El Sahel es ese territorio alargado, situado entre el norte de África y África occidental, y que también se extiende desde el océano Atlántico al Mar Rojo. Esta región, hoy en día es una de las de mayor conflictividad en el continente africano.
Casi todos los países de África occidental enfrentan una especie de crisis de múltiples niveles. Y es por ello que se han ido creado grupos, alianzas y fuerzas para combatir los diferentes frentes y focos de conflictos abiertos en la región. Uno de estos grupos, el G5 Sahel se creó en febrero de 2014 para mantener la seguridad en la parte occidental de la región del Sahel y coordinar fuerzas armadas conjuntas para luchar contra el creciente terrorismo en la región.
Integrado por Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania y Níger, el G-5 Sahel se ha enfrentado al terrorismo y al colonialismo impuesto como herramienta de subordinación.
Hoy que Burkina Faso, Malí y Níger se han retirado de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) y, lo que es más importante, también han creado su propio bloque militar, alegando las siguientes razones: la falta de apoyo del bloque contra los yihadistas, la imposición de «sanciones ilegales” que están perjudicando al pueblo y que el bloque ha caído bajo la influencia y manipulación indiscriminada de gobiernos extranjeros, el G-5 Sahel está puesto en discusión. También se discute su influencia en la región.
Burkina Faso, Malí y Níger al crear su propia alianza, la Alianza de Estados del Sahel (AES), que en principio solo es sobre seguridad, pero que claramente abre el abanico a otros intereses compartidos, no hacen más que exponer la impotencia y las debilidades de la CEDEAO y su incapacidad e incompetencia a largo plazo para abordar los problemas regionales a través de la mediación.
Rusia y su influencia en el Sahel
Con un interés renovado y pleno, Rusia finalmente ha comenzado a avanzar en la región del Sahel después de dos cumbres históricas, la primera en Sochi, en octubre de 2019 y la segunda y más recite en San Petersburgo en julio de 2023. Allí el presidente ruso, Vladimir Putin, mencionó esta cuestión de seguridad durante sus discursos de apertura y clausura de las cumbres, e incluso antes, indicando su importancia en la agenda de Rusia con África.
Los líderes rusos y africanos reafirmaron su postura colectiva para abordar los persistentes conflictos étnicos y las amenazas militantes entre la magnitud de una amplia gama de prioridades. De hecho, hubo cinco documentos clave y uno de ellos es sobre el “Fortalecimiento de la cooperación para combatir el terrorismo”.
Esta región enfrenta constantemente amenazas frecuentes de terrorismo por parte de grupos militantes, ligados al yihadismo por ejemplo, pero también a otros grupos militares o para militares, financiados por occidente, lo que requiere medidas de seguridad adecuadas para combatir estas amenazas. Las mayores vulnerabilidades en este sentido incluyen un control fronterizo débil, instalaciones industriales desprotegidas y grandes áreas urbanas. Por supuesto también debemos mencionar aquí la enorme influencia en la población que tienen estos grupos, que encuentran en la pobreza de los pueblos la materia prima para poder reclutar mano de obra barata.
Rusia tiene una rica experiencia en el desarrollo de un conjunto eficaz de medidas para combatir el terrorismo, reducir la actividad ilegal y brindar protección confiable en las regiones nombradas. Es por ello que la colaboración de Rusia en el Sahel resulta primordial para estos países.
Revisando la declaración de la primera cumbre que dice en parte “la firme intención de contribuir plenamente al logro de la paz y la seguridad” apunta a los principios de respeto a la soberanía y la integridad territorial de estos países de la región. El primer paso principal es implementar programas conjuntos para desarrollar la capacidad necesaria de los Estados africanos solicitantes y capacitar al personal africano de mantenimiento de la paz en instituciones educativas especializadas de la Federación de Rusia y los Estados africanos.
Por temor y preocupación por el nuevo aumento del terrorismo, los países del Sahel-5 están recurriendo a Rusia. De hecho desde principios de 2024, la mayoría de los líderes militares interinos han visitado el Kremlin.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso explicó en un comunicado publicado en su sitio web que la cooperación técnico-militar de Rusia con los países africanos está dirigida principalmente a resolver conflictos regionales y prevenir la propagación de amenazas terroristas y luchar contra el creciente terrorismo en el continente. Vale la pena señalar aquí con precisión que, según se informa, Rusia, en su estrategia en África, está estudiando la posibilidad de construir bases militares en el continente. Rusia ha firmado acuerdos bilaterales de cooperación técnico-militar con más de 20 países africanos.
En octubre de 2021, un avión de carga entregó cuatro helicópteros, armas y municiones desde Rusia a Mali, según las autoridades militares del país de África occidental. «Malí compró estos helicópteros a la Federación de Rusia, un país amigo con el que Mali siempre ha mantenido una asociación muy fructífera», dijo el ministro interino de Defensa, Sadio Camara por entonces.
