Las víctimas mortales también han aumentado respecto al mes de abril, aunque en menor medida que los atentados. Del total de las 338 personas fallecidas a consecuencia del terrorismo yihadista en el mes de mayo, 250 serían civiles y 88 militares. En caso de contabilizarse las muertes de militantes de grupos terroristas, la cifra ascendería a 657.
Las claves del mes:
- Sahel Occidental: récord de violencia yihadista en la región. Burkina Faso marca un nuevo máximo histórico (37 atentados) y Malí mantiene el mismo nivel que en abril (26), que también supone la mayor cifra nunca registrada.
- Costa de Marfil: se registra otra tentativa de ataque terrorista en la zona norte. En esta ocasión, en la localidad de Bole, aunque el ejército consiguió repelerlo.
- Nigeria: el líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, podría haber muerto en enfrentamientos con la filial nigeriana de Daesh, ISWAP.
- Cooperación Internacional: Estados Unidos suspende su cooperación en materia de seguridad con Malí, y Francia interrumpe las operaciones conjuntas entre personal de la Operación Barkhane y Fuerzas Armadas Malienses.
Análisis de las regiones de estudio
A continuación, se realiza un análisis pormenorizado de la actividad de carácter yihadista en las zonas de estudio.
Sahel Occidental
Burkina Faso continúa sumido en una creciente espiral de violencia. Tal y como se indicaba al inicio del documento, el país ha sufrido 37 atentados, superando con creces la mayor cifra registrada hasta ahora (22, el pasado mes de abril) y marcando, por tanto, una nueva incidencia máxima. 156 personas han fallecido a consecuencia de esta violencia yihadista en el país, superando también las 152 de enero de 2020.
Los ataques continúan centrándose en las regiones de Sahel (norte), Centro-Norte y Este, aunque también se tiene constancia de dos incidentes, de carácter más aislado, en la zona suroeste (Boucle du Mouhoun y Cascades). Nuevamente, el más mortífero de ellos ha tenido lugar en la frontera con Níger, en la localidad de Kodyèl, donde al menos 30 miembros de los Voluntarios por la Defensa de la Patria (VDP) fallecieron. El ataque no ha sido reivindicado, y en la zona operan grupos afines tanto a JNIM como al Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS en adelante) por lo que, aunque algunas fuentes apunten hacia JNIM, la autoría no puede confirmarse. Por otro lado, la zona de Tin-Akoff, situada en la región norte, dentro de la reserva natural del Sahel, ha sido objeto de repetidos ataques, en los que habrían fallecido cerca de 40 personas.
Al sur del país, en la frontera norte de Costa de Marfil, continúa registrándose la presencia de grupos terroristas. Este mes se ha registrado un intento de ataque contra la localidad de Bole, cercana al resto de ubicaciones en las que se han producido los anteriores atentados aunque, en esta ocasión, el ejército marfileño consiguió repelerlo.
Por otro lado, Malí mantiene la cifra máxima ya registrada en abril. El ataque de mayor gravedad ha tenido lugar en la localidad de Intillit, en la zona de la triple frontera con Burkina Faso y Níger. Una camioneta hizo explosionar un IED (presuntamente instalado por miembros de JNIM), causando la muerte de 16 civiles. El grupo habría atacado también un puesto de la Guardia Forestal en Kati, Koulikoro, donde se encuentra la base de la misión europea de entrenamiento militar (EUTM), que fue atacada en febrero de 2019. Koulikoro se encuentra a escasos 60 kilómetros de la capital, Bamako. Por otro lado, continúa la actividad al sureste del país, cerca de las fronteras con Guinea y Costa de Marfil: el 30 de mayo, miembros de JNIM atacaron un puesto de control mixto de guardias forestales y policía maliense en Bougouni, causando la muerte de un militar y de cuatro civiles.
Las dificultades políticas continúan también. El 24 de mayo, el coronel Assimi Goïta, entonces vicepresidente del país y líder de la junta militar que tomó el poder el pasado mes de agosto, anunció la detención y destitución del presidente Bah Ndaw y del primer ministro, Moctar Ouane, tras la publicación del nuevo Ejecutivo. Ambos fueron posteriormente liberados, aunque Goïta ha sido investido como nuevo presidente de Malí. Tanto la CEDEAO como la Unión Africana han suspendido la membresía del país de sus organizaciones, y Francia ha interrumpido la celebración de operaciones conjuntas entre sus tropas y las fuerzas armadas malienses (FAMA). Asimismo, Estados Unidos ha paralizado la asistencia que presta a las FAMA, y ha advertido de posibles sanciones contra personalidades concretas que dificulten la transición democrática del país. Por el momento, el funcionamiento de las operaciones de las Naciones Unidas, MINUSMA, y de la Unión Europea, EUTM, se mantienen sin cambios.
