África Subsahariana

Sudáfrica en 2025: 8 factores clave que marcarán el futuro y pondrán a prueba al gobierno

Teo Neethling*-
El panorama político y económico de Sudáfrica cambió significativamente después de las elecciones nacionales de 2024. La dramática pérdida de apoyo del Congreso Nacional Africano (ANC) en el poder dio lugar a un gobierno de unidad nacional, un momento crucial en la historia política del país.

Aún es demasiado pronto para evaluar el éxito del gobierno de unidad, pero éste supone un esfuerzo de los partidos políticos por ponerse de acuerdo sobre los valores y principios que deben guiar la conducta y la toma de decisiones en el gobierno nacional.

El gobierno de unidad presenta nuevas posibilidades para Sudáfrica. En palabras del presidente Cyril Ramaphosa:

Trabajar juntos como partidos políticos por el bien del país y formar un gobierno unido en acción y propósito.

Sin embargo, sigue existiendo una pregunta clave: ¿se mantendrá? La pregunta surge porque el gobierno de unidad exige que sus partidos integrantes cooperen, aunque sus respectivos electores puedan querer cosas diferentes.

Ciertas cuestiones ejercerán presión sobre la coalición. En consecuencia, el gobierno de unidad plantea incertidumbres sobre la estabilidad y la dirección política del país, en particular teniendo en cuenta la gran dependencia de la coalición del liderazgo facilitador del presidente Cyril Ramaphosa.

Como investigador en ciencias políticas, he estudiado el panorama político de Sudáfrica durante las últimas dos décadas y he analizado su riesgo político.

Aquí describo ocho factores clave –entre otros– que configurarán la trayectoria del país a corto y mediano plazo y pondrán a prueba la fortaleza de su gobierno de unidad.

Profundidad de la democracia

Fue necesario formar un gobierno de unidad para estabilizar la gobernanza, pero su durabilidad es incierta. El terreno intermedio de la coalición puede verse tenso a medida que surjan prioridades conflictivas entre sus miembros. Las diferencias ideológicas sobre el Seguro Nacional de Salud y cuestiones conflictivas de política exterior son clave.

Al mismo tiempo, es necesario restablecer la legitimidad y la confianza en el gobierno. La participación electoral ha disminuido: del 89% en 1999 al 58% en 2024.

Si este experimento democrático fracasa, podría socavar la confianza de los votantes y de las empresas. La formación del gobierno de unidad mejoró la confianza de las empresas y la convirtió en un “optimismo cauteloso”.

Incumbencia y sucesión

Las divisiones en el Congreso Nacional Africano (ANC) siguen amenazando su unidad. Estas divisiones se pusieron de manifiesto en la conferencia electiva del partido de 2017. Ramaphosa consiguió por un estrecho margen la reelección como presidente del ANC, lo que expuso graves divisiones dentro del partido. Estas divisiones internas generan incertidumbre sobre el liderazgo efectivo de Ramaphosa en su partido. Su sucesor podría afectar el futuro papel del ANC en el gobierno de unidad.

La conferencia electiva nacional del ANC en 2027 establecerá la dirección del partido y marcará el final del liderazgo de Ramaphosa.

Han comenzado las primeras luchas por los puestos en el CNA, en medio de diferencias ideológicas sobre el futuro del partido, el gobierno de unidad y el país.

Confianza en el gobierno

La confianza pública en las instituciones gubernamentales se ha erosionado desde 1994, en particular a nivel municipal. Las protestas por la deficiente prestación o la falta de prestación de servicios básicos, incluidos el agua y el saneamiento, son generalizadas. Las protestas violentas reflejan un creciente descontento.

La pérdida de confianza en el Parlamento y otros órganos gubernamentales, que comenzó durante el mandato del ex presidente Jacob Zuma (2009-2018), es una preocupación importante.

Gran parte del electorado considera que votar no cambia nada. No está claro si el gobierno de unidad podrá mejorar la confianza pública.

Disparidades y desempleo

Las marcadas disparidades en materia de riqueza y un desempleo que supera el 30% aumentan las tensiones sociales. El desempleo juvenil es aún mayor.

El riesgo de disturbios políticos a gran escala ha disminuido desde la democracia en 1994, pero la frustración entre los pobres, los desempleados y los marginados todavía conlleva el riesgo de disturbios esporádicos e inestabilidad.

Las violentas protestas de julio de 2021, principalmente en las provincias de KwaZulu-Natal y Gauteng, son un recordatorio. Los factores subyacentes de más de 300 muertes, saqueos y destrucción se debieron a la incapacidad del estado para abordar la pobreza.

El gobierno de unidad necesita impulsar el crecimiento económico, crear empleos y reducir la pobreza.

Seguridad y protección

La seguridad es uno de los problemas más acuciantes de Sudáfrica. Los índices de delincuencia siguen siendo alarmantemente altos, incluidos el crimen organizado y la violencia.

La confianza en la policía es baja, lo que impulsa el crecimiento del sector de seguridad privada. Actualmente hay más de 2,7 millones de agentes de seguridad privada registrados y 150.000 agentes de policía.

La “justificación más antigua y simple” del gobierno es proteger a los ciudadanos del crimen y la violencia.

El gobierno de unidad debe restaurar la confianza pública en la policía y mejorar la seguridad.

Sentimiento económico

A pesar de los numerosos desafíos del país, la economía atrajo casi R$ 100 mil millones (US$ 5,3 mil millones) en flujos de inversión extranjera directa en 2023, equivalente al 1,4% del PIB.

Contra lo esperado, las entradas han superado a las salidas todos los años desde la crisis financiera mundial de 2008-2009.

El país ofrece varias ventajas a los inversores extranjeros, entre ellas, servicios financieros y sectores de comunicaciones de primer nivel, mercados de capital sólidos, instituciones de educación superior de calidad y un marco jurídico transparente.

También posee abundantes recursos naturales, una posición geográfica estratégica como puerta de entrada al África subsahariana y un grado de estabilidad política y normativa.

La delincuencia sigue siendo quizás el mayor factor disuasorio para los turistas potenciales. También es una preocupación acuciante para los líderes empresariales.

Por lo tanto, abordar la delincuencia debe ser una de las principales prioridades del gobierno de unidad.

Competencia gubernamental

La mala gobernanza y la crisis de competencias afectan a la administración pública, en particular a nivel local. Las deficiencias en la prestación de servicios, como el suministro de agua, se deben a la falta de competencias, la corrupción y la mala administración.

Las empresas estatales también plantean problemas de gobernanza. Eskom, la empresa eléctrica, parece estar mejorando, pero Correos, Transnet (la empresa de transportes) y otras son ejemplos de ineficiencias sistémicas y corrupció.

Los disturbios de julio de 2021 pusieron de relieve las debilidades institucionales del Estado. El informe sobre los disturbios afirmaba que la prestación inadecuada de servicios, las malas condiciones de vida, los problemas económicos y la pobreza persistente creaban un terreno fértil para los disturbios.

El gobierno de unidad debe promover un servicio público profesional y eficaz que produzca mejoras tangibles.

Paisaje regional

Sudáfrica no tiene ningún vecino que la amenace, pero la migración ilegal se ha convertido en un importante motivo de preocupación desde que comenzó la crisis económica en Zimbabwe en los años 90. Cada vez hay más personas que creen que los inmigrantes están abrumando los recursos del país, les quitan trabajo a los sudafricanos y cometen delitos.

La presencia de mineros ilegales, muchos de ellos procedentes de naciones vecinas empobrecidas, aumenta las tensiones sociales.

El conflicto yihadista en Mozambique y la inestabilidad política actual allí plantean preocupaciones de seguridad regional para Sudáfrica.

Recientemente, el país se vio obligado a cerrar su principal cruce fronterizo con Mozambique, un centro de exportación de carbón y cromo, en medio de las protestas electorales en este último país. Para abordar esta dinámica regional se necesita una postura firme en materia de política exterior y medidas enérgicas para lograr la paz en Mozambique.

*Teo Neethling, Profesor de Ciencias Políticas, Departamento de Estudios Políticos y Gobernanza, Universidad del Estado Libre

Artículo publicado originalmente en THE CONVERSATION

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