En diciembre del mismo año y dos años después de la primera cumbre Rusia-África, el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, señaló que: «Rusia seguirá apoyando a Mali con el suministro de armas y equipos y con capacitación de personal, incluidas fuerzas de paz, ya que es muy importante ayudar a poner fin a este mal y a otros desafíos y amenazas, incluido el tráfico de drogas y otras formas de crimen organizado».
Lavrov también indicó que Rusia apoyaría al grupo G5 Sahel proporcionándoles armas y entrenando fuerzas de paz, pero al mismo tiempo, Moscú siempre insistiría en que esos países africanos deberían encontrar formas de resolver sus problemas por sí mismos y que la comunidad internacional debe brindarles apoyo a través del Consejo de Seguridad de la ONU y otras agencias.
Según varias versiones, Rusia empujó al Grupo Wagner a toda la región, cuyo objetivo principal era combatir el terrorismo yihadista. Después de la muerte del jefe del grupo, Yevgeny Prigozhin, el grupo Wagner se ha transformado, a partir de 2024, y rebautizado como una estructura militar llamada Cuerpo de África, que trabaja bajo la órbita del Ministerio de Defensa ruso.
Mali, Burkina Faso y Niger, la punta de flecha rusa en el Sahel
Tras los sucesivos “golpes de estado” y la toma del poder por gobiernos militares y de transición en Mali, Burkina Faso y Níger, estos países rompieron sus acuerdos de cooperación militar con la Unión Europea y, principalmente, con Francia. También han dado un gran golpe geoestratégico al expulsar a de su territorio a todos los miembros del cuerpo diplomático francés y a las fuerzas militares que allí se encontraban, léase aquí las fuerzas europeas o estadounidenses.
Los cambios de alianzas exteriores pivotaron en torno al papel de Francia en la zona y el creciente malestar social por el papel que jugaba la ex metrópoli en la región. Los gobiernos militares acusaban a Francia de injerencias en la política interna de estos países, de falta de contundencia contra los grupos yihadistas, de salvaguardar sólo sus intereses financieros, cuestionando estos nuevos gobiernos la gestión y explotación de los recursos energéticos de los que Francia se beneficia. Básicamente estos tres países estaban siendo sometidos a una nueva fase de colonialismo. Un colonialismo ejercido desde la opresión financiera, económica y con el eje puesto en la seguridad, el terrorismo y el saqueo contínuo de los recursos naturales.
Desde entonces y con distintos grados de cooperación y relaciones, Rusia se ha convertido en el principal aliado de estos gobiernos, firmando diversos acuerdos en el ámbito militar y civil. Es importante remarcar que estos países y Rusia habían mantenido unas relaciones muy estrechas durante la Guerra Fría (especialmente Malí), cuando la URSS se alzaba como una alternativa política, económica y militar para los nuevos países surgidos tras los procesos descolonización de África, buscando expandir su influencia en estos países en vía de desarrollo en detrimento de sus antiguas metrópolis.
En cuanto a formación y oferta de desarrollo de capacidades militares, Rusia ha formado a miles de militares de Burkina Faso, Chad, Mali y Níger en academias y universidades militares del Federación Rusa.
La región del Sahel sigue estando en gran medida subdesarrollada y la mayor parte de la población empobrecida. Organizaciones terroristas como Boko Haram y Al-Qaeda están operando y han contribuido a la violencia, el extremismo y la inestabilidad frecuentes en esta vasta región. Además de la inseguridad y la inestabilidad, estos países están sumidos en diversos problemas socioeconómicos combinados con prácticas culturales tradicionales que han disminuido el desarrollo. El sistema de gobernanza y las malas políticas también obstaculizan en gran medida el desarrollo sostenible.
Sin embargo, hay esperanza en un futuro próximo de superar todos estos obstáculos existentes al desarrollo fluido, y Rusia ha prometido un enorme y diverso apoyo, especialmente en el contexto de su renovado interés bilateral en la región del Sahel, que es tanto una tierra de oportunidades como lo es de desafíos. Aunque tiene abundantes recursos humanos y naturales, lo que ofrece un enorme potencial para un rápido crecimiento, existen desafíos profundamente arraigados –ambientales, políticos y de seguridad– que pueden afectar la prosperidad y la paz del Sahel. Sin embargo, la colaboración de Rusia con los países del Sahel se basará en el derecho internacional, principalmente en la Carta de las Naciones Unidas, las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la Estrategia Global Contra el Terrorismo de las Naciones Unidas.
Niger y la caída del último bastión occidental en el Sahel
El Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CNSP), junta militar gobernante en Níger, decidió revocar “con efecto inmediato” el acuerdo de cooperación militar con Estados Unidos, firmado en 2012, considerando “ilegal” la presencia de tropas de este país en el territorio nigerino.
Así lo anunció el coronel mayor Amadou Abdramane, portavoz del Gobierno del CNSP, en un comunicado emitido en la televisión nacional, en el que indicaba que la presencia militar de EEUU en Níger “viola todas las normas constitucionales y democráticas que exigirían que el pueblo soberano fuera consultado sobre la instalación de un Ejército extranjero en territorio nacional”. Esta decisión se ha producido pocos días después de la visita a Niamey de una delegación estadounidense encabezada por la subsecretaria de Estado para Asuntos Africanos, Molly Phee, con el objetivo de continuar las negociaciones iniciadas en agosto con los líderes del CNSP sobre la transición de Níger a un gobierno democrático. Níger desempeñaba una función central en las operaciones militares de Estados Unidos en la región africana de Sahel y albergaba una importante base aérea.
La junta nigerina reorientó su política exterior, comenzando con la ruptura de los acuerdos de cooperación militar con Francia, que había sido hasta entonces un aliado inquebrantable y los últimos soldados franceses abandonaron el país a finales de diciembre. Todo indica que estas rupturas están orientadas a sellar acuerdos con Rusia, que como dijimos ya está presente en la región.
Las African Corps rusas desembarcan en el Sahel
Un contingente de personal militar ruso desembarcó en Ouagadougou, la capital de Burkina Faso, en lo que parece ser el primer despliegue significativo de tropas rusas en el país. Según el comunicado publicado junto con las primeras imágenes del despliegue, las tropas rusas llegan para garantizar la seguridad del líder del país, Ibrahim Traoré, y del pueblo burkinés frente a los ataques terroristas.
El despliegue en Burkina Faso se produce en medio de una reestructuración más amplia de las operaciones militares privadas rusas en África tras la muerte de los fundadores del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin y Dmitry Utkin, en un accidente de avión en agosto de 2023. Este despliegue parece haberse orquestado bajo el estandarte de “African Corps”, la nueva marca para las operaciones de Rusia en el continente africano.
Esta organización militar parece tomar el testigo de la arquitectura de seguridad establecida por Wagner, pero bajo una estructura de mando más centralizada en el Ministerio de Defensa ruso. Si bien esta parece ser la primera prueba visual de su presencia sobre el terreno, durante los últimos meses African Corps ha estado asumiendo gradualmente el control de las operaciones de Wagner en Mali, Libia y, en menor medida, la República Centroafricana.
Las primeras operaciones de African Corps tuvieron lugar en Bamako para ayudar al ejército maliense a tomar la ciudad estratégica de Kidal. Al personal heredado de Wagner se le ofreció la posibilidad de renunciar o de poder continuar su trabajo para una agencia gubernamental, estando permitido usar viejas insignias y preservar ciertas tradiciones.
African Corps, delinea su misión en proporcionar seguridad, apoyo a la infraestructura y asistencia humanitaria en África, incluyendo medidas para combatir pandemias y salvaguardas contra amenazas terroristas. Esta formalización de la presencia militar de Rusia en África representa un alejamiento de la estrategia de negación plausible a menudo asociada con las operaciones del Grupo Wagner.
No obstante, sería poco acertado pensar que el Grupo Wagner actuaba con absoluta independencia. Si bien Prigozhin desempeñó un papel fundamental en la expansión de la influencia militar rusa en el continente, Wagner dependió en gran medida de la financiación y el apoyo administrativo del gobierno ruso. Esta colaboración permitió que Wagner se posicionara como representante del Estado ruso y como una empresa privada, facilitando su compromiso con los gobiernos africanos y los intermediarios locales.
La presencia de los soldados rusos en Burkina Faso ha generado especulaciones sobre los objetivos estratégicos de Rusia en la región. La formación de African Corps, también llega en un momento caliente en el Sahel, donde las fuerzas occidentales o han logrado fortalecerse y han fracasado en los objetivos para los que fueron creadas y por lo que permanecían en la región. Entonces la posición de Rusia en África contrarresta la influencia occidental en la región.
El despliegue de tropas rusas en Burkina Faso subraya la evolución de la dinámica de la competencia geopolítica en África, con Rusia posicionándose como un socio de seguridad alternativo para las naciones africanas desilusionadas con las alianzas occidentales tradicionales. A medida que African Corps afirma su presencia en el continente, las implicaciones para la estabilidad regional y el equilibrio de poder en África probablemente resonarán mucho más allá de las fronteras de Burkina Faso.
El despliegue de tropas rusas en Burkina Faso bajo la marca de African Corps representa un desarrollo significativo en el panorama geopolítico de África. A medida que Rusia busca expandir su influencia y afirmarse como un actor clave en los asuntos de seguridad africanos, las implicaciones para la estabilidad regional y la geopolítica global son susceptibles de tener repercusiones de gran alcance. Con intereses y rivalidades en juego, África se encuentra en el centro de un juego geopolítico complejo, con la entrada de Rusia agregando otra capa de dificultad a un panorama ya de por sí complicado.
*Beto Cremonte es docente, profesor de Comunicación Social y Periodismo, egresado de la UNLP, Licenciado en Comunicación Social, UNLP, estudiante avanzado en la Tecnicatura superior universitaria de Comunicación pública y política. FPyCS UNLP.