Por último, en la región suroeste de Nígerla violencia aumenta notablemente. A lo largo del mes de mayo, se han registrado un total de nueve atentados, tres de ellos de impacto medio, que habrían afectado principalmente a miembros del ejército de Níger. Los tres ataques de mayor gravedad han tenido lugar en Tillia, Banibangou y Bangou Koarey. Las dos primeras localidades ya fueron escenario de graves atentados a principios de año, tras los cuales la presencia militar fue reforzada en ambas zonas. Estos ataques serían, con una alta probabilidad, obra de miembros del EIGS, que trata de aumentar su influencia en la región occidental del país.
Lago Chad
Los niveles de violencia yihadista en Nigeria muestran un notable descenso, registrando nuevamente 14 incidentes, tal y como sucedió de manera excepcional en el mes de marzo. El mes de mayo ha estado marcado por la presunta muerte del líder de Boko Haram, Abubakar Shekau, a manos de miembros de su rival, el Estado Islámico en África Occidental (ISWAP),. Miembros de ISWAP habrían atacado el bastión de aquellos, el bosque de Sambisa, cerca de la capital de Borno (Maiduguri). Shekau, al verse superado en fuerza y ante la petición de su renuncia por parte de ISWAP, habría detonado un chaleco explosivo, matando también a líderes de la filial de Daesh. Posteriormente, algunos miembros de Boko Haram se han unido a las filas de ISWAP, pero otros estarían oponiendo resistencia.
Antes de estos enfrentamientos en el bosque de Sambisa, se produjeron repetidos ataques por parte de ISWAP contra las bases militares de Rann y Ajiri. En el primero de los casos, consiguió ser repelido por el ejército, pero en Ajiri fallecieron más de 20 militares y seis civiles.
Por último, en Camerúnse ha producido un leve aumento de la actividad terrorista, con 12 atentados en los que habrían fallecido nueve civiles. No obstante, esto no representa un cambio relevante en el país.
Magreb
Respecto a la región del Magreb, no se tiene constancia de ningún atentado durante el mes de mayo. No obstante, sí se han llevado a cabo operaciones antiterroristas en tres de sus países. En primer lugar, las autoridades de Marruecos detuvieron en la localidad de Ait Melloul a dos individuos que estarían planeando inminentes ataques terroristas contra instituciones nacionales.
En Argelia, el ejército habría neutralizado a un individuo en Jebel Echaoun, provincia de Medea cercana a Argel.
En Túnez,cinco terroristas fueron abatidos en Chaanabi, región montañosa fronteriza con Argelia. Además, el 21 de mayo finalizó el juicio contra un individuo acusado de planificar, en 2019, un atentado contra un hotel en Djerba. El tribunal dictó la pena capital.
Perspectiva regional
El Sahel Occidental continúa mostrando una evolución notablemente desfavorable. La actividad de los grupos terroristas de carácter yihadista (tanto de la coalición JNIM como de la filial local de Daesh, el EIGS) aumenta de manera continuada en Burkina Faso, Malí y la región suroeste de Níger. Además, los ataques en territorio marfileño están produciéndose con mayor frecuencia.
Este contexto se ve agravado por la inestabilidad política en Malí, cuyos efectos van más allá de las fronteras malienses: operaciones internacionales como Barkhane, EUTM o la cooperación estadounidense cuentan con sus bases en el país, pero los efectos de sus despliegues rebasan el territorio nacional. Por tanto, la reducción de su presencia puede afectar a la evolución de la violencia yihadista en toda la zona occidental del Sahel.
Por otro lado, en Nigeria, el descenso de la actividad yihadista se debe, probablemente, a las crecientes tensiones entre los dos principales grupos terroristas. La confirmación de la muerte de Abubakar Shekau podría implicar importantes cambios en el contexto de seguridad del país. En primer lugar, resulta importante resaltar que este tipo de información ha sido publicada en repetidas ocasiones, resultando finalmente falsa. No obstante, en esta ocasión sí hay información fiable sobre los enfrentamientos entre ambos grupos, ISWAP habría confirmado (aunque no de manera oficial) su muerte y no consta la publicación de contenido por parte de Boko Haram que desmienta este hecho.
Un eventual aumento del dominio territorial de ISWAP supondría importantes desafíos para el ejército nigeriano ya que, con carácter general, la filial de Daesh logra granjearse el apoyo de la población civil. El grupo adopta un papel pseudo estatal, proveyendo servicios básicos de los que los ciudadanos carecen a cambio del pago de impuestos y del seguimiento de normas afines a su ideología radical, lo que dificulta su persecución y erradicación.
No obstante, un importante sector de los combatientes de Boko Haram estaría mostrando resistencia a la llegada de ISWAP. Entre ellos se encontraría el grupo liderado por Mallam Bakura, establecido en la zona del Lago Chad, que podría reagrupar a los miembros que se nieguen a pasar a las filas de Daesh y dificultar su efectivo dominio regional.
NOTA:
*Experta en análisis de inteligencia por la Universidad Autónoma de Madrid. Es investigadora del OIET, donde coordina el Observatorio de actividad yihadista en el Magreb y Sahel Occidental. Profesora en el Grado de Relaciones Internacionales.