Durante los primeros días de abril, España autorizó la construcción de una filial de Navantia en Arabia Saudita denominada Navantia Saudi Arabia, LLC. Gracias a la aprobación del Consejo de Ministros (PSOE+UP) y a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), propietaria de Navantia, esta filial contará con un capital social de 3,4 millones de euros, suscrito al 100% por la compañía pública naval.
En 2018 se había firmado un contrato entre Navantia y Arabia Saudita por importe de 1.813 millones de euros, para el diseño, construcción y entrega de cinco corbetas Avante 2200 que incluye, entre otros servicios, un paquete logístico, la formación de las tripulaciones, el suministro de equipos y el apoyo al ciclo de vida de los barcos durante cinco años desde su entrega, y el personal de mantenimiento de la Base Naval de Jeddah.
El 28 de marzo, Navantia botó la tercera de las cinco corbetas que forman parte del contrato y que se están construyendo en los astilleros de San Fernando, Bahía de Cádiz, para la Marina Real de Arabia Saudita. Durante la botadura se escucharon los himnos de España y Arabia Saudita.
¿QUÉ ES NAVANTIA? ¿A QUÉ SE DEDICA?
Navantia es una empresa pública española referente en el diseño y la construcción de buques militares y buques civiles de alta tecnología. Opera en el sector de la construcción naval militar y civil, con actividad complementaria en otros mercados como el eólico marino.
El grupo Navantia, como sociedad mercantil estatal que forma parte del sector público empresarial del Estado, sigue en esta materia el criterio establecido por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, al que está adscrito a través de la SEPI.
Según describen en su portal web, “la empresa es referente mundial en las siguientes líneas de actividad:
- Diseño y construcción de buques militares y civiles de alta tecnología.
- Diseño y fabricación de sistemas de control y combate.
- Transferencia de tecnología.
- Reparaciones y transformaciones de buques militares y civiles.
- Apoyo al Ciclo de Vida de sus buques y sistemas.
- Fabricación de motores diésel.
- Fabricación de turbinas”.
Además, Navantia se describe como la “primera empresa española de tecnología naval militar y una de las principales en el mundo. Dedica un gran esfuerzo a I+D+i con el objetivo de adaptarse a las necesidades del mercado.
La compañía mantiene acuerdos con socios tecnológicos y estratégicos (Lockheed Martin, Indra, Thales, MTU, etc.), así como con socios locales para construir buques en sus países.
Su principal cliente nacional es la Armada española. En el exterior, NAVANTIA ha suministrado buques a varios países del mundo y ha impulsado su presencia en programas navales internacionales. En la actualidad, tiene filiales en Australia y Brasil, así como oficinas comerciales en India, Oriente Medio, Turquía y Noruega”.
EL NEGOCIO DE LA GUERRA
España, a pesar de ser uno de los países europeos más golpeados por la pandemia, y ser de los más interesados en los fondos de recuperación de la Unión Europea, ha aumentado un 10,3% el gasto militar, respecto del año anterior, según los presupuestos generales para 2021, presentados por el gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos.
Sin embargo, España se destaca más por la exportación de armas, posicionándose en séptimo lugar en el mundo. En el primer semestre de 2020 alcanzó la autorización de exportación de armas más alta de los últimos 10 años, con 22.544,8 millones de euros.
Además, como explica la Coordinadora de campañas en Europa del Comité Nacional Palestino de Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel (BNC), Alys Samson Estapé, en un artículo publicado en El Salto, a fines de enero de 2021, las exportaciones de armas se convirtieron en un campo de batalla para los poderes regionales.
“La industria de defensa española, a la que se atribuye el 7,8% del PIB industrial español, es un asunto relevante para cinco comunidades: Madrid, Andalucía, Castilla- la Mancha, Galicia y el País Vasco. Catalunya, a pesar de ser una región con un considerable peso industrial, carece de una impronta en este sector, al menos no en el sector de defensa. Otra cosa son los productos de doble uso, civil y militar.
Pero la verdadera capital de la industria militar es Madrid, con más del 65% de las empresas con sede fiscal en aquella comunidad. Le siguen, por este orden, Andalucía, que dispone de plantas de ensamblaje de aeronaves de Airbus y los astilleros de Navantia; el País Vasco, con una importante tradición en la industria del armamento, que obliga al gobierno autonómico a jugar con las dos piernas, defendiendo al sector a la vez que trata de calmar al inquieto movimiento pacifista vasco; y Galicia, que también tiene astilleros de Navantia. Se estima que el sector da trabajo a 150.000 personas”.
España también lidera el ranking de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con mayor número de empresas vetadas para colaborar en los proyectos de desarrollo del Banco Mundial. Según edescribe el abogado Juan Carlos Rois (30/01/21), España es “número dos de la UE en participación en misiones militares en el exterior, número dos en misiones militares de la ONU (detrás sólo de EEUU), número siete del mundo en exportación de armas, número 4 de Europa (solo por detrás de Bosnia, Kosovo y Montenegro) en número de parados, número 30 en el índice de corrupción de Tranparency International, uno de los primeros números de nuestro entorno en partidos políticos corruptos, algunas de las principales fortunas del mundo, amasadas de forma poco decorosa, y así sucesivamente”.
Además en su análisis, Rois, describe la trama de las empresas españolas implicadas en prácticas corruptas e industria militar.
Estapé también enumera las tres ferias de armas que tenía programadas el Estado Español para el 2021:
- la Aerospace & Defense meetings Sevilla 2021, que estaba prevista del 2 al 4 de febrero y que se ha pospuesto a mayo (en su página web ahora figura como fecha de la feria del 26 al 27 de mayo), y se celebrará en el Fibes – Palacio de Congresos y Exposiciones, propiedad del Ayuntamiento de Sevilla;
- FEINDEF, que se pospuso de mayo a noviembre (y sigue programada del 3 al 5 de ese mes) y se celebrará en otro espacio público, el IFEMA, un consorcio formado por la Comunidad de Madrid (31%), el Ayuntamiento de Madrid (31%), la Cámara de Comercio (31%) y la Fundación Montemadrid (7%), una entidad sin ánimo de lucro que se define a sí misma como impulsora de la inclusión, el acceso a la educación, el empleo, la cultura y la conservación del medio ambiente;
- y hasta el pasado 11 de diciembre estaba prevista otra feria de armas para finales de mayo, la Electronic Warfare Europe.
CONTRA EL PUEBLO YEMENÍ Y SAHARAUI
España, junto a Navantia, han exportado armas militares a Arabia Saudita y Marruecos, dos países que violan los derechos humanos y cometen crímenes de guerra atacando indiscriminadamente a los pueblos de Yemen y Sáhara Occidental, respectivamente.
A pesar de varios conflictos entre España y Marruecos por las aguas marítimas de Canarias, las migraciones, y la reclamación marroquí de las ciudades Ceuta y Melilla, Navantia firmó contrato, a comienzos de este año, con la Marina Real de Marruecos para el diseño y construcción de un patrullero de altura, un buque utilizado generalmente para misiones de defensa costera. Navantia ya habría suministrado patrulleros y una corbeta a Marruecos en los años ochenta, por lo que este contrato, apoyado por el Gobierno, busca retomar ese camino y fortalecer el Plan Estratégico de la Empresa para ampliar la exportación en el ámbito internacional.
El Reino de Marruecos, impone su sistema colonial de opresión y saqueo hacia el pueblo saharaui, hace más de 40 años.
Explica Néstor Prieto, “La Unión Europea es un elemento clave en el conflicto; el sillón de Francia en el Consejo de Seguridad de la ONU, el papel de España como potencia administradora de iure, o la influencia mundial que juega el club comunitario ha convertido este espacio en uno de los escenarios de batalla diplomática prioritarios para ambas partes”.
En febrero, la Ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, comenzó una gira por el Golfo. Comenzó por Emiratos Árabes Unidos, continuará por Arabia Saudita y luego por Qatar.
La mayor parte de los ataques perpetrados contra el pueblo yemení, a casas civiles, mercados, hospitales y escuelas, los bloqueos y como consecuencia la hambruna, la falta asistencia médica y la miseria de Yemen, son cometidos por la coalición militar liderada por Arabia Saudita y los emiratos Árabes Unidos.
Según explica Estapé, “la coalición se beneficia de productos militares fabricados por empresas europeas: los aviones de combate Typhoon y Tornado, indispensables para la guerra aérea, son el resultado de producciones conjuntas que incluyen varias empresas europeas, BAE, Airbus Defence and Space GmbH (Alemania), Airbus Defence and Space S.A. (España) y Leonardo para el Typhoon, así como también Leonardo, BAE, Airbus, y Panavia Gmbh (Alemania) para el Tornado”.
España le vendió armas a Emiratos Árabes Unidos, por un valor de 193 millones de euros entre 2018 y 2019.
Arabia Saudita, en donde se aprobó la construcción de una filial de Navantia, ha utilizado armas españolas contra Yemen. No obstante, España continuó exportando material militar por unos 270 millones de euros entre 2018 y 2019, según los informes de la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Margarida Méndez. Antes, entre 2010 y el primer semestre de 2015, se habían vendido armas por 1.200 millones de euros.
La venta de mayor importe fueron dos aviones de transporte militar y munición, por 190,5 millones, en 2018; pero la industria española también exportó a Arabia Saudí granadas de mortero, munición de artillería, bombas guiadas láser de aviación y sistemas porta morteros o elementos para aviones, entre otros, analizaron desde InfoLibre.
En 2020, Xiana Margarida Méndez, defendió la venta de armas a Arabia Saudita y expresó «el Ejecutivo tiene muy claro que el principal objetivo de control de comercio exterior del material de defensa es la protección de los Derechos Humanos y no hay ningún elemento que tenga más fuerza que éste, ni económico, ni siquiera la protección de empleos». Sin embargo los principales argumentos a la hora de sostener los negociados de exportación de armas son la creación de puestos de trabajo en las zonas españolas donde más desocupación hay, y la entrada dinero al país.
Pero especialmente, no pueden sostener que tienen como prioridad la protección de los Derechos Humanos si continúan vendiendo armas a la coalición Arabia Saudita y a Emiratos Árabes Unidos.
Según Amnistía Internacional, “en el primer semestre de 2020, según los últimos datos oficiales continuaron las ventas a ambos países. En esos seis meses, el Gobierno -español- concedió 16 autorizaciones de exportación de material de defensa (casi el 90% en munición y aviones) a Arabia Saudí por valor de casi 100 millones €. Las exportaciones realizadas ascendieron a 32 millones (21 en munición y casi medio millón € en bombas, torpedos, cohetes y misiles, susceptibles de ser usados en Yemen).
En cuanto a Emiratos Árabes Unidos, en el primer semestre de 2020, el Gobierno español concedió 14 autorizaciones de material de defensa por valor de 22,5 millones, de los cuales 22,2 millones fueron en munición y el resto en armas pequeñas y blindados susceptibles de ser usados en Yemen. Las exportaciones realizadas (munición, blindados y aviones) fueron por importe de 19,8 millones, y eran susceptibles de ser usadas en Yemen. En definitiva, tras denegar una autorización de exportación de bombas en el segundo semestre de 2018, nada ha cambiado y las cifras de autorizaciones y exportaciones son similares a otros años, con una media de 40 millones anuales en autorizaciones y 50 de exportaciones”.
España debe dejar de venderle armas a Arabia Saudita y a Emiratos Árabes Unidos, deben dejar de ser cómplices de la opresión, destrucción y muerte del pueblo yemení. Aunque, el contrato autorizado para la creación de una filial de Navantia en Arabia Saudita, no hace otra cosa más que reforzarlo.