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Por qué la Unión Africana debería intervenir en la crisis de Gaza

Por Hubert Kinkoh*-
A diferencia de su ambigua respuesta a la guerra entre Rusia y Ucrania, la posición de la UA sobre la destrucción de Gaza ha sido clara.

Aunque no se trata de una crisis africana, el conflicto entre Israel y Palestina afecta al continente. Sin embargo, no todos los Estados miembros de la Unión Africana (UA) ven la necesidad de involucrarse en la búsqueda de soluciones. Lo consideran un problema externo a pesar de su contexto global y la amenaza que representa para África.

¿Deben los líderes africanos participar en el esfuerzo internacional por silenciar las armas en Gaza? ¿Podría esto reforzar la creciente capacidad de acción global de la UA?

El conflicto ya afecta directa e indirectamente al panorama económico, diplomático y de seguridad de África. La solidaridad mostrada por los ciudadanos ha contribuido a agravar la ya tensa relación entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes en varios países. En Kenia, la policía interrumpió con mano dura una protesta a favor de Palestina a pesar de que se había concedido permiso previo para la manifestación. Se han registrado protestas similares en países como Egipto y Sudáfrica.

Además de los múltiples efectos de la COVID-19, el cambio climático y la guerra entre Rusia y Ucrania, una crisis prolongada en Oriente Medio podría dificultar aún más la recuperación de África de su lento crecimiento económico. Esto podría empeorar las relaciones entre los Estados y los ciudadanos y aumentar la vulnerabilidad de los Estados débiles a las convulsiones, lo que afectaría a la estabilidad política. Las perturbaciones comerciales, la volatilidad de los precios del petróleo y el gas y el aumento de los costos de importación ya son una realidad. La economía de Egipto, que depende en gran medida del turismo, las remesas y los ingresos del Canal de Suez, se ha visto muy afectada.

La crisis de Gaza también complica las relaciones entre los países africanos, entre la UA e Israel y entre África y los principales aliados de Israel. Al igual que en el caso de la guerra entre Rusia y Ucrania, el conflicto está profundizando las divisiones en la UA entre quienes apoyan el derecho de Israel a la legítima defensa y quienes priorizan la protección de las vidas palestinas. El reto de la UA es equilibrar su apoyo de larga data a Palestina con el fortalecimiento de las relaciones entre Israel y algunos países africanos antes del pasado mes de octubre, cuando Hamás atacó a Israel.

Otro problema es que la crisis desvía la atención de los socios para el desarrollo y de la comunidad internacional de las necesidades de África. Estados Unidos, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Egipto han sido centrales en los esfuerzos diplomáticos para resolver la guerra civil de Sudán, que ha matado a más de 15.000 personas y ha expuesto a casi un millón a una «hambruna catastrófica». Desde que comenzó la guerra de Gaza, su atención a la solución de la crisis de Sudán y otras inseguridades africanas ha disminuido.

A medida que la atención se desplaza desde las crisis de África, el despliegue y la financiación de las operaciones de mantenimiento de la paz en algunas partes del continente también podrían verse obstaculizados. A pesar de la reciente adopción de la Resolución 2719 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) y su potencial para mejorar la financiación de las misiones de paz africanas, los recursos para las iniciativas de paz y seguridad serán limitados.

El aumento del gasto militar en apoyo de Israel por parte del principal contribuyente de la ONU, Estados Unidos, perpetúa las respuestas militares en lugar de diplomáticas al conflicto y se sumará al preocupante aumento del gasto militar mundial, que rondó los 2,2 billones de dólares en 2023. El impacto ya es evidente en el límite impuesto por el Congreso estadounidense a la financiación de las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU y del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. El enorme costo de la reconstrucción en Gaza, estimado en 50.000 millones de dólares, podría tener importantes consecuencias para la estabilidad y el desarrollo de África.

La situación en Gaza se desarrolla en un momento en que el papel de la UA como actor global, previsto en su plan Agenda 2063, está ganando cada vez más reconocimiento. Pero para consolidar este papel, la UA debe demostrar su relevancia aportando respuestas a cuestiones multilaterales. Gaza ofrece a África una oportunidad de sumarse a la búsqueda mundial de la paz y la estabilidad.

A diferencia de su respuesta ambigua a la guerra entre Rusia y Ucrania, la posición de la UA sobre la crisis de Gaza ha sido clara. El Presidente de la Comisión de la UA, Moussa Faki Mahamat, condenó la violencia y pidió el fin de las hostilidades. Ha subrayado la necesidad de cooperación internacional para proporcionar asistencia humanitaria a los habitantes de Gaza y poner fin a la ocupación israelí de tierras palestinas de conformidad con las resoluciones internacionales.

Esta postura se reafirmó en la 37ª cumbre de la UA, donde la cuestión recibió una enorme atención. Los líderes africanos condenaron la ofensiva israelí y respaldaron la demanda de Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Una delegación de la UA hizo una presentación oral en las audiencias de la CIJ sobre el estatus legal de la ocupación israelí de los territorios palestinos. Y la UA instó a Israel a cumplir con las decisiones de la CIJ, levantar su asedio a la Franja de Gaza e implementar un alto el fuego permanente.

A pesar del apoyo de larga data de la UA a Palestina –que podría decirse que forma parte de su identidad panafricana–, el organismo podría desempeñar un papel útil a corto plazo, más allá de sumar su voz a los llamados a un alto el fuego. Podría lograr que Hamás y sus partidarios suavizaran su postura sobre la liberación de los rehenes israelíes, lo que contribuiría en gran medida a resolver una de las razones fundamentales de Israel para la guerra.

La UA podría aprovechar la cordial relación de Israel con la mayoría de los Estados africanos para suavizar la resistencia de Tel Aviv a adoptar un alto el fuego. De conformidad con el artículo 7(k) del Protocolo del Consejo de Paz y Seguridad de la UA, el organismo continental podría considerar la posibilidad de presionar para que se refuerce la participación internacional en el nivel de las Naciones Unidas a través de sus canales diplomáticos y de los tres miembros africanos del Consejo de Seguridad. Esto podría implicar el apoyo a una respuesta humanitaria sólida y a compromisos diplomáticos para evitar una mayor escalada de la crisis.

Estos esfuerzos deberían estar encabezados por los presidentes de la Asamblea y la Comisión de la UA, que deberían aprender de las anteriores intervenciones de la UA en el conflicto entre Rusia y Ucrania. La iniciativa podría ayudar a evitar una catástrofe en Gaza y sus consecuencias para el continente, así como a reforzar la credibilidad de África en los asuntos mundiales.

*Hubert Kinkoh, Investigador, Gobernanza de la paz y la seguridad en África, ISS Addis Abeba

Artículo publicado originalmente en ISS Africa

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