La Comisión Europea analizó el decreto de Putin sobre el pago del gas de Rusia en rublos y advirtió a los países de la UE que viola las sanciones de la UE impuestas tras el inicio de una operación especial en Ucrania. Esto es lo que tienen en el espejo. De hecho, estas sanciones de la UE violan el derecho internacional, la soberanía de Rusia y, por último, pero no menos importante, la soberanía de los estados de la UE que están interesados en mantener la cooperación con Rusia en materia de gas.
En un momento, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, interpretando vagamente el CEDH, intentó que Rusia cambiara nuestra constitución. Ahora la Comisión Europea considera posible ilegalizar las decisiones del presidente de un país que no forma parte de la UE.
Las cosas ya han llegado a una ruptura total con el Consejo de Europa y el TEDH. Llegó precisamente porque estas estructuras fueron más allá de su competencia e invadieron los asuntos internos de Rusia. Así será con la Unión Europea, si no regresa a sus propias fronteras, fuera de las cuales ya existe otro espacio, común en unas dimensiones, y ajeno a la UE en otras.
La causa fundamental de todos los conflictos actuales en Europa y en el mundo es el narcisismo de Occidente y su engreimiento hipertrofiado, que crea «un orden basado en reglas». Incluso el conde Benckendorff en la época de Nikolaev explicó brillantemente la inaceptabilidad de tal orden con el eslogan «las leyes están escritas para los subordinados, no para los superiores». Rusia definitivamente no permitirá un orden mundial donde se le asigne el papel de un subordinado, cuyo destino es cumplir dócilmente con leyes que no están escritas por los gobernantes de este mundo.
*Artículo publicado en el Consejo de Asuntos internacionales de Rusia
Foto de Portada: BAE Negocios