo hacia la construcción de un nuevo orden económico multipolar. En un mundo donde la interdependencia económica sigue siendo una realidad, los países del BRICS buscan redefinir las reglas del juego en áreas estratégicas, promoviendo una economía global más equitativa y menos dependiente de las estructuras financieras occidentales.
Para los países del BRICS, la bolsa de cereales soberana no es solo un proyecto económico, sino un símbolo de autonomía y resistencia frente a un sistema que ha mantenido a muchos países en una posición de dependencia. Con Rusia, China e India liderando esta iniciativa, la geopolítica de los alimentos entra en una nueva fase que podría redefinir el equilibrio de poder en el siglo XXI.
La propuesta del presidente Vladimir Putin en la cumbre de Kazán no solo es un desafío al monopolio de Chicago, sino también una afirmación de la soberanía económica y política que busca lograr el BRICS como estructura.
Si tiene éxito, podría marcar el comienzo de una era en la que los países productores de alimentos tienen un control real sobre sus propios recursos, allanando el camino hacia un sistema financiero internacional más justo y equilibrado.
Tadeo Casteglione*. Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales, Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Miembro del equipo de PIA Global.
Foto de portada: abdaperu.com/
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