Colaboraciones Nuestra América

México: entenderse con Trump está en chino

Por Daniel Martínez Cunill*. –
En México hay un dicho popular: “Asustar con el petate del muerto” que es un refrán que refiere a cuando alguien pretende causar miedo a otras personas agitando el espectro de la muerte. Así entonces, digamos que Trump desde su campaña viene amenazando a México con el petate del muerto y sus aires de matón supremacista.

Trump no es un político (por lo menos en el sentido clásico), es un empresario y su mentalidad se rige por el principio de costo/beneficio. No es un Homo Politicus, más bien parece pertenecer a la especie Homo homini lupus. Desde allí entonces, amenaza con devorarnos, así como a Panamá, Groenlandia, Canadá y a cualquiera que se cruce con sus aspiraciones de convertirse para sus ciudadanos en el líder de la Gran América y gendarme del resto del mundo.

A Trump lo engendran las ideas nacionalistas y los movimientos conservadores originarios de la clase media estadounidense. El hábil manejo mediático de las frustraciones de millones de trabajadores, que consideran ser víctimas de la globalización, sumados a un lenguaje nacionalista desafiante le han dado una base de votos indiscutible. Sin duda su estilo personal resulta para muchos un defecto, pero para la media norteamericana resulta ser una cualidad.

Queda por ver si sus contradictorios proyectos económicos lograrán satisfacer a empresarios y trabajadores, así como su imperativo de superar a China en la disputa por la hegemonía mundial en lugar de llevarlo al triunfo no lo precipitan en la derrota.

Creemos que México no puede ni debe caer en la trampa de la arrogancia de EEUU y lo peor que se podría hacer es ceder ante sus amenazas. Por el contrario, una postura de soberanía e independencia deben advertirle a Trump que no obtendrá resultados a favor con una política de agresiones y sanciones unilaterales y que el costo de una confrontación sería muy elevado para ambas naciones.

Los que no atemorizan, pero si convocan a una estrategia política mexicana que combine defensa y ataque, son el grupo de cyberoligarcas en los cuales el nuevo presidente estadounidense a delegado algunas de las responsabilidades más sensibles en el panorama mundial.

El Proyecto 2025

Especial relevancia adquiere la propuesta de la Heritage Foundation, Think Tank, y fuente ideológica de Convención Nacional Republicana, contenido en el Proyecto 2025.

¿En qué consiste el Proyecto 2025? Es una propuesta con una visión cristiana, de extrema derecha, para el segundo mandato de Trump que sugiere transformar al FBI en una entidad con motivaciones políticas; abolir el Departamento de Educación; y desmantelar la Asociación Nacional Oceánica y Atmosférica (que, entre otras funciones, rastrea los huracanes) porque es parte de una “operación colosal que se ha convertido en uno de los principales impulsores de la industria de alarmas sobre el cambio climático”.

Esto incluye reformas regulatorias e impositivas, beneficios para los credos religiosos y fuertes restricciones a los derechos individuales, de género y desregulaciones ambientales.

Las reformas sugeridas aumentan el riesgo de concentración de poder. Si se tiene en cuenta que los republicanos van a dominar el Senado y la Cámara de Representantes y cuentan con una Corte Suprema con supremacía conservadora, la posibilidad de un proceso sin contrapesos institucionales se vuelve un peligro latente que va contra la Constitución.

En realidad, estas ideas pertenecen a una plataforma conocida como Agenda 47 (denominada de esa manera debido a que Trump se convertiría en el presidente número 47) y en el centro de sus planes está una reforma drástica del Gobierno, la eliminación de algunas agencias federales y una amplia expansión del poder presidencial. Hay varias figuras de su entorno comprometidos en la redacción de la plataforma. Ellos son el ex director John Mc Entee, el ex asesor principal Stephen Miller, el ex secretario de Vivienda Ben Carson, Ken Cuccinelli, ex subsecretario de Seguridad Nacional, el exjefe de gabinete Mark Meadows, el abogado durante su juicio político Jay Sekulow y dos de los consejeros legales de su fallido intento de revocar las elecciones presidenciales de 2020, Cleta Mitchell y John Eastman, entre otros. 

La contundencia de su victoria electoral y la idea de muchos sectores del trumpismo de avanzar más rápido en reformas de carácter conservador, dan a entender que la implementación de muchas de estas medidas estarán dentro de la agenda de prioridades del nuevo presidente. 

Particularmente delicado puede ser el caso de Cuba. Trump colocó al frente de la política exterior de su país a un representante de la extrema derecha, el senador republicano Marco Rubio. Así mismo nombró a Mauricio Claver-Carone como Enviado Especial del Departamento de Estado para América Latina, un ultraconservador que trabajó en el Departamento del Tesoro y el FMI y que creó grupos anticomunistas en Estados Unidos. Tanto Rubio como Claver-Carone son de origen cubano y han desarrollado operaciones desestabilizadoras en la región.

Menos Estado y mayor cyberplutocracia

La nueva concentración capitalista es la suma de un voraz apetito neoliberal y la insaciable ambición de poder de los reyes de las principales plataformas cibernéticas. En la primera fila de la opereta/celebración de la toma de posesión estabanen primera fila las cinco grandes empresas tecnológicas estadounidenses: Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft, el GAFAM en pleno.

Se suman al festín algunos de esos nuevos rostros del poder plutocrático en EEUU:

Linda Mc Mahon, 3 mil millones de dólares. Trump eligió a Mc Mahon, cofundadora de World Wrestling Entertainment, para que dirigiera el Departamento de Educación.

Jared Isaacman, 1.700 millones de dólares. Trump nombró a Isaacman, director ejecutivo y fundador de una empresa de procesamiento de tarjetas de crédito, para dirigir la NASA

Howard Lutnick, 1.500 millones de dólares. Trump nombró a Lutnick, como su secretario de Comercio. Lutnick, que actualmente se desempeña como copresidente del equipo de transición de Trump, estaría a cargo de promover y desarrollar las industrias estadounidenses.

Doug Burgum, con un patrimonio estimado de 1.100 millones de dólares. Trump eligió a Burgum, actual gobernador republicano de Dakota del Norte y ex ejecutivo de Great Plains Software, para dirigir el Departamento del Interior.

Vivek Ramaswamy, 1.000 millones de dólares. Trump eligió a Ramaswamy para que se uniera a Musk en la dirección conjunta del Departamento de Eficiencia Gubernamental.

Steven Witkoff, 1.000 millones de dólares. Trump eligió a Witkoff, inversor inmobiliario de Florida, para que fuera su enviado especial a Oriente Medio

Scott Bessent.Trump eligió al administrador de fondos Scott Bessent como secretario del Tesoro, Bessent sería responsable de asesorar a Trump sobre política financiera, económica y fiscal nacional e internacional.

Sólo así se explican casos como la creación del nuevo “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (DOGE), a cargo del multimillonario Elon Musk, para asesorar al presidente que apuntan a una visión de «deconstrucción del Estado administrativo», para evadir regulaciones burocráticas y poder decidir de manera expedita en materia internacional y de política interna.

Asimismo, el nombramiento de la ex representante demócrata progresista Tutsi Gabbard como directora de Inteligencia nacional, parecen apuntar en esa dirección en lo referido a los poderosos aparatos de seguridad. También su propuesta de nombrar a Kash Patel, un ferviente defensor de MAGA, como la elección para dirigir el FBI, aparece como la punta de lanza de su intención de utilizar los tribunales para deshacerse de adversarios políticos.

Para “Hacer América grande otra vez”, Trump ha optado por rodearse de incondicionales y magnates. Al menos 13 multimillonarios integran su gabinete, entre ellos, el hombre más rico del mundo. El círculo dorado de la administración Trump alcanza en su conjunto los 450 mil millones de dólares, una cifra superior al Producto Interno Bruto de más de 170 países.

Como nunca el concepto de plutócrata adquiere toda su relevancia. No es descartable que estos nuevos plutócratas pronto olviden los intereses del Estado, y la responsabilidad social y utilicen el poder adquirido para su propio beneficio.

Su presencia en el gabinete anuncia mayores excesos y este club de multimillonarios, negacionistas climáticos y de posturas xenófobas, más que contribuir a combatir las desigualdades sociales y económicas en Estados Unidos, parecieran apuntar a una reedición actualizada del capitalismo depredador.

¿Está México preso de su situación geográfica y económica?

En su discurso ante el Capitolio, Donald Trump dejó claro que la inmigración ilegal será una de las principales prioridades de su administración. La primera de las órdenes ejecutivas consiste en declarar la emergencia nacional en la frontera con México, una medida que habilitaría al gobierno de EE.UU. a tomar acciones militares para frenar el flujo de migrantes. “Mandaré soldados para proteger nuestra frontera”, dijo Trump, añadiendo que esta acción es crucial para “restaurar el orden” y “salvar a Estados Unidos de la invasión”. Así mismo reiteró sus amenazas sobre la deportación de mexicanos residentes en EEUU.

¿Cuál es el papel real de los trabajadores mexicanos?

Que hablen las cifras reales. Las trabajadoras y trabajadores sin importar su estatus migratorio aportan 324,000 millones de dólares al año a la economía de Estados Unidos”, según datos de Alicia Bárcena, en ese momento Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE).

Otro dato que permite dimensionar la importancia laboral de las personas migrantes: de cada 10 trabajadores agrícolas, siete son mexicanos.

En 2022, el 10.4% del empleo total en Estados Unidos se ubicó en los sectores agrícola y alimentario, de acuerdo con el Departamento de Agricultura de ese país. Es decir, más de 22.1 millones de trabajos a tiempo completo y parcial.

“La agricultura, la alimentación y las industrias relacionadas contribuyeron aproximadamente con 1,420 billones de dólares al PIB de Estados Unidos en 2022, una participación del 5.5%”, señala el organismo a través del Servicio de Estudios Económicos.

La población mexicana constituye la mayor proporción de inmigrantes en Estados Unidos. Son más de 37.3 millones de personas, 26.7 son de primera, segunda y tercera generación. Más de 10.6 millones nacieron en México, y de esa cantidad, 5.3 millones tienen un estatus migratorio irregular.

Los mexicanos envían 63.000 millones de dólares en remesas a México, pero esa cantidad es sólo el 18% de sus ingresos, o sea, el 82% se queda en la economía de Estados Unidos.

De acuerdo con la Oficina del Censo de Estados Unidos, en 2022, la población inmigrante representó el 17% de la fuerza laboral. Traducido en números, ese porcentaje significa que de las más de 166.9 millones de personas que tienen un empleo o están en busca de un trabajo, 28.2 millones no nacieron en EEUU.

En hipotético caso de que Trump deportara un porcentaje elevado de esa población estaría condenando a los productores agrícolas a quedarse sin mano de obra o a pagar salarios muy elevados para que ciudadanos estadounidenses aceptaran hacer esas labores.

Para terminar de desmitificar el rol de la población mexicana en EEUU: Según el informe Estadísticas solicitadas con frecuencia sobre inmigrantes e inmigración en los Estados Unidos, del MPI, en 2022 “de los 28.2 millones de trabajadores nacidos en el extranjero mayores de 16 años, la mayor proporción (37%) trabajaba en ocupaciones gerenciales, profesionales y relacionadas.

El 21% laboraba en el sector de servicios y, en tercer lugar, 15% trabajaba en manufactura y en transporte. Alrededor del 15% se dedica a las ventas y empleos de oficinas y 12% está empleado en la industria de la construcción”. Aun así, es muy probable que Trump lleve a la práctica sus amenazas, pero progresivamente se verá que son ineficaces.

Respecto a la declaratoria de los carteles de la droga como “organizaciones terroristas”, que según la delirante oposición de derecha mexicano permitirá que se hagan incursiones militares desde territorio estadounidense a México, el peligro existe y debe ser considerado seriamente por el gobierno de Claudia Sheinbaum.

La tentación de recurrir a operaciones quirúrgicas, de grupos mercenarios o de falsa bandera, son parte del arsenal de opciones con que Trump de manera velada ha venido amenazando. El beneficio de seguridad de una eventual aventura bélica de ese tipo sería más bien mediático y traería aparejado un costo político de elevadas dimensiones.

Primeras conclusiones

Es muy prematuro y arriesgado hacer extrapolaciones sobre el impacto que pueden traer estas amenazas si se llegaran a concretar, pero no cabe duda de que deben ser rechazadas desde sus inicios como una opción inaceptable. México debe ser muy explícito de que no aceptará agresiones a su soberanía.

México debe sumar fuerzas con los países centroamericanos en el caso de la migración y con Panamá en la perspectiva de una acción militar invasora.

El proyecto trumpista debe ser aquilatado muy seriamente ya que, más allá de las apariencias de irracionalidad, esconde una propuesta desestabilizadora global y dispuesta a romper sus propias normas con tal de cumplir sus desmesuradas aspiraciones de grandeza.

En este desafío, de graves peligros, la unidad de América Latina y el Caribe está llamada a jugar un rol fundamental.

Daniel Martínez Cunill* Catedrático, politólogo, asesor parlamentario del Partido del Trabajo de México, PT, coordinador del Grupo de Reflexión de América Latina y el Caribe, GRALyC.

Foto de portada: elmostrador.cl/

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