Esa frase fue la clave para embarcarse en una etapa cuyos resultados se hicieron evidentes pocos años más tarde, cuando la dirección de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) decidió seguir adelante con los Acuerdos de Oslo, y su pretexto para ello era que esta es “una decisión nacional palestina independiente”; esta frase contribuyó a asestar un gran golpe a las luchas árabes en contra de la ocupación israelí de Palestina, así como facilitó la salida de potencias mundiales del espectro del enfrentamiento con el representante más poderoso del brutal capitalismo occidental en el mundo, a saber, «Israel».
Transcurrieron tres décadas y el programa de acción liderado por Estados Unidos, con el apoyo de los países coloniales de Europa y los árabes y palestinos que giran en su órbita, ha logrado convertir la cuestión palestina en una “cuestión humanitaria” que atañe a un grupo de personas que enfrentan un problema con una pandilla que se apodera de sus derechos civiles; nos habíamos perdido en guerras y laberintos que terminaron con elevar el techo de las exigencias de las fuerzas aliadas de Estados Unidos en el mundo árabe contrarias a la injerencia en la causa palestina, considerándola un tema que solo concierne a los palestinos, fragmentando a los palestinos desde el interior haciéndolos vivir en cuadrantes enfrentados y enfrentando todas las crisis políticas, económicas y de identidad, desde Gaza, hasta al Quds (Jerusalén), Cisjordania, los territorios del cuarenta y ocho, hasta la diáspora; no quedo un partidario en el mundo que deseara restaurar el respeto y el compromiso con la cuestión palestina como una causa pública, que concierne a árabes, musulmanes y a todos los pueblos libres del mundo, a excepción de unos pocos que han mantenido su postura y rol hasta este momento, ignorando todas las presiones, incluso las de algunos palestinos, esta minoría ya no son unos pocos, sino que se ha convertido en una gran potencia en la región llamada el eje de la resistencia y liderada por Irán!
Nadie en su sano juicio involucrado en la batalla por liberar a Palestina, podría ocurrírsele que el papel central podría provenir de una fuerza que no pertenezca al pueblo palestino, y ninguna persona piensa o pensaría estando en su sano juicio, actuar en esta gran batalla de manera aislada al papel central del pueblo palestino y de sus de fuerzas de resistencia; pero lo que sucede entre una ronda y otra de confrontación con el enemigo, es que algunos palestinos con tendencias aislacionistas y árabes que se han declarado aliados de «Israel», y voces en el mundo islámico y occidental, salen recitando en nuestros oídos la cantaleta que reza: “la formación del liderazgo palestino independiente capaz de tomar decisiones adecuadas para el enfrentamiento con el enemigo, un liderazgo capaz de determinar el techo de las exigencias así como el límite del enfrentamiento”.
Hoy, mientras estamos en el corazón de una batalla feroz cuyo objetivo claro y declarado es fijar ecuaciones que permitan reconectar lo desconectado de comunicaciones políticas y de lucha entre las comunidades palestinas dentro y fuera de Palestina, estas voces vuelven a emerger en forma de consejos dirigidos a las fuerzas de la resistencia o en forma de presiones sobre las fuerzas y bases populares palestinas; estos no solo pretenden limitar el problema palestino a una masa, lugar y tiempo, sino que básicamente buscan difundir la ilusión de que la resistencia palestina es capaz, sin una ayuda seria de fuera de los muros, de imponer nuevas ecuaciones militares, políticas y de seguridad, estos quienes se aliaron con el diablo para enfrentar a fuerzas y gobiernos del eje de la resistencia con el pretexto de defender a los pueblos y a la decisión nacional independiente, son los mismos que hoy intentan sugerir que la resistencia palestina es capaz sola, sin apoyo y respaldo real, construir capacidades militares que puedan invertir las ecuaciones; y ellos saben muy bien que este no es el caso y, por supuesto, no se pretende subestimar el tremendo esfuerzo de las fuerzas de la resistencia palestina en la construcción de sus propias capacidades, sino más bien el propósito es afirmar claramente que la resistencia en el Líbano no hubiera sido capaz de expulsar a la ocupación israelí el año 2000, o frustrar su guerra en el año 2006, sin un apoyo claro, directo y fuerte de los gobiernos del eje de resistencia, principalmente Damasco y Teherán; esto nos lleva a repetir lo que dijo Yahya al Sinwar, el líder de Hamas en Gaza, sobre el papel de las fuerzas y gobiernos del eje de la resistencia en la construcción del arsenal militar de las Brigadas de Al Qassam, las mismas palabras han sido pronunciadas por los líderes de la “Yihad Islámica” y el resto de las facciones, incluida un ala principal de las Brigadas de los Mártires de al Aqsa perteneciente al movimiento al Fatah.
Ha llegado el momento de salir del discurso aislacionista con el pretexto de adoptar una decisión palestina independiente; la resistencia es la única opción y no puede triunfar sin apoyo externo.
El problema aquí es sobre el próximo curso de la batalla; un curso que debe ser claro, transparente y sin ninguna tergiversación; esto está relacionado con decidirse por la resistencia armada como carta fundamental para obligar al enemigo a que mire las cosas de una manera diferente; esto significa que no se espera permitir que los intrusos regresen a un juego cuyo objetivo real es crear un marco que impida el avance cualitativo hacia la construcción de los frentes tanto el árabe, como el islámico e incluso el mundial cuyo el fin es recuperar el estado de derecho en Palestina.
Estos intrusos son de tres tipos:
Uno que ya hemos conocido y que sigue activo en nombre de la Autoridad Palestina y los restos del templo en ruinas de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y abarca un gran ejército que incluye a teóricos, funcionarios, académicos, hombres de seguridad, empresarios y un sistema social que tiene ramificaciones dentro y fuera de Palestina; estos se asemejan a los funcionarios de nuestras autoridades en el Líbano que no abandonan sus cargos salvo que los expulsen; y seremos testigos de actividades de estos bajo el encabezado de que son la alternativa a la resistencia, con la apuesta de que el enemigo y occidente les volverá a dar nuevamente un papel, y estos saben de antemano que el único papel que el enemigo quiere que cumplan no será sino el que inicien una guerra civil en contra de las fuerzas de la resistencia y de su público.
Un segundo tipo es el equipo que ha estado involucrado en proyectos de normalización directa, y estos representan gobiernos y una compleja gama de intereses en más de un nivel y volverán a la vieja cantaleta de que la resistencia no es una opción, y que si un grupo decide recurrir a la resistencia, dejen que lo haga solo, y será responsable de sus propios actos; estos partidos defenderán sus intereses y está claro que tienen intereses cruzados con el enemigo israelí; estos exagerarán señalando que el problema tiene su origen en el conflicto palestino-palestino, por lo que asistimos al nacimiento de nuevos especímenes como Muhammad Dahlan y sus semejantes.
El tercer tipo, y este es el más maligno, es el equipo que ha trabajado durante la última década con la idea de la “democracia”, y es el equipo que se encuentra repartido entre los diversos círculos culturales, mediáticos y grupos de la sociedad civil, y tiene fuertes vínculos con los hostiles centros de toma de decisión en occidente, así como con las capitales árabes que no solo están interesados en destruir a los países de la resistencia y sus bases, sino en hacer que la cuestión palestina no sea un tema que concierna a los pueblos de estos países; han gastado millardos de dólares durante la última década, especialmente en los países del anillo, desde Egipto hasta Jordania, Siria, Líbano e incluso Iraq, intentando ocupar a estos pueblos con temas que constituyen una preocupación real para estos pueblos; estos grupos han trabajado en todas las trincheras, desde la promoción de tensiones sectarias y políticas, de presentar al elemento iraní como un peligro igual al peligro sionista, además de realizar un esfuerzo sin precedentes para hacer que la gente actúe como si lo que está sucediendo en Palestina estuviese sucediendo en otro planeta, pero más que eso, estos han actuado con fuerza en dos países, como Iraq y Siria, para convertir específicamente a las fuerzas palestinas e islámicas en oponentes y participes de las crisis nacionales que han sufrido estos dos países.
Este tercer tipo, siendo el más insidioso, sabe que lo que han presenciado Líbano, Iraq y Siria en los últimos días, no fue un evento ordinario, artificial o fugaz; de repente, la cuestión Palestina y la cuestión de al Quds (Jerusalén) volvieron a ser un tema candente, haciendo que la gente apoyara a los palestinos como tema de reflexión de cada instante; y si alguien intenta chantajear a las fuerzas de la resistencia señalando que es necesaria su participación directa en la batalla, basta con decirles a estos que la coordinación se produce diariamente sobre el terreno entre la dirigencia de la resistencia en Gaza y la dirigencia del eje de la resistencia desde el Líbano, a Siria, Irán y hasta Yemen; pero el tema está relacionado con la ola popular que devuelve la consideración a la causa palestina no como un tema que necesita de la solidaridad humanitaria, sino porque es parte de la causa de la liberación que necesitan todos estos países para deshacerse de la carga que representa el colonialismo occidental directo o por medio de «Israel».
Esto es lo que hace que la gente le corresponda decir con franqueza:
Después de hoy, nadie sobre la faz de la tierra puede disponer del estado de derecho en Palestina y que el eje de la resistencia, percibe lo que está sucediendo ahora en términos de enfrentamientos militares, civiles y políticos, como una lección excepcional que ayuda a fundar para la próxima etapa… y que la opción de la resistencia no está sujeta a cuestionamiento, sino más bien los que tienen otras opciones deben buscar un forma, ya sea para reposicionarse de una manera que requiera una revisión real, o prepararse para alejarse de la escena por la fuerza del propio acto de resistencia.
Notas:
*Periodista
Fuente: Al Akhbar