Desde entonces, el conflicto ha adquirido una dimensión regional e internacional. Varios actores externos apoyan a las dos partes en conflicto con armas, municiones y dinero. Los Emiratos Árabes Unidos se perfilan como uno de los actores extranjeros que más invierten en la guerra.
¿Por qué resulta tan difícil alcanzar la paz en Sudán?
En poco más de un año de guerra civil, Sudán se ha convertido en el escenario de una de las peores crisis humanitarias del mundo. El país, el mayor productor agrícola de África y considerado un potencial granero para la región, se encuentra ahora al borde de la peor hambruna del mundo.
Según la agencia de la ONU para los refugiados, más de 7 millones de personas están desplazadas internamente, casi 2 millones han huido a países vecinos y 25 millones (la mitad de la población) necesitan urgentemente asistencia humanitaria. Se estima que más de 20.000 personas han muerto desde que comenzó la guerra en abril de 2023.
Sin embargo, las perspectivas de paz son escasas.
Los combates no muestran señales de disminuir, los esfuerzos por mantener conversaciones de paz han fracasado y la participación de actores extranjeros está prolongando la violencia.
Las potencias regionales y los países vecinos se han alineado con uno de los dos generales que están en el centro del conflicto: Abdel Fattah al-Burhan, de las Fuerzas Armadas Sudanesas, y Mohamed “Hemedti” Dagalo, de las Fuerzas de Apoyo Rápido, un grupo paramilitar. Desde entonces, la ONU ha acusado a ambas partes en conflicto de cometer crímenes de guerra, limpieza étnica y crímenes contra la humanidad.
Sudán está rodeado de importantes centros de tráfico de armas. Las armas y municiones se introducen de contrabando a través de países como Libia, Chad y la República Centroafricana. Países como los Emiratos Árabes Unidos e Irán se abastecen a través de estos países, lo que viola un embargo de armas de la ONU contra Sudán.
¿Cuáles son los mayores actores extranjeros?
Varios actores regionales e internacionales tienen interés en el resultado del conflicto.
Egipto y Arabia Saudita, por ejemplo, apoyan al ejército sudanés. Los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Libia y Rusia (a través del Grupo Wagner) apoyan a las Fuerzas de Apoyo Rápido, un grupo paramilitar.
Los Emiratos Árabes Unidos se han convertido en el actor extranjero más interesado en la guerra. Consideran que Sudán, un país con una ubicación estratégica y rico en recursos, es una oportunidad para ampliar su influencia y control en Oriente Medio y el este de África.
Desde 2018, los Emiratos Árabes Unidos han invertido más de 6.000 millones de dólares en el país, lo que incluye reservas de divisas en el banco central sudanés, proyectos agrícolas y un puerto en el Mar Rojo. Los Emiratos Árabes Unidos también han reclutado y pagado a combatientes de Sudán, en su mayoría de las Fuerzas de Apoyo Rápido, para que se unan a su conflicto en Yemen.
Desde 2019, los Emiratos Árabes Unidos han socavado la transición democrática de Sudán tras el derrocamiento del presidente Omar al-Bashir, que llevaba mucho tiempo en el poder. Abu Dhabi ha fortalecido tanto al ejército como a la fuerza paramilitar contra el ala civil del gobierno. Con el estallido de la guerra civil, los Emiratos Árabes Unidos se han centrado en las Fuerzas de Apoyo Rápido.
Abu Dhabi ha negado repetidamente su participación en el suministro de armas a la fuerza paramilitar o en el apoyo a su líder Hemedti. Sin embargo, las pruebas sugieren lo contrario y el oscuro papel de los Emiratos Árabes Unidos en la guerra se ha convertido en un » secreto a voces».
El anuncio del rapero estadounidense Macklemore de cancelar un concierto de octubre de 2024 en Dubai debido al papel de los Emiratos Árabes Unidos “en el actual genocidio y la crisis humanitaria” reavivó la atención internacional sobre el papel de Abu Dhabi en la guerra.
La participación de los Emiratos Árabes Unidos en Sudán pone de relieve un patrón más amplio en la política exterior de este emirato en la última década: alinearse con fuerzas locales para asegurar intereses geopolíticos y económicos en todo Medio Oriente y el este de África.
En Sudán, los Emiratos Árabes Unidos han unido fuerzas con Rusia para apoyar a las Fuerzas de Apoyo Rápido a través del Grupo Wagner. El Grupo Wagner ha estado activo en Sudán desde 2017, principalmente en relación con proyectos de extracción de recursos en regiones como Darfur, donde las fuerzas de Hemedti estaban activas y se convirtieron en un aliado central en estos esfuerzos.
Según los expertos de la ONU, los Emiratos Árabes Unidos establecieron operaciones logísticas para enviar armas a las Fuerzas de Apoyo Rápido a través de sus redes en Libia, Chad, República Centroafricana, Sudán del Sur y Uganda. Los armamentos y suministros se camuflaron como ayuda humanitaria.
¿Qué beneficios obtendrán los Emiratos Árabes Unidos?
Las interacciones y alianzas que involucran a los Emiratos Árabes Unidos y las Fuerzas de Apoyo Rápido reflejan la naturaleza compleja y a menudo opaca de las maniobras geopolíticas modernas en Sudán.
Los informes sugieren que Hemedti actúa como custodio de los intereses de los Emiratos en Sudán, entre ellos el oro y los productos agrícolas.
El oro ha sido uno de los principales motores del conflicto de Sudán, ya que permite a ambas partes alimentar sus máquinas de guerra. Los Emiratos Árabes Unidos son el principal beneficiario de este comercio, ya que reciben casi todo el oro contrabandeado desde Sudán y se han convertido en un centro de blanqueo de oro traficado en el mercado mundial. Las últimas estadísticas disponibles muestran que, oficialmente, los Emiratos Árabes Unidos importaron metales preciosos de Sudán por un valor de unos 2.300 millones de dólares en 2022.
Además, los Emiratos Árabes Unidos importan el 90% de sus alimentos. Desde la crisis alimentaria mundial de 2007, los Emiratos Árabes Unidos han hecho de la seguridad alimentaria una de sus principales prioridades y han comenzado a invertir en tierras agrícolas en el extranjero.
En Sudán, dos empresas emiratíes cultivan más de 50.000 hectáreas en el norte y tienen planes de expansión. Los productos agrícolas se envían a través del Mar Rojo. Para evitar el puerto de Sudán, que estaba a cargo del gobierno sudanés, los Emiratos Árabes Unidos firmaron un nuevo acuerdo en 2022 para construir un nuevo puerto en la costa de Sudán que será operado por Abu Dhabi Ports Group.
Los Emiratos Árabes Unidos han utilizado las Fuerzas de Apoyo Rápido para proteger sus intereses y ambiciones en el logro de la seguridad alimentaria.
¿Quién y qué podría romper el estancamiento en Sudán?
La situación humanitaria en Sudán está empeorando, pero la comunidad internacional ha hecho poco para solucionarla.
Además de su incapacidad para reunir suficiente ayuda para Sudán, la comunidad internacional no ha ejercido presión sobre los Emiratos Árabes Unidos. El Consejo de Seguridad de la ONU no ha abordado las acusaciones creíbles de su propio grupo de expertos sobre Sudán sobre la participación de Abu Dhabi.
Human Rights Watch ha acusado a las Fuerzas de Apoyo Rápido de cometer genocidio, crímenes contra la humanidad y limpieza étnica en la guerra en curso. Sin embargo, hasta el momento, no hay perspectivas de exigir responsabilidades a los Emiratos Árabes Unidos por su papel con la fuerza paramilitar. El país sigue aprovechando sus alianzas con Occidente.
A menos que la comunidad internacional esté dispuesta a impedir que los actores extranjeros alimenten el conflicto, Sudán corre el riesgo de caer en una crisis humanitaria catastrófica que perseguirá al mundo durante las próximas décadas.
*Mayo Darwich, Profesor asociado de Relaciones Internacionales de Oriente Medio, Universidad de Birmingham
Artículo publicado originalmente en The Conversation